Capítulo Díez.
"Estoy demasiado ocupado
siendo tuyo como para
enamorarme de alguien más"
~Artic Monkeys.
Farley Reyes.
"Awww, te quiero.❤️"
Te quiero...
Ese puto mensaje que no había podido sacar de mi cabeza el resto del día, no hacía más que recordarme todo lo que vivimos en el instituto.
No podía sacarmela de la cabeza.
¿Cómo era posible que con solo un mensaje me logrará enloquecer tan fácil? En serio, Olive no sabía lo que hacía conmigo.
Estuve durante unos largos minutos allí, frente a la pantalla de mi teléfono, preguntándome qué debía contestarle.
La quería sí, claro que lo hacía, eso nunca cambiaría. Pero, había tomado una decisión en el momento que pise Argentina y no podía echarme para atrás, después de lo que había logrado.
Salí del chat de Olive y al abrir la bandeja de mis mensajes recientes estaba un nuevo mensaje de Andreina, la chica que estaba conociendo desde hace unas semanas atrás.
Andreina:
Bueno, hoy fue un mejor día,
solo que sigue siendo complicado
adaptarme a aquí y al idioma.
Andreina también era de España, solo que recientemente se había mudado a Francia por una oportunidad de trabajo para su papá.
La había conocido gracias a unas amigas que vivían en el mismo vecindario que vivía, Andreina era su prima.
Farley Reyes:
Andre, sé que esto
no tiene nada que ver
con lo que me estás diciendo,
me disculpo por eso.
Sólo quería preguntarte algo.
Andreina:
A ver, dime.
Su respuesta no tardó en llegar.
Farley Reyes:
¿Qué opinas sobre el primer amor?
O... ¿Los amores imposibles?
Andreina:
Pues, tampoco es que sea
una experta en el tema.
De hecho, creo que nunca me he
enamorado.
Pero sé algo,
el primer amor nunca se olvida.
Cuando vives y experimentas
sensaciones o sentimientos
con alguien por primera vez,
es imposible olvidarle.
Esa persona se queda con una parte de ti
y tú también te quedas con una parte de ella, es algo que siempre compartirán.
Farley Reyes:
Eso... Wow, es muy lindo.
Andreina:
Gracias.❤️
Y sobre los amores imposibles...
Jummm, ¿Qué te hace pensar
que es un amor imposible?
Farley Reyes:
¿Que le gusta alguien más?
Andreina:
¿Eso qué tiene que ver?
¿Nunca le has dicho cómo te sientes?
¿Ni siquiera le has preguntado
si se siente atraída por ti?
Farley Reyes:
Es que ya sé todas las respuestas,
¿Qué sentido tiene preguntar?
Andreina:
¿Ella te lo dijo?
Farley Reyes:
¿El qué?
Andreina:
¿Qué no te veía de esa forma?
¿Que no le gustabas?
¿Lo hizo?
Farley Reyes:
No... No lo hizo,
pero no es necesario.
Andreina:
No Farley, no hagas eso.
Supones que no le gustas y de tanto suponerlo lo das por hecho,
y no funciona así.
No puedes dar por hecho
los sentimientos de alguien más,
al menos no sin antes cuestionarlos.
Farley Reyes:
No lo entiendes,
ella me dijo que le gustaba
alguien más.
Andreina:
¿Hace cuánto?
Farley Reyes:
Hace varios meses.
Andreina:
Comprendo.
Farley Reyes:
¿Eso es todo lo que dirás?
Andreina:
¿Qué quieres que te diga?
Lo niegas y te rehusas a aceptarlo,
El que te "guste" alguien es solo
una emoción y las emociones cambian,
los sentimientos no lo hacen, no tan rápido.
Así que, en serio,
espero que estés a tiempo
para darte cuenta.❤️
Farley Reyes:
Tienes razón, muchas gracias.
Eres la mejor.❤️
Ni siquiera me fijé en si Andreina contestó algo, salí del chat y abrí el de Olive, aún seguía el "Te quiero" sin contestar, quería decirle que yo no, que la adoraba y que aún seguía siendo la chica, que nada había cambiado.
Pero la verdad, es que si lo había hecho.
"Espero que estés a tiempo para darte cuenta".
Andreina, ella tenía toda la razón.
Texteé una respuesta rápida para Olive y volví al chat de Andreina.
Farley Reyes:
Espero que aún no sea tarde
y que este tonto se haya
dado cuenta.
Andreina:
Jajaja, no pasa nada.
Aún no es tarde para ti, Farley.
Para tu buena suerte, estás a tiempo.
Farley Reyes:
Que fortuna.
Y así pasé hasta altas horas de la noche platicando con Andreina, ahora ya en un plan más serio.
Mi intención no era jugar con ella, ni ilusionarla, nada por el estilo, quería una nueva oportunidad y ella estaba dispuesta a ofrecermela y yo estaba dispuesto a darle todo lo mejor de mí.
Y en cuanto a Olive, nada podía hacer. Ella era mi amiga, siempre lo sería y estaba bien.
Comenzaba a entenderlo y es que, bien dicen que en la vida siempre habrán dos amores que te marcarán siempre, el amor de tu vida y el amor para tu vida.
Olive siempre sería el amor de mi vida, la persona que me enseñó a amar, aunque siempre fue algo imposible. Debía dejarla ir, soltar lo que vivimos y dejar de aferrarme a la ilusión de algún día tenerla, era joven y tenía mucho camino por delante, montones de chicas y tanto que vivir.
Al fin y al cabo, si Olive fuera o no, la chica destinada para mí, el tiempo pondría cada pieza en su lugar al final.
Sentía nostalgia, pero también sentía un peso fuera de mis hombros, como si estaba en el camino correcto.
Volví a entrar al chat de Olive.
Farley Reyes:
Igual.
Olive Santana:
¿Y cómo va todo?
¿Cuántas novias te has conseguido?
Jajaja.
Reí. Ay Livie, ni te imaginas.
Farley Reyes:
¿Conoces a Andreina?
La prima de Maribel y Mabel.
Olive Santana:
¿Andreina Galán?
Sí, sé quién es.
Farley Reyes:
Pues ella.
Volví a mi conversación con Andreina, la cual estaba muy entretenida y ahí me pasé el rato, hasta que mis ojos se pusieron cada vez, más y más pesados, hasta quedarme profundamente dormido.
Olive
-¡¿Y este tío de qué coño va?! ¡¿Primero una de mis mejores amigas y luego la prima de mi ex mejor amiga?!-chilló Mara molesta.
-A ver, que eso no es lo importante. Le ha dicho que le quiere y ni siquiera se ha inmutado por media hora, y para colmo cuando regresa le contesta un "igiil", igual mi pija-replica Ximena.
-Es que no me lo creo, tío.
-¿Cómo se llama la nenita ésta? ¿La buscaste? ¿Sabes quién es?
-Andreina Galván sí, yo también la tengo como amiga-murmure bajito.
-Tienes que estar de coña.
-Solo deja que me lo encuentre.
No me había aguantado las ganas de contarle a las chicas apenas regresamos a las clases, que había podido hablar con Farley ésta vez, solo que las cosas no habían salido como esperaba.
-Olive.
La voz de Camilo nos interrumpió, las tres nos volvimos a verlo y él avanzó hasta mi lugar.
-Hola chicas-sonrió y ambas sonrieron en una mueca como respuesta-Vale... Olive, ¿Qué harás hoy?
Espera. ¿Cómo dices que dijiste?
Creo que mi cara se lo dijo todo, pues de reojo ví como las chicas me miraron esperando una respuesta, igual que Camilo. Tragué grueso e intenté controlar mis latidos, parecía que mi corazón saldría de mi pecho.
-Bueno, pues... Es que, y también-reí nerviosa y sentí un pisotón en el pie-¡Aaa,mmm!-reprimi el chillido con una sonrisa.
Camilo me miró confundido.
¡Ay no puede ser! Es tu oportunidad y la vas a dañar con tus babosadas, Olive. Controlate.
-La verdad es que nada.-agudicé mi voz.
-Entonces-dijo alargando la "s"-Estarás disponible, eh.
Ese tonito. Ése no era el tono de voz con el que Camilo solía hablarme, era muy distinto. ¿Algo coqueto? Pero... ¿Podría estar Camilo Reyes coqueteando conmigo? ¿Con Olive? Imposible.
