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Capítulo 28. La intensidad del renegado y la amnesia del platinado.

Video: Stay, by Shinhwa.

Heechul y Siwon



En medio del paisaje más agreste se levantaba una majestuosa estructura. Su color terracota resaltaba en contraste con el azul limpio y claro del cielo. La rodeaba un pequeño jardín de rocas y árboles espinosos, muy apropiados para el clima. A pesar de estar ubicada en una zona remota y lejana, la casa se veía bien conservada. Su estilo antiguo le daba un tono romántico al ambiente.

Era difícil imaginar que en aquella casa de tres pisos, con grandes ventanales en cuyas salientes reposaban macetas llenas de rosas del desierto, que la hacían ver pintoresca y agradable, era la guarida el aguerrido y salvaje líder de los renegados.

Escoltados por los cuatro motociclistas, entraron en la casa. Su interior olía a nostalgia, a tiempos de gloria de vampiros de antaño, en los que eran admirados como grandes señores y temidos como depredadores.

—Esperen aquí. Mi señor los atenderá en un momento.

Los hombres de negro les invitaron a ponerse cómodos en el espaciosos salón y abandonaron el lugar.

Dongwan no dudó en recorrer el área y de colocar su dedo índice sobre biblioteca, mesas, sillones —todo de madera de roble negro—, y comprobar que una capa de polvillo amarillo los recubría.

—Si va a tener muebles antiguos de alto valor, al menos debería ocuparse de limpiarlos.

Mientras Dongwan inspeccionaba la limpieza, Heechul daba vueltas en círculos por el salón, frotando sus manos de forma muy nerviosa y refunfuñando. Hye y Jinnie se sentaron en antiguas y cómodas mecedoras.

—¿Por qué me hicieron entrar en esta casa? ¡Les dije que no quería! Mi misión era traerlos hasta aquí, no vine a hablar con ese... hombre.

Heechul no dejaba de protestar. Dongwan lo observaba con una sonrisa de ternura. Le divertía ver al desabrido enfurecido. Su apariencia humana era muy diferente de su bestia peluda. Sus gestos y ademanes, incluso su forma de caminar apresurada, era delicada y muy tierna.

Le quedaba bien el mote de príncipe, al igual que a Hye. De hecho, el vampiro sexy notó que se parecían bastante, solo que el platinado era más sexy. Se podría decir que Heechul era una combinación de la finura y delicadeza de Hye con la hiper sexualidad de Dongwan.

—Ya escuchaste a esos vampiros de comiquita. Si tú no entras nosotros tampoco. Eres nuestro salvoconducto —le explicó Hye.

—¿No tienes curiosidad por saber por qué te llaman el príncipe consorte? ¡Yo sí! Y si es lo que pienso, estoy seguro que cuándo el renegado te vea se va a poner de tan buen humor, que decidirá ayudarnos sin pensarlo dos veces... Desabrido, tendrás que sacrificarte por el equipo —le dijo Dongwan, con una sonrisa pícara en sus labios. Se limpió las manos llenas de polvo y se sentó en un sillón colonial, junto a Hye.

Heechul apretó las manos con tanta fuerza que sus garras estuvieron a punto de salir, pero no tuvo tiempo de refutar las palabras de Wannie.

—-Buenas tardes. Estoy encantado de que estén en mi humilde hogar. —Una voz grave, pero con un tono amable y risueño, los sorprendió invadiendo el lugar.

Heechul saltó del susto y fue a parar al lado de Jinnie. Sus mejillas se colorearon de inmediato y sus ojos se desviaron hacia un lado.

—-¡Oh! ¿Te asusté? Disculpa, mi príncipe. Es que estoy emocionado de que estés, por fin, aquí —dijo el renegado acercándose a Heechul.

—¡No te acerques! Estoy armado. —Reaccionó el platinado y expuso sus garras. Sus ojos se agudizaron, amenazantes, pero sus pupilas daban vueltas por todo el lugar sin mirar al que le hablaba.

