||Capítulo 18: Ivadog||
Gustabo salía de la armería listo para comenzar su trabajo.
–Aquí alumno Gustabo, esperando asignación–
Dijo por la radio, pero se dió cuenta que no había nadie.
–Joder–
Miró a todos lados y no había nadie en comisaría.
Le tocaría de nuevo atender denuncias.
En eso que se colocaba detrás de la barra para atender a los ciudadanos que seguro que llegarían, Ivanov salía, o más bien, entraba a recepción por la puerta doble, encontrando que tenía un golpe en la cabeza.
–Buenos días Gustabo–
Saludó acercándose a él.
–Buenos días comisario, ¿Está usted bien?–
Señaló tímidamente el golpe con raspón en la cabeza de Ivanov.
–Perfectamente, ni siquiera duel-¡Ay!–
–Aguante–
Siendo más rápido que su padre para dar porrazos, había sacado el pequeño botiquín entre papeles debajo de la barra, tomando el alcohol y algodón.
–Ya está–
Le puso una curita de huesitos algo llamativa.
–Eh...gracias–
Había quedado confundido por lo rápido que había sido.
–No es nada, por cierto, en radio no había nadie cuando me reportaba para mí asignación–
–Eso es porque estaban en reunión–
Explicó mientras sacaba algunas monedas de su pantalón.
–Oh bueno–
Ivanov se dirigió a las máquinas expendedoras que habían en la entrada, sacando dos jugos, y regresó sobre sus paso hacia el omega.
–Escoge uno–
El menor sonrió un poco y tomó entre sus manos el jugo de uva.
–Gracias, pero no debía–
–No te preocupes–
Sonrió con tranquilidad.
En eso, a comisaría al tener las puertas abiertas, entró corriendo un cachorro Husky a la velocidad de un rayo en dirección del alfa y del omega después de rascar el vidrio rayandolo al momento, escondiéndose entre las piernas del primero.
–Pero, ¿Y ese perro?–
Gustabo se asomó curioso mirando al animalito que parecía asustado en los pies del comisario.
–No tengo ni idea–
Por la puerta se asomaba un perro adulto, que al ver al cachorro refugiado en el oficial, se marchó de allí.
–Al parecer tenía problemas–
Gustabo salió detrás de la barra para ponerse en cunclillas.
–Hola bonito–
Dijo con un tono cariñoso hacia el pequeño perrito asustado.
Ivanov solo los miraba con una sonrisa, aunque después de analizar mejor la posición, se sonrojó terriblemente.
–Soy un puerco–
Murmuró.
–¿Eh?–
Gustabo miró hacia arriba para encontrar el rostro de Ivanov.
–No lo escuché–
–Nada nada, cosas mías–
Dijo cómo si nada.
Gustabo cargó con cuidado al cachorro y lo acunó en sus brazos.
–Es un macho–
Dijo Ivanov jugando con una de las orejitas del Husky mientras Gustabo lo cargaba.
–Siempre eh querido una mascota, tal vez sea mi oportunidad–
Dijo con un brillo de esperanza en su carita, cosa que hizo sonreír a Ivanov inconscientemente.
–Conway había ido a su despacho, puedes ir a preguntar, si dice que no yo te ayudo a convencerlo–
–¿De verdad?–
El dulce olor de Gustabo hacía presencia por la emoción, estaba tan cerca pero a la vez tan lejos de tener una mascota.
–Claro que si, vamos–
Y con valentía Ivanov caminaba primero hacia el despacho del superior.
[•••]
–No–
Dijo rápidamente al ver entrar a su comisario e hijo con un Husky en brazos.
–P-pero papá, ándale, porfis–
El omega hacía de todas las caritas posibles con el cachorro en brazos para convencer a su padre.
Pero estamos hablando de Jack Conway.
–Eh dicho no–
–Vamos Conway déjele tener al perro–
Ivanov se sumó intentando convencerle.
–...Solo si se llama Ivadog–
Gustabo sonrió alegremente, mientras Ivanov no le parecía la idea.
–Pero- –
Se detuvo a sus reclamos al oler el aroma de Gustabo, lleno de alegría.
Volteó y miró la carita tan feliz del omega.
Entonces sonrió tranquilamente.
–Esta bien, no me molesta–
Gustabo bajó al pequeño can.
–¡Gracias!–
Abrazó a ambos alfas por igual por los hombros, quedando de puntitas.
–Lo cuidaré muy bien, incluso lo entrenaré–
Decía con emoción, cosa que hizo sonreír a Conway un poco.
Besó la mejilla de su padre, todo bien.
Besó la mejilla de Ivanov, todo mal.
–¡Iré a presumir de Ivadog a todos!–
Gustabo salió del despacho con el cachorro detrás de él.
Dejando atrás a dos alfas, uno con olor a ganas de dar y no consejos, y otro con olor a querer matar.
–¡Capullo!–
Comenzó a aporrear al comisario.
–¡Pero no hice nada!–
–¡Tu maldito olor anormal!–
°••°°••°°••°°••°°••°°••°°••°°••°°••°
No puedo anexar imágenes ;w; quería mostrarles un pequeño comic que hice xD pero weno, nimodos.
Tengo calor, mucho calor unu afuera está fresco, pero el calor del día se queda atrapado en mi casita.
Y como la visita aún nO SE LARGA NO SE QUE PIENSAN YA TIENEN 4 DÍAS AQUÍ A LA CHINGADA, pues no salgo porque no me gusta la visita que se queda días en la casa, nisiquiera salgo a saludar xd.
Razón por la que parte de la familia no sabe de mi existencia JAJAJA.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro