Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14. Placer Culposo.

Feliz Navidad!!!!
Espero que hayan pasado una NocheBuena feliz y una Navidad llena de paz y alegría.

No podía dejar pasar este día y colocarles está hermosa foto de los chicos.

Espero que disfruten el capítulo de hoy.

¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢¢

Jinnie percibió algo extraño en el ambiente. Despegó la mirada del dispositivo electrónico en el que había estado jugando con Andy y la dirigió hacia el sofá. Se levantó con brusquedad al ver que Dongwan se había despertado y tenía a Minwoo atrapado entre garras muy afiladas.

Andy miró al lobito, sorprendido por su sobresalto. El joven se puso de pie de inmediato al ver la situación, no sabía qué estaba pasando entre esos dos, pero se sentía extraño.

-¿Min, está todo bien? -preguntó el lobo menor acercándose con cuidado. La apariencia de Dongwan no era normal.

Minwoo no podía hablar, su boca estaba llena de Bio Sangre. No debía tragarla y escupirla no parecía prudente en ese momento. Tampoco se podía mover, sentía las afiladas uñas del vampiro presionando su nuca. La otra mano de Dongwan sujetaba fuerte su espalda; si hacía algún intento de escape, se apuñalaría con la garras él mismo.

Jinnie caminó despacio hacia ellos, pero Min levantó una mano y le indico que se detuviera. El aura que despedía Dongwan era oscura y peligrosa, si se alteraba podría dañarlos a todos. El mortal mayor le hizo señas al lobito para que saliera y se llevara a Andy con él. Su verdadera preocupación eran ellos dos.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

La brisa helada del amanecer batía fuerte contra ellos, pero no la sentían. El calor que despedían sus cuerpos era capaz de hacer llorar al iceberg más alto.

Sus labios se sorbían, sus lenguas se rozaban y hasta sus colmillos, que por la excitación del momento estaban expuestos, hacían pequeñas laceraciones en sus bocas.

Ese no era un beso común. No como los roces suaves e inexpertos que se dieron siendo adolescentes. Era como la furia de una tempestad, la alucinante caída de una cascada y, al mismo tiempo, el suave rumor de un río. Todo eso y más, era el beso de dos seres que llevaban cientos de años odiándose y deseándose con la misma locura.

Las manos del lobo entraron por el grueso suéter del vampiro y rozaron la piel de su espalda. Pero no sé percató que sus garras también estaban expuestas y no pudo evitar arañarlo.

Hye soltó un pequeño gemido dentro de la boca de Eric, esa clase de dolor le producía placer. En ese momento poco le importaba si el lobo le destrozaba la espalda, en su arrebato por hacerlo suyo. Separó su labios de los de él y con besos cortos y húmedos atacó su cuello. Sus colmillos ansiaban aquella vena palpitante que se le exhibía, excitada.

Rozó su garganta con los dientes afilados y el lobo se estremeció exhalando un gruñido que sonó placentero en los oídos del vampiro. Arrimó la cadera a su entrepiernas para sentir su sexo pulsante.

-Me vas a volver loco -le dijo Eric, con una voz profunda, gutural, cargada de excitación. Y tomó su rostro entre las garras para hundirse de nuevo en sus enrojecidos labios. El éxtasis los envolvía.

Pero no existía eso de la felicidad plena para la atormentada mente del lobo. Un flash violento se encendió en su memoria trayendo el recuerdo de un dolor del pasado. Su cuerpo tembló sacudido por una corriente amarga... y su corazón volvió a oscurecerse. Las garras se clavaron de nuevo en la delicada espalda del vampiro, pero está vez con más fuerza, hasta que sangró.

Hye Sung sintió que el aura de Eric se había vuelto agresiva, y como respuesta natural, se desvaneció de sus brazos y apareció unos metros más atrás.

-¡¿Estás desquiciado?! -le reclamó. El dolor en su espalda decía que aquel arañazo no fue producto de la pasión.

-¡Sí! ¡Y es tu maldita culpa! -rugió, mostrando los dientes afilados. Sus ojos habían cambiado y de apacible gris ahora mostraba un feroz amarillo.

‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽

Andy y Jun Jin salieron de la habitación y corrieron a buscar a los líderes, dejando a Minwoo en un peligroso forcejeo con el que permanecía aún acostado en el sofá.

La expresión en el rostro de Dongwan era confusa: en sus ojos, el amatista luchaba contra el rojo que los inyectaba de sangre. Su boca semi abierta mostraba los colmillos completos, dispuestos al ataque. Pero su mirada no era agresiva, al contrario, se notaba llena de perturbación y de tristeza.

La lucha entre ellos no cedía. El vampiro intentaba acercarlo a su boca y Minwoo se resistía con la fuerza de todo su torso. Sus manos estaban colocadas en cruz sobre el pecho de Dongwan impidiendo que este se levantara del sofá. Sí podía mantenerlo inmóvil hasta que consiguiera la manera de alcanzar su puñal, escondido dentro de su bota izquierda, tal vez salvaría su vida.

Al menos eso era lo que Minwoo pensaba. Pero de los ojos alejandrinos del vampiro brotaron dos sendas lágrimas que estremecieron al mortal hasta los huesos. Él no contaba con que en su corazón se ocultaba una extraña y peligrosa debilidad por el pajarraco. Había aprendido a verlo más allá de su aparente indiferencia, descubriendo en su frivolidad a un ser profundamente solo y desafortunado.

Decidió confiar en su instinto. Relajó su cuerpo y dejó de resistir. Permitió que el vampiro lo arrastrara hasta su boca y le diera... el beso de la muerte.

₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹₹

Jun Jin corría de un lado. Lucía confundido. No estaba seguro qué camino tomar. Intentó olfatear a su hermano, pero la sal del ambiente le tenía tapada la nariz. Detuvo la carrera para tratar de intuir hacia dónde habría ido Eric. Fue en ese momento que escuchó los reclamos del joven vital, a quien había estado arrastrando desde que salió de la habitación.

-¡Suéltame! ¡Loco descerebrado! ¿Por qué me sacaste así del camarote? ¿Qué está pasando? -le gritó, y sacudió el brazo para soltarse de la mano del lobo menor.

-Tenemos que encontrar a mi hermano, ¡es urgente! -le dijo, angustiado.

-¡Pues, ve tú solo! Yo me regreso. Creo que mi hermano necesita ayuda.

Jinnie se acercó a él con el rostro muy serio.
-Escúchame bien, Andy, no es tiempo para berrinches. Lo único que puede ayudar a tu hermano en este momento, es que yo encuentre al mío. ¿Lo entiendes?

El vital no lo entendía, pero los ojos grises fijos sobre él, tenían un tono oscuro. Los labios apretados y la respiración agitada del lobo, le hicieron comprender que algo terrible estaba pasando. Soltó el aire retenido y asintió.

-Bien. Conociendo a mi hermano, buscaría estar en un lugar lo más cercano posible al cielo... -Jinnie trataba de conectar con el pensamiento de Eric para descubrir dónde podría estar-. ¡Ya sé! Sigamos subiendo -dijo y tomó de nuevo la mano de Andy para continuar la carrera.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

-¡Muy bien, imbécil! ¿Es así como lo quieres? -dijo Hye. Su voz se volvió profunda. El dorado de sus ojos se transformó en rojo sangre. Sus garras se afilaron y sus colmillos descendieron, amenazantes-. Saca a tu maldito y resentido lobo. ¡Acabemos con esto de una vez! ---gritó.

Eric continuaba muy alterado. Sus manos temblaban y su pecho subía y bajaba con mayor rapidez. De su garganta salian pequeños jadeos, como los de un perro con rabia. Sus dientes afilados ya no le cabían en la boca y sus huesos comenzaron a crujir, indicando que estaba a un paso de la transformación completa. A duras penas podía contener a su lobo, queriendo salir y destrozar.

Con la adrenalina devorando sus venas y bañando de amarillo fuego su mirada, había dejado de ser el apacible Eric para dar paso al feroz Jung Hyuk.
Antes de que sus ojos fuesen totalmente consumidos por el fuego, observó a Hye Sung.  Sus rasgos humanos casi habían desaparecido.  Por fin podía sentir su aura demoníaca. Durante años lo presionó para que sacara a la bestia que llevaba adentro, y así enfrentarse en una pelea de justas condiciones, pero el rubio siempre se negó.

Ahora lo tenía frente a sí, con sus pupilas ciegas de rabia, hambriento de sangre y dispuesto a desgarrar sus carnes.

¿Qué locura era esa que los envolvía? Unos minutos atrás sus bocas se saboreaban con deseo y ardiente pasión. Ahora, se miraban con odio y desprecio, dispuestos a matarse el uno al otro.

Lo único real de esta lucha a muerte era que no quedaría sobreviviente. Si por desgracia uno de los dos llegaba a morir, el otro le seguiría de cerca. ¿Quién podría vivir con el dolor de haber matado al único ser que se ha amado por casi medio siglo? No, ninguno sobreviviría, y ese era un pacto tácito entre ambos.

Se miraron con las pupilas encendidas, por largo rato. Sus cuerpos estaban tensos con garra y dientes atentos al movimiento del otro. Ambos tenían posición de ataque, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. Estaban conscientes de que este enfrentamiento acabaría de una vez por todas con su historia de amor y odio.

La puerta de la escalera que unía las cubiertas se abrió dando un golpe secó contra la pared.

-¡¡Oigan!! Dongwan se despertó y atrapó a Min. ¡¡Dejen de jugar!! Tenemos una situación grave en el camarote.

Jinnie y Andy irrumpieron en la cubierta con un escándalo que retumbó en la bóveda celestial.

¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?

Dongwan lo atrajo hacia sí y abarcó toda su boca con la suya. Contrario a lo que esperaba Minwoo, el vampiro lo trató con mucha suavidad. Incluso intentó retaer los colmillos para no causarle herida alguna.

Sorbió lentamente el líquido que el mortal tenía retenido. Al darse cuenta de lo que quería, Minwoo abrió su boca y lo dejó escapar. De inmediato, el vampiro aspiró y extrajo al máximo la Bio Sangre, tragándola con rapidez.

Apenas sintió que ya no había restos de sangre en la boca del mortal, lo empujó haciéndolo a un lado; se levantó del sofá y lo tomó por el cuello de la camisa. Arrastró a Minwoo hasta el baño y lo metió debajo de la ducha abriéndola a todo lo que daba.

-¡¡Lávate la boca, maldito imbécil!! -le gritó, enfurecido. Su voz sonaba extraña, gruesa y con un eco desagradable, cómo si se hubiese tragado a un demonio-. ¡¿Qué pretendías tomando esa sangre, estúpido mortal?! ¡¿Quieres morir como tu primo?!

Minwoo estaba impactado. El rostro de DongWan aún tenía aquella aterradora expresión y su voz era de ultratumba, pero de sus ojos desorbitados y rojos brotaban sendas lágrimas.

Apenas terminó de pronunciar la última frase, el vampiro se pegó contra la pared y se deslizó por ella, cayendo sentado en el piso. Allí se quedó, llorando desconsolado, hasta que una arcada le hizo arrastrarse hasta la taza del baño. Devolvió todo el líquido rojo que había tragado y, por el esfuerzo que hacía, Minwoo podría jurar que quería vomitar incluso hasta el alma.

-¿Estás bien? -le preguntó cuando vio que levantó la cabeza y las convulsiones de su estómago se habían detenido.

Era una pregunta estúpida, en vista de lo mal que se veía DongWan, pero no se le ocurrió nada más que decir. Se acercó con la intención de palmear su espalda y ayudarlo con el malestar.

-¡No te me acerques! -le dijo con esa voz gruesa que venía de sus estropeadas entrañas-. Odio que me vean en este estado, es asqueroso.

Aunque su actitud parecía ser la misma de siempre, sus facciones agresivas se mantenían. Sus pupilas habían quedado a medio camino entre el rojo y el amatista. En su boca, abierta por la hilera de dientes afilados, goteaban restos de líquido rojo y espeso. Sus manos estaban aún adornadas con mortíferas garras.

-Déjame ayudarte...

-¡Lárgate de aquí! Ya hiciste mucho... Tuve que salir del estado catatónico por tu estupidez. Aún no me he recuperado... De seguro que me veo horrible.

-No iba a tragar la sangre, solo quería dártela, y... no te ves tan mal.

-¡Cállate!

Hye Sung llegó primero. Al enterarse de que su primo había despertado, se transportó de inmediato al camarote. Sabía lo que podía significar si no estaba recuperado totalmente.
Llamó a Minwoo y este le indicó que estaban en el baño.

Dos segundo después llegó Eric. Jun Jin y Andy le seguían.
-¡Minwoo! ¿Estás bien? -preguntó apenas entró.

-Sí, yo sí. Pero DongWan está muy mal.

Hye Sung se acercó a su primo. Este se había acurrucado en la pared al lado de la taza de desechos, por si acaso le volvían las arcadas. En cuanto vio a Hye se abrazó a él.
-Sácalos de aquí. A todos. No quiero que me vean así -le susurró al oído.

Los ojos húmedos y alejandrinos de DongWan se cruzaron unos segundos con los de Minwoo y este comprendió, en esa mirada, la lucha interna había estado viviendo el pajarraco: Mientras estaba en el mar DongWan entró en estado catatónico para contener a su demonio y no sucumbir a la tentación de morderlo. Luego despertó para evitar que él se envenenara con la Bio sangre. ¿Por qué hizo tanto esfuerzo para protegerlo? ¿Acaso había estado equivocado con respecto al pajarraco todo este tiempo? ¿No fue él el que le dió la Bio sangre a Vic? ¿O sí lo hizo y fue la culpa lo que lo obligó a actuar, para no repetir la historia? ¿Culpa? ¿Podía un demonio, frío y déspota, sentir culpa? ¿O no era tan frío como siempre lo creyó?

Minwoo se paralizó en medio del baño, sufriendo los embates de sus pensamientos que lo atacaban sin darle tregua. Fue Eric quien lo empujó hacia la puerta.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§

Mira cómo estás -le dijo con un regaño dulce.

Tomó una toalla de papel y limpió la comisura de sus labios. Al principio tuvo ganas de insultarlo y golpearlo hasta que su cuerpo volviera a la normalidad, pero cuando vio en sus mejillas la marca el río de lágrimas que había pasado por ellas, decidió no ser tan duro.

Dongwan permanecía callado, un tanto por vergüenza y otro tanto para no exponerse ante Hye.

-Voy a buscar una bolsa de sangre. Tienes que volver a la normalidad. En unas horas llegaremos a tierra firme y no puedes estar así -le dijo el rubio.

-¡No! No quiero Bio sangre -respondió, un tanto alterado.

Hye agudizó la mirada, ya se estaba cansando de la actitud malcriada y necia de su primo.
-¿Eres idiota? Si no la tomas no te vas a recuperar. ¿O qué pretendes hacer? ¿Quedarte en el barco en catatonia por meses hasta que se calme tu demonio?

-Es que... de nada sirve que la tome. Igual la vomitaré. No puedo soportarla en el estómago.

