Prólogo
El viento arrastraba todo de manera violenta. La lluvia sometía a todo ser que se atreviese a cruzar aquel frío lugar. La tierra rugía, se agrietaba, desprendía y arrastraba por doquier. Se respiraba el aire quemado; producido por el candente y abrazador fuego, que antes de la repentina llegada del hielo, amenazaba con destruirlos.
Que ilusa la mente humana; creyendo que podrían controlar la naturaleza, que idea más equivocada. Los humanos no controlan la naturaleza, ella los domina a ellos. Los humanos necesitan de ella, más ella no necesita de ellos.
Usarla creando guerras para obtener beneficios y poder, es un grave error.
Porque como Daphne dijo:
- Los Elementos son bondad, no guerra. Somos uno, no cinco. Somos fuerza y somos los E.E.X.
Cuando un amor es demasiado fuerte, puede atravesar incluso las barreras del tiempo.
Daphne se reía de esas leyendas, aunque ya no le dió tanta gracia cuando formó parte del chiste.
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