El hombre se paralizó. Enarcó las cejas y entreabrió la boca como si no esperara esa reacción violenta del lobo Moon.

Los otros tres, cómodamente sentados, observaban y comentaban entre susurros.

—¿Quién rayos usa pantalón, chaleco y camisa manga larga con corbata para estar en su casa? —-dijo Hye en voz baja mientras observaba a quien suponía que era Siwon, el líder renegado de Salan I Ask.

—¿Y con este calor? —agregó Jinnie.

—-Peor aún, ¿quién combina un traje color crema con zapatos y medias negros? Sin duda es un renegado, pero de la moda —remató Dongwan y agregó algo más— ¿Por qué el Heechul está tan nervioso?



Siwon expuso una amplia e ilusionada sonrisa, al ver la mirada amenazante y las garras expuestas de Heechul.

—Oooh, mi príncipe, debes estar nervioso. Yo también lo estoy. Es lógico, hace mucho tiempo que no nos veíamos. ¡Vaya! Vino tu primo menor, el citadino, supongo que será testigo de la boda. Y estos otros ¿te ayudarán con el vestuario?

Heechul se movió rápido y se resguardó detrás de las pesadas mecedoras que ocupaban los otros tres.

—¡No sé de qué hablas!¡Chupasangre maniático! ¡No soy tu príncipe! No me llames así.

El renegado llevó sus manos al pecho y contrajo el rostro, como si las palabras del platinado le hubiesen causado una profunda herida.

—¿Cómo que no eres mi príncipe consorte? Aceptaste casarte conmigo cuando te lo propuse —dijo, con la voz quebrada.

Los ojos de los otros sentados en las mecedoras casi se salen de sus órbitas. De inmediato lanzaron sus pupilas exaltadas hacia el platinado, que a esa altura lucía tan rojo como un cinabrio.

Con las garras crispadas y los cabellos erizados, Heechul dio un paso hacia atrás.

—¿¡K-k-ke yo... quééé!?

El hombre caminó despacio por la habitación, se ubicó de espaldas a un sillón de madera de roble, asientos de terciopelo antiguo, respaldo alto, y anchos reposabrazos. Hizo un ademán, como si estuviera apartando una gran capa invisible, y se sentó. Luego cruzó las piernas con gran estilo.

Todos lo observaron como si estuvieran viendo una película antigua. Sus gestos y movimientos eran bastante teatreros. El hombre era muy guapo. De hecho, Dongwan se preguntaba por qué al platinado le caía tan mal. Tenía un buen porte, de vampiro de élite, un cuerpo alto y delgado. Sus ojos eran de un negro profundo y combinaban con su cabello que lo llevaba corto y bien cuidado, a diferencia de sus matones. Hubiese podido pasar por un vampiro de gran clase y linaje, de no ser por su sonrisa infantil, que le daba una imagen de ser alguien bonachón, tierno y bobo. Eso fue algo que a Dongwan le pareció aterrador: no dejaba de mostrar una dulce sonrisa.

—Mi querido Hee, pensé que habías venido a consumar nuestros votos —dijo el renegado. Sus ojos abiertos se mostraban sorprendidos, sin embargo, no dejaba de sonreír. Era realmente espeluznante.

Heechul estaba casi hiperventilando. Batía sus manos con fuerza sobre su rostro enrojecido, procurando algo de aire.

—No sé de qué hablas, vampiro baboso. Yo jamás acepté casarme contigo ni mucho menos he hecho votos. Es más, ¡ni te conozco! —Respondió.

Los otros tres observaban la conversación con la sonrisa congelada. No entendían nada de lo que sucedía. Aquello parecía la burla de un drama pasional.

—Hieres mis sentimientos, querido. Sé que fue hace mucho tiempo, pero no puedes haber olvidado lo bien que lo pasamos y nuestra promesa de amor... Si quieres, puedes preguntarle a mis hombres, ellos estaban ahí.

El cabello rubio, casi blanco, de Heechul se levantó erizado y sus manos se apretaron en el respaldo de la silla de Jinnie, de la cual se había sujetado para no caer de la impresión.

—¿¡Qué!? ¿Preguntarle a tus matones?... ¡Ellos van a decir lo que tú les digas! Es mi palabra contra la de las cuatrocientas bestias que tienes por lacayos.

El platinado levantó su mano temblorosa y pidió una pausa para respirar profundo y calmarse. Necesitaba centrar su mente para salir de aquella bochornosa situación. Estaban perdiendo un tiempo valioso; pero sabía lo intenso que era Siwon y que no lo dejaría en paz hasta que reconociera algo de lo que él decía. Lo conocía, ¡claro que lo conocía! y su necedad podría poner en peligro la misión que llevaban. Después de varias y muy profundas respiraciones, continuó.

—Si...—se aclaró la garganta—. Si estás hablando de aquella vez que nos encontramos en la feria de Lui Mala, y que por un error de cálculo terminé pasando la noche en esta guarida de matones; déjame decirte que yo estaba muy borracho, y cuando eso me pasa sufro de amnesia. No sé qué pude haberte dicho ese día, pero es igual. ¿Acaso no has escuchado decir que la palabra de un lobo borracho no vale nada?, ¿cierto Jinnie? ---Buscó apoyo en su joven primo.

Ante aquellas "sabias" palabras las quijadas cayeron dejando las bocas abiertas de forma colectiva. La conversación estaba tomando un rumbo mucho más esclarecedor y nada positivo para la inocencia del platinado.

Dongwan inundó el espacio con su característica y muy sonora carcajada. Jinnie, por su parte, mostró su mejor cara de: "a mí ni me pregunten, yo nací ayer". Hye se mantuvo expectante al chisme.

Pero al que no le cayeron muy bien las palabras de Heechul fue al flamante anfitrión. La sonrisa se le borró del rostro.

—¿Error de cálculo? ¡Hay ciento cincuenta kilómetros entre Lui Mala y esta casa! Tu hacienda queda hacia el otro lado, sin embargo, tú llegaste hasta aquí. ¿Todavía dices que fue un error de cálculo? —El pecho del renegado subía y bajaba con rapidez lo que hacía evidente que aquello le había afectado. Se levantó de la silla y con los puños apretados se colocó frente al platinado—. Si no viniste a cumplir tus votos, ¿¡Qué haces aquí, Heechul Moon!? —dijo, con los ojos entornados y el ceño fruncido.

El ambiente romántico y divertido cambió radicalmente. Un aire pesado y agresivo recorrió el lugar y los chicos presintieron que la misión estaba en peligro. Todos los rostros se volvieron serios y permanecieron en silencio por unos minutos.

Heechul se dio cuenta que sus palabras no habían sido acertadas. Debía hacer un movimiento rápido o todo se perdería y Siwon iniciaría un enfrentamiento.

—Escucha, ¿podemos dejar esa conversación para otro momento? Yo.. hoy ¡vine a negociar contigo! —dijo, y para mostrar confianza salió de su trinchera detrás del asiento de Jinnie y sonrió. Una sonrisa congelada y obligada, pero ahí estaba.

Siwon enarcó las cejas, la repentina actitud conciliadora de su príncipe cruel lo descolocó. Heechul se ubicó frente a los chicos y continuó para poner en contexto al vampiro renegado.

—Verás, el hermano de Minwoo fue secuestrado por los biyansimgjo, él se fue detrás de ellos y Eric se fue detrás de él. Ahora todos corren peligro. Yo sé que tú has entrado en esa zona varias veces, por eso necesito tu ayuda.

Siwon se mostró confundido. No estaba seguro de haber entendido bien, Heechul hablaba muy rápido y además, ¿acababa de rechazarlo y ahora le pedía ayuda? Eso no era propio de su adorado tormento. Abrió la boca para intervenir, pero el ex príncipe consorte le hizo señas con su mano para indicarle que aún no había terminado.

—Espera, que aún no te digo mi propuesta. Sé que no haces nada de gratis sino por intercambio, así que... —Dio un paso hacia un lado para dejar la visión directa de Siwon hacia los otros tres que permanecían sentados. Hye Sung, al ver que Heechul inició la negociación, tomó la mochila que traían y se dispuso a sacar los artículos electrónicos que le iban a ofrecer al renegado.

—... Así que si me ayudas, te dejo a estos dos sirvientes. Serán muy buenos para tu grupo. Ellos pueden enseñarle modales a tus bestias, y otras cosas. A Jinnie no te lo dejo porque, ya sabes, es mi primo... aunque si lo necesitas...

—¡¡Heechul!! —gritaron los tres aludidos, casi al unísono y con un claro tono de molestia. Estaban sorprendidos por el repentino cambio del platinado en los planes

El renegado los observó con detenimiento. Como si estuviera analizando la propuesta. Después de un momento, se dirigió al descarado lobo blanco.

—¿Me estás pidiendo ayuda para rescatar al imbécil mortal que se cree lobo y a tu estúpido primo que se cree príncipe...?

—No se cree, ¡es el príncipe!, aunque te duela —le interrumpió Heechul.

—¡Es igual! Es un estúpido engreido —le gritó Siwon—. Y el mortal ridículo, ese con el que correteabas por las praderas..., ¿crees que no sé que te gusta?... ¿Piensas que lo voy a ayudar?... Y de paso, me ofreces a estos dos alfeñiques que no se saben ni vestir. ¡Míralos! son unos vulgares.

Si Dongwan hubiese tenido un corazón latiente le habría dado un infarto. Se levantó como un resorte de su silla y se enfrentó al vampiro renegado.

—¡¡¿Cómo te atreves?!! ¡Vampiro de caricatura! Tú... tú...¿tú te atreves a juzgar mi exquisito atuendo? No tienes clase para eso. Eres un mal hablado y estúpido egocentrista, ¡por eso Heechul te odia!

El semblante de Siwon cambió de inmediato. Sus ojos, antes entornados y furiosos, se volvieron redondos y temerosos. Sus labios dibujaron un tímido puchero.

—¿Me-me odia? ¿Te dijo eso? —le preguntó a Dongwan con un tono de temor.

Fue tan lamentable su expresión que Dongwan reculó.

—Bu-bueno, no lo dijo así exactamente.

El lobo menor había permanecido callado todo ese tiempo, pero la inmadurez y estupidez reinante en el ambiente lo saturó. Se levantó de la silla y con las manos apretadas en puños, se dirigió a todos.

—¡¡Ya basta!! ¿A qué están jugando? ¿Se les olvidó a qué vinimos? ¡¡Andy está en peligro y ustedes pierden el tiempo en estupideces!!

Un silencio incómodo se hizo de inmediato. Con tres o cuatro frases el lobito ubicó en su lugar a los adultos, que no les quedó más remedio que bajar las cabezas. Cuando obtuvo la atención de todos continuó.

—Si ustedes no piensan hacer nada, yo sí. Me voy a buscar a Andy. Está claro que este hombre no va a ayudarnos —dijo, recogió su bolso y dio la vuelta para salir del salón.

HyeSung exhaló con pesadez. Jinnie tenía razón, estaban perdiendo un tiempo que no tenían. Recogió el resto de las mochilas y se fue detrás del lobito. Dongwan hizo lo mismo. Heechul le lanzó una mirada al renegado, que éste no supo si fue de rabia o decepción, y salió también.



El un completo y aplastante silencio entraron en el todoterreno. Los ánimos estaban golpeados, pero no había tiempo para roer la mala suerte. Hye encendió el motor, quitó el seguro y llevó la palanca de cambios a la posición inicial; pero tan pronto como sacó el pie del embrague y pisó el acelerador tuvo que frenar de improviso. Los cuerpos impactaron de un golpe sobre los asientos.

El renegado apareció enfrente de ellos, con los brazos extendidos, y de nuevo la macabra sonrisa brillaba en su rostro.

—Chicos, chicos. No puedo dejar que se vayan así nada más, son mis invitados. Regresen a la casa, por favor..., negociemos —dijo Siwon con una expresión irónica.

Aquello no parecía una invitación, sino más bien una imposición. Los otros renegados rodearon el vehículo en menos de dos segundos.

—¿Peleamos? —preguntó Dongwan a Hye— Tengo ganas de reventarle la sonrisa a ese petulante.

—Oye, no. Ese déjamelo a mí —dijo Heechul.

—Son demasiados y no tenemos tiempo. Veamos qué es lo que propone el líder renegado. —Fue la respuesta del rubio.

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De regreso en la guarida del renegado, el aire que se respiraba se había vuelto caliente y pesado. La tensión podía cortarse con una navaja. Los vampiros Dark y los lobos Moon estaban a la defensiva. Ya no se sentaron en las cómodas mecedoras, se ubicaron en el centro del salón, muy juntos, cuidándose las espaldas unos con otros. Los matones de Siwon les triplicaban en número y los rodeaban con caras de pocos amigos. Las miradas se intercambiaban con ojos agudos y ceños fruncidos. Sin embargo, el líder renegado seguía sonriendo de forma tan amplia, que sus mejillas se elevaron achinando sus ojos.

—Di qué es lo que quieres, Siwon. No tenemos tiempo para que te hagas el interesante —le dijo Hye. Asumiendo su rol de líder.

El príncipe Dark ya se había dado cuenta de la peligrosa personalidad del renegado. Parecía un dulce, pero era un picante letal, y si no le llegaban al precio estarían en una situación de gran riesgo.

—¿Sabes? al principio no te reconocí. Con ese atuendo y ocultando tu esencia, puedes pasar por un vampiro común, incluso como un mortal. Eres bueno mintiendo... Hye Sung Dark. —respondió Siwon y sus ojos se clavaron en los del rubio vampiro.

Hye se tensó, al igual que los otros tres. Su cortina había sido descubierta.

—Si ya sabes quien soy, ¿no deberías bajar el tono y ser más amable?

—¿Por qué? ¿Porqué eres el heredero? Tú serás el príncipe de Euduundal, pero yo soy el rey de Salan I Ask, y viniste aquí a pedir mi ayuda. ¿No deberías tú ser más amable conmigo?

—¿Rey? ¿Te autoproclamaste rey? ¿Eres estúpido? Salan I Ask pertenece a Euduundal, no puedes ser rey de este distrito —le dijo Dongwan, visiblemente exaltado.

—¡¡Otra vez están desviando el asunto!! —La voz de Jinnie se alzó de nuevo por encima de las palabras necias de los mayores—. ¡Concéntrense! Me tienen mareado de tanto pelotearse los egos.

El silencio reinó de nuevo por unos segundos.

—Oye, Hee, creo que voy a aceptar a tu primo cómo pago. Es más valiente que ustedes tres juntos. Mira que gritar así, en mi casa y con veinte de mis hombres rodeandolos —se burló el renegado.

—Ya basta, Siwon. Jinnie tiene razón. Di de una vez qué es lo que pretendes. ¿Acaso vas a detenernos ahora que sabes que el heredero está aquí? ¿Piensas usarlo para buscar conflicto con los líderes? —dijo Heechul.

—Si es eso lo que pretendes, no se va a poder. No pienso quedarme con los brazos cruzados. Si intentas retenernos vamos a luchar contigo y con toda tu gente, aunque tengamos que morir aquí mismo —respondió Hye.

Siwon esbozó de nuevo su sonrisa infantil—. ¿Qué les pasa a todos ustedes? Y después dicen que el teatrero soy yo. Cálmense. ¿Por qué buscaría un conflicto con los lores del gobierno central?