-Ehm-miré a las chicas-¿Pueden dejarnos a solas un momento?
-Claro-dijo Ximena sin chistar.
-¿Qué? ¿Por qué? Estamos bien aquí-Mara arrugó su nariz molesta.
-Mara, vamos afuera un momento.
Ximena tuvo que llevársela a rastras, mientras la otra se quejaba y se oponía a marcharse. Sí, Mara podía ser muy desconfiada a veces, sobre todo si se trataba de Camilo.
-Vale, ahora sí, dime.
Camilo tomó asiento al frente del lugar donde estaba sentada, quitó un mechón de cabello que cubría mi rostro y lo colocó tras mi oreja, regalandome una de sus tan atractivas sonrisas.
-El cabello recogido se ve mejor en ti, deberías atarlo más seguido.
Ése día había decidido ir con el cabello suelto en ondas, completamente natural, algo que no solía hacer siempre. De hecho, siempre lo llevaba atado en una coleta.
-Ah, claro, siempre lo traigo atado igual sólo no me dió tiempo de peinarme hoy.
-Sí, se nota-rió y yo intenté hacer lo mismo un poco incómoda.-En fin, ya que estarás libre, quería saber si tendrías algo de tiempo para explicarme cómo hacer el proyecto de ciencias, es que debo entregarlo dentro de un par de días.
-Claro, claro, no hay problema. ¿Explicarte no?-asintió-Está bien, pero tendría que ser en mi casa.
-Perfecto.
Tomó el cuaderno que tenía encima de la mesa, buscó las últimas hojas que para mí buena suerte no tenían nuestros nombres escritos en un corazón, anotó un par de números y luego debajo de ellos colocó su nombre.
-Ahí tienes mi número, por cualquier detalle o inconveniente-me guiñó un ojo.
-Está bien.
-Gracias, linda-dejó un beso fugaz en mi mejilla y se marchó con una sonrisa en su rostro.
Tenía una especie de cita con Camilo. ¡Oh, por Dios! Las chicas no me lo creerían jamás. ¿Podría ser que mi crush comenzará a notarme finalmente?
Y BESÓ MI MEJILLA.
¡Cielo Santo! Toqué el lugar en mi mejilla y una sonrisa bobalicona se escapó de mis labios.
-Okey... ¿Qué acaba de pasar? Dime que estoy viendo bien-mi sonrisa lo dijo todo-¡No puede ser!
Me levanté de mi lugar, nos tomamos las manos y comenzamos a dar saltos en círculos mientras chillabamos emocionadas.
-Espera. ¿Y Mara?
-Le dije que se diera una vuelta para calmarse, no creo que sea buena idea que le cuentes lo de Camilo ahora.
-Tienes razón.
-¿Y bien? Cuéntamelo todo.
Ximena me arrastró a nuestro lugar otra vez y comencé a explicarle todo, escucho atenta a cada detalle sin dejar de sonreír en ningún momento.
-Ay Liv, estoy tan feliz por ti. Tu sueño de amor adolescente se está cumpliendo ¿Y quién mejor que con tu crush?-me abrazó.
-Lo sé, espero que todo salga bien y no meta la pata.
-No lo harás, y si eso pasa y no le gusta, entonces no es para ti.
Asentí.
Hoy tendría una cita con Camilo y eso era lo único que me importaba ahora, ya vería luego lo que pasaba con Farley. Al fin y al cabo, si a el no le importaba tanto ¿Por qué tendría que importarme más a mí?
¥
A cada cinco minutos revisaba mi apariencia en el espejo y retocaba mi brillo labial. Estaba más presentable y me había asegurado de atar muy bien mi cabello, así le gustaría más a Camilo.
Ya había pasado la última media hora en eso, me entraron los nervios y Camilo aún no llegaba, tampoco me esperaba que fuera puntual. ¿Pero y si se había arrepentido? ¿Si cambió de opinión sobre mí?
Aún siquiera había contestado el mensaje que le había enviado preguntándole si vendría o no y casi como respuesta automática una llamada entró a mi teléfono.
-Camilo-dije apenas contesté.
-Hola linda-a duras penas se escuchaba su voz, había un alboroto detrás de él.
