Gustabo estaba durmiendo en la parte trasera del patrulla que los había recogido de la montaña envuelto en una manta rosa con blanco de borreguito.

¿Quién acudió? Fácil.

Jack Conway.

–¿Me explicas?–

Dijo con seriedad el mayor con la vista en el camino con el parabrisas limpiando el vidrio por la lluvia que aún no cesaba.

Greco solo estaba mirando al frente con expresión nerviosa, de todos los que había de servicio, ¿Tenía que venir Conway?

Pero bueno, si lo pensamos mejor, es entendible porque era su cachorro el que necesitaba ayuda junto al comisario, y por obvias razones quería saber si estaban bien.

–Gustabo tenía frío, así que lo abracé para darle calor–

Dijo tratando de sonar confiado y tranquilo, cosa que consiguió milagrosamente, pero aún así no siendo suficiente para el celoso padre a su lado quién sólo gruñó.

A los minutos, estaban llegando a comisaría donde se veían a ciudadanos dentro.

–Abajo y a mi despacho–

Ordenó Conway, y rápidamente Greco bajó del Z, mientras el mayor estiraba su brazo para despertar a su pequeño.

–Gustabín, llegamos–

Con voz suave despertó al omega.

–¿Llegamos?–

–Si–

Una vez que Gustabo se quitó la manta bajó del Z, para rápidamente Conway proceder a ponerle una sudadera negra que siempre llevaba en el patrulla, como aquella que utilizaba para estar de incógnito.

Siendo observado por la atenta mirada de una persona al otro lado de la calle en un auto con vidrios negros.

Ambos se apresuraron bajo la suave lluvia a entrar a comisaría, dónde Horacio y Brown peleaban mientras atendían denuncias, y los ciudadanos que estaban allí hacían cualquier cosa esperando sus turnos.

–Gustabo–

Gustabo volteo a ver a su padre.

–¿Si Super?–

Un fuerte abrazo le fue dado, captando la atención de algunos de los presentes.

–Hueles a Greco–

Dijo en un gruñido, haciendo reír un poco al rubio.

Conway molesto por qué su sudadera no era lo suficiente para esparcir ese aroma en su cachorro, comenzó a soltar de su olor para dejarlo en Gustabo.

Rápidamente aquellos que eran alfas comenzaron a sentir miedo por el aroma tan amenazante que decía un claro "no te acerques", mientras aquellos que eran betas u omegas estaban sin enterarse, pues era un aroma solo perceptible por alfas.

Después de unos minutos, se separó del menor.

–Ve a tomar denuncias, anda–

–10-4–

El Superintendente se abrió paso para ir a su despacho para seguir interrogando a Greco, y Gustabo se puso detrás del mostrador junto a Horacio y Brown.

–Hola Clowni, ¡Hola Osito!–

–Omega–

Dijo Brown sonriendo de lado al ver al rubio, ya no le molestaban aquellos apodos, incluso le comenzaban a gustar, pero no lo admitiría.

–¡Gus!–

El de cresta y el omega se abrazaron en saludo, para seguir con el trabajo.

Durante el transcurso de tomar denuncias, el mismo hombre que estaba observando desde el auto con ventanas negras, entró a comisaría pero solamente tomó asiento en uno de los asientos vacíos, sin nada más que eso.

–¿Tomará una denuncia señor?–

Preguntó amable Gustabo, pues Horacio estaba tomando una denuncia mientras Brown iba por un café y dos chocolates calientes.

–Oh nono, sólo estoy esperando a un compa–

Dijo con una sonrisa el de capucha y bufanda cubriendo la mitad de su rostro, pero se dejaba pasar por la lluvia.

–Esta bien entonces–

Gustabo se recargó en el mostrador mirando a Horacio tomar la denuncia, sin darse cuenta de nada.

Mientras el hombre sentado enviaba un mensaje.

¿Es él?

Si.

Acomoda tu capucha, el lente de la cámara se a desenfocado.

Esto es un suicidio, si me descubren me dan cuello que estoy en busca y captura.

Hombre no, ya casi tenemos todo lo que necesitamos, apúrate.

Así que acomodó su sudadera de manera que la pequeña camarita oculta volviera a enfocar, todo de manera sutil para que ni los agentes, ni las cámaras de comisaría lo notaran.

Cuando finalmente Brown regresó con las bebidas, un chico se asomó frente a comisaría y entrando rápidamente.

–Ya tardabas pendejo–

–Perdón, vamos anda–

El sujeto se levantó y se fue con el chico que había entrado bajo la mirada de los tres agentes.

–Bien, trabajaremos en su denuncia–

Dijo Horacio mirando a la chica frente a el.

–Gracias agente–

Y el último civil se fue, comisaría ahora estaba vacía.

–Para la princesa–

Brown dejó un chocolate caliente con malvaviscos frente a Gustabo.

–Para el payaso–

Dijo Gustabo colocando frente a Brown todas las denuncias hechas, pues era su turno de organizarlas en el archivero.

–Ahí te dió–

Dijo Horacio burlón.

–Sisi, para el "Héroe"–

Hizo comillas con su mano dejando otro chocolate caliente con malvaviscos frente a Horacio.

–Soy un héroe–

–Es un héroe–

Apoyó Gustabo.

–Sisi–

Dijo Brown tomando un sorbo de café.

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Siento que algo se me olvida, pero no se que es...