—Porque eres el líder de los renegados. Tú y tus matones están fuera de la ley —espetó Dongwan, con desdén.

Siwon soltó una carcajada que fue replicada por todos sus secuaces.

—¿Oyeron eso, chicos? —les dijo a sus hombres, con lágrimas de risa recorriendo sus mejillas—. Esa es la fama que tenemos en la capital. ¿No es maravilloso?

Con un gesto de manos, Siwon les indicó a sus hombres que se retiraran. Ordenó traer bebidas y botanas y les pidió, muy amablemente, a los invitados que se sentaran de nuevo. Los cuatro se miraron a las caras y con los ojos inquietos y preocupados, accedieron a sentarse.

—Escuchen —continuó Siwon—. Lo que me molesta es que, si el heredero vampiro viene a mi casa, lo mínimo que espero es que se presente como tal y que solicite mi ayuda de manera directa. No que se oculte como un vulgar mortal y que intente manipular mis sentimientos, utilizando al lobito que me para el corazón, para ablandarme.

Hye Sung exhaló relajando un poco los hombros. En eso no podía deja de darle la razón el renegado.

—Tal vez tengas razón y me disculpo por eso. Pero debes comprender que estamos en una misión encubierta y no podía revelar mi identidad así nada más.

—Además, nunca tuvimos intenciones de usar a Heechul como pantalla. Ni siquiera sabíamos que te paraba el... , eh, bueno, eso se nota a leguas —agregó Dongwan con una sonrisa burlona.

Heechul fulminó a Dongwan con la mirada, pero permaneció en silencio, ya había hecho mucho con su discurso.

—Oiga, señor renegado, me quedó una duda —dijo Jinnie—. ¿No está usted y su grupo en guerra con los líderes y fuera de la ley?

Siwon se rascó el cuello, se incorporó un poco en la silla y les habló con un tono cómplice.

—Les voy a contar algo, pero por favor, no se lo digan a nadie porque ponen en riesgo nuestra mala fama. —Los otros se acercaron un poco en sus asientos y prestaron atención a las palabras de Siwon.

El renegado se aclaró la garganta y continuó—. Nos llamamos renegados porque estamos en pelea con nuestras familias. No seguimos las leyes, pero las impuestas por nuestros propios clanes. No tenemos nada en contra de los líderes ni de su gestión de gobierno, de hecho, nos apoyamos mutuamente. Yo mantengo a raya a los biyansimgjo y les informo de sus actividades, y ellos me dejan ser el rey de Salan I Ask... ¿Ven que no me autoproclamé? Tengo el respaldo de los líderes    —les dijo, con un tono de confianza.

Las bocas abiertas ahogaban el asombro y las miradas confusas de lobos y vampiros se cruzaban entre ellas. Se esperaban cualquier cosa, menos esa respuesta.

—¿Significa que eres como un espía del gobierno? —preguntó Jinnie, con los ojos iluminados.

El renegado miró a los lados, envolvió su barbilla entre el dedo índice y el pulgar y se quedó analizando las palabras del lobito.

—No lo había visto así..., pero ¡me gusta! Sí, soy un espía del gobierno de Euduundal.

—¡Ooooh! ¡Guaooo! Andy se va a emocionar mucho cuando sepa que conocí a un espía de verdad —dijo Jinnie con los ojos brillantes y muy grandes... como para mirarte mejor.

—Por cierto, cuéntame qué es lo que pasa con ese tal Andy, ¿quién es y porque lo tienen los biyamsigjo? —preguntó Siwon.

—¿Nos vas a ayudar? —preguntó a su vez Heechul.

—¡Por supuesto! Si es un asunto con los infectados, estoy obligado por mi relación con los líderes..., pero ni creas que voy a hacer algo por ese estúpido mortal ni por tu primo —aclaró.

