Tn estaba completamente en shock, no podía creer lo que escuchaba de aquel hombre. Podía haber tenido dudas, pero cuando mostró el fuego junto a esa apariencia, supo de inmediato que no se trataba de una broma de mal gusto. Empezó a sentir una fuerte sensación en el cuerpo.

Después de mirarlo durante unos pocos segundos más, echó a correr ante la mirada de los tres que tras un breve instante, Enid salió en su búsqueda. El chico paró y se apoyó en una pared, primero lo de su madre y ahora eso, estaba que le iba a dar un ataque. Agarrándose el pecho con la mano, empezó a llorar cuando vio que ante él aparecía su amada.

—Cachorrito—susurró ella acercándose—eh, calma...estoy aquí.

Le dio un pequeño y tierno abrazo. Él rompió a llorar como un niño pequeño. La loba acarició su espalda para tratar de calmarlo.

—Shh, está bien cachorrito, desahógate tranquilo—le dio unos pocos besos en la mejilla—entiendo que debe ser muy duro, pero me tienes a mí.

—Enid...yo...yo...—pero le resultaba imposible hablar.

La rubia sabía que debía estar pasando por algo tan complicado que lo único que necesitaba en ese momento era un poco de paz y tranquilidad, aunque difícil con la presencia de su padre. El chico tardaría un buen rato en poder relajarse un poco. Ella le acompañó a que se lavase la cara.

—¿Te encuentras mejor cachorrito?

—Si...un poco mejor—suspiró—gracias mi lobita amorosa.

—¿Seguro qué quieres ir?—estaba preocupada.

—Si, es lo mejor, cuanto antes afronte esto...antes lo superaré—esbozó una sonrisa algo forzada.

—Entiendo, pero no estás sólo en esto...¿de acuerdo?

—De acuerdo—le dio un beso—no sé que haría sin ti.

Ella solamente le esbozó una ligera sonrisa y regresaron al patio donde encontraron a la pelinegra charlando con el hombre. Él tardó un poco en aparecer, lo hizo lentamente ante la mirada de ambos.

—Hola—dijo por decir algo y romper el hielo.

—Hola, ¿podemos sentarnos y hablarlo?—preguntó con cierto temor. El chico asintió y los cuatro fueron a la mesa más apartada.

Tn estaba algo nervioso, pero al ver a su pareja supo que no tenía porque tener miedo porque pasase lo que pasase, estaría a su lado. Era como bien había dicho alguna vez, su refugio.

—Bien, me gustaría decirte que...esto...es complicado...—empezó el hombre—sé que puede parecer horrible o malo pero...hasta hace poco...nunca supe de tu existencia.

Esa revelación les hizo abrir los ojos a la pareja, Miércoles observaba todo de manera tranquila, aunque con curiosidad de saber más sobre el asunto.

—Es cierto que tu madre y yo nos queríamos, yo tenía miedo de decirle que era un excluido y cuando se lo dije se enojó...nunca la vi tan furiosa. Me ocultó su odio hacia los marginados—explicó antes de tomar un poco de café—en sus ojos podía ver fuego, rabia...no era capaz de reaccionar ante tal enojo. Me dijo que no quería volver a verme en lo que resta de vida. Y así fue...pero al parecer, fruto de nuestro amor en aquel momento, quedó embarazada de ti.

—¿Entonces no sabías nada?—él negó con la cabeza—¿y cómo supiste de mí?.

—Por las noticias, cuando me enteré de que Laurel Gates había escapado empecé a indagar y de pronto me vi que tenía un hijo. Al preguntar y ver los expedientes médicos, mirar las fechas...todo cuadraba, eres mi hijo. Y la prueba definitiva es que sabes tan bien como yo el manejar el fuego—era un tono triste—lamento mucho no haber podido estar contigo en todo este tiempo. Me gustaría empezar de cero, tú y yo, poco a poco...si tú lo deseas claro.

El chico no sabía que hacer exactamente, se sentía perdido y aunque parecía decir la verdad, era demasiada información en tan poco tiempo.

—No lo sé...necesito...pensar en ello—dijo finalmente Tn.

—Lo entiendo, bueno, por lo menos sabes que tu viejo no te abandonó—dijo—es algo que me alivia, tenía esa espina clavada.

El hombre se marchó a comer algo con el resto de padres que acababan de llegar. Miércoles vio aparecer a los suyos y se acercó. Los de Enid aún tardarían en llegar un poco así que el chico se fue un rato a su habitación. Enid le acompañó y se tumbó un poco. Tn estaba ahora algo más relajado, pero eran muchas las emociones.

—¿Te encuentras mejor cachorrito?—le abrazaba y le daba algún beso.

—Aún me cuesta...que me digas así—respondió sonrojado—pero me encuentro algo mejor.

—Bueno, me gusta llamarte así—le dio un beso—¿le darás una oportunidad?.

—Pues...puede que sí...no veo que mienta y conociendo el historial de mi madre...creo que la vida me ha dado una oportunidad y debería aprovecharla.

Ella asintió, realmente veía que la vida de su pareja estaba cambiando a mejor.

—Enid, me gustaría...que te quedases está noche a dormir conmigo

—Oh, ¿quieres...?—le miró de forma pícara.

—Ciertamente es...me gustaría dormir abrazado a ti, o al menos quédate hasta que me quede dormido...siento que si estoy contigo me siento muy seguro.

La loba comprendió enseguida todo, así que asintió, le dio un beso en la frente y decidieron salir afuera pues le llegó a la rubia un mensaje de su familia de que ya estaban allí.

—Enid—la chica paró un momento y volteó atrás ya que el chico se había quedado un poco rezagado—te quiero.

Ella esbozó una sonrisa, se acercó tomándolo de la mano y ambos marcharon al patio.

Mientras tanto, lejos de allí y subiéndose a un avión, Laurel y el resto de prisioneros junto a Tyler ya curado estaban ya listos. Habían pagado al piloto, en ese transporte tardarían menos tiempo en llegar hasta los alrededores de Jerichó. El plan ya había sido puesto en marcha, estaban armados y tenían una buena idea para acabar con todos los marginados.

—¿Estás seguro de que las cosas saldrán bien?—le preguntó uno de ellos a la mujer.

—El infiltrado está listo y nos ha preparado una forma de entrar de la cual nadie sospechará—esbozó una sonrisa Laurel—vosotros no os preocupéis por eso.

—¿Quién es realmente esa persona?—otro de los prisioneros no se terminaba de creer que fuera capaz de ayudarlos.

—Es un descendiente directo de la familia Crackstone...el último—respondió Laurel con una gran sonrisa—y vengará a todos los de su familia y matará a los excluidos de Nevermore, sobretodo...Miércoles Addams. Aunque...—sacó su teléfono—ahora hay otro objetivo.

—¿La loba también?—Tyler se extrañó.

—Si...una vez viendo como todo su mundo se viene abajo...Tn volverá conmigo

—Es un excluido como Tyler...¿por qué ahora si lo quieres?—esa pregunta viniendo de uno de ellos le hizo sonreír aún más.

—¿Querer?, oh por favor...él es mi pecado, mi maldición...él solamente será una herramienta en el tablero...su poder nos vendrá muy bien.

Volviendo a Nevermore, Enid se fue corriendo a abrazar a toda su familia. La relación ahora era excelente y no paraban de hablar sonrientes. Tn al mirar a su alrededor y ver aquellos grupos de familia sonreír, abrazarse, estar juntos...algo que no había tenido nunca cuando escuchó que Enid lo llamaba.

Se acercó con cautela, su padre miraba con una sonrisa. Él se había perdido muchas cosas de su hijo, sus primeros pasos, palabras, momentos de graduación o cumpleaños, pero ahora veía como conocía a sus suegros pues vio enseguida que eran pareja.

—Ho-Hola señor y señora Sinclair—dijo nervioso.

—No seas tan tímido, mi hija nos ha puesto al corriente de todo—respondió ella—nos sorprendió que saliera con el hijo de esa asesina pero...nos ha contado tantas buenas cosas de ti, de como le salvaste la vida a su amiga y cuidaste de ellas en la cabaña...y la veo muy feliz.

—¿Entonces aceptarán mi relación con ella?—la mujer asintió.

—Bienvenido a la manada—le dio un abrazo y fue extraño, era como recibir el cariño de una madre—y también nos gustaría que en vacaciones estuvieras con nosotros.

—Oh...no, no puedo aceptarlo, es demasiadas molestias—dijo él-

—Realmente lo hace por Enid—comentó su hermano—ahora que te tiene a ti...¿sabes lo qué es aguantarla meses hablando de las ganas que tendrá de verte?, nos harías un favor.

—¡Eh!—dijo fingiendo enfado la loba—dejad a mi cachorrito tranquilo.

Los hermanos de Enid se miraron durante unos segundos antes de empezar a soltar carcajdas.

—Ay dios...cachorrito...solamente tú podías ser tan cursi hermana—dijo uno de ellos—pobre Tn, no sabes donde te has metido.

El padre de Tn decidió acercarse para saludar sorprendiendo a la familia Sinclair y se sentaron para ponerlos al corriente. Se quedaron en shock, pero se alegraron de ver que por fin tras tantos años solo, tenía una figura paterna. Eran muy parecidos padre e hijo en la forma de hablar, Tn decidió que le daría al menos una oportunidad. Iría lento, pero había que aprovechar.

Miércoles veía todo desde su posición con sus padres a quienes puso al corriente. Su padre dijo que Nevermore nunca defraudaba.

—Dinos Miércoles...¿has escuchado la noticia de Laurel?—le preguntó Morticia.

—Si, sé que pronto intentará algo—respondió cruzada de brazos y observando a Enid y Tn.

No muy lejos, observando todo entre la multitud como uno más, el acosador veía todo.

—Así que el padre ha aparecido...—le escribió a Laurel—menuda reunión familiar.

Se marchó al pasillo cuando se encontró con Xavier.

—¿No vas a ver a tus padres?—le preguntó el artista.

—Oh, están ocupados y no vendrán. ¿Y los tuyos?—éste negó—ya veo.

—Bueno amigo, voy a comer algo afuera, nos vemos.

Ambos se despidieron.

El acosador se le quedó viendo.

—Pobre Xavier...pronto morirás...—pensó con una sonrisa—me aseguraré de plasmar tu muerte como un artista plasma su obra en un cuadro.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D