Hoseok nunca había tenido tanta atención como ese día. Las chicas no se le despegaban de su lado, buscando y solicitando información sobre Taehyung, como si él supiera algo.

¿Tiene novia?, ¿Qué tipo de chicas le gustan?, ¿Cuál es su color favorito?

—No, no tengo idea de cuál es su desayuno favorito —dijo al joven que se le había acercado sentándose a su lado.

—Calma, sólo soy yo —sonrió Namjoon a su lado, luego le ofreció una fritura de las que llevaba, Hoseok negó—. Y no me interesa saber de qué color son los calzones de tu nuevo hermanastro.

—Me siento muy agradecido por eso —dijo más relajado, la cafetería estaba llena, pero agradecía que los de grados inferiores respetaran su lugar.

—¿Cómo te sientes por cierto?

—¿Cómo crees?, mi padre llevo a su nueva esposa a vivir con nosotros, no sólo eso, ahora tengo un hermano menor guapo y opacador.

—Tu padre sí que es un gilipollas, pero sus razones tendrá, tranquilo, tú seguirás siendo su niño. Ese chico no tiene oportunidad contra ti. Ni siquiera se ve como el tipo de persona que le gusta a tu padre.

—No lo soportó.

—¿A quién no soportas? —preguntó Seulgi, sentándose a su lado con Jimin y Jungkook.

—¿Tu quien crees? —Hoseok le echo una mirada a Taehyung que se encontraba rodeado de chicas guapas y chicos que seguramente lo envidiaban por obtener la atención.

—Oh... ya, sí, Jimin nos explicó; aunque no hacía falta. La mayoría de los de tercero ya lo saben, tú padre ha realizado muchas donaciones a la escuela y todos los alumnos lo conocen. Y su casamiento, por supuesto es un chisme a nivel estado.

—Ni que lo digas, mi familia estará en boca de todos —Hoseok se sintió sumamente avergonzado.

—Oh, mira justo ahí está tu hermanito, llamémosle para que se siente con nosotros —sonrió pícaramente y de forma insoportable Jeon Jungkook.

El pelinegro siempre estaba buscando algo para molestarlo, pero sabia que no le perdonaría aquello. No quería estar cerca de Taehyung ni un segundo.

— ¡Qué, definitivamente no! —le pidió Hoseok.

—Demasiada tarde —le guiño él ojo el pelinegro y luego alzo la mano captando la atención de todos—. ¡Hey!, Taehyung por aquí.

Kim lo miró y asintió dirigiéndose al lugar donde estaba el grupo de chicos que acompañaban a Hoseok. El castaña refunfuño y le dio a Jeon una patada por debajo de la mesa en uno de sus tobillos, el menor ni siquiera chisto.

—Hola soy Jungkook, somos amigos de Hoseok, siéntate con nosotros.

— ¿No te molesta? —el moreno preguntó a Hoseok, quien negó a pesar de hacer una mueca de disgusto en el rostro, Jungkook sólo lo quería hacer cabrear y Hoseok era lo suficientemente maduro para no dejarse caer en su juego.

Aun así, ignoro la mayor parte de la conversación, porque no le importaba saber que tarta era la favorita del moreno, o que películas veía en su tiempo libre, no quería saber nada de él, más que saber cuando se largaría de su casa.

— ¿Entonces vivían en Daegu antes? —preguntó Seulgi, con un tono de voz bastante meloso, casi llegando al punto del coqueteo, Taehyung asintió y Hoseok rodó los ojos por milésima vez desde que Taehyung se había unido a ellos.

—Es un lugar muy bonito, apenas han pasado unos días y ya lo extraño.

—Entonces deberías tomar a la fácil de tu madre y regresar por donde viniste.

Fue imposible para Hoseok no abrir la boca y hablar sin pensar, la presencia de Taehyung le molestaba de formas inimaginables, lo hacía cabrear; pero no se arrepintió, aun cuando Taehyung lo golpeó hasta tirarlo de la silla.

