Capitulo 1: Lazo rojo
El cielo era carmesí, las criaturas de la noche buscaban a la mujer que tenía los poderes de una deidad y la vitalidad humana, la hacia más fuerte y claro, eso correspondía a qué su corazón era lo más deseado, seres como Akura la buscaron par mar y tierra.
Para ese entonces, Tomoe y Jang vivían mudándose cada tanto, cuando llegaron a un castillo en ruinas, se refugiaron una noche ahí, cerca del mar.
-. Te has tardado en arrebatarme la vida, zorro.-dijo la rubia mientras se acercaba a la fogata que habían hecho cerca de lo que fue en el jardín principal-¿Que quieres?
Tomoe no se inmutó, pero la observó, se levantó y fue hasta ella...
-¿Preferirías que ya lo hiciera?
Por primera vez, Jang se desconcertó, antes de que se defendiera, Tomoe la atrajo hacia el, sujetandola de las muñecas...
-¡Deja de jugar conmigo, Tomoe!-esa fue la primera vez que ella le llamó por su nombre
Pero el solo la miro, estaba más callado de lo normal, sabía algo, pero no estaba del todo seguro si de querer confirmarlo o no...
-Quitate la prenda que llevas.-ordeno sin más Tomoe
Las mejillas de Jang se sonrojaron, al instante las manos de Tomoe que sostenían sus muñecas fueron quemadas con pequeñas descargas eléctricas, pero el no la soltó...
-¡Si no lo haces, lo haré por ti!-exclamó Tomoe
Tiro del cuello de la bata que ella llevaba, entonces, lo vió, ella estaba herida del hombro derecho y la sangre ya se estaba tornando de un color oscuro...
-¿Por qué..?-murmuró Tomoe
-Fue cuando el rey demonio me atacó hace unos días, una de sus flechas alcanzó a rozarme-explicó Jang-Tomoe, de todas maneras en algún momento iba a suceder, ¡Yo te lo dije!
-¡Pero no tenía que ser así!-objetó el zorro
-¿¡Y eso a ti que te importa?! ¡Eres al único que podré dejarle lo que todos anhelan!
Tener el corazón de un humano con poderes de una deidad es el equivalente a un dominó absoluto y sumar aquella fuerza que el individuo ya tiene; algo como al rey demonio le interesaría pero para Tomoe...
-No seas ridícula, mujer-Tomoe la sujetó del rostro-No me interesa tu corazón... Aún si me lo das a comer o me dieras tu sangre en una copa, no... No la querría.
Ahí fue cuando Jang lo entendió y también, cuando incluso ella se dio cuenta de sus sentimientos...
-El veneno no ha avanzado tanto así que...-comento Tomoe
-Tomoe.-le llamó ella
Cuando el zorro la miró, ella se inclinó hacia el, apoyándose de puntitas. Era la primera vez que Tomoe recibía el beso de una "humana" y era la primera vez que un demonio y una deidad cerraban un lazo divino...
Pasaron los días, después se convirtieron en semanas, finalmente, llegó el invierno, aquel castillo lo habían vuelto su hogar, las partes que se pudieron utilizar las remodelaron, Tomoe y Jang habían comenzado una vida juntos formalmente y buscaban hechar raíces.
Por el día Jang tejía y vendía sus telas en el pueblo que estaba a un kilómetro de distancia, también, hacia dulces comunes del pueblo, incluso, abrieron un restaurante aledaño a las fueras del pueblo Nasuka, conforme pasaba el tiempo, el hilo se iba haciendo más fuerte y su destino se iba marcando....
En el restaurante, a veces habían espectáculos, de baile tradicional, trucos, etc. En las tardes cuando estaban en su pequeño castillo, Tomoe había adoptado la costumbre de recostarse sobre el regazo de Jang, mientras ambos susurraban sus planes a futuro...
-No hay nada más que desee... Si no es estar a tu lado.-le confesó Tomoe
El árbol de cerezo que habían plantado ya había florecido, Jang tendía a cantar por las mañanas, en plena brisa fresca, Tomoe la observaba y aquel mismo día ella le dijo...
-. El día en que te conocí, nevaba también...-susurró Jang y le sonrió al zorro, ella le ofreció su mano, la tomó y se acercó a ella
En ese momento un ruiseñor se posó cerca del árbol de cerezo, eso anunciaba el buen tiempo, la pareja se abrazó, percibiendo los primeros copos de nieve que empezaban a descender del cielo.
-Tu voz brilla y es celestial...-le dijo suavemente Tomoe
-¡¿Que cosas dices?!-bramó Jang, sonrojada, escondiendo su rostro en el pecho de Tomoe
El zorro río levemente, mientras le acariciaba la cabeza...
-¿Y si mi voz dejase de sonar tan brillante y celestial ....-ella levanto la cabeza hacia Tomoe-... Seguirías a mi lado? Pese a que no poderte cantarte más.
