No responder cuando un rubio está llamando
Izaya levantó la vista cuando oyó hablar a Shizuo. —¿Eso significa que no tenemos que luchar más? —Preguntó, esperando que el bruto hubiera recibido el mensaje. Izaya sonrió cuando vio a Shizuo moviendo la cabeza y cogió el cuchillo del suelo, se lo llevó al bolsillo.
—Genial, Alegrate de eso entonces. Nos vem... —fue interrumpido cuando la mano del protozoo se paseó por su cabello. Sorprendido, se echó hacia atrás, listo para agarrar el cuchillo y defenderse de lo que presumió que era un acto de provocación. —¿Qué estás haciendo? —Izaya entrecerró los ojos, tratando de ocultar su sorpresa.
—Bueno, no puedo decir que no me siento halagado. Aún así, me gustaría llegar a conocerte un poco más antes de eso, así que ¿por qué no empezamos saliendo?—sonrió disculpándose. Izaya inclinó la cabeza, confundido por el giro que esta simple conversación había tenido.
—¿Qué quieres decir? ¿Estás diciendo que quieres que seamos amigos? Me odias.
—Me refiero a que si puedes tener sentimientos humanos como éste, entonces no eres la persona por la que te tomé. Sabiendo esto, no puedo odiarte y exactamente me gustaría empezar de nuevo. ¿Qué tal esto? —Shizuo ofreció su mano al hombre más pequeño, tratando de parecer lo menos amenazante como le fuera posible. Izaya por el contrario estaba tan sorprendido por esto que su mandíbula estaba abierta. Shizuo, al darse cuenta de que el moreno se sorprendió, tomó una de sus pequeñas manos en las suyas propias antes de sacudirlas. —Nos vemos pronto, Izaya —con eso él se alejó, sintiendo la mente clara y una leve sonrisa en su rostro. Izaya lo vio alejarse con una mirada atónita, preguntándose en dónde salió todo mal.
—O-Oi, no me digan que tengo que jugar de acuerdo con esto... —Él habló a sí mismo con incredulidad.
Izaya estaba de vuelta en casa, yendo de un lado a otro en frustración absoluta. —¡Maldita sea, Shizu-chan... ¿cómo puedes ser tan malditamente estúpido?! —Juró furiosamente, tratando desesperadamente de salir de la situación. No pudo informar a Shizuo que había entendido mal, porque la bestia sin duda pensaba en ello como que el informante le estaba mintiendo. Aun así, ¡no podía simplemente sentarse y hacerse amigo con el cobrador de deudas! ¡La nariz de izaya metió la pata en incluso el pensamiento! ¡Él no tenía amigos! ¡Él era un Dios!
Un beep sonó siendo la señal que le indicó de un nuevo mensaje desde su teléfono, interrumpiendo los pensamientos del hombre pequeño. "¿Quieres Ir a comer sushi?" hablando del diablo, era Shizuo preguntando si podían pasar el rato. Izaya dejó escapar un quejido y se dejó caer en el sofá. —¡Este es lo peor! —tomando una decisión, Izaya llamó a Shizuo, con la esperanza de resolver esto de una vez por todas. El teléfono sonó dos veces antes de que el tarado contestara.
—Hey —la voz de Shizuo sonaba vibrante a través del teléfono.
—Preguntaste si quería ir por sushi —Izaya dijo sin rodeos.
—Me di cuenta que sería la oportunidad perfecta para llegar a conocernos entre nosotros.
Izaya podía oír la sonrisa de Shizuo a través del teléfono y sintió una ligera punzada dentro de su corazón. Izaya se mordió el labio. —¿A- a qué hora? —Se obligó a decir. Espera, ¿qué estás haciendo?
—¿Qué hay de una hora a partir de ahora? Será en el lugar de Simón —Shizuo le informó.
—Te veré luego —respondió izaya. ¡Qué demonios estás haciendo! ¡Cierra la boca y dile que se joda!
—Nos vemos... Izaya —el tono feliz de Shizuo terminó cuando el rubio colgó, dejando a un informante aturdido mirando a su teléfono pensando en lo que acababa de hacer. Era casi como si hubiera sido poseído, incapaz de controlar sus acciones. Era como si... qusiera ver a Shizuo.
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