D I A N A
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Me quito la cofia del pelo y el cubre bocas arrojándolos al tacho de la basura mi uniforme desechable está cubierto de sangre y todavía me quedan tres horas para salir de este hospital. Los nuevos internos que me acompañaron en la cirugía me miran esperando órdenes para seguir o simplemente están impresionados por la cantidad de sangre que puede salir del cuerpo de un niño.

– Si alguno de ustedes no tiene un café para mi pueden irse a hacer sus rondas no hay más nada para ver aquí – desatando los nudos del traje que llevo puesto veo como los internos desaparecen de mi vista. Arrojando mi uniforme usado al tacho me lavo las manos viendo cómo se llevan a mi paciente recién operado con un corazón nuevo y una vida por delante donde no se cansará mientras camina o juega con sus hermanas menores.

– Buen trabajo allí dentro doctora Black – apretando mis puños comienzo a contar internamente hasta diez para no estrangular a mi colega y arruinar mis manos que valen dos millones de dólares.

– Doctor Coleman soy una profesional en mi trabajo y le aseguro que la próxima vez que intente meterse en mis cirugías no seré yo la que termine cubierta de sangre – pasando a un lado del doctor ego como lo apodaron las enfermeras y algunos de los internos me voy a mi ronda por el área de cardiología. Atando mi cabello en una coleta alta visualizo a la familia de mi paciente recién operado, ellos se acercan a mi apenas me ven con un montón de preguntas.

– La cirugía fue todo un éxito Peter podrá tener la vida de un deportista olímpico como desea – contesto sonriendo apenas a la familia que se emocionan abrazándose y llorando de felicidad. Me giro para irme y darles su espacio para que celebren entre ellos, pero algo atrapó mi bata impidiendo mi salida. Vuelvo mi mirada hacia abajo encontrándome con la hermana menor de mi paciente, ella cincha mi bata dos veces más para captar mi atención. – ¿Qué sucede? – pregunto agachándome a la altura de la pequeña castaña con coletas demasiado adorables.

– Gracias por salvar a mi hermano – tirándose encima de mí me abraza por el cuello tomándome por sorpresa. Rodándola con mis brazos la abrazo de vuelta hacia mucho que no recibía un abrazo por parte de un niño desde que Nina creció pocas veces puedo darle un abrazo. – Cuando sea grande quiero ser una doctora como tú – separándome de la niña sonrió un poco.

– Si trabajas duro serás la mejor cirujana de cardiología del país – toco la punta de la nariz de la niña para luego ponerme de pie y encontrarme con los internos que no están merodeando a sus residentes. – ¿Traen mi café? – con mis manos en las caderas observo a cada uno hasta que un café expreso aparece en mi campo de visión. Miro al costado para ver a quien debo otorgarle el honor de asistirme en el siguiente caso que se presente. No era ningún interno, mucho menos un residente, pero si conocía a esa persona demasiado bien con una sonrisa tome el café y gire a ver a los internos. – Busquen a la doctora Herrera ella les dirá que hacer – todos desaparecen de mi vista y regreso a mirar a mi esposo. Sin su bata blanca puesta y con la ropa de calle no puedo evitar sentirme la mujer más afortunada de la tierra mi esposo es demasiado sexy.

– Admito que me gusta verte mandando a esos internos, los de la morgue no son tan eficientes como lo esperaba – se encogió de hombros colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón. – El lado bueno es que trabajan con cadáveres, pero lo malo es que debo encargarme de todo porque son demasiado torpes – ambos reímos para luego juntarnos un poco más, las manos de Apolión rodearon mi cintura y me acerque más a su rostro. Pero la alarma del hospital de ambos sonó sacándonos de nuestro romántico momento. Miro el aparato viendo que pone "código azul" miro a Apolión decepcionada de no recibir mi beso, pero el deber me llama. Salgo corriendo a la sala de emergencias de donde me llamaron encontrándome a dos internos realizando un masaje cardíaco a un cuerpo. Esto me llevara un tiempo.

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En cuanto pongo un pie fuera del hospital me siento libre de poder continuar con lo que fue interrumpido hace tres horas. Caminando rápido voy directo al estacionamiento entrando al auto de mi amado esposo que se encuentra durmiendo sobre el volante. Un poco de baba se le cae de la boca y me parece demasiado adorable, asqueroso, pero adorable, en fin. Tocando su hombro logro que se despierte de golpe.

– Mi hija no saldrá con ningún chico – cubriendo mi boca con una mano me reí ante el murmullo de Apolión por despertar de golpe. Nina no es de tener citas por lo menos no muchas y las pocas que ha tenido terminan con Apolión esperando afuera con un rifle. El chico siempre sale lo más rápido que puede perdiéndose en la calle y mi hija y esposo entran a la casa riendo ante la cobardía del joven desafortunado que salió con mi hija.

– Nuestra hija terminara sola rodeada de cuarenta perros por tu culpa – golpeo suave su hombro mientras me rió al igual que él, enciende el auto y salimos del estacionamiento directo a nuestra casa. Solo tendremos media hora para prepararnos debíamos dejar dinero para Nina y otro tanto por si invita a sus amigas a la casa lo que es seguro que haga.

– Escuche rumores acerca de que el doctor ego intento meterse en tu cirugía hoy y esta no es la primera vez ¿cierto? – paramos frente a un semáforo y gire a verlo su mirada oscura me penetraba hasta lo más profundo.

– Es solo un idiota que no entiende la palabra casada y se mete en mis cirugías para coquetearme mientras yo tengo un corazón entre mis manos – paso una mano por mi rostro y suspiro – Lo detesto, pero tengo que trabajar con él debemos enseñarles a los internos – me gustaría decirle que puedo alejarme del idiota, pero la vida de mis pacientes es primero.

A P O L I Ó N
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– Nada de fiestas, nada de chicos y principalmente nada de prender fuego cartas – Diana saca de su bolso doscientos dólares que se lo entrega a Nina mientras esta asiente a cada petición de su madre.

– Sí, sí, si lo sé ahora váyanse o perderán su reservación – nos empuja mi hija a la puerta justo al momento en que Apple su mejor amiga iba a tocar el timbre.

– Que elegancia tíos – la pelirroja nos mira de arriba abajo aprobando con sus pulgares en alto nuestros atuendos. Diana tenía un vestido negro de encaje con hombros caídos y falda ajustada a su cintura larga hasta sus rodillas. Acompañando a mi espora tenía puesto un traje negro con la corbata de color azul marino.

– Gracias Apple ya sabes las reglas linda has que Nina las cumpla – tomando mi brazo nos despedimos de las chicas sabiendo que no dentro de mucho tiempo vendrán mis otras sobrinas junto sus amigas. Mi casa se volvió el santuario de adolescentes con gustos extraños por bandas de chicos y bromas hacia jóvenes mortales. Extraño la universidad lo mejor de estar ahí era hacer las mejores bromas con mi fraternidad éramos y hasta el día de hoy somos los mejores.

Abro la puerta del acompañante para mi esposa y la ayudo a subir esperando a que se acomode en el asiento para luego cerrar la puerta. Corro frente al auto para subirme al asiento del piloto y arranco ni bien termino de abrocharme el cinturón de seguridad. Manejando en completo silencio no tardó mucho en llegar hasta el restaurante donde comeríamos el plato principal de nuestro aniversario como matrimonio. Bajamos del auto dejándolo estacionado a una cuadra del local de comidas que siempre está lleno de gente.

Tomados de la mano caminamos rápido al local donde ya estábamos llegando algo tarde a la reservación que teníamos. Sin tardar mucho nos llevan a nuestra mesa donde pedimos rápido el plato principal algo simple pero delicioso. El hummus desaparece de nuestros platos en poco tiempo entre risas y buena platica. Pagando por el platillo principal tomo la mano de Diana para ir por el platillo principal en otro restaurante.

Después de un viaje de quince minutos freno en otro restaurante donde el valet parquin se lleva mi auto mientras nosotros entramos al local de comidas. Un lugar bastante lujoso con música en vivo y muchas personas elegantes cenando con sus familias o por negocios.

Espero a que Diana ordene y como sospechaba esta sería una noche de comidas griegas. Mi esposa pide una moussaka un platillo delicioso que no es por exagerar, pero mi esposa sabe preparar a la perfección y todos siempre terminamos pidiendo más.

– Por Zeus esto sabe delicioso – observo a mi esposa cerrando los ojos degustando el platillo que admito que no es tan delicioso como el que prepara Diana.

– Guarda espacio para el postre mi flor – ella me miro bajando su tenedor y con una ceja alzada pregunto.

– ¿Iremos a otro restaurante a comer el postre verdad? – sé que es algo cliché pero quería que esta noche sea inolvidable como las tantas noches de aniversario que tuvimos. Asintiendo apenas con la cabeza veo como una sonrisa pequeña aparece en el rostro de Diana.

Como había planeado corremos al auto donde rápidamente me dirijo a un restaurante que ya conocíamos de mucho tiempo y que fue escenario de muchos momentos memorables en nuestra familia. Emma's coffe este lugar prepara el mejor pay de chocolate del mundo y es lo que pedimos esta noche junto a dos batidos grandes de frutilla. La mismísima Emma es la que nos atiende con mucho gusto y la ayuda de sus hijos Jackson y Cata que andaba recogiendo los platos sucios de las mesas.

– Fue una cena algo rápida, pero me gusto – apoyo mi baso en la mesa sintiendo mi estómago a punto de reventar. Saco algunos billetes y los dejo sobre la mesa para salir del local y caminar junto a mi esposa hasta algún sitio apartado y poder transportarnos a la playa. Una caminata bajo las estrellas, la luna y las olas rompiendo en la orilla nos vendrá bien para bajar la acelerada cena que tuvimos.

Juntos tomados de la mano caminamos por la playa con los pies descalzos sintiendo la corriente fría del agua mojar nuestros pies y luego volver hacia atrás para mojarnos nuevamente. El frió viento marino nos golpea, pero mi esposa se encarga de que no sea tan frió.

– Es increíble que año tras año logras superar la celebración de nuestro aniversario – me rodea con sus brazos pegando su cabeza en mi pecho – Por cada minuto de cada día de mi vida estando a tu lado me siento bien Apolión, nuestros hijos son maravillosos y mi vida se basa en salvar personas es lo que siempre quise – dejando de caminar nos miramos a los ojos, tomando las mejillas de Diana me acerco a ella. De manera lenta y calmada como nuestro primer beso, mis manos bajan por sus hombros apresando su cintura para acercarla más a mí.

– Te amo Diana y eso nunca cambiara mi flor – con nuestras frentes unidas volvemos a atacar nuestras bocas pidiendo más del otro.

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Bajamos del auto entre risas por uno de mis chistes malos pero que a Diana la hacen reír igual. Tomándonos de las manos caminamos por el senderó pequeño del patio con una alegría que pronto se borra.

– Uno... dos... tres... – delante de nosotros cae Apple en una nube purpura que la hace rebotar y vuelve a caer en esa nube. – Eso fue increíble quiero hacerlo otra vez – chilla la pelirroja desde la nube. Cuando se baja nos ve parados viéndola con una mirada que ahora que lo pienso me recuerda a mi madre estando enojada, ella queda pálida y corre de nuevo dentro de la casa.

– Uno... dos... tres... – del tejado se lanza Bianca que cae en la misma nube que Apple y revota soltando una carcajada. – Por las estrellas de Nyx es como volar – ahora mi esposa con las manos en sus caderas comienza a flotar y hace lo mismo conmigo para que podamos ver qué pasa en el techo de nuestra casa. La noche nos cubre para que nadie nos vea flotando a metros del suelo, pero la que si nos ven son las jovencitas que estaban viendo a Bianca y preparando a Luz para tirarse.

– ¿Que se supone que están haciendo? – cuestiona Diana elevando un decibel su tono de voz. Las chicas se miran entre sí sin decir nada y de la ventana de la habitación de Nina salen Apple y Binca poniéndose alado de las otras chicas.

– Estábamos aburridas y Nina nos contó que una vez un monstruo te dejo caer del cielo y caíste en una red invisible que Styx creo. Nosotras queríamos saber que se siente volar y bueno decidimos tirarnos del tejado con una nube abajo que Nina creo con sus hechizos – explica Luz desviando la mirada de mi esposa a mí y luego mira a sus amigas para que la ayuden.

– No había ninguna regla que no nos permitiera tirarnos del tejado – intervino Bianca sonriendo victoriosa por la jugada que había hecho.

– Si tanto quieren saber que se siente volar las haré volar – mi flor recito unas palabras en latín en un tono bajo y luego de unos segundos las adolescentes comenzaron a flotar y planear en el aire. – Acompáñame sombritas enseñémosles a las pequeñas como se vuela – siguiendo a mi esposa surco los aires escuchando los gritos emoción de las chicas. Tomando la mano de Diana entrelazo nuestros dedos y nos miramos a los ojos todo mi universo se encuentra en esas ventanas al alma que cada mañana me despiertan con un beso de buenos días.

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#FelízViernesEnLlamas

Perdón que subo recién hoy el capítulo, pero tuve una semana con mucho trabajo en mis estudios la entrega de un proyecto no es nada sencilla. Espero me entiendan y saben que los quiero. Ya esta la fecha donde comenzare la publicación de ¿Diosa o Adolescente? lo pueden encontrar en el libro de Hijos de Dioses en mi perfil.

El hummus es un aperitivo que se sirve en los restaurantes griegos.

La moussaka es uno de los platillos principales de comida griega más famosos. Si lo comparamos con un plato que quizás conozcamos más, sería similar a la lasaña.

Diana es una cirujana muy estricta con sus estudiantes de medicina pero es por ser la mejor en su trabajo. Apolión sigue siendo algo infantil, un poco raro y tierno.

Capítulo dedicado a nicollexjungkook ❣ lectora destacada.

El siguiente capítulo podrán hacerles las preguntas a los personajes. Si no me olvide de la entrevista.