Los ojos de Tomoe se posaron sobre los de la rubia, sonrió dulcemente y respondió:
-. Por supuesto seguiría aquí.-dulcemente prometió mientras deslizaba su mano por el rostro de Jang
En las noches, dormían abrazados, Tomoe se había vuelto el hogar de Jang y ella para el era su mundo, los besos fugaces y las promesas dichas al viento, Jang le enseñó la delicadeza y la ternura, mientras que el le enseñó la verdad y la confianza; ambos que habían sido fruto del desprecio humano, ahora se tenían uno al otro...
Se habían calmado...
Se habían olvidado por completo de todo....
Y ese fue el peor error que pudieron cometer...
Vivían en un sueño y era hora de terminarlo...
Tuvieron que cerrar el restaurante debido al invierno y a pesar de que hacía tanto tiempo que no veían aquel ser, sabían la fama que estaban tomando, pero Jang no paro de tejer, algo estaba pasando...
Algo que Tomoe comenzaba a notar y algo que a Jang le comenzaba aterrar; Akura los había encontrado pero para su sorpresa no atacó como siempre, sabía que si Tomoe estaba en pie, no podría llevarse a Jang, ni si quiera podría acercarse.
Una tarde en que se encontraban en sus sembradíos de arroz, Tomoe arrancaba la hierba mala, cuando con una planta en específico se cortó, antes de que el onsus defensas reaccionarán, por la tarde ya estaba tociendo sangre...
—¡Tomoe, el médico ha llegado!—aviso Jang, abriendo de golpe la puerta—Por favor—le rogó al médico
La medicina no lo curaba.
Jang temió lo peor y ver aquel zorro tan débil y mal, le partía el alma; tejía y tejía para pagar lo que fuera necesario, pero pronto, cuando descubrieron quien era Tomoe, muchos decidieron cerrarse a tratarlo, no atacaron debido a que por mucho tiempo, ellos fueron importantes mercaderes para el pueblo, pero ahora, les daban la espalda. Las cicatrices en los dedos de Jang eran más y más profundas...
Una noche, mientras tejía y preparaba las cosas para venderlas, se rompió así misma, llorando en silencio; el ser que había sido más compasivo y amoroso con ella, ahora lo estaba perdiendo. No, no podía ser una enfermedad común y corriente, lo sabían los dos, aquello, había sido obra del Rey demonio.
El otoño deshojó copas de nogal y las estaciones comenzaron a pasar, llegó el día en que incluso Tomoe ya no pudo levantarse más, una noche que Jang le llevo un talismán y hierbas recomendadas por la mujer que era conocida por ser "curandera", le hizo té y pastel de arroz, entonces Tomoe tomo la mano de Jang y suavemente le dijo...
—Son tus dedos dignos de admirar...—dijo en un hilo de voz, mientras acariciaba las cicatrices de tanto tejer
Jang lo abrazó por la espalda, ahogando sus sollozos...
—¿Y si mis dedos no te pudiesen acariciar más y no fueran dignos de admirar, seguirías a mi lado pese no a poderte confortar?—le susurró la mujer
—Por su puesto seguiría aquí ...—entre toces prometió
La planta que le había hecho daño se transformó en el rey demonio, llegó al castillo...
—¡Querida, es hora de que salgas de una vez por todas!—gritó el rey demonio
Jang estaba con Tomoe, ella lo ayudaba a levantarse, es que ni si quiera podía Tomoe convertirse en su forma pequeña, el veneno había inhabilitado la mayoría de sus poderes y había abarcado todo sus ser, enfermando de forma mortal....
Jang entonces se tensó cuando escucho la voz del rey demonio...
—vete, yo lo entretendre—le dijo Tomoe
Estaba comenzando a oler a quemado, ¡Estaban quemado el lugar!
—¡No, no te abandonaré!—le grito Jang
—¡Escucha!—le dijo Tomoe—Te prometo que iré por ti—eso era mentira, ambos sabían que no librarian la batalla
Jang lo amaba, tanto que ella daría su vida por aquel demonio. Estaban rodeados, aun si peleaba, iba acabar mal.
—. Tomoe—ella levantó la vista
Una luz blanca y roja comenzó a rodearlos, la enfermedad de Tomoe comenzó a disiparse...
—¿Pero que...?—Ella tomo el rostro de Tomoe para que la mirara solo a ella
Mientras escuchaban como abrían puerta, tras puerta...
—¿Y si algún día no vuelvo a ser humana otra vez... Seguirías a mi lado, brindándome tu protección?—Tomoe sintió un fuerte golpe en el pecho al oirla—A ti, te ofrezco mi corazón, Tomoe, el corazón del Fénix.
El rey demonio llegó, cuando abrió la puerta, Tomoe la besó, con su último aliento, le entregó su corazón, una luz divina se expandió por todo el lugar, en el cielo despegó el ave fénix, el secreto real de lo que Jang guardaba. Ella, hija de una deidad y una mortal, se había convertido en la representación del ave fénix ...
<<Esto es tener el corazón del ave fénix...>> Pensó Tomoe, aquel invierno había acabado con el ejército del rey demonio y a él lo había separado de su cuerpo, mandándolo a la perdición...
Mirando al cielo, gritó, rogó tanto como su garganta le dejó hablar, perdido entre las sombras y las lágrimas de un amor que dio su vida, por el.
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