-Casi no te escucho. ¿Dónde estás? ¿Vienes en camino?
-Aun no, linda. Debo terminar algunos pedidos y te alcanzo-Camilo trabajaba en una sandwichera-¿Mientras podrías comenzar el proyecto sin mi?
-¿Comenzarlo?-pregunté dudosa.
-Sí, no te preocupes, cuando llegue podrás explicarme todo lo que hayas adelantado, ¿Te parece?
-Bueno... Intentaré hacer algo, pero no tardes ¿Vale?
-Por supuesto que no, linda-la voz de una chica al fondo se escuchó llamándolo-Me tengo que ir, nos vemos luego.
-Está bi...-colgó sin dejarme terminar.
Solté todo el aire de mis pulmones y miré a los lados.
Bien, iría por mis materiales para comenzar el proyecto.
Me concentré en cada detalle, cortar, pegar, investigar, escribir, pintar y demás, tanto que al final, quedó perfecto, sólo que lo había terminado yo sola, Camilo nunca llegó.
Revisé mi móvil en busca de algún mensaje y también mirar la hora, asumiendo que ya no llegaría.
No importaba, seguramente le pasó algo. ¿Estaría bien? ¿Tendría más trabajo qué hacer?
El timbre de la puerta sonó y salí corriendo de inmediato, me miré en el espejo una vez más antes de abrir la puerta. En cambió, apenas abrí Liam y papá entraron con varias bolsas en sus manos.
-¡Livie! Haremos hamburguesas esta noche.
-Claro...-logré decir.
Estaban de muy buen humor y yo no tenía ganas de nada, no tardarían en notarlo, era evidente.
-¿Está todo bien, hermanita?-me miró Liam.
-Sip.
-No te ves de humor. ¿Acabas de terminar ese proyecto de allá?-señaló a la mesa donde seguían los materiales y demás.
-Uju.
-Pero ¿Ya no habías hecho el proyecto? ¿Qué le pasó?
-Yo... Eh, debo... Debo ir arriba-subí rápido cada escalón.
Había sido tan, pero tan estúpida. Camilo me había ilusionado y todo para que yo nada más hiciera su tarea, me usó y se aprovechó de mi.
Era una tonta, una tonta por creer que alguien como Camilo podría verme de otra forma ¿Qué había cambiado? Nada, seguía siendo la misma patética Olive del primer año de secundaria.
Camilo me veía como una amiga, una amiga por la que debe sentir lástima por los sentimientos que tiene hacia él. Jamás me vería como mujer.
Lo había malinterpretado todo, él nunca me invitó a salir, nunca me pidió una cita, nunca coqueteó conmigo, ni nada. Nunca me dió una señal de que le gustará.
Pero nooo, tenía que ser Olive la que se armara un cuento de felices para siempre en su cabeza solita.
-¡Olive!
-¡¿Qué?!-grité molesta.
-Ehm, te buscan-Liam me miró serio.
-¿A mí?-asintió.
¿Podría ser que...? No Olive, ahí vas otra vez.
Bajé las escaleras con Liam siguiéndome, miré a la sala pero no había nadie, volví a ver a mi hermano y este apunto con sus labios a la puerta.
-Sigue afuera.
-Recuerda que estás no son horas para recibir visitas, Liv. Mucho menos de chicos-salió papá de la cocina.
-Tampoco en esas condiciones-murmuró Liam solo para que yo escuchará.
-Será sólo un minuto, es sobre el proyecto.
Papá asintió y se fue a la cocina, Liam me miró malhumorado y siguió a papá. Si Liam tenía tan mala cara, podía hacerme la idea de quién esperaba detrás de la puerta, además era la única persona que esperaba.
-Olive-dijo Camilo apenas abrí la puerta.
-Camilo.
-Oye, lo siento, de verdad, lo siento tanto. Se me hizo tarde y luego en el camino me demoré más de lo que debía, pero ya estoy aquí.
Lo analicé. Iba peinado perfectamente, perfumado y se veía muy limpio, parecía haber tomado una ducha recientemente, quizás por eso sus ojos estaban algo enrojecidos.
-¿Vienes del trabajo?-mi pregunta lo dejó descolocado.
