•|FlashBack|•

—¿En serio te tienes que ir? Puedes entrenar conmigo y con All Might, no habrá problema.— Decía Izuku hacía el pelinegro de ojos cafés con un deje triste.

—Me parece una buena idea, Deku-kun.— Le sonríe de igual manera, con melancolía y tristeza, al irse a su ciudad natal. —Pero al igual que tú, tengo que “prepararme” para entrar a Yūei, tal como lo habíamos prometido.— Dice tratando de animar más a Izuku, pero él seguía mirando el suelo con la mirada pérdida.

—Aún no entiendo porque te tienes que ir.—

Hajime saca un suspiro cansado. Quería al menos despedirse de Midoriya con emoción y determinación, pero no de la manera tan triste y típica.

—Sólo voy a entrenar a controlar con eficiencia mi fuerza, sólo serán 10 meses a las montañas por donde vivo, también el tiempo que te queda a ti de entrenar. ¡No me iré para siempre!—. Se inca un poco para mirarlo a los ojos, viendo como estos volvían a tener su característico brillo. —Además, tenemos un secretito aparte. Lo sabés, ¿no?

—Ha..Hai.— Responde inseguro, viendo como el pelinegro le sonreía de lo más amigable posible al no acostumbrar tanto sonreír.

—Nos veremos en la Yūei, Izuku. Es una promesa.— Le sonríe de lado.

Por última vez, se abrazaron del uno al otro, dándose el apoyo y como diciendo en silencio: «“Buena suerte”»

Al separarse unos segundos después, Hajime le acaricia la cabellera rizada y verde de Izuku, quien este al sentir su cálida mano posarse en su cabecera, sintió un cosquilleo leve en su cuerpo y barriga.

Con tristeza miraba como su amigo se iba subiendo al metro que lo llevaría hacia su destino, quedando a kilómetros de distancia. Su madre (Inko) al enterarse de que Hajime tendría que volver a su ciudad por algunas razones menos sospechables, sin contarle (claro) sobre el poder culto que tiene ahora el Tanaka.

El metro se puso en marcha, Izuku vio que Hajime se despedía de él haciendo ademanes con la mano; él hace la misma acción pero con lentitud por su estado emocional. Directamente, él no sabía del porqué se comportaba tan desanimado al ver su mejor amigo irse, ni sabía del porqué ese extraño cosquilleo que le emanó en su cuerpecito. Ignoró los pensamientos extraños que ya estaba teniendo, para después encaminarse hacia su hogar. Llegando a casa, le podría mandar un mensaje a Hajime para mantenerse más comunicados.

Sabría que su vida cambiaría por completo, y el de Hajime por supuesto. (:-v)

•|Fin Del FlashBack|•

—Así que ya has hecho un amigo, ¿eh? Creí que eras un antisocial.—

—Soy antisocial, sólo pienso que hablar con gente desconocida o mal educada es una pérdida de tiempo.— Dije con algo de indiferencia, cruzando los brazos al igual que fruncía leve el ceño.

—Jeje!—. Se ríe Daisuke después de haber escuchado mi opinión, seguido de verme por el espejo retrovisor de arriba. —La última vez parecías tener un sentido del humor bajo, pero ahora te veo más o menos maduro, ¿o estoy loco?—. Dicho eso comenzó a reírse de no sé que. Tal ve era un chiste malo. El ojiámbar carraspea su garganta apenado e incómodo por mi silencio. Cambié de tema.

—No entiendo porqué los pasajeros bajan hasta llegar a Musufatu. Es completamente ridículo aparte de que son unos...

—¡Eh! Más respeto a la vía publica. ¿Qué no te han dicho que decir malas cosas a tus espaldas o hacia tu persona, te pueden echar el karma?

Niego confundido, ya que no entendía sobre lo del karma. Bajé los hombros desinteresado.

—No.

—Pues no hables mal de ella, pueden ocasionarte conflictos o problemas.

—Con tal de que no exageres, lo entiendo a la perfección.

—¡¡No estoy exagerando!!—. Baka, vamos a morir si no miras al frente.

—¡VAMOS A MORIR!

—¡NO DIGAS ESO!

—¡PUES TÚ TAMPOCO HAS CAMBIADO, DAISUKE!

—¡NI TÚ MENOS, HAJIME!

Reí ante lo que dijo de mí, pero luego cambié mis risas a unas más forzadas por como se descontrolaba el camión. No he escrito el testamento, no aún.

(...)

—“Extrañaba conversar con Daisuke-san. Han pasado meses desde que no nos vimos.”— Pensaba con nostalgia, recordando la primera vez que él y yo nos conocimos. ¡Jejeh!

Veía como la ciudad Musufatu no ha cambiado, excepto por ese puesto de café capuchino.. Bueno, si que en los dies meses que estuve ausente ante lo que haya pasado por aquí, una que otras cosillas van cambiando.

Recuerdo que había una tienda de revistas y animes, pero no la veía por ninguna parte. ¿Será que ya la han cerrado? Shit, y eso que traje un montonal de yenes para pagar una revista aunque sea, tal vez la dejaban en quiebra por ser tan lacras. Definitivamente ése capítulo de mi vida lo pasaré de página al arruinar mi vida por sus precios tan caros, literalmente.

Mientras seguía caminando sin destino alguno entre las calles, saqué de mi mochila de Dragon Ball una lista de cosas que haría ante mi regreso. Haber...

1.- Llegar en el autobús con Daisuke mientras entablamos conversaciones. –Listo (✔)

2.- Encontrar un apartamento donde pueda hospedarme y que tenga buena paga de renta y servicio. –No listo.

3.- Si no sale bien el dos, plan B. –No listo.

4.- Encontrarme con Izuku e irnos juntos a la U.A. –No listo.

5.- Ser un héroe por diversión. –No listo.

Ehh, la quinta es sólo una frase que robé de Saitama sólo porque no sabía que más poner, ignorenla. (:V)

El segundo objetivo que debo conseguir es un poco difícil, es más, podría tardarme en encontrar por TODA la ciudad unos departamentos con renta barata, bueno, algo así que esté en buenas condiciones. Sabiendo a lo que me refiero...

Sin duda tendré una tarde muy aburrida y neutral.

Así que sin objecionar nada, me metí a un callejón medio oscuro, gracias a la luz del día que le daba entre estos callejones casi estrechos, bajé mi cuerpo queriendo impulsar mis piernas para dar un salto y... ¡I beliver my can fly!

(...)

2- Encontrar un apartamento donde pueda hospedarme y que tengan buena paga de renta y servicio. –Listo ✔.

Esta segunda cosa en la lista estuvo difícil, tuve que correr por media ciudad hasta hallar una cabaña por las montañas de Musufatu, es grande y tiene aguas termales. Me sorprendí al vivir en un lugar muy acogedor, más si estoy solo; aunque extraño vivir en el departamento de los Midoriya, especialmente cuando convivíamos a la hora de la cena. Ahh, pero cada vez me sentía intranquilo e insatisfecho, en fin.

—Su departamento es el número 7.— Decía la pelinegra encargada de la cabaña, dándome la llave de mi respectiva “casa”. —Cuide muy bien su llave.— Asentí seriamente.

Caminé por el lado derecho del pasillo de la ancha cabaña, pareciendo que fuera un hotel en realidad. Finamente encontré el apartamentos en el que viviría mínimo 1 mes sabiendo que no podría estar aquí pasándomela de lujo, ¡gracias a los gastos económicos! *Nótese el sarcasmo*

Hasta ahora tengo que encontrar un trabajo de medio tiempo y así poder vivir en mi estadía.

(...)

Ahora falta el paso cuatro: encontrar a Izuku e irnos juntos a la U.A., tendré que ir hasta el departamento de Inko-chan. Qué flojera.
Estaba indeciso en ir o no, hasta que por fin de varios minutos en decidirme, acepté.

Tuve que irme saltando en cada techo de un edificio para llegar más rápido, también así pudiendo dominar los saltos breves que voy dando, justo como lo hizo All Might cuando saltó con Izuku en sus piernas. Recordar eso hace que me dé una gota en la sien.