Hye enarcó las cejas y lo miró con asombro. Era la primera vez en su vida que escuchaba que un vampiro no podía tomar sangre.
-¿Qué está pasando contigo, Wannie? ¿Qué es esta locura? ¿Desde cuándo estás así?

El moreno se acurrucó, abrazando sus piernas. Sus pupilas parecían espejos que devuelven una imagen impidiendo saber qué hay dentro de ellos.
-Qué sé yo. Solo me sucede -respondió con fastidio.

-¡Maldición, Dongwan! Esto es serio. Por una maldita vez en tu vida ¡dime la verdad! ¡Ahora! -gritó.

El vampiro sexy hizo un respingo por el grito de Hye. Cerró los ojos y apretó más el abrazo de sus piernas. De su boca abierta salió un suspiro cargado de angustia. ¿Decir la verdad? Eso significaba decir que su vida era un mierda, la más patética y maloliente de todas las mierda. Vivirla era soportable, pero reconocerla ante Hye la convertiría en algo real y mucho más doloroso.

Exhaló de nuevo, lento y reflexivo.
-Yo... no puedo tolerarla... desde el día que supe que fue Devora... Mi madre... convenció a Vic para que tomara la Bio sangre.

Lo soltó por fin. A duras penas terminó la frase y su cuerpo reaccionó de inmediato con una nueva serie de arcadas. Al parecer, no era precisamente la Bio Sangre lo que su estómago rechazaba.

Hye dejó caer la quijada con verdadero asombro. Sabía que su tía era siniestra, pero jamás se imaginó que podría hacerle tanto daño a su hijo.
-Maldición. -Fue lo único que pudo decir en ese momento. Palmeó la espalda de su primo mientras este se deshacía en vómitos y llanto.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-¿Qué pasó contigo y Dongwan, hermano? ¿Estás bien? ¿Por qué él se ve así? Y por qué tu estás todo mojado. ¿Pelearon?

Andy interrogó a Minwoo, preocupado por su actitud ausente. Desde que salió del baño no había dicho una palabra y sus ojos parecían flotar en la nada. Las palabras del menor rebotaban contra su oído sin entrar en él. No había en su cabeza espacio para nada más.

Eric estaba recostado en una de las paredes, con sus pupilas grises perforando cómo rayos la puerta cerrada del baño. Quería ayudar a su amigo, pero él estaba enfrentando su propia batalla mental. No podía quitar de su mente la imagen de Hye, envuelto en aquella aura demoníaca, dispuesto a matarlo. ¿Estaba él tan dispuesto a matar al rubio también? ¿No había vuelta atrás en esta locura?... No, no la había. La próxima vez que estuvieran solos, tal vez sucedería.

Jinnie se levantó de la silla y se dirigió al sofá en el que estaban Minwoo y Andy. Le dolía ver la angustia del joven vital tratando de sacar palabras de su hermano.
-Andy, ven conmigo. Déjalo descansar. Cuando esté listo, hablará -le dijo tomándolo suavemente de la mano.

El chico lo siguió, pero necesitaba respuestas.
-¿Qué está pasando, Jinnie? Desde que comenzamos este viaje todos han actuado muy raro. Viste a Hye y a Eric allá arriba, estaban listos para comenzar una pelea.... Y mi hermano y Dongwan..., sus garras estaban sobre su cuello... -Su voz se quebró y tuvo que detenerse para no romper a llorar.

Jun Jín lo atrajo a su pecho y lo acurrucó. Sabía que el joven posiblemente lo odiaría por hacer algo tan cursi, pero ambos lo necesitaban. No podía confesarle a Andy que su corazón saltó, aterrado, cuando vio a su hermano y a Hye enfrentados. Lo que vieron no fue una broma. No se sintió como otras veces en las que los herederos juegan a odiarse. No, está vez fue real. El demonio estaba en ellos. Un escalofrío lo sacudió y apretó más a Andy, que para su sorpresa no protestó por el abrazo.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§

El estómago se detuvo por fin y Dongwan se recostó en la pared, agotado. El sudor corría por su frente y bañaba su rostro mezclándose con las lágrimas. Hye continuaba en silencio, las palabras habían huido de su boca. Nunca había visto a su Wannie tan sumido en la desesperación y la tristeza. Entonces pensó en que toda su frivolidad e inmadurez impulsiva eran en realidad un intento de ocultar su dolor.
Una pregunta surgió de repente-. Esas cicatrices en tu pecho... Has intentado...

