18
Misuk.
El tintineo de la cucharita contra el vaso amortigua mis pensamientos, mi cabeza da vueltas como un carrusel y siento mi pecho llenarse de una opresión confusa. Las palabras de Jungkook se repiten en mi mente como un disco. Y mi corazón martillea con angustia.
Quedamos en que me iría apenas hable con Jimin, resolveríamos todo y pondríamos nuestros propios límites, ahora no estoy muy segura.
El silencio de la casa es abrumador, afuera ya está atardeciendo y el sonido del agua en el lago me relaja.
Bebo del contenido del vaso, que no es más que un té de manzanilla para calmar mi ansiedad y miro por los cristales que dan vista afuera. El sol se ve hermoso, brilla mientras se esconde detrás del horizonte y un suspiro profundo sale de mi sin notarlo.
Bebo el último trago y mi garganta arde por un instante, dejo el vaso en la encimera y me encamino a la habitación. En una maleta pequeña yacen mis cosas acomodadas y algo dentro que mi se aprieta al ver en una esquina las bolsas de ropa cara que Jimin me había comprado. Estos días no han sido los mejores y aún así no puedo quejarme del todo. Mi subconsciente está más tranquilo, si algo aprendí en este tiempo, es que las apariencias engañan, en todo el sentido. Recuerdo claramente los días horrorosos que pasé cuando Jimin parecía un acosador y ahora, conociendo otros lados de él, no son más que recuerdos vanos sin sentido.
Tomo la maleta y la arrastro hasta la sala, la dejo al lado del sofá y me siento en el mismo.
Mi cabeza cae entre mis manos mientras suspiro de nuevo. Cierro los ojos por un instante, no me estoy sintiendo bien, y la verdad el miedo de apegarme a alguien inexistente me hace dudar.
Trato de concentrarme en otra cosa que no sea este lugar. Pienso en mis padres, en las explicaciones que según Jungkook tienen que darme. En sus palabras diciendo que ese día no estaban de buen humor y por ellos hablaron así de mí. No los defiendo, aunque tampoco los culpo. Somos humanos después de todo, imperfectos y nos cansamos rápido de todo, pero aún así no me siento bien recordando esa escena que me marcó desde ese día.
Subo los pies al sofá, y me acurruco en una orilla mientras la viva imagen de mis amigos llega a mi cabeza. Pienso en Jihyo, en Nam y en Hoseokie, en lo preocupados que estarán conociéndolos. En las cosas que tendré que inventarles aún cuando odio las mentiras y en el rumbo que tomará mi vida desde ahora.
Mi cabeza se llena de pensamientos, sabiendo que de una manera u otra saldré de aquí siendo la prometida de Park Jimin, me guste o no. Jungkook me contó que antes de yo nacer, ya estaba establecido que si era hembra, la próxima portadora del apellido Jeon, sería la esposa legítima del heredero Park. La sola idea me aterra y se que solo será un papel sin sentido que deshecharé al viento, apenas Jimin tome el poder de su mafia.
Pero aún así, meterme en este mundo me asusta, y no es que sea cobarde. Pero siento que no es para mí, crecí con otras ideas en la cabeza, a pesar de estar mi familia metida hasta el cuello en todo esto. Y también pensar en las cosas que me pueden pasar, se convierten en una pesadilla.
El aire mueve las cortinas y se me ponen los pelos de punta. Ha pasado más de media hora y ya el Sol se ha ocultado por completo. Cierro las cortinas, pero un ruido me interrumpe. Recuerdo que estoy sola y el corazón me da un salto que me hace temblar. Camino con cuidado por el pasillo y entro a la que es la habitación de Jimin. Pego un salto al verlo con el torso descubierto, mientras se limpia el mismo la herida.
¿En qué momento llegó?
No lo sé, tal vez estaba demasiado sumida en mis pensamientos que no lo noté.
—Pensé que estabas dormida — es lo primero que dice y siento el aire volverse espeso entre ambos, su mirada recorre filosamente mi anatomía y me siento expuesta, aún cuando estoy vestida con un pulover ancho y aun short corto. Lo miro a el, tiene un pequeño corte en la mejilla, apenas visible y los nudillos los tiene lastimados. Aún así no digo nada respecto a lo último.
Debí suponer que no era un asesino por gusto o afición.
Trago en seco sin saber que decir. Estoy en una situación en la que mi yo interior me pregunta que debo responder sin meter la pata.
—No, solo pensaba. No sentí cuando llegaste —hablé sinceramente y lo observé forcejear para abotonarse la camisa, tomándome el atrevimiento de ayudarlo, me acerqué bajo su mirada.
Mis manos temblaron cuando abroché los primeros botones y sentí todo el tiempo su mirada penetrante sobre mí, poniéndome nerviosa.
—Ya está — casi me caigo hacia atrás cuando se levantó de repente y mi cara quedó al filo de su barbilla. Estuve que sostenerme de su hombro para estabilizar mi cuerpo y cuando levanté la cabeza estábamos tan cerca, que podía sentir desde el lugar que tenía la mano, como su corazón latía rápidamente.
Saqué la mano apresurada y cuando di un paso atrás, el dio uno hacia adelante. Dándome cuenta de su mirada profunda escaneando mis muslos y los froté nerviosa cuando choqué contra el borde de una mesa. Lo sentí posarse frente a mí como un depredador. Mi respiración temblando en un hilo y mi garganta seca, remojé mis labios por instinto y sus ojos recorrieron mi acción con detenimiento.
Lo sentí alejarse de mi rápidamente como si estar cerca mío le quemara. El frío de su rechazo me hizo aterrizar a la realidad y sientiendo rabia y vergüenza conmigo misma me permití respirar saliendo de la habitación.
Pasaron varios minutos hasta que Jimin al cabo de unos minutos me miró desde su posición.
—No se que te haya dicho Jeon...
Lo corté.
—Eso no tiene que ver contigo.
Alzó una ceja ante mi tono tajante, más no opinó al respecto.
—Cierto. Pero aún así creo que debemos dejar claras ciertas líneas entre ambos.
Fruncí el ceño—. No sé que quieres decir.
—Supongo has tomado la decisión que más te favorece, y aunque no sea del agrado de ninguno, es algo inevitable.
Su voz se oscureció por un momento y medité sus palabras.
— Estás en todo lo correcto. Solo debemos entendernos y luego de un tiempo hacer como si nada hubiese pasado.
—No es tan fácil. Luego de que te presente como mi prometida todas las vistas caerán ante tí.
Me giré a mirarlo incrédula.
—¿De qué hablas?
Se sentó en el sofá y cruzó las piernas mirándome con su típica mirada, de aquí mando yo.
—Se hará una pequeña ceremonia en mi casa. Solo con nuestros padres. Luego se dará a conocer nuestro matrimonio cuando estemos listos para el pacto.Vendrán gente muy importante y querrán conocerte, eso solo sucederá cuando me proclamen como líder, no veo necesidad de andar presumiendo tanto cuando mueren por tener mi cabeza en bandeja y por último... te cederé mi apellido. Además debes hacerle creer a tus padres que me amas incondicionalmente, no sé, amor a primera vista. De Jungkook yo me encargo.
—Espera, quieto ahí. ¿Me estás diciendo que tendré que llevar tu apellido como un trofeo? ¿Y luego decir que te amo?
Se inclinó hacia adelante y agité mi pierna furiosa tomando asiento al frente de él.
—Solo será por aproximadamente ocho meses... Una mentira piadosa.
—¿Me dejarás libre luego de ello?
—Pero si nunca te he tenido secuestrada.
Ya estoy comienza a parecer una charla entre negociadores. Básicamente lo es.
—Responde, o no aceptaré. Esa es mi única condición. Tu decides.
Me miró tensando la mandíbula sin creer que lo esté amenazando.
—Tan calladita y ya sacaste las uñas. No quiero saber de lo que eres capaz.
—Por eso mejor responde, o me iré sin haber aceptado y me importará una mierda lo que pase contigo.
Lanzó una sonrisa gélida antes de pasarse una mano por la boca.
—Debí suponer que tenías agallas, pero no recordaba de dónde— su voz se tornó sombría y sentí toda mi valentía irse a la mierda —. No invoques a la bestia, cuando sabes que no podrás luchar contra ella.
—¿Qué?
Lo miré confusa y me llevé una mano al cuello tratando de entender sus palabras, siendo tan confusas que me pulsó la cabeza.
—Nada, mejor busca algo abrigado. Te llevaré a tu verdadera casa.
Sus palabras me devolvieron a lo real, a lo que tenía que enfrentar y dudé antes de volver a preguntar.
—De verdad Jimin, quiero que me prometas que cuando esto acabe me dejarás libre de todo esto.
Se giró a mirarme y su mirada se suavizó, vi calidez en lo profundo de su mirada y como tragó con fuerza.
—No te prometeré algo que no sé si pueda cumplir. Pero lo tendré en cuenta.
Y sus palabras me confundieron aún más de lo que estaba, haciendo que algo dentro de mí, conocido como corazón, latiera más rápido que nunca.
[•••]
¿Qué piensan de la actitud de Jimin?
¿Por qué creen que Misuk aceptó tan rápido?
Lo último, ¿Alguna teoría?
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Melanigp14jm...
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