-¿Si?
Asentí y mis ojos lo recorrieron. Camisa blanca de mangas largas arremangadas a los codos, unos jeans oscuros y zapatos negros, sin contar la cadena y pulsera. Iba de fiesta.
-¿Vas a algún lugar después de aquí?-se miró a si mismo.
-¿No? ¿Pasa algo? ¿Por qué preguntas eso?
-Nada, sólo por si no tenías prisa-apenas sonreí.
-¿Falta mucho del proyecto?-negué-¿Puedo verlo?
Me lo pensé un momento y cuando pensaba cerrar la puerta, su pie me lo impidió, seguía mirándome confundido.
-Espera aquí, ¿Quieres?-comenzaba a exasperarme.
Asintió dudoso y esta vez sí me permitió cerrar la puerta. Entré y busqué el proyecto, Liam no dejó de verme de manera sospechosa y yo preferí ignorarlo, luego hablaríamos.
Siempre había sido ágil y flexible, por lo cual no fue difícil abrir la puerta con uno de mis pies, solía hacerlo siempre cuando tenía mis manos ocupadas y no quería regresarme a dejar algo.
Un gran trucazo, la verdad.
Camilo esperaba sentado en una silla que colgaba en el ático, me acerqué y sus ojos brillaron al ver el proyecto terminado.
-Olive, lo terminaste...-asentí-No tenías que.
-No lo hice por ti-aclaré de inmediato-me distraje y para cuando lo noté, ya estaba listo.
-Quedó genial. Muchas gracias-me miró con una sonrisa.
-Bien, aquí anoté todo explicado y para que sepas al menos de lo que estás hablando-le entregué una hoja.
-Está bien, de verdad, gracias. Eres la mejor-se acercó y dejó un beso rápido en mi mejilla, lo aparté.
-No hagas eso-miré a la ventana, pero no había nadie viéndonos-Ahora, ¿Cómo discutiremos lo de mi pago?
Me miró confundido, pero luego pareció caer en cuenta de lo que me refería.
-Ah, quieres una comisión.
-Creo que es lo que merezco-me encogí de hombros-Mira Camilo, no sé que sea lo que estabas haciendo y tampoco es mi problema, no tienes que explicar nada, pero no soy estúpida.
-No sé a qué te refi...
-No, sí lo sabes. Entonces, me das una comisión por mi parte de tu proyecto y estamos bien, no sólo gasté mis materiales y esforcé por hacer algo que ni siquiera será para mí, sino también perdí mi tiempo contigo.
Lo miré con mis brazos cruzados a la altura de mi pecho, sus ojos no dejaban de ver a los míos y se podía notar que no le habían agradado mis exigencias, asintió con una mueca de rabia.
-Bien, como quieras-tomó el proyecto de la silla y se giró, mientras refunfuñaba-Me largo.
-Espero mi parte mañana-dije antes de entrar a casa.
Apenas cerré la puerta tras de mi y levanté la vista, ahí estaba de nuevo Liam.
-Ya sé cuales eran sus condiciones, pero ninguna palabra a papá de esto, por favor -le pedí pasando a su lado.
-Deberias considerar el dejar de pasar el rato con personas como él.
-Liam, ya lo estoy solucionando, ¿Vale? Estoy cansada, irritada y de mal humor, lo menos que necesito ahora son tus comentarios y actitud de hermano mayor sobreprotector, ahórratelo.
Me dirigí a mi habitación dejándolo con las palabras en la boca, algo que seguramente lo había cabreado. Luego hablaría con él y le explicaría todo, simplemente ahora no era momento para lidiar con ello.
Estaba demasiado molesta e indignada con Camilo.
No hizo el proyecto, me engañó para terminar haciéndolo yo, me mintió, usó, llegó tarde, encima viene con el aliento apestando a alcohol y con claros indicios de haber estado en una fiesta.
Tampoco es que yo le hubiera puesto difícil la tarea, fui la primera en inventarme una película muy distinta a esta.
Ni siquiera quería o necesitaba el dinero que le pedí, pero debía de darle una lección de alguna forma. Hoy podía haber sido yo, no era justo que eso le esperara a alguien más allá afuera.
Nadie merecía eso.
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