25
Jimin.
Pude notar el estremecimiento en el cuerpo de Misuk cuando pronuncié lo último y la manera en que se sonrojaba o mordía los labios viéndose aún más hermosa de lo que estaba y cabía recalcar que el vestido se le ajustaba mucho, aunque aún sentía curiosidad por saber que llevaba debajo de la chaqueta.
Estaba comenzando a sentir picazón en las manos y unas terribles ganas de pegar su cuerpo al mío. Ni siquiera entendía porqué pensaba o sentía estas cosas o porqué tenía el corazón tan acelerado, lo que si tenía presente es que cada vez mis sentimientos iban más allá de lo que podía manejar, y aunque quisiera dejar de sentir estas emociones que tan bien conocía, se me estaba siendo imposible.
La habitación a la que había conducido a Misuk para firmar los papeles estaba decorada de blanco y en el medio había un escritorio y un juez conocido de la familia nos estaba esperando, en la habitación solamente estaban mis padres y los suyos, además de Jungkook y Taehyung que llegó de último.
Nos hicieron sentarnos frente al escritorio y el juez procedió a decir algunas palabras que ya había escuchado hacía ocho años, las guardé en la memoria como un bonito recuerdo de lo que alguna vez fue y me dediqué a mirar mis alrededores buscando aliviar el nudo que se había creado en mi estómago. Misuk me miró y batió las pestañas confundida ante mi falta de atención y tomé su mano acariciando su dorso haciendo que de nuevo se sonrojara.
¿Qué estaba pasando por esa cabecita?
No tenía idea, pero sus reacciones eran muy obvias, la agitación, el estremecimiento, aquella vez que la besé en la universidad me pareció escuchar su corazón retumbando contra mi pecho y sus nervios. Desearía que no se enamorara de mí, desde el fondo de mi corazón aunque me doliera el pensamiento, no podía meterla a este mundo, donde un día confieso todo y al otro no dejo que nadie sepa de mis emociones. Donde hoy mato y mañana le perdono la vida a alguien, donde hoy siento algo y mañana lo destrozo. No deseo que Misuk viva eso conmigo y me voy a encargar de que sea feliz a mi lado, aunque sea por poco tiempo.
Recito los votos que creía ya no recordar, y solo miro al frente mientras lo digo, por las cortinas se puede apreciar la oscuridad de la noche y me concentro en eso mientras hablo, en el aire que entra y mueve las cortinas y en el perfume que me nubla el sentido. Miro al lado y Misuk me mira asombrada y tomo su mano quitando el anillo que anteriormente le había dado y colocando la alianza de matrimonio con ambas iniciales grabadas. El calor de su mano de envuelve y mientras digo lo último acaricio su mano entre las mías.
Termino de decir mi parte y Misuk recita la suya con ayuda del juez para poder hablar. Le tiendo la mano izquierda para que coloque la alianza y sus dedos tiemblan mientras sujeta el anillo de oro.
Muevo mi cabeza para que se tranquilice y ella mira al frente.
—Procedan a firmar aquí— el hombre de edad avanzada nos tiende el documento y es Misuk quien toma el bolígrafo, la veo dudar y suspirar, pero toma el bolígrafo con mas firmeza y firma entregándome al bolígrafo. Dejo mi firma sin pensarlo mucho, es lo que necesito, adquirir el título que por herencia me corresponde y que mi padre no me quiso transferir en su debido momento.
El hombre revisa ambas firmas y asiente conforme para proceder con la última parte.
—Por el poder que me otorga la ley y bajo los ojos de Dios, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
Mamá se limpia las lágrimas que se le han escapado y se acomoda en el sofá y papá solo sale de la habitación con pasos fuertes siendo seguido por el señor Jeon. Taehyung me mira divertido y me dan ganas de enterrarle una bala en la cabeza. Hace una señal disimulada con los dedos de un beso y me guiña un ojo.
Lo voy a matar.
Jungkook lo codea y este le da un manotazo ofendido, que para con Jungkook enojado y con los brazos cruzados.
—Ya se puede ir, no necesitamos nada más.
—De acuerdo, si algún día necesitan de mis servicios no dude en contactarme.
El hombre recoje sus cosas en una carpeta, se ajusta el saco y sale de la habitación.
Mamá es la primera en acercarse y me abraza, abrazo que no correspondo porque está siendo egoísta, porque la primera vez que me casé ni siquiera me felicitó, solo me dijo que ojalá no durara mucho y pensar en la forma tan horrible en que terminó solo hace que sienta odio. Luego de unos segundos la aparto de mí incómodo y tomo a Misuk del brazo sacándola de la habitación.
—Jimin espera, no me has dejado hablar con mi hermano— me dice safándose de mi agarre y suspiro dándome cuenta que actué por impulso.
—Está bien, no demores mucho, estaré en la primera habitación a la derecha.
—Okey— murmura y empiezo a caminar subiendo las escaleras. Abro la puerta y me adentro recostando mi espalda contra la pared y pensando en lo que acabo de hacer.
Estoy casado, de nuevo, con una mujer maravillosa que no merece meterse en este mundo de oscuridad y muerte. Miro el anillo en mi dedo anular y lo muevo sientiendo un nudo en el estómago que retuerce mis entrañas.
Tomo una bocanada de aire cerrando los ojos y me quito el saco dejándolo en el sofá y sentándome en el mismo, me quito la corbata y la lanzo por algún rincón del enorme cuarto.
Reviso el celular tratando de despejar la mente y no seguir pensando tanto y luego de verificar que los envíos hayan sido atracados en el puerto puedo relajarme.
Los Yakuza han depositado el dinero que nos debían y los turcos han solicitado más mercancía para la semana que viene. Tengo llamadas de Seokjin y mensajes en el buzón.
Son audios donde me da el informe detallado de las cámaras y por último reviso los mensajes de ChungHa.
"Te estoy esperando, ven pronto."
Ayer, 9:50pm.
"¿Qué pasa? ¿Acaso ya no me quieres coger?."
Hoy, 10:30am.
Suelto el móvil frustrado y me desabrocho los primeros botones de la camisa tenso, había quedado en ir a su casa y al final no fui. Solo me relacionada con ChungHa para follar y cuando hacía sus berrinches prefería ir a un club con alguna prostituta a satisfacerme, aunque últimamente siempre quedaba insatisfecho, no podía concentrarme y cuando me frustraba solamente pensaba en Misuk y me estaba comenzando a volver loco, porque no podía concentrarme e imaginarla a ella mientras estaba con ChungHa se había vuelto un hábito y eso no era bueno porque solo me hacia ver que entre ambos había una atracción innegable desde aquella vez en la casa del lago y ahora el tener que vivir juntos era un golpe de realidad y un tormento.
Tenía que alejarme para no ceder porque si lo hacía ya no habría vuelta atrás y no la podría dejar ir, y pensar en ella con otro hombre hacía que me hirviera la sangre. Misuk es mi mujer ahora, es mía y el solo pensamiento de posesión me hace querer tenerla solo para mí y nadie más y sabía que ahora teníamos responsabilidades y pensar en el otra parte del testamento del abuelo me revolvía el estómago. Jamás le pediría a Misuk un hijo en contra de su voluntad, primero muerto.
Dejo que el agua caiga por mi cuerpo tenso y atormentado y moje mi pelo. Cierro los ojos y apoyo una mano en el cristal mientras despejo la mente. Escucho el sonido de la puerta y supongo que es ella, cierro el grifo y corro el cristal tomando la toalla y secándome.
Salgo envuelto en una bata de algodón y abro la puerta del baño encontrando a Misuk cabizbaja mientras mira un punto muerto en la alfombra.
—¿Qué va a pasar ahora?— murmura sin mirarme y respiro hondo sentándome a su lado. La veo jugar con el anillo y morderse los labios nerviosa.
—Nada que tu no quieras, solo entra al baño, cámbiate y ven a dormir, eso si no quieres bajar a cenar y que te atormenten a preguntas que no se si puedas responder — le digo sin mirarla, no quiero asustarla y mucho menos obligarla a algo que no quiera, aún cuando nuestros padres creen que estamos enamorados y felices.
—Pero es temprano y...
Pongo un dedo en sus labios y la hago callar, ella suelta el aire por la nariz mientras tiembla y aprovecho su estado de shock para safar la chaqueta y quitársela. Ella se deja y respiro hondo al tener la mejor vista de su cuerpo que jamás pensé tener. Cristo, es perfecta, y está buenísima.
Cómo ha crecido, pienso tratando de alejar los pensamientos anteriores y es verdad. Ya no es ninguna niña, es una mujer en todo el sentido de la palabra y eso solo hace que mi deseo hacia ella crezca, como un cosquilleo que se extiende por todo mi cuerpo y deja una ola de calor que no me deja pensar.
—Mejor entra y cámbiate —ella asiente y se marcha en dirección al baño. Me paso las manos por la cara y me revuelvo el pelo escuchando como cierra la puerta y al poco rato la abre.
—Jimin. ¿Puedes ayudarme aquí?— la miro y asiento caminando hacia ella, el baño es grande y ella me señala más que nerviosa la cremallera del vestido.
Coloco mis manos en su cintura y tiro hacia abajo dejando su espalda descubierta. La miro a través del espejo y ella también lo hace, tiene las manos contra la encima del lavamanos y no soy conciente del momento en que estoy olfateando su cuello, mi nariz se mueve y sube a su oreja. Respiro su aroma y se me nubla el sentido. Mis manos bajan inquietas por sus caderas y no soy conciente de lo que hago hasta que la siento suspirar girando la cabeza para verme.
—¿Lo quieres Misuk? ¿Quieres que pase?
Ya no soy conciente de lo que digo, solo de ella jadeando mientras beso su espalda desnuda y muevo mis manos pegando su cuerpo al mío. La veo mirarme a través del espejo con la boca abierta y los ojos entrecerrados y asiente.
—Tómame— y es ella la que se gira y estampa su boca contra la mía en un beso hambriento y desesperado. Su lengua entra a mi boca y aprieto su cuerpo con fuerza mientras muerdo sus labios y en el proceso nuestros dientes chocan.
Sus manos se aferran a mis hombros cuando la cargo estilo nupcial y salgo del baño. Ella me mira cuando la siento en la cama y me arrodillo besándola mientras la tomo de la mandíbula y mi otra mano recorre el escote de su vestido que se ha ido resbalando de su cuerpo. Gime ansiosa en mi boca cuando presiono mi mano sobre una de sus tetas desnudas y me separo de ella para besar el medio entre ambos pechos. Subo los besos por su clavícula y beso su cuello y muerdo dejando marcas notorias hasta llegar a su oído izquierdo dónde beso y muerdo su lóbulo y vuelvo a atacar su cuello subiendo por su garganta, barbilla y tomando su boca en un beso morboso y sucio.
—Te lo preguntaré una sola vez, ¿estás segura?
Dejo su boca para mirarla a los ojos y ella asiente tomándome por sorpresa cuando hace que me siente y se sube a horcajadas sobre mí. Sus caderas se mueven sobre mí y pongo las manos en su culo esperando su respuesta.
—Sí, ahora hagamos que valga la pena. Has que olvide todo lo malo que he vivido en los últimos tiempos. Quiero que por una noche me hagas tu mujer. Solo tuya— besa mi cuello y mi garganta mientras susurra.
Y pierdo el control.
[•••]
Luna de miel próximamente, okey tampoco así. Pero es un gran paso que ambos dan y ojalá, digo, no les traiga consecuencias.
Les cuento que me sentí oxidada escribiendo las últimas escenas. No sé si será porque hacía tiempo no escribía algo así o porque llevo tiempo sin leerme un libro que me inspire, pero en fin.
Les pido perdón por no haber actualizado en tanto tiempo y espero hayan disfrutado el capítulo y estén preparadas para el otro uwu.
Y también les cuento que fui a la playa, una que es bastante conocida en este país y a nivel internacional por estar bañada por el caribe, (se llama Ancón y queda en Trinidad) y regresé con picazos de mosquitos porque da la casualidad que habían mosquitos a la hora que fuí porque era muy temprano, 8 y media de la mañana por ahí y ahora tengo lo que en mi país se llama nacío, que no es más que un grano infectado que se hincha y no saben cuánto me duele, porque supura materia y porque es debajo de la clavícula derecha y cualquier moviendo con la cabeza hace que me duela 😭.
Ya no las atormento más con mi vida, que es una mierda y recuerden votar y comentar.
Las amo y tachán, les tengo un regalito. Es pequeñito, pero con cariño y de corazón.
1/2.
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