04
Jimin.
—Detente aquí —ordené y el hombre frenó. Miré todo con ojos de águila revisando el lugar con la vista.
La carretera no estaba tan mala como pensaba aunque el asfalto estaba lleno de huecos y un poco malo. Ya que tenía grietas y algunos que otros baches.
A unos quinientos metros se podía ver la gasolinera y un poco más allá lo que parecía ser el almacén. No era tan pequeño como imaginaba y efectivamente habían hombres vigilando afuera armados. El perímetro debía de ser de unos 100 metros al cuadrado. Formando una bóveda.
Bajé del auto sin preámbulos mientras tomaba la ametralladora y en menos de cinco minutos ya tenía a Jungkook, Taehyung y Min Yoongi junto conmigo. Además de que habían traído a veinte hombres bien armados y experimentados en técnicas de lucha cuerpo a cuerpo y tiro. Porque para disparar por francotirador estaba el menor de todos.
Observé cuando Taehyung abrió el ordenador encima de el capó del auto y comenzó a teclear cosas bien concentrado. Pasaron diez minutos y lo ví morder el labio inferior solo logrando hacer que suspirara frustrado mientras Jeon afilaba un puñal y tomaba su arma. Metiendo una navaja por el lado de su bota militar y Min Yoongi lucía muy relajado, quién lo viera no pensaría que era un psicópata de lo peor y que amaba sacarle el corazón a la gente.
Enrolló vendas en sus nudillos y se colocó los guantes con pinchos sonriendo torcidamente al observar sus manos y tomó el cuchillo de tres puntas el cual guardó en su abdomen bajo. Procediendo después a tomar el collar de púas. Su instrumento favorito.
—¿Cuánto falta?— la voz socarrona de Yoongi fue lo único que se escuchó y Taehyung le viró los ojos.
—Lo necesario.
Contestó Kim mientras conectaba un dispositivo al ordenador y no dejaba de mandar coordenadas del lugar. Hackeando el sistema operativo que usaban los de la banda para comunicarse.
—Lo tengo— una sonrisa victoriosa tiró de sus labios mientras nos enseñaba la pantalla.
El maldito de Song estaba hablando tranquilamente sobre el cargamento de drogas y básicamente nos estaba dando toda la información que necesitábamos sin darse cuenta. Logrando así y en menos de cinco minutos armar el plan estratégico que nos llevaría a la victoria.
—¿Por esa mierda demoraste tanto?— fastidió Min Yoongi de brazos cruzados y Taehyung cerró el puño mirándolo con advertencia.
No hice nada. A lo mejor si se mataban me quitaba una carga de encima pero igual no podía permitirlo, ambos eran buenos en lo que hacían y si los perdía tardaría en encontrar suplentes. Observé a Jeon ocultar una sonrisa divertida mientras se tocaba la nariz. Estaba disfrutando ver a los dos peleando, era obvio.
—Esa mierda que dices vale más que tú puto culo— habló Taehyung haciendo que Yoongi diera un paso adelante.
—Repite eso— advirtió enfurecido porque el pobre era sensible por ese lado. Qué lástima.
—Lo que oíste, esa mierda— señaló el ordenador que marcaba las coordenadas y tenía interceptado los micrófonos de los que estaban dentro del almacén—, vale más que tú.
Y luego de eso, simplemente Yoongi arremetió contra Taehyung tensándome cuando trató de herirlo con el guante pero Kim era bueno en lo que hacía. Pero también era bueno en combate, no por nada era un ex capitán del ejército surcoreano. Pero dejó todo eso para unirse a la mafia, porque allí no le daban ni el valor ni el trato que merecía. Aquí encontró su lugar y pudo desarrollarse más como gangster que como capitán.
Esquivó el puño que el mayor lanzó sin problema y cuando pateó el estómago de Min y que observé a lo lejos como un hombre miraba todo fue que hice una seña con la mano y a regañadientes Jeon los desapartó.
—Par de estúpidos— murmuré tomando los binoculares y observando todo. Los movimientos y me alerté cuando el mismo tipo que nos estaba mirando parecía decirle algo a otro en el oído.
—Nos están viendo — murmuró Jeon atento tomando el francotirador y buscando el ángulo exacto para disparar. Logrando activar el infla rojo y poniendo el silenciador para acomodar el arma de alto calibre encima de el capó y en menos de tres segundos los sujetos se miraron asustados al ver la luz roja en la frente de uno.
El pequeño sonido del click fue lo único que se escuchó y antes de el otro gritar ya estaba al igual que su compañero. Tendidos en el suelo y cada uno con un hueco en la frente.
La ventaja de todo esto era que los principales cabecillas de la banda seguían dentro y no se había percatado de nada. Porque de no ser así ya estuviéramos en guerra.
Por el auricular escuchaba como el hijo mayor de Song hablaba de las ganancias y sonreí malévolamente para mí mismo porque sabía que de mi mercancía no sacaría un puto centavo. Porque a final de cuentas era mía y de nadie más.
Porque lo mío nadie lo tocaba.
(...)
Nos acercamos por detrás mientras observaba a Yoongi ahora babosear con Taehyung. Como se contaban las cosas, y como si nada hubiera pasado. Porque si no los hubiera detenido ahora estarían en camino al cementerio.
Maldito bipolares, pensé internamente a la vez que quitaba el seguro del arma y tiraba la puerta abajo escuchando como todos se alarmaban como gallinas en un gallinero.
Gilipollas.
Disparé al principal dirigente de la banda y todo pasó rápido, entre tiros provechosos y bajas al otro clan logramos escabullirnos hasta donde estaba la mercancía que se sabía que era mía porque tenía el sello de la Mafia Park. La mayor mafia asiática.
Tomé una bolsa y con un cuchillo rasgué el envoltorio respirando el polvo dándome cuenta que era pura Heroína en todo su esplendor.
Jeon se pegó a mi espalda por atrás mientras mis hombres tomaban todo. Aún seguían los disparos y no por el auricular nos informábamos de que no habían bajas de nuestra Mafia.
—Apúrate, vienen más hombres. Al parecer alguien avisó y Taehyung acaba de confirmar que pidieron refuerzos que llegarán en menos de cinco minutos. Esos hijos de perra son astutos.
«No más que yo.»
Habló sin bajar el arma y los disparos siguieron mientras asentí ordenando que fueran más rápido y así fue. Logrando sacar todo en un santiamén pero también aumentando el peligro cuando tres hombres encapuchados y armados hasta la nuca entraron y entre tiros logramos salir del lugar disparando a todo el que no tenía el sello Park en el hombro izquierdo y miré a un lado cuando noté que Jeon no disparaba.
Mierda, maldecí entre dientes cuando lo ví sujetarse el hombro y posteriormente mirar la sangre con un gesto de dolor.
—¡Vamos!— gritó Taehyung ordenando a los hombres abordar las camionetas y ayudé a Jeon. Mientras con una mano disparaba sosteniendo la Beretta porque la maldita ametralladora se había quedado sin balas y con la otra lo ayudaba a caminar.
Entramos al auto y Yoongi de mala manera y con tremenda cara de culo ordenó al hombre que arrancara. Obedeciendo a la orden.
Tomé de el maletín de primeros auxilios una venda y presioné la herida bajo sus ojos negros. Y lo miré con cara de «cállate y agradece», mientras seguía presionando escuchando un quejido de su parte y como me maldecía entre dientes.
La bala no había dañado ningún ligamento pero debía guardar reposo porque tenía un golpe en el abdomen que le causó un hematoma. Fue lo que informó el doctor Hwang cuando salió de la habitación. Aliviando la tensión en el aire y agradecía que el imbécil de mi padre no estuviera en la mansión, porque de no ser así ya estuviera criticando a todos por incompetentes.
Suspiré agradecido porque no me había dado cuenta de lo mucho que me protegían hasta que lo ví salvarme el trasero, porque esa bala era para mí.
Al que querían llevarse para el infierno era a mí y me maldecí lo que estaba haciendo con su hermana porque si él se enteraba era capaz de matarme.
Tal vez y lo mejor sería acabar con esto.
(...)
—Así no puedo regresar a casa— lo escuché murmurar y asentí sabiendo que si regresaba su hermana le preguntaría y de una forma u otra lo descubriría.
—Joven Jeon, sus padres están aquí— informó mi nana antes de retirarse.
—¿Están molestos?— preguntó deteniéndola en el acto y ella suspiro entrecerrando los ojos.
—Sabes que no— un astibo de felicidad cruzó sus ojos cuando nana dijo eso y sentí algo dentro.
Sentí envidia, porque el tenía una buena relación con su familia y yo ni siquiera podía mirar a mi padre sin sentir ganas de matarlo. Porque de una manera u otra la que había sido mi familia, ya no estaba.
Y dolía.
(•••)
Me gustaría que comentaran 🥺 y votaran en cada capítulo.
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