Llevo su mano a su mejilla, dolía como el infierno y su mirada se dirigió de nuevo a Taehyung, lo odiaba y no retiro sus palabras.

—No hables de mi madre como si la conocieras —rugió Taehyung.

—Hablo por lo que veo y lo que veo es que tú y ella han invadido mi casa.

—Hoseok te estás pasando —le advirtió Namjoon, ayudando a que se levantara—, Taehyung no tuene la culpa. Algunos alumnos ya habían volteado a mirarlos, estaban realizando un espectáculo e incluso podía notar algunos celulares en su campo de visión, listos para grabarlos.

—No me importa. Es la verdad, su madre es una zorra y él un aprovechado.

—¡Te vas a enterar! —Taehyung estaba dispuesto a golpearlo de nuevo pero Namjoon lo evito poniéndose entre los dos—. No vale la pena, sólo está enojado y yo también, pero con Hoseok— miro a su amigo indignamente—. Te estas comportando como un niño malcriado al que le han quitado un dulce.

—Sí Hoseok, somos tus amigos pero esta vez te pasaste —le dijo Seulgi como si estuviera indignada.

—Ustedes no me entiende, lo prefieren a él. Perfecto, me largo.

—Cuando tengas los cinco sentidos en tu cabeza puedes volver —le aviso Jungkook.

Hoseok los miró e hizo algo que nunca había hecho, pero que lo había visto miles de veces en sus amigos; les mostró el dedo de en medio y se largó como alma que lleva el diablo.

—Hobi no lo tomes personal —Jimin iba detrás de él.

—No me sigas, regresa con ellos.

—No, ellos son mis amigos pero tú eres mi mejor amigo, no te dejaré solo, aunque ese no significa que justifique tu actitud, no fue lo correcto, para ellos Kim no te ha hecho nada.

—Está viviendo en mi casa, con su madre. ¿Y no me han hecho nada?, Deberían ponerse un momento en mis zapatos y darse cuenta que estoy viviendo una mierda.

—Lo sé, pero debes controlarte o el villano serás tú —le advirtió su amigo.

—No me importa ser el villano sólo quiero que se vaya de mi casa y si tengo que comportarme como un insufrible, lo haré.

Jimin hizo un puchero y se acercó a abrazarlo, no lo apoyaba, pero Hoseok era su amigo, el hermano que nunca tuvo y nunca iba a dejarlo solo. En todo el camino de regreso a casa, Taehyung no le dirigió la palabra y lo aceptaba, era mejor que se relacionaran lo más mínimo. Pero antes de salir del coche el moreno tomó su mano.

—Estas seguro que harás de mi vida un infierno —el tono de voz que utilizo no era nada amable—, pero no te equivoques, no voy a dejarme, vuelves a insultar a mi madre o hablar despectivamente de ella y vas a conocerme, no me provoques. Bonito —advirtió y le pellizco la nariz con una sonrisa ladina y al mismo tiempo espeluznante—. A mí, no vas a verme como si fuera menos, no vas a tratarme como si fuera basura, ni me vas menospreciar.

—Por fin sacas las garras —le retó Hoseok con la mirada.

—Y son filosas —le advirtió, pero fue el gesto que hizo con su lengua, como si estuviera saboreando algo, lo que dejo pasmado a Jung.

Hoseok se quedó ahí pensando que el tipo era un maldito doble cara, pero un doble cara demasiado sexy para su bien. Negó con la cabeza y se dijo que no debería excitarse por un idiota como ese por más sexy que fuera. No importaba que tuviera un rostro de infarto, los labios gruesos, ojos grandes, cejas pobladas y facciones varoniles, o que su espalda se viera apetitosa, ni mucho menos que tuviera una retaguardia de infarto. No, nada de eso importaba, Kim Taehyung era su enemigo y sacaría a ese estúpido y a su madre de su casa, aunque fuera lo último que hiciera.