El Ootoro no siempre es amargo
Izaya caminó hasta el muy conocido lugar de sushi, maldiciendo entre dientes en cada paso del camino. Pasó a Simon con su capucha puesta, con la esperanza de pasar desapercibido. —Oi, ese es I-Zaya ¿Vienes por sushi? ¡Sushi ayuda a curar todo! —El hombre le sonrió. Izaya apartó la vista, no estaba de humor para toda una conversación sobre sushi.
—Sí, estoy aquí por la cena. No era mi decisión sin embargo —Izaya puso los ojos, con la esperanza de entrar, así la atención no estaría centrada en él. Simon estaba a punto de contestar cuando Izaya de repente sintió dos manos posarse en su hombro. Él se dio la vuelta, tratando de sacar sus cuchillos cuando el desconocido le detuvo.
—Honestamente, ¿estás siempre así de paranoico? —Shizuo rió antes de caminar para estar delante de Izaya, una sonrisa brillante colocada en su rostro.
—Yo no diría paranoide tanto como ser cauteloso —Izaya frunció el ceño, con la molestia ya creciendo. Shizuo no prestó atención a la reacción del informante por su "ataque" sorpresa y tomó la mano del hombre más pequeño en su propia.
—Vamos, vamos a tomar asiento —él sonrió. Izaya trató de mirar a Shizuo pero fue arrastrado rápidamente al interior de la tienda, dejando un muy confundido Simon a su paso.
—¿Qué clase de sushi te gusta?—Shizuo cuestionó, sorbiendo su bebida. La boca de izaya se curvó con disgusto mientras miraba a la bestia sorber sin fin de un batido de fresa, algo tan dulce que quizo vomitar por sólo mirar al rubio. Se dio la vuelta, tratando una vez más de no iniciar una pelea.
—Me gusta el ootoro —dijo en voz baja, llevando una pequeña cantidad de agua a su propia boca. Shizuo se le quedó mirando con asombro.
—¿En serio? ¡Eso es muy amargo!—el rubio se estremeció ante la sola idea de permitir algo así en su cuerpo.
—Yo prefiero las cosas amargas —Izaya respondió, dando la orden al camarero mientras rodeaba. Por costumbre, Izaya observó a los seres humanos comiendo y conversando, teniendo en cuenta la forma en que muchos de ellos estaban dando al famoso dúo una mirada de horror absoluto. Debían pensar que el mundo estaba llegando a su fin. Resopló en desacato.
—Hey, trata de no pensar en otras personas por una vez. Date una idea —Shizuo aconsejó desde su izquierda, mirando a Izaya con preocupación. ¿Por qué diablos está tan interesado en mí ahora? Izaya se quejó dentro de su cabeza. Planeaba ser absolutamente miserable toda la comida, pero tan pronto como el plato con su comida llegó, Izaya perdió y empezó a sonreír como un idiota. Rápidamente tomó un bocado, saboreando el delicioso sabor. —Eres muy lindo cuando no estás haciendo todo ese acto de villano, sabes —una voz interrumpió los pensamientos de Izaya.
—Siempre soy el malo y no es un acto. No me llames lindo —Izaya trató de ocultar el ligero rubor en sus mejillas mientras tomaba otro bocado de su comida. Shizuo sonrió, disfrutando de este lado del informante que estaba viendo. Olvidándose de su propio plato de comida, el cobrador observaba con interés a Izaya, amando la manera en que no parecía tener un cuidado en el mundo sabiendo que el inteligente modo de pensar del moreno nunca se detenía. De repente, una idea inteligente vino a la cabeza de Shizuo. Estaba aquí para ver exactamente lo que haría Izaya... ¿por qué no ir hasta el final? Se inclinó hacia Izaya, viendo como el hombre se tragó la última pieza de ootoro y le devolvió la mirada con curiosidad.
—¿Qué es? —preguntó izaya.
—Una prueba—Shizuo empujó sus labios contra Izaya esperando retroceder inmediatamente por el sabor amargo y áspero del ootoro. En su lugar, la dulzura de la boca del pelinegro se había apoderado de él y le proporcionaba al ex camarero del mejor sabor que jamás pudo haber pedido. Como volviendose adicto a una droga, Shizuo se rindió y cerró los ojos, no notando que Izaya estaba de sobra con horror.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro