Un pequeño Naruto de ocho años de edad recolectaba flores del parque ya que así podría regalárselas a su papá cuando regresara de viaje. 

Estaba solo esos días ya que su familia debía de atender asuntos importantes y no podía faltar a la escuela. A pesar de ser pequeño, era muy responsable. 

Continuó recogiendo su regalo, hasta que llegó a un área un poco aislada de las personas, pero tenía mejores flores. Al entrar se maravilló por el lugar, parecía un cuento de hadas. 

Su ensoñación terminó cuando vio a una persona adulta mirando el suelo cabizbajo.  Se acercó a él y le extendió las flores. 

-Espero que ésto te anime-puso las flores frente a él y al hacerlo, el sujeto volteó a verle

El pequeño Naru quedó fascinado con el hombre frente a él.

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Su día había sido una mierda total. Discutió nuevamente con su hijo sobre que debería volver a a casarse para darle una figura materna a sus nietos ya que el no podría solo con ambos. Salió de la casa a tomar aire fresco. 

Nunca entendió cómo su único hijo estaba desaprovechando la oportunidad de casarse nuevamente. Suspiró pesadamente y sin darse cuenta ya estaba sentado en una parte bastante aislada de un parque, mirando al suelo con tristeza. 

Se estaba comportando exactamente igual que sus padres. No conocía otra forma más que esa "tradición" familiar de educar para obedecer y mandar. 

-Espero que ésto te anime-escuchó una pequeña voz acercarse a él mientras le extendía unas flores

Iba a regañar a ese niño por interrumpirlo cuando al verlo, se quedó sin palabras.

Era un precioso nene rubio de ojos azules los cuales le mostraban una sincera preocupación y hasta ¿fascinación? hacia su persona. 

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-¿Me puedo sentar con usted?-preguntó el niño mirándolo fijamente

-Está bien-hizo espacio en la banca mientras recibía el pequeño presente del niño

-Mi papá dice que cuando alguien se siente mal hay que regalarle flores-comentó tan inocentemente que hizo palpitar el corazón del mayor 

-Gracias-sonríe levemente-no deberías estar solo en el parque

-Está bien, me puedo cuidar solo. Mi familia está de viaje, soy muy responsable así que me dejaron en casa-esa información no debía de darse a la ligera porque alguien podría aprovecharse de eso 

-No digas eso de nuevo o alguien puede usarlo para dañarte-comentó el mayor mirando al pequeño

-Está bien, siento que usted es de fiar-sonríe aturdiendo un poco al mayor por su confianza ciega-¿gusta de ir conmigo a casa para prepararle algo?

Por lógica tendría que decirle que no al pequeño o podría malinterpretarse si los vieran salir juntos del parque, ya que el menor había llegado solo al lugar.

-Me parece bien-pero su ser en ese momento no pensaba en ese momento

-¡Genial! Conozco un atajo que nos llevará directo a casa-tomó la mano del extraño y lo guió hasta su casa 

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Al llegar a casa, le pidió amablemente su saco colocándolo en el perchero, lo guió a la sala y le comentó que esperaba un poco para traerle un café junto con algunas galletas. 

Hecho todo lo anterior luego de unos minutos, se sentó junto a él para conversar. 

-En serio no mentías que no hay nadie en casa-tomó de su café y al probarlo, lo encontró delicioso

-Pues no van a regresar como hasta dentro de varios meses-comentó como si nada-se puede quedar mientras regresan 

Podría decirle que no al pequeño, pero en realidad no quería ir a ver a su testarudo hijo. Así que le envió un mensaje diciendo que saldría fuera unos meses y decidió quedarse con el niño. 

-Parece que tengo tiempo libre-le sonríe al ver respuesta "positiva" del mensaje 

-Fantástico-sonríe abrazándolo

Inconscientemente, sentó al rubio en su regazo quien le abrazó por el cuello mientras el mayor abrazaba su cintura. 

Algo atraía a ambos que fue inevitable que sus rostros se acercaran hasta tocar los labios del otro.

Cargó al pequeño hasta su habitación sin dejar de besarlo y se sentó en la cama sin soltarlo. 

-No sé qué tienes que me atrae tanto. Como si quiera estar contigo luego de tanto tiempo solo

-Me siento igual. Es como si lo estuviera esperando desde hace mucho tiempo

-Cuando seas más grande, podremos. Por el momento quiero disfrutar el estar contigo-besa nuevamente sus labios

Desde ahí iniciaron una relación que no pasaba de besos y abrazos. Se mandaban cartas y mensajes. Cuando Deidara descubrió a su pequeño hermano en una relación con un hombre mayor quiso protestar, pero por alguna razón, estaba de acuerdo con ella.

Sin embargo no duró mucho ya que el mayor tuvo que irse por cuestiones de trabajo, dejando inconclusa su relación, pero sin saber que pronto la retomarían. 

Continuará...

Espero que les haya gustado el especial. Trataré de poner al corriente con la historia. 

Cuídense, nos leemos pronto.