—¿Estás obligado? —Heechul se levantó de su silla y se acercó a la de Siwon. El renegado lo miró con ojitos tiernos y su mejor sonrisa, y se dispuso a esperar el amoroso agradecimiento de su príncipe consorte.

El platinado abrió su mano y le asestó un zarpazo en la cabeza, que aturdió al vampiro.

—Si igual nos ibas a ayudar ¿¡Por qué nos hiciste pasar por todo este circo!? Amenazándonos con tus matones. ¿¡Te burlabas de nosotros!? —le gritó, enfurecido.

—¡Oyeeee! eso me dolió... Y qué te puedo decir, soy teatrero. Me encanta el drama —le respondió y se levantó de prisa para evitar otro zarpazo.

Después de calmados los ánimos y aclarados los malos entendidos. Hye Sung puso al tanto a Siwon de todo lo sucedido en las últimas semanas. El líder de los renegados ya había notado las actividades inusuales de lo biyansimgjo. Por cientos de años habían estado muy callados, pero en ese último año se les había dado por salir de su territorio y merodear por los otros. Siwon, al igual que los líderes, sospechaban que esta repentina actividad se debía a que el patriarca de los lycans había reaparecido. Al parecer estaba en un letargo autoimpuesto del cual acababa de despertar.

—¿El patriarca?¿Quién es? ¿Lo conoces Dongwan? —preguntó Hye.

—Es el antiguo líder de los Lycans. Un ser nefasto, cruel. Tanto como Christian Dark. Se había dicho que había muerto, pero parece que solo estaba de parranda —respondió el vampiro sexy.

—¿Así que ya saben también de las actividades del viejo Dark? —preguntó Siwon.

—Nos enteramos recién —respondió Hye y le devolvió la pregunta a Siwon—. ¿Y los líderes están al tanto de lo del patriarca lycan? ¿Por qué no me dijeron nada?

—También nos enteramos recientemente. Fue gracias a alguien que rescatamos en Salan I norte, cerca de la montaña Niu. Un vampiro que los infectados tenía secuestrado y estaba siendo torturado. Por suerte logró escapar y lo encontramos a tiempo —comentó Siwon. Le hizo señas a uno de sus secuaces para que llamara a la persona en cuestión, luego, continuó con su relato—. Es un renegado también. Fue expulsado de su familia, así que lo invité a quedarse y a trabajar como mi asesor.

Siwon no había terminado de hablar, cuando una rafaga de viento levantó el polvo de los muebles y los tapetes de la mesa. En pocos minutos la brisa se calmó y se hizo presente un vampiro alto, esbelto, de muy buen porte. Su largo cabello brillaba y resaltaba con un azabache puro.

Dongwan saltó de su silla y dio dos pasos hacia atrás. Su boca abierta ahogaba una expresión de asombro. Su cuerpo se estremeció con fuerza, al reconocerse en aquellas pupilas amatistas que lo miraban fijamente.

Hola, Holaaa. Estoy feliz de que estemos de vuelta. ¿Nos extrañaron?

Espero que tengan el mejor ánimo para disfrutar de este capítulo.

Y por supuesto que espero que me cuenten qué les pareció. Traté de hacerlo un poco relajante y divertido.

¿Qué tal  nuestro renegado vampiro? ¿Conocen al artista que lo inspiró? ¿Les gusta su sonrisa?

¿Y el secretito de Heechul? ¿No que no conocía al renegado?

Aquí les dejo unas fotitos para recrear un poco el capítulo.

Recuerden comentar y votar, y si gustan lo pueden compartir.

El outfit de nuestro renegado. ¿Cómo puede andar así en su casa? ¿O se vistió así para su príncipe consorte?

La casa de Siwon. La casa y el paisaje fueron generados por una IA

El paisaje de Salan I ask

Rosa del desierto. Se imagina su casa llena de estas flores. Éstas son reales.

La cara de Heechul se puso de este color. Es cinabrio, también es real.

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