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Sophia Pavanelli.

Mis ojos se abren lentamente por la claridad de la luna, siento mucho dolor en mi cuerpo y solo el ver la habitación en la que me encuentro, me da tristeza.

Salir de la mansión de esa manera tan inesperada y confusa, hizo que mis males despertarán a gran velocidad. El recordar la despedida con los chicos me provoca nostalgia, se que no será para siempre, pero la verdad es que con ellos me sentía completa y podría decir que hasta realizada. Lo que más me dolió fue despedirme de Ibrahîm, no se que haré sin él a mi lado abrazandome fuerte, tocándome cuando lo necesite y basándome cuando me tenía cerca, ¿no se que haré?

Él dijo que no era para siempre, que solo tenía que arreglar unos asuntos nada agradables y que el motivo de mi viaje era por que supuestamente habrían grandes problemas en la mansión y que mejor tenía que salir para no verme perjudicada.

No se ustedes pero creo que mejor excusa se pudo aver encontrar. Sinceramente no le creo nada.

Es casi obvio que el motivo por el cual voy a viajar a Milán, es por que solo le causaría problemas con su padre y la verdad es que es preferible que mejor salga a tener una charla con el jefe.

Pero siento que aquí hay más de la historia de lo cual Ibrahîm no quiere que yo sepa. ¿Por qué? No lo sé, pero de que me entero de lo que está pasando, me entero. Así soy yo, decidida con lo que de verdad me importa.

Ahorita me encuentro en uno de los hoteles más caros de Dubái, el Jumeirah Beach Hotel ya que mañana regreso a Milan, no me quejo de absolutamente nada por que despues de todo soy muy bien atendida y me encuentro en una de las habitaciones más hermosos que existe pero aunque esto sea como un sueño, no me siento del todo bien al contrario solo pienso en Ibrahîm y en su cuerpo, su rostro lo amable y generoso que es conmigo, bueno hay veces que pensaba que solo estaba soñando y que en cualquier momento despertaría, hasta me peñiscaba para comprobarlo algo de lo que me quejaba después. Y solo terminaba riendo por lo torpe que era y regañandome a mi misma, por que creo que yo si me merezco todo lo que me estaba pasando y que no me tengo que menospreciar a mi misma.

Río y vuelvo a cerrar los ojos.

6 horas antes.

—¿Tienes todo listo? —pregunta Ibrahîm.

Lo quedo viendo y asiento, no me quiero ir de la mansión, no quiero pensar que todo lo que he logrado lo pueda perder en un abrir y cerrar de ojos.

—Solo será por poco tiempo —dice y yo solo no dejo de pensar en que podría ser el final —. Hoy te hospedaras en un hotel y mañana mi chófer te llevara al aeropuerto.

Quisiera decirle que no me quiero ir, que quiero estar con él no importa el problema que se presente.

—Esta bien —finjo una pequeña sonrisa.

—Sophia, quiero que confíes en mí, en que esto es lo mejor... lo que se aproxima pueda que te perjudique y lo que menos quiero es que eso suceda —me ve a los ojos y solo noto como una clara capa de agua cubren sus ojos —. ¡Tu eres todo para mí Sophia!.

Yo lo veo y siento que el corazón se me estruja y me hace pedazos. Lo abrazo fuerte, rodeandolo con mis brazos. Sintiendo como él se aferra a mí.

—¡Te quiero Ibrahîm! —la primer lágrima sale —. ¡Y no quiero que esto acabe!.

—No te preocupes, nada me alejará de ti —dice, sin dejarlo de abrazar.

Me limpio las lágrimas y sonrió por que lo que menos quiero es decaer, esto es solo un tropiezo del cual nos libraremos pronto.

—¿Y Tahira? Me quiero despedir.

—Ella ya viene —responde Ibrahîm.

Quedo viendo la habitación de Ibrahîm y solo recuerdo la primera ves que entre en el, recuerdo que ni siquiera quería venir aquí, por que pensaba que Ibrahîm era un idiota y en parte si lo era pero este Ibrahîm que conocí, este género y amoroso es sin lugar a duda lo mejor que paso.

—Sabias que el primer día que te conocí, pensé que eras el hombre más guapos que había visto —sonrió —. Pero cuando empezaste hablar supuse que eras un idiota de primera.

—Lo de guapo, pues no lo dudo pero lo de idiota —lo piensa —. Pues no lo dudo también —Ibrahîm dice chistoso.

Reímos los dos.

—Creí que viviría de nuevo un infierno —digo nostálgica —. Pero resulto ser lo mejor que me ha pasado.

—Te robo las palabras, también para mí fue lo mejor que me pudo haber pasado, nunca pensé sentirme así de bien con alguien y créeme que menos con alguien así, de trabajo humilde —lo quedo viendo con las cejas alzadas y se da cuenta que eso se escucha descriminativo —. Bueno, me refiero a que siempre pensé que me quedaría con alguien de misma clase que yo.

—Yo tampoco pensé que me enamoraría de alguien tan presumido —digo sonriente.

—Oye, yo no soy presumido.

—Bueno y yo soy la reina de España —río.

—Pueda que talvez un poco.

Río y él también empieza a reír conmigo.

—¡Sophia! —escucho a Tahira, para después abrazarme de una manera torturante. 

—Mis pulmones —sonrío.

Se despega de mí —. No quiero que te vayas.

—Ni yo, pero no hay opción —digo viendo a Ibrahîm.

—Sí, pero te aseguro que cuando esto se arregle, regresarás —Tahira dice tomando mis manos —. Y confía en que todo saldrá bien.

—Quiero confiar pero la verdad es que no comprendo aún cual es el problema —digo por que realmente es así, no entiendo nada.

—Créeme que es mejor así —Tahira dice viéndome a los ojos para después voltear a donde Ibrahîm.

La verdad es que me imagino el problema, yo, yo soy el problema de Ibrahîm y yo se que el no me quiere decir por que talvez no me quiere hacer sentir mal o algo parecido, pero ¿por que irme de la mansión?

Talvez su padre ya sabe lo nuestro y no quiere que me vaya a suceder algo.

Es lo único que se me ocurre.

—Bueno, creo que ya me tengo que ir —digo sonriendo de manera nostálgica.

—Te acompaño —Ibrahîm me voltea a ver.

—Tahira —la veo triste —. Dile a Rebecca que la quiero mucho al igual que a Yasser y también dile a Rebecca que si no hubiese sido por ella, mi vida nunca habría cobrado sentido.

—Yo se lo digo —me abraza por última vez.

Camino hacia la salida con Ibrahîm a mi lado, nunca pensé que este momento llegaría, pero como dicen cuando menos te lo esperas, tu vida puede cambiar de una manera inimaginable.

Cuando llegue a esta mansión, en lo único que pensaba era en salir de aquí, ese era mi único objetivo en aquel entonces pero ahora que me voy, siento que dejo todo atrás, que mi vida vuelve hacer un página en blanco.

—Sophia —Ibrahîm susurra y yo detengo mi paso.

Veo que saca una cajita de su bolsillo y me lo da en mis manos.

—Quiero que lo habrás llegando a Milán —Ibrahîm me queda viendo.

—Esta bien —lo abrazo fuerte y solo siento como el agua inunda mis ojos, una lágrima sale y los increíbles recuerdos que tengo en el cual Ibrahîm es el centro de atención, nublan mi mente —. ¡Te amo Ibrahîm! —digo llorando.

—¡Y yo tambien te amo Sophia! —dice sin deshacer el abrazo.

Me despego y le doy un beso en la mejilla sintiendo la casta barba que tiene en mis labios.

Camino y llegando a la puerta de servicio, pienso en todas las personas importantes que conocí en este lugar y en los bellos momentos que puede recaudar. Desde mi viejita Clarita hasta el chistoso de Yasser, me van hacer mucha falta.

—Alexandro ya esta esperándote para llevarte al Hotel.

—Ok —es lo único que mi boca puede articular.

Camino y solo veo a Alexandro, radiante.

—Adiós Ibrahîm —digo con las lágrimas amenazantes.

—Adiós Sophia —dice y me jala para estampar sus labios con los míos. Me despegó y solo caminó hacia el auto, sin voltear atrás.

—Hola hombre guapo —digo casi apagada.

—Como ha estado la reina de Milán.

—He estado mejor —digo.

—¿Sucede algo? —dice ya que no le conté que me regresaba de nuevo a Milán y aunque me alegra un poco ya que es mi tierra natal no me siento activa.

—No nada —digo y me monto al auto.

Alexandro se sube y yo solo quedo viendo atravez del espejo la mansión en la cual tengo mis mejores momentos. El auto arranca y poco a poco las esperanzas de tener una vida al lado de Ibrahîm disminuyen a pesar de que él dijo que no me preocupara.

Toco el espejo con mi mano y solo artículo unas palabras.

—¡Te amo Ibrahîm!

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Hola chicos!!!

Espero les guste el capítulo.

Disculpen la tardanza con la cual publique este capítulo, pero es que mi mente ha estado llena de diferentes emociones, haciendo que las ganas de escribir disminuyan.

Pero trataré de no poner de excusa eso y escribir más rápido.

Gracias por leer la historia. Los quiero muchísimo ♡♡♡

Hasta la próxima.