No terminó la frase. Le pareció algo demasiado bizarro, incluso para DongWan. La vez que vio las bolsas de sangre intactas sobre la mesa de noche, la idea cruzó por su cabeza, pero lo sacó de su mente achacándolo a una malcriadez de su primo. Nunca se imaginó que él no podía beberla.

-Qué te puedo decir... ¿Te imaginas a un vampiro que no puede beber sangre? Tenía que resolverlo, pero soy patético hasta para acabar conmigo -le respondió con un intento de sarcasmo.

Dongwan le confirmó lo que él no se atrevió a pensar. Sus ojos se nublaron y sintió una tonelada de osmio caer sobre su pecho. Sin pensarlo mucho, se sentó al lado de su primo y lo jaló hacia él. La debilidad del moreno le facilitó llevarlo a sus brazos. Estiró el cuello de su suéter hasta dejar expuesta su garganta.

-Bebe de mí. Estoy seguro que la sangre fresca sí la toleraras.

Dongwan se negó. En otros tiempos, saborear el hermoso cuello de Hye era lo que más deseaba, pero ahora era diferente. No quería manchar la blancura de su piel con aquellos asquerosos dientes que se abarrotaban en su boca.

-No lo hagas. Solo déjame dormir un poco más y saldré de esta -le dijo.

-No seas idiota, Wannie. Si no tomas algo de sangre pueden pasar meses antes de que vuelvas a la normalidad. Pronto llegaremos a tierra firme y no tengo intenciones de dejarte enterrado en algún lugar con catatonia. Entonces, ¿quieres ir por la calle luciendo como un nosferatu?

DongWan enarcó las cejas ¿Tal mal se veía? ¿Cómo un asqueroso nosferatu? Solo dos segundos lo pensó. Levantó su mano y, en medio de fuertes temblores, acarició el cuello de Hye. Luego la bajó, haciendo un lento recorrido por el brazo del rubio hasta llegar a su mano.

Hye Sung entendió lo que quería su primo. Sonrió y se arremangó el suéter, volteó su mano con la palma hacia arriba y la apretó. De inmediato la vena de su muñeca brotó mostrando en tono azul el líquido vital.

Eric entreabrió la puerta, despacio. La angustia de saber qué estaba pasando le carcomía las entrañas. Sus ojos se posaron de inmediato sobre los dos hombres sentados en el piso. Escenificaban una escena que hace muchos años no veía. El lobo se estremeció en el momento en el que DongWan enterró sus colmillos en la delgada muñeca. Hye cerró los ojos y exhaló con un leve gemido de placer. No importaban las circunstancias, la mordida de un vampiro siempre era un éxtasis.

El calor se encendió en el interior del lobo. Apretó las manos con fuerza y su rostro se contrajo. Los celos lo estaban golpeando sin contemplaciones y no podía negarlo. Deseaba haber sido él quien hiciera estremecer al rubio con una mordida. Y lo peor era que deseaba con más fuerza ser mordido por él, sentir sus colmillos sobre su cuello y el placer recorriendo su cuerpo.

Cerró la puerta y resopló varias veces con fuerza. Debía exorcizar la locura que quería posesionarse de nuevo de él.

ΩΩΩΠΩΩΩ

Hola, hola.
Un poco tarde, pero salió. Espero que hayan disfrutado de este capítulo. Las emociones siguen encontradas. ¿Qué les pareció?
Gracias por comentar, me encanta leerlos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro