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Capítulo 19. Kitsune. Una Sombra los persigue.




El silencio invadía el interior del todoterreno. El ruido de los autos y motores que transitaban por la concurrida carretera central, no los perturbaba. Por una razón u otra cada uno estaba sumido en su propio aislamiento mental. Podía ser porque sus estómagos estaban llenos después del suculento desayuno que prepararon los Raoni y que para sorpresa de los invitados no solo incluyó diversos tipos de legumbres y verduras sino también estofado de Crino. Se les hizo raro que elementales del tipo conejo tuvieran en su despensa tal cantidad de carne, pero ninguno dijo nada ni se quejó.

También podría ser el calor lo que les estuviera apretando el ánimo manteniéndolos en sopor. Era pasado medio día y, a pesar de que pudieron bañarse y descansar un poco en casa de los elementales, el sol inclemente ya los tenía sudando. Demasiados cuerpos masculinos juntos.

La ruta era larga y sinuosa. Los campos sembrados se extendían a ambos lados de la carretera dándole al paisaje una visión bastante monótona. Les faltaba al menos una hora para llegar a la encrucijada desde donde tomarían el rumbo hacia un nuevo distrito; una vez allí, buscarían un buen hotel para descansar y proseguir el viaje en la noche.

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Andy había tomado el puesto de Jinnie en la parte trasera. Como era más pequeño que el lobito no tuvo problemas en acomodarse y dormir un poco. Su panza estaba inflamada por comer tanto frijol. Desde que probó el primer bocado en el desayuno supo que su estómago no se lo perdonaría, pero la sazón de la señora leporiadae era tan buena que aceptó pagar con gusto las consecuencias.


Jinnie no lo estaba pasando mejor; ya se había desabotonado la parte baja de la camisa y estaba pensando en si debía aflojar la tira del pantalón. A pesar de que la llenura no lo dejaba respirar bien su rostro mantenía una amplia sonrisa de satisfacción; como la del gato que se acaba de comer, por fin, al canario.



El calor no afectaba a los vampiros, sin embargo, Hye peleaba con el botón del aire acondicionado intentando refrescar un poco más el vehículo. Eric ojeaba hacia él de vez en cuando con disimulo, le extrañaba que el rubio estuviera tan silencioso. No se había quejado de nada y apenas había hablado lo necesario durante el desayuno.

«¿Qué estará tramando?», pensó, «tanto silencio me espanta».

El lobo sacudió la cabeza para sacar al rubio de ella y se concentró en el caminó. Dirigió brevemente la mirada al espejo retrovisor y observó a su amigo mortal, sentado detrás de él, disfrutando de los colores del paisaje. Recordó lo que habían comentado los biyangsimjo y su mente se llenó de angustia. Debía tomar una decisión.




Minwoo observaba el paisaje, o al menos eso hacían sus ojos. Su mente estaba más allá, pero no tan lejos, justo en la ventanilla contraria. Se preguntaba si en realidad Dongwan había sido capaz de matar a aquel hombre.

«¿Por qué matarlo? Ya le había advertido que lo dejara en paz... ¿Será que intentó acosarlo de nuevo el mercenario? ¿O acaso fue ese hombre el que envió al otro a atacar a los chicos y a los campesinos conejo, para castigar a Dongwan?» pensaba, confundido, el mortal.

La personalidad extravagante del vampiro lo tenía desconcertado. A veces lo sentía cálido y cercano, de hecho, totalmente invasivo. Otras veces se portaba ausente, como si estuviera detrás de un cristal, podía verlo pero no tocarlo. Y en contadas ocasiones le había hecho temblar con su mirada. Su actitud cambiante lo perturbaba; le hacía dudar sobre algo que él creyó tener claro por cinco años: la muerte de su primo. Ya no podía asegurar como antes que fue este vampiro frívolo y coqueto, que le había protegido en más de una oportunidad, el que convenció a Vic de tomar la biosangre. Eso era lo que más le angustiaba.

La mente de Minwoo era en ese momento una madeja de hilos enredados cuyas puntas llegaban todas al mismo lugar: Dongwan. Sin él pretenderlo, recordó la imagen traviesa del vampiro cuando lo sujetó del brazo en la mañana... y sonrió. Casi por un impulso volteó hacia la ventanilla contraria buscando la mirada amatista, pero aquellos ojos estaban perdidos en otra dimensión.




La agudeza que mantenía en su mirada, mientras los múltiples colores del campo pasaban por su ventana sin ser notados, indicaba que su mente estaba atiborrada de angustiantes pensamientos. Había logrado llegar hasta ese momento sin mayores complicaciones, pero la muerte de aquel mercenario de seguro le traería consecuencias. Sabía que detrás de ese asqueroso hombre vendrían otros y no humanos. De repente, Dongwan se preguntó si había alguna relación entre la aparición de los biyangsimyo con la de los mercenarios. Desechó esa idea, los indeseables no lo esperaban ni a él ni a Hye. Sin duda fue otra cosa lo que alborotó a las bestias.

Se colocó la mano sobre el pecho. La herida, aunque ya no se veía, palpitaba y el picor interno era persistente. ¿Cuánto tiempo más resistirá?, era su duda. ¿Cuánto más podría sostenerse en pie antes de que el odio de todos lo aplaste? Desvió la mirada hacia el frente y observó a Hye; su cabello resplandecía, suave y delicado, como la más estúpida de las inocencias. Los ojos de Dongwan se cubrieron con un velo opaco y húmedo.




Hye dejó en paz al botón del aire y se incorporó en su asiento. Sintió la mirada curiosa de Eric y decidió quedarse quieto. Concentró la vista al frente; la carretera serpenteaba delante de él ocultándose entre los cerros y creando incertidumbres con cada curva. ¿Qué había más allá?... Y su propia incertidumbre lo asaltó. Comenzó a preguntarse si fue real lo que percibió de Eric en la madrugada, su cambio no se dio de manera normal. Su mirada estaba vacía; sus garras y colmillos se mostraron mientras sus palabras, como témpanos, lo golpeaban.

El rubio recordó la desesperación con la que reaccionó el lobo cuando vio sus manos cubiertas de grueso vello. ¿No se dio cuenta que se estaba transformando? ¿Perdió la conciencia por esos segundos? Estas dudas lo llevaron a otras más profundas: Lo que sucedió entre ellos en el pasado, ¿realmente sumergía a Eric en la locura, tal como se lo afirmaba?

Por unos segundos Hye dejó de respirar. La idea de que él, con su necesidad de hacerlo reaccionar, estuviera empujando al lobo al descontrol, le apretó el pecho con furia.

«¿Debo alejarme?... No puedo permitir que por mi culpa... él se pierda».

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Salieron de la última curva y Eric tomó rumbo hacia la derecha. Les sorprendió a todos que no se detuviera en la encrucijada, tal como lo habían acordado en el barco, sino que siguió adelante en silencio.

-¿A dónde vamos? -preguntó Hye.

-A Hanjibang

-¡Hey! Acordamos que lo discutiríamos en la encrucijada. Esa es la ruta más larga hacia Nok -le recordó Andy, que hacía un rato se había despertado.

-Es la ruta que tomaremos por ahora, después regresaremos -les indicó Eric. Pero aquellas palabras en lugar de aclararles les generó mayor confusión.

-Detén el auto -le pidió Minwoo.

-Ya lo decidí, Min, así que tranquilo.

-No me importa si lo decidiste. ¡Detén ahora mismo el maldito auto! -le dijo, con un tono de voz elevado y autoritario.

Eric infló sus mejillas y resopló con fuerza. Se detuvo en la orilla de la carretera. Por un momento hubo un silencio tenso que nadie entendía.

-Sé que fui yo el que se empeñó en ir por esta ruta -dijo Min, finalmente, -pero eso solo fue un estúpido capricho. Insisto en que debemos continuar con el plan original. Esta ruta no solo es la más larga sino que ahora es la más peligrosa también.

-¿Peligrosa?, ¿por qué? -preguntó Jinnie, y por las caras de los demás, era la misma pregunta que se hacían todos.

Minwoo exhaló y tomó de nuevo aliento para argumentar sus palabras iniciales.

-No sabemos cuáles eran los planes de esos biyansimgjo, pero está claro que vinieron por Eric. Si seguimos por la ruta de Hanjibang para ir a Nok, tendremos que pasar por la parte noreste de Salan I ask y ese es el territorio de esos demonios. Sería como entregarles a Eric en bandeja de plata.

