D I A N A
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Las clases estaban siendo algo aburridas estar repasando todo lo que dimos para el examen me está agotando un poco. Apolión dice que iré recuperando mis fuerzas a medida que vallan pasando los días. Mis energías fueron totalmente absorbidas por el fantasma de esa chica. Supongo que fue algo estúpido hacer ese hechizo sola, Hades no se enteró o eso creo porque aún no ha venido a regañarme. Miedo al rey del inframundo no tengo, pero si a sus castigos Hades es el peor poniendo castigos.

- Recuerden estudiar para el examen nos vemos la semana que viene jóvenes - me puse de pie jugando mis cosas. Al fin podía irme a la casa y descansar otro poco.

Caminando por el pasillo pude escuchar que alguien me estaba siguiendo. Mire apenas por encima de mi hombro sin lograr ver a nadie, tal vez sólo estoy siendo un poco paranoica.

- Es necesario hacerle eso... - escuché a una mujer pronunciar. Abrí mis ojos para ver un enorme jardín, se escuchaban gritos de monstruos y el olor no era agradable.

- Eso les enseñará a no desafiarme, yo cumplo mis promesas - escuché una voz estruendosa masculina. Con pasos lento comencé a avanzar despacio aún no sabía dónde me encontraba, pero de algo estoy segura y es que es una visión.

- Déjalos ya nos encerraron aquí que más quieres - volvió a hablar la mujer soltando un bufido.

Alguien me tomo de la cintura pegándome a los casilleros del pasillo. Estaba algo desorientada por la visión repentina que acababa de tener por lo que me costó algo ver quien me tenía atrapada.

- Hola preciosa - su irritante tono seductor me causó jaqueca y su mano en mi cintura me causaba repulsión. Binx me miraba a los ojos con una mirada que reflejaba lujuria.

- Aleja tu existencia con hormonas de mi - puse mis manos en su pecho internado apártalo, pero fue inútil él es más fuerte que yo.

- Vamos sé que te encanta que te esté hablando no te hagas - hablo cerca de mi cuello. Intentaba alejarme, pero él se acercaba más a mi cuerpo, pasando su nariz por mi cuello.

- ¿Cuál parte del no quiero nada contigo no logras comprender? - volví a empujar a Binx con más fuerza logrando sacar su mano de mi cintura. Actúa como un acosador. Hice demasiadas cosas para que me deje en paz no sé qué más tengo que hacer para que ni siquiera respire cerca de mí.

- No me rendiré hasta que aceptes salir conmigo al menos una vez - me miro con ojos de cordero degollado y la oferta me pareció tentadora una cita y seré libre, pero eso sería engañar a Apolión.

- El día que los cerditos vuelen saldré contigo - lo empuje de nuevo para salir. Este chico comienza a ponerme los nervios de punta. Su mano fuerte empuja mi espalda hacia adelante y sin poder usar mis poderes en púbico terminó con mi cara contra el suelo.

- Baya que torpe eres Adelfótita - escuché las risas de todos a mi alrededor y como pude me levanté para salir lo más rápido de allí. Binx no se casará hasta que salga con él o me hará la vida imposible en la universidad por el simple gustó de que puede hacerlo. No estamos en secundaria esto no debería estar pasando. Se supone que somos personas maduras que están aquí formando un futuro.

Acaso soy demasiado... ¿inocente?

- Chica Oscura - unos dedos fueron chasqueados delante de mis ojos. Moví mi cabeza para aclarar mis pensamientos para luego ver a Helen que se veía algo diferente.

- Nieve - note que su ansiado celular sonaba en su bolsillo, pero ella no se molestaba en contestar. Era eso que la hacía verse diferente, no tenía la vista fija es su iPhone.

- ¿Te encuentras bien? - sus ojos azules me miraron de una forma penetrante y mordí mi mejilla intentando contener la rabia por Binx. Es todo un idiota que no dejaré que me pase por encima.

- Necesito vengarme de Binx ¿Te apuntas? - le giñe ojo conteniendo la enorme sonrisa que amenazaba con salir de mis labios.

- Aplastaremos a Míster músculos.

🔮🔮🔮

Cubro con hojas la soga que está en el suelo lista para ver como cae en la trampa Binx. A lo lejos escuché la voz de Helen hablar en la inmensidad de aquel bosque. Me escondí detrás de un arbusto viendo como la broma se desarrollaba.

- Corre más rápido Kappa, Diana está en problemas - con elegancia Helen esquivo la trampa, pero Binx cayó piso la trampa y terminó colgando de cabeza.

- Rubia friki ayúdame - grito el desgraciado colgando de cabeza. Por fin salí de mi escondite riendo como loca junto a Helen que se doblaba de risa en el suelo. - Diana debí imaginar que esto era una trampa - volvió a gritar mientras nosotras reíamos aún más fuerte.

- Escucha fracasado espero que te guste el chocolate - fui detrás del arbusto donde tome un balde que contenía un líquido viscoso y pegajoso. Con algo de ayuda por parte de Helen tiramos el contenido chocolatoso del cubo a Binx.

Desde su torso hasta sus cabellos fueron cubiertos por chocolate. Sin conformarme con eso solté la atadura de la cuerda dejándolo caer de forma lenta para que no se rompa el cuello.

- Que ingenuo eres Sullivan - sonrió alejándome de la escena junto a Helen.

- Esto no se quedará así Diana ya lo verás - grita con furia Binx.

Claro que esto se quedará así la Diana que se dejaba pisotear se fue. Ahora no dejaré que nadie me humille mas no pienso derramar más lágrimas por cosas tontas. Comenzaré a ser la persona que fui antes de lo que me pasó con Máx. Volveré ser la chica de la cual mis padres estaban orgullosos.

- Se lo merece por humillar a las chicas - subimos al auto de Alysa que espero que cuando lleguemos a la casa no se haya dado cuenta que tomamos prestado su auto. Queríamos que la broma sea un secreto así Apolión no interfiere en esto. Se enterará después y ya veré como le hago para que no se enfade conmigo.

A P O L I Ó N
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Dejó la fotografía de mi hermanito sobre la mesa de luz. A mamá le pareció un gesto lindo darme la primera foto del bebé, aunque sólo se vea una pequeña mancha indescifrable. Ella dice que debo acostumbrarme a la idea de tener una hermanita yo le digo que será varón, pero ella insiste con que es niña. Papá está de mi lado y dice que será un varón al que "cuidara" como lo hizo conmigo y esto alarma a mamá.

- Sombritas - escucho como la puerta detrás de mí se abre de forma lenta. Observó el reloj junto a la fotografía viendo que son las tres de la mañana.

- ¿Flor que haces despierta a estas horas? - me levanté de la cama para ver a Diana con su pijama de color negro. Una simple blusa de tirantes finos y un short corto. Tenía el cabello recogido en dos trenzas flojas que caían sobre sus hombros. Sin responderme nada ella camino hacia mi abrazándome, escondiendo su rostro en mi pecho.

- Sentí que tu aura estaba triste - susurró bajo para no despertar a Damián. Algo que me pareció innecesario para despertar a Damián se necesita más que un par de vocecitas hablando.

- Creo que tus sentidos de hechicera están fallando - me reí intentando disimular un poco mi mentira.

- Nunca fallan y lo sabes ¿qué te está preocupando? - se alejó para verme y no pude fingir más tiempo. No con ella.

- Mi papá creo que él está en peligro y el único que podrá salvarlo soy yo - libere mis preocupaciones sonriendo como la opresión en mi pecho disminuía. Por un momento me sentí bien por contarle lo que me pasa a alguien.

- Tuve una visión donde dos personas discutían acerca de una venganza y algo relacionado con que los enaceraron - nos separamos del todo. Sus palabras hicieron que mi cabeza comenzará a trabajar en quien podía estar hablando.

- El problema es que hay demasiados sospechosos y la posibilidad que todo esto sea una trampa - estaba entre la espalda y la pared en una situación donde cualquier paso en falso podría ser el último.

- Necesitas salir distraerte un poco - comento ella mirándome directo a los ojos - Vamos al cementerio - mi rostro debió reflejar la sorpresa que mi boca no pudo pronunciar. Diana no va mucho al cementerio por obvias razones. Y ese sitio, aunque suene morboso y algo cliché es mi sitio favorito. Correr entre las tumbas asustando a los guardias y enterradores es divertido. Solía hacerlo mucho con mi padre cuando era niño y no podía dormir. Recuerdo que él me traía y me decía que llorar a un poco atrayendo la atención de los guardias y algún que otro humano curioso que estuviera por ahí profanado tumbas. Mi papá se encargaba de darles el peor susto de sus vidas y yo sólo podía reír. Era divertido ver el miedo en el rostro de los demás me hacía sentir bien y eso hacía que durmiera como cadáver ni bien llegaba a casa.

- Vamos seguro será divertido - la acerqué a mi cuerpo y nos transporté en viaje sombra al cementerio.

Todo es oscuro. Diana toma mi mano y comenzamos a pasearnos entre las tumbas gracias a la pequeña flama en mis manos. Los nombres en la lapidas revelan que este es un cementerio muy antiguo. Los sonidos de aves nocturnas maravillaban a Diana que observaba en todas las direcciones.

- Cuando venía con mi padre al cementerio jugábamos a las escondidas - estaba algo avergonzado de confesar eso. Nadie en su sano juicio viene a un cementerio a jugar a las escondidas con su hijo.

- Contaré junto a la lápida de... - Diana se acerca a una tumba donde está un ángel con las alas extendidas como si fuera a despegar vuelo. - Elena Salgado - soltó una risita para luego arrodillarse frente a la lápida y cubrir sus ojos comenzando a contar. De cierta forma me gusta ser raro junto a Diana.

Comienzo a correr entre las lápidas escuchando la voz de Diana contar hasta el cincuenta. Me escondo en un mausoleo antiguo que parece que hace mucho nadie mantiene.

- Listo o no iré por ti - grito Diana a todo pulmón. Cuando nazca mi hermano me gustara compartir esto con él, las escondidas en el cementerio son algo escalofriantes.

En la mañana vi una vez más la foto de la ecografía y una débil sonrisa salió de mis labios. Creo que no será tan malo tener un hermano después de todo.

- Es tarde - chilla Diana cayendo de mi cama.

- Flor falta media hora para que suene la alarma - giro viendo como su cabeza se asoma en el otro extremo de mi cama. Tenía el rostro cubierto por su alocado cabello y llevaba una de mis camisetas.

- Esto es una desgracia no puedo despertar media hora antes que mi despertador - se queja volviendo a acostarse en la cama. Imitó su acción colocando mis manos detrás de mi nuca viendo el techo.

Una extraña luz aparece de la nada en el techo y antes de que siquiera pueda hablar un pergamino me cae en la cara. De golpe me siento en la cama tomando el pergamino. Veo al techo donde antes estaba la luz, pero ya no hay nada allí. Mi compañera nota el pergamino y sin dudar me lo quita de las manos.

- Está en griego no entiendo nada - Diana me devuelve el pergamino al no poder entender lo que dice.

I vasílissa tis ánoixis baínei ston déftero kýklo tis kai o skoteinós vasiliás tha chásei to stémma. Etoimasteíte to paidí thanátou gia na vreíte tin próti sas éndeixi. Den anaféretai louloúdi tha plirósei tis synépeies.¹

- ¿Qué dice? - pregunto Diana moviendo mi brazo con nerviosismo. Si la amenaza de la nota es cierta no puedo decirle nada a Diana eso la podría en peligro y no quiero que termine envuelta en problemas divinos.

- Mi mamá está esta por entrar en el segundo mes de gestación - sé que no fue muy convincente mi alegría, pero al menos ella me creyó.

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#FelízJuevesEnLlamas

Los días de actualización serán los jueves, pero si estoy de vacaciones prepararé capítulos para que sean dos veces por semana. Los quiero y gracias por entender y seguir apoyando la novela.

1 La reina de la primavera entra en su segundo ciclo y el rey oscuro perderá la corona. Prepárate chico muerte para buscar tu primera pista. No menciones esto a nadie o tu flor pagará las consecuencias.