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¿Por qué te importa?

¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo al respecto?!

¡Esas personas estaban esperando que estuvieras muerto!

Izaya... Gracias por amarme.

Izaya suspiró mientras continuaba caminando por las calles de Ikebukuro, de camino a casa. El tiempo pasado con Heiwajima Shizuo cuando estuvo enfermo continuaba repitiéndose en su cabeza, no dejándolo solo sin importar lo que hiciera.

-¿Por qué demonios estaba llorando? -El informante murmuró para sí mismo, mirando fijamente el suelo, pensativo y con su mente dando vueltas con preguntas.

Shizuo siempre fue tan impredecible.

Desde que Izaya podía recordar, nadie había llorado por él.

Incluyéndose a sí mismo.

Ahora, de repente, el hombre que se suponía que era su némesis sollozaba por comentarios estúpidos en Internet.

Honestamente, ni siquiera eran tan malos, el pelinegro había oído palabras mucho peores dirigidas a él con regularidad.

Estaba seguro de que Shizuo había oído cosas así sobre él también.

Entonces, ¿por qué ahora?

Cierto... Porque el rubio creía que estaba enamorado de él.

Izaya sintió que sus mejillas se volvían ligeramente rosadas y sonrió al recordar como el guardaespaldas dijo que le daría una oportunidad.

Eso estaría bien-

-¡Cállate! -se gruñó a sí mismo, no prestando atención a la gente que lo miraba fijamente.

¡¿En qué diablos estaba pensando?!

No sería divertido, sería horrible.

Despreciable.

Espantoso.

Malo.

Izaya estaba por encima de esas pequeñas emociones y se rehusaba a caer en ellas.

Había visto lo que el amor podía hacerle a la gente de primera mano.

Pasando una mano por su cabello, el menudo hombre no pudo evitar recordar la sensación de Shizuo acariciándolo.

¡Detente!

Se sacudió la cabeza furiosamente, tratando de pensar en cualquier otra cosa.

Además, Shizuo sólo le estaba dando una oportunidad porque creía que Izaya podía sentir.

Lo cual obviamente no era cierto.

No, sabía muy bien la desagradable persona que era.

El informante entendía que la razón por la que no tenía amigos era simplemente debido a sus acciones.

¿Le importaba?

¡Nop!

Todo lo que a Izaya le importaba eran sus amados humanos.

Correcto.

Eso es todo lo que importaba.

Pero... ¿Estaba mal pensar en una vida diferente donde quizás pudiera estar con el cobrador de deudas?

Izaya suspiró.

Sí, lo era. Ese estúpido sueño nunca pasaría.

No podía dejarse hundir al nivel de un humano.

Los humanos sentían dolor, desamor y traición.

Izaya nunca esperó sentir esas emociones de nuevo.

Un auto repentinamente se detuvo junto al hombre perdido en sus propios pensamientos.

-Orihara-san, Shiki no Dana me ha pedido que te escolte a su oficina, tiene algo que discutir contigo. -La ventana se deslizó hacia abajo revelando a Akabayashi.

Izaya asintió y se subió al vehículo, olvidándose de Shizuo por el momento.

Con los ojos apagados, el informante se recordó a sí mismo que nunca más se alejaría de la realidad.

Shizu-chan... ¿por qué te importa, de todos modos?
.
.
.
N/T: Me parece que el que Izaya reflexione sobre la situación actual del modo en que lo hizo ya es un avance en el camino de corresponder o no a Shizuo.

Por cierto, ya sólo faltan cuatro capítulos más para terminar! Se siente como si fuera ayer cuando lo leí y empecé a traducirlo para ustedes n///n

En fin, tengan un lindo inicio de semana! n_n]/

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