09
Misuk.
-Vamos Misuk. No trates de evitarme de nuevo- habla Jihyo deteniendo el paso frente a mí. Ajusto la correa de mi bolso y asiento desganada, sin ánimos para protestar.
Creía que lo estaba haciendo bien y me sentía tan mal conmigo por evitar a Jihyo-ie, aún cuando ha sido tan buena conmigo y me aconseja tanto.
Camino por la acera con ella de lado, a paso lento, la veo detenerse.
-Perdón por molestar tanto. No sabía lo mal que te sentiste cuando te dije todo eso.
-No fue tu culpa.
-Aún así no me arrepiento. Todavía tengo ganas de matarlo. Ese cabrón.
Niego suspirando mientras vuelvo a retomar el paso.
-No ha vuelto ha molestar. De verdad.
-Como no. Esta mañana apenas podía caminar -abro la boca sin entender mucho y me vuelvo a detener para mirarla.
-¿Pasó algo?
-No se bien, pero dicen que unos tipos que parecían sacado de una serie de mafia, casi lo matan.
Y de inmediato siento mi aliento tensarse en mis pulmones y como el corazón comenzaba a acelerarse. Había dicho mafiosos. ¿En qué estaba metido?
-No pongas esa cara. Igual se lo merecía. Además la descripción que dió del que lo apuñaló en el muslo fue que era alto, alta clase, cabello negro y que daba mucho miedo y que el que andaba con el parecía un psicópata peor aún que el Joker.
-Yo... Dios, creo que me volveré loca. Sabes que eres la única Unnie, más nadie lo sabe.
-Soy una tumba. Ni porque me pongan el cañón de un arma delante hablo.
-Yo tengo pesadillas todas las noches. La casa parece un desierto, hace días que no se nada de mis padres y Jungkook, apenas me lo cruzo. Se siente un infierno - murmuro sientiendo una opresión enorme en el pecho y como mi corazón duele. Una lágrima cae por mi ojo y la limpio no permitiéndome volver a caer tan bajo por algo así.
-Sukkie, todo se arreglará. Tranquila - envuelve sus brazos a mi alrededor y cierro los ojos.
-Gracias. De verdad. Eres la única que sabe todo.
-Me alegra ser la única. Ahora levanta esa cara y no dejes que nada te detenga, eres fuerte, única y muy especial. Hay mejores personas en el mundo. Y estoy segura de que cualquier hombre caería por tí.
(...)
Llego al penthouse aún con las últimas palabras de Jihyo en la cabeza. Se siente bien compartir tu carga con alguien, liberarte un poco de lo que te asfixia y volver a ser tú aunque sea por cinco minutos.
Marco la contraseña y abro la puerta tranquilamente, sin ganas de ver el silencio sepulcral que la habita, pero eso cambia cuando escucho voces. Camino hasta el sofá y dejo mi bolso ahí, sintiendo mi cuerpo descansar del peso del mismo y me encamino hacia donde las voces se escuchan más fuerte. Mi nombre suena entre ella y me tenso, reconozco la voz de Jungkook y la de mamá allí.
Mi nombre vuelve a escucharse y procuro no hacer ruido cuando miro desde el umbral de la cocina.
-Me estoy cansando de todo esto- veo a Jungkook exclamar en un susurro mientras mamá aprieta los labios.
-Ingrato. Una sola palabra de esto a Misuk y se me va olvidar que eres mi hijo.
Amplio los ojos soprendido y sintiendo como algo dentro de mí se encendía.
¿Desde cuándo papá era así?
¿Desde cuándo me ocultan cosas?
Las preguntas comienzan a llenar mi mente y me obligo a esconderme tras la pared para seguir escuchando.
-Yo no te temo, hace mucho que dejé de hacerlo. Recojes lo que siembras y tú sembraste odio en esta familia. Esta familia estaba condenada desde un principio, aún así no lo detuviste. Si lo hubieras hecho ahora Misuk no estaría siendo engañada.
Mi respiración comienza acelerarse cuando escucho de nuevo mi nombre. Hay rabia en mi cuerpo, furia en mi sangre y me siento como una jodida niña a la que ha sido engañada con un caramelo. Aprieto los ojos, buscando saber la verdad de todo.
¿Qué me han hecho que ya no temo salir herida?
¿Qué soy ahora?
Una lágrima cae de mi ojo y recuesto la cabeza contra la pared mordiendo mi labio.