Las voces de acierto y apoyo a las palabras de Min se levantaron. El voto era casi unánime. "Casi". Eric abrió los seguros y salió del auto.

-Minwoo, ven conmigo. Los demás quédense aquí, por favor.

-Oye, esto es algo que debemos acordar entre todos. ¿Por qué tienen que ir a cuchichear ustedes? ¿Cuál es el misterio? -reclamó Dongwan.

Eric miró a Hye, quien permaneció en un extraño silencio. Luego dirigió la mirada a Dongwan.

-Por favor -repitió con un tono serio, pero amable. El vampiro adolescente torció el gesto, pero asintió.

Se alejaron a una distancia prudencial, hasta donde supusieron que el oído de los vampiros no llegaría, e iniciaron un acalorado debate.

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-Hye, ¿puedes oírlos? -preguntó, curioso, el vampiro sexy.

--No, no puedo. Deja de ser tan entrometido, por eso Eric te llama bruja.

Dongwan exhaló haciendo vibrar sus labios, lo que produjo un ruido como de caballo que hizo reír a los chicos. El vampiro miró a Jinnie y agudizó los ojos.

--Chico lobo. Seguro que tú sí puedes escucharlos. ¿Por qué no nos dices qué pasa con esos dos?

-¿Eh?, ¿yo?... Aaaahh... No puedo oír nada.

-¡No mientas! Eres un lobo debes tener un súper oído...

-¡Ya basta, Dongwan! Deja de discutir con los chicos -le interrumpió Hye-. ¿Tengo que recordarte la edad que tienes? El que hayas cambiado tu apariencia no te borra los años. ¡Compórtate!

El regañado torció la mirada y se cruzó de brazos, molesto, pero siguió protestando.

-¿No te parece muy extraño que nos oculten cosas? ¡Deberían ser honestos! Estamos juntos en esto y somos compañeros de viaje, no deberían... -De repente, se dió cuenta de lo que estaba diciendo y cerró la boca de inmediato. El rey en ocultar cosas exigiendo honestidad, era una verdadero descaro, hasta para él.


-El que está muy extraño eres tú -le refutó HyeSung-. Últimamente andas muy curioso con las cosas de Minwoo. Incluso te he visto muy pegado a él ¿Qué te traes? ¿Les estás coqueteando?

El rostro de DongWan, normalmente pálido, tomó un tono carmesí intenso. Una de sus cejas se elevó y saltaba haciendo un tip nervioso muy descontrolado. Quedó desarmado ante las palabras de Hye.

-¡T-t-t-tú! -balbuceó el vampiro sexy, en un intentó por mostrarse ofendido. Exhaló y respiró de nuevo para poder coordinar las palabras. Cuando encontró su centro, su lengua se fue contra Hye.

-¿¡Cómo se te ocurre semejante bestialidad!? La cercanía con el perro Moon te ha vuelto más imbécil... ¡Yo jamás me metería con ese mortal insensible! ¡No soporto ni su olor! -Enfatizó sus palabras con un golpe a la parte trasera del asiento de Hye que estaba frente a él.

-¡Shiii! -expresó Hye, en tono de burla, ante el berrinche de su primo.

Los chicos agudizaron los ojos y esbozaron una sonrisa de labios apretados. Nadie creía en esas palabras. La actitud reciente de DongWan era demasiado descarada como para pasar desapercibida. Los únicos que no se habían dado cuenta del coqueteo que había entre ellos, eran Minwoo y el propio vampiro adolescente.


-Hay algo que sí me pareció muy extraño de lo que dijeron lo biyangsimjo --dijo Andy rompiendo el silencio incómodo que, después del estallido de DongWan, se había apoderado del todoterreno.

HyeSung giró sobre su asiento para prestar atención al joven vital que aún estaba sentado en la última parte del vehículo. Dongwan y Jinnie hicieron lo mismo. El tema de los indeseables no se mencionó en el desayuno y ninguno de los vampiros tenía mucha información. Ellos habían llegado tarde a ese encuentro.

-Cuéntanos, Andy -le pidió Hye.

El chico movió los ojos de un lado a otro para poner en orden sus pensamientos y luego lo soltó.

Los vampiros lo escucharon con atención. De pronto, elevaron las cejas con una expresión de asombro y luego fruncieron el ceño, confundidos. Jinnie abrió los ojos y la boca al escuchar las palabras de Andy y procedió a interrumpirle de inmediato.

-Tú estás confundido, Andy. Ellos no-no dijeron eso. Dijeron que al príncipe lo protegía un cachorro de lobo. Se referían a mí... Estaba hablando sobre mí -le dijo con evidente nerviosismo.

-¡Yo sé lo que oí! No me hagas pasar por loco -le refutó, molesto-. El nosferatu que intentó atacar a mi hermano dijo que para él sería un honor matar al Kitsune, porque era el último de su raza... Pero lo que no entiendo es que si ahí no había nadie más que nosotros y los leporiadaes, ¿por qué ellos mencionaron a un Kitsune? ¿De quie...

Andy no pudo terminar de hablar. Jinnie cubrió su boca en un intento desesperado de hacerlo callar. Los vampiros de élite cruzaron las miradas con una seriedad por usual. También sus mentes se cruzaron y, al mismo tiempo, voltearon la vista hacia el lugar en el que los otros dos mantenían su secreta reunión.

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-Escúchame con calma, Min. Vamos a ir a Hanjibang y tú y Andy se quedarán ahí hasta que retornemos.

-¿¡Qué diablos estás diciendo!? ¿Por qué te quieres deshacer de mí ahora?

-No es eso... Entiéndeme, por favor. No sé qué demonios querían esos biyangsimjo, pero ahora saben de ti. Ese nosferatu no estaba jugando y lo más probable es que vengan más.

Minwoo retuvo la respiración por un momento y con un suspiro de desaliento la soltó.

-¿Temes que por mi culpa se arruine la misión? -le preguntó con un tono de tristeza.

-¡No es por la maldita misión! ¡Es por ti! -le gritó el lobo sacudiéndolo por los hombros.

Eric caminó unos pasos dándoles la espalda. Bajó la cabeza, sujetó su frente con una mano y se masajeó las sienes. Se veía realmente abatido. Después de unos segundos continuó.

-Yo... yo no debí... no debí pedirte que me acompañaras en esta travesía. Tú no querías venir porque sabías a lo que te exponías. No te escuché, solo pensé en la prioridad de la misión. Soy un maldito mal amigo,... perdóname.

Minwoo sonrió con ternura. Pocas veces había visto a su amigo lobo con esa expresión. Se acercó hasta él y palmeó su espalda.

-¿Sabes por qué acepté venir?

-¿Por qué te presioné? -Eric respondió con una pregunta. Su tono de voz reflejaba vergüenza.

Minwoo rio a carcajadas.

-¿Cuándo me has visto hacer algo que no quiera o no me convenga?

El lobo exhaló intentando aliviar su pecho. Luego negó con la cabeza, confirmando las palabras de Min: Nunca lo había hecho. Minwoo siempre encontraba una razón que le conviniera en todo lo que hacía. Muy propio de su especie.

El mortal pasó su brazo por los hombros encogidos del lobo y continuó hablando.

-Eric, querido; mis padres siempre me dijeron que era imposible escapar al destino y que debía estar preparado porque en algún momento quedaría expuesto. Cuando me hablaste de la misión, al principio me negué porque era demasiado riesgo, pero después me llegó una idea. Si de todas maneras va a pasar, es mejor que sea en una buena pelea defendiendo a mis hermanos y a mi gente... Y tal vez, solo tal vez, logre salvarme del estigma de mi origen.

Eric levantó la mirada y con sus ojos llenos de tristeza le dijo-: Puedes perder todo lo que has construido hasta ahora. Tu negocio, los amigos,... tu vida.

El mortal exhaló.

-Sí, eso es cierto. Pero estoy seguro que no podrán quitarme lo más importante para mí: mi familia y mi mejor amigo. Por eso voy a patear el culo de esos malditos lycans que están detrás de ti, y tú no me vas a quitar ese placer.

Eric soltó una carcajada desde lo profundo de su abdomen.

-¡Es en serio, no te rías! No tienes idea de las ganas que tenía de comerme a ese maldito nosferatu. No le salté encima, cuando se atrevió a hablar de mí, por respeto a Andy. No quería que me viera atacar primero.

A Minwoo le brillaban los ojos mientras le contaba a Eric sus impresiones del inesperado encuentro con los biyangsimjo. El corazón del lobo se tranquilizó y saltó de alegría al ver que su amigo estaba seguro de sí mismo con su inestable y peligrosa situación.

-Cuando el asqueroso vino hacia mí -continuó Minwoo-, me dije que esa era la oportunidad. Estaba esperando a que se acercará un poco más para reventarle en la madre, ¡pero el estúpido pajarraco se atravezó! -dijo y torció el gesto al recordar que el vampiro sexy le arruinó la diversión.

Eric se giró de medio lado para quedar de frente a su amigo y lo apretó con un fuerte abrazo.

--Muy bien, mi loco de carretera -le susurró al oído-, vendrás conmigo. Pero prométeme que te cuidaras mucho.

Minwoo respondió a su abrazo y se pegó más a él.

-Nos cuidaremos el uno al otro, cómo siempre ha sido y debe ser -dijo y recostó su cabeza sobre el hombro del lobo.



Los que esperaban en el todoterreno no podían escuchar lo que pasaba en la secreta reunión, pero sí veían sus movimientos. Los vampiros respingaron en sus asientos al ver cómo los dos hombres se entrelazaron cómo enredadera, fundiéndose el uno con el otro en un estrecho abrazo.

Andy hizo un movimiento de cabeza para afirmar lo que iba a decir.

-Es un hecho, voy a empezar a shippear a esos dos. No es la primera vez que se dan abrazos tan íntimos -dijo con picardía.

Los vampiros miraron al joven vital con expresiones de espanto. Se miraron entre ellos por unos segundos y como acto reflejo, abrieron las puertas del vehículo. Saltaron del auto y corrieron para interrumpir la apretujada reunión. Los hombres se vieron forzados a separarse y fueron arrastrados por los vampiros hacia el todoterreno.


Minwoo abrió la puerta de su lado y Dongwan se apresuró a entrar primero, empujó a Jinnie hacia la otra puerta quedando él en el medio. No tuvo más alternativa el mortal que sentarse al lado del vampiro sexy.

-¿Qué haces ahí? Tu lugar es del otro lado -le dijo apenas entró.

-El chico lobo quería la ventana -le respondió.

Jinnie junto sus cejas preguntándose cuándo había dicho él eso, pero no dijo nada.

-¿Por qué estás tan pegado a mí? Arrímate un poco más, casi no entro y hace calor --protestó Minwoo.

--¿Así que tienes calor? --Dongwan elevó la comisura de sus labios con una sonrisa pícara-. No es mi culpa. Yo no estoy pegado a ti. Tú estás más gordo. Comiste mucho en el desayuno y por eso ahora no cabes en el asiento --le dijo con actitud altiva.

-¡Eishhh! Cada vez estás más loco, pajarraco.

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Eric le explicó al grupo que seguirían la ruta original por Geuin Ttang. La razón que les dió fue la que expuso Minwoo al principio: evitar entrar al territorio de los biyangsimjo. Todos estaban conscientes de que había algo más detrás de las palabras de Eric, pero permanecieron callados. Tarde o temprano se enterarían.


Cuando llegaron al distrito Geuin Ttang el sol todavía mostraba su cálido rostro, pero comenzaba a hacer su descenso por el horizonte oriental. Era tierra de licántropos y salamancos, un territorio amigable en el que podrían conseguir provisiones y bolsas de bio sangre sin mucho problema, gracias a los contactos de la familia Moon.


Les faltaba todavía un poco de recorrido por un terreno cubierto de planicies y colinas, antes de llegar a la ciudad como tal. Andy había ubicado en su dispositivo un buen lugar para descansar en un hotel del centro. Algo económico y sin muchos lujos, tal como habían estado haciendo para mantener un perfil bajo.


Eric chequeó el retrovisor y captó una sombra que pasó a gran velocidad por detrás del todoterreno. Esto lo sorprendió; no dijo nada, pero se alertó y acomodó los espejos laterales del vehículo para tener una mayor visión externa.

Minwoo notó sus ojos agudos por el espejo y miró a su alrededor. Se dió cuenta que algo afuera preoupaba al lobo.

-¿Qué sucede? -preguntó Hye, al sentir la tensión en los dos hombres.

-No estoy seguro, pero creo que algo o alguien nos está siguiendo.

Todos se pusieron en alerta y miraron hacia afuera, atentos, pero nada percibieron.


-Sea lo que sea debe ser muy veloz... Jinnie, cambia de puesto con Andy -ordenó Eric.

Sin decirse palabras los dos menores obedecieron. DongWan se movió de inmediato a su lugar en la otra ventanilla, dejando al vital menor en el medio, lejos de las puertas. Todos los flancos estaban cubiertos para repeler cualquier ataque.


Siguieron atentos por casi veinte minutos, pero ya no vieron ni sintieron nada. HyeSung sugirió que se detuvieran en algún punto. Si alguien los estaba acechando era mejor forzarlo a mostrarse. Fue una idea que todos aceptaron.

Eric detuvo el todoterreno y decidieron caminar hacia una pradera que estaba a un lado del camino. Alejarse del vehículo era una forma de mantenerlo intacto ante cualquier ataque.

Cargaron con los bolsos necesarios y se adentraron en el prado. Siguieron hasta el pie de una pequeña colina. En caso de un enfrentamiento ese era el mejor lugar para resguardar a Andy.




En completo silencio esperaron la aparición de aquello que los acechaba,... pero nada los preparó para lo que vendría. Un agudo aullido penetró en los oídos tanto de humanos como de inmortales con la misma intensidad, haciendo que sus finos vellos se erizaran.

--¿¡Qué demonios es eso!? Parece el llanto de una encantadora, pero estamos lejos del mar -dijo Hye cubriendo sus oídos.

--¡Aaaiissshhh! Esa cosa me erizó el cuerpo. Debe ser un ánima en pena -comentó DongWan con un tono siniestro.

Andy se abrazó a su hermano al escuchar el comentario de Wannie, pero quedó paralizado de terror cuando vio la expresión que este tenía en el rostro.

Minwoo miraba con espanto a Eric y a Jinnie. Ellos ya habían escuchado ese aullido antes. Voltearon atentos buscando el lugar de donde venía tan agudo y afinado sonido. Pero todo era planicie y soledad por aquellos lares. ¿De dónde venía?¿Podrían escapar de él?

-No se muevan ni respiren -susurró Eric-. Si nos quedamos en silencio tal vez no nos vea.

Pero fue demasiado tarde, un bulto les hizo sombra a sus pies. Miraron hacia arriba y ahí estaba. Justo sobre sus cabezas, en lo alto de la colina, un inmenso lobo albino de pelambre ensortijado brillaba con el sol a su espalda. Se veía majestuoso, sedoso, hermoso, casi como un muñeco de peluche... Pero su expresión era aterradora. Sus ojos, amarrillos como el fuego, mantenían la mirada aguda fija sobre ellos, y en su hocico, sus colmillos afilados se mostraban mientras la bestia esbozaba una especie de macabra sonrisa.


Hola, holaaa. Feliz domingo.

¡Cuanta información nos dieron en este capítulo!

Ya sabemos que Minwoo no es un mortal común, pero... ¿Qué es un Kitsune? ¿Qué clase de ser es realmente? Él nos dio la clave en el capítulo 17, ¿la captaron? ... ¿No? Bueno, esperemos un poco más, de seguro que Dongwan logra desenmascararlo jajajajaja.

¿Qué les pareció este Capítulo? ¿Quién será ese lobo que apareció al final? ¿Por qué Eric, Jinnie y Minwoo le tienen terror? Muchas preguntas, a ver qué nos cuentan más adelante.

Gracias por estar por acá. Si les gustó no olviden dejarme aunque sea un saludito. Puede votar y compartir también con sus amigos.

¡Ah! ¿Y qué tal los conejitos? No comen burros, pero sí Crinos. jajaja. Ya hablamos de los crinos en un capítulo pasado, pero les recuerdo que su carne es como la del jabalí. Y a Eric le encanta.

Arriba les deje con un video que une al Hombre perfecto con TOP y ¡Hey Come On! ¡El original de Shinhwa! Si se bloquea el video pueden buscarlo en esta dirección. ¡Es de mis favoritos!

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¡Hasta el próximop domingo!



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