Mi familia es una mentira. Afirmo escuchando todo lo que hablan los tres y pongo una mano en mi boca para aguantar el grito que quiero dar.
Pertenecemos a la mafia...
Fueron las palabras de papá. Duras y crueles mientras el sonido de un vaso caer al suelo resonaba.
Misuk debe casarse con el futuro líder Park...
No permitas que eso pase.
El no la quiere, solo la tratará mal.
Ella tuvo que presenciar como mataba a alguien y luego la seguía a todas partes.
Has algo, no lo permitas.
Fueron los ruegos de mi hermano que se repetían en mi cabeza como disco rayado. No reconocía a Jungkook, el también me había engañado. Mi hermano, quién me cuidaba de niña tenía las manos sucias, era un asesino. Mi padre era un extorcionista y mi madre lo que se consideraba, como una abogada, resultó ser igual que mi padre. Todos unos sucios.
Mi corazón destrozado y molido por cientos de cimientos, sin obtener una sola palabra de mamá, solo la voz fría que jamás pensé escuchar de mi padre.
Misuk solo es un títere, nació para esto.
Con esas últimas palabras salí de allí. Sin nada mientras bajaba escalón por escalón desde un duodécimo piso, apenas pudiendo respirar. Preguntas, odio, furia, rencor, traición... destrozada.
Sientiendo todo eso, las lágrimas caer por mis ojos como cascadas, mi llanto crecer con cada pensamiento, mi cuerpo frágil a punto de caer y mi corazón hecho trizas.
Mi propia familia me condenó, ¿acaso tan mala hija soy?, ¿acaso este es mi destino?
¿Mi destino es ser el títere que ellos manejaban con mentiras?
Limpio mis lágrimas con el dorso de mi mano pero aún así no dejan de caer. Siento como por los cristales del pasillo el cielo se nubla y en una esquina del cuarto piso. Casi debajo de las escaleras de emergencias me acurruco. Sollozando con fuerza y tanto dolor que mi garganta arde. Aprieto mi cabeza entre ambas manos y sigo llorando. Sacando todo aquello que me había destruido en menos de una hora.
Pasan varias horas, no sé cuántas, no quiero saber. Me siento débil, tengo hambre y aún así mis mejillas siguen rojas y empapadas al igual que mis ojos, los cuáles me duele hasta abrir. Varias personas han pasado para tomar el ascensor y agradezco que nadie me haya notado así de vulnerable. No aguantaría otra humillación. El frío que entra por las tablillas entreabiertas del ventanal hace calar mis huesos. Afuera llueve con fuerza y parece que pronto será de noche porque ya están prendidas las luces del techo.
Abrazo mis rodillas apartando el cabello de mi cara y sorbo la nariz aún cuando las lágrimas caen por mis mejillas. Mi boca está seca, me duele la garganta. Me duele la cabeza, la espalda, los ojos, siento que me voy a desplomar aquí mismo. Sin nadie que me ayude y peor es el dolor que siento ahora mismo dentro de mí. Que me exprime hasta dejarme sin aliento.
Los pasos de alguien se extienden hasta llegar a mis oídos, apenas levanto la cabeza cuando dos pares de zapatos relucientes se acercan a mí, el sonido de las puertas del elevador cerrarse y levanto la vista apenas pudiendo ver por la hinchazón de mis ojos y la debilidad de mi cuerpo por las horas ya pasadas aquí.
-Misuk- lo escucho murmurar y no siento miedo, solo algo dentro de mí agitarse ante la profundo voz que clama mi nombre, lo siento ponerse en cuclillas-. No te duermas, vamos, bonita, soy yo, no te haré nada- habla cerca de mí y siento mi cuerpo ser alzado, mi cabeza cayendo sobre algo duro, a duras penas notando que es su pecho. El pecho de quien antes temía y por quién estoy condenada. Trato de hablar pero mi voz apenas se escucha, mis ojos pesan como dos bolas de plomo y luchan por no cerrarse.
Siento el sonido de un auto y como dos brazos me sostienen contra su cuerpo susurrando mi nombre y otras cosas que no logro entender.
Al fin, cayendo en la inconsciencia.
[•••]
Volví con todo.
Ya era hora que Misuk saliera de su burbuja.
¿Qué opinan de lo que le dijo al final?
¿Alguna teoría sobre porqué precisamente cuando ella entraba a la casa pasó todo?
¿Cómo Jimin sabía que ella estaba allí?
Nos leemos pronto.
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