Justamente aterricé en el techo del edificio donde vivían los Midoriya, pero al llegar sentí que el demás edificio de departamentos de temblara un poco... Espero que no se asusten con eso. (😑💧)

Suspiré aliviado, caminé hasta la salida del techo hasta irme bajando por los escalones, seguido de bajar más. Tengo suerte de recordar el número de piso que vive Izuku e Inko, sino ya estaría loco.

Después de una media hora, ya me encontraba en frente de la puerta #37, toqué dos veces en la misma, esperé varios segundos hasta que se oyó abrirse.

—“¡Ah, Inko-san!”.— Di una sonrisa de lado al verla de nuevo después de varios meses. Extrañé su presencia y su comida. (-//_//-)

—Oh, Ohayōgozaimasu. ¿Puedo ayudarlo, joven?

... ¿Eh? ¿Nani?

Mi cara no podría estar a lo Poker Face en este momento, la miré confundido teniendo que bajar la mirada, ya que mi altura superaba un poco la suya.
La mirada ojiverde de la mayor expresaba confusión y amabilidad, por lo cual no pude acelerar en decirle que si ya me había reconocido, sin más puse mi típica cara normal, me iba a disculpar hasta que su voz se oyó una sorprendida y tartamudeo.

—¿Ha-Hajime-kun? ¿Eres tú?

Ahora mi mente se quedó en plan, ¿komo lo zupo? Rayos, me recordó a un meme.

—Hola, Inko-san. Me alegra volver a verla.— Saludé levantando la mano levemente, me sorprendió un abrazo de parte suya.

—E-En realidad eres tú. *Snif*— Lo que me faltaba; hacerla llorar. Se apartó de mí con las pocas lágrimas que ya se asomaban con salir, diciéndome aún. —No puedo creer que ya estés aquí, después de varios meses.— Sonrió al verme, con un deje maternal dijo. —Nunca dejé de estar preocupada por ti, pero el que más lo estaba era Izuku.

—¿En serio?—. La peliverde asiente sin dejar de sonreír, a lo que a mí me da felicidad. Aparte, nunca creí que me extrañarían, bueno, no tanto.

—Me sorprende de que hayas crecido mucho.— Salió de su casa, para caminar alrededor mío y mirarme mejor. —Y yo que pensé que seguirías como Izuku.— Hizo un puchero, algo que me hizo sonrojar levemente.

—¿Y cómo ha estado, Inko-san? Izuku no le causó problemas mientras estaba entrenando, ¿o sí?

—¡Jejeh! Para nada, él ha estado al corriente tanto como entrenando como yendo igual a la Academia. Sin embargo, me sorprende lo mucho que ha aguantado con su entrenamiento sin descanso alguno. Aún así..— Pausa un momento de narrar, continúa. —Y-Yo, estoy orgullosa de él. Sin importar qué.. siempre lo apoyaré, si no entra a U.A, la estaré apoyando desde aquí.— Comienza a hipear mientras que unas cuantas lágrimas recorren por sus mejillas, deslizándolas hasta su barbilla para que caigan al suelo.

Suspiré pesadamente y la abracé, ella me correspondió. No me gusta verla llorar así.

—De seguro Izuku se siente orgulloso, sabiendo que su madre la apoya en estos momentos. Él le mostrará que estará enorgullecido por tener a una madre que lo apoya mucho.

Después de un rato estar abrazados con un sentimiento emotivo, me pregunta.

—¿También viniste a ver a Izuku?

—Hai, si no es molestia claro.— Hace rato que no había indicio en su...

—Se fue hace un rato a terminar su entrenamiento.— Oh vaya. —¿Iban a irse juntos a la Academia?

—Ehh, sí, para hacer el examen.

—Bueno, debe estar en la playa donde ha estado yendo. Mi hijo fue muy generoso en ayudar a la gente a recoger basura.— Me sorprende que ella sea todavía inocente, pero para mi suerte no.

—“De seguro debió estar entrenando ahí.”— Pensé en esa probabilidad, iré.

—Hajime-kun.— Dije “Hmm” sonido breve indicando que prosiguiera. —¿De nuevo te quedarás a vivir con nosotros?—. Preguntó emocionada Inko, la miré neutral.

—Lo lamento, Inko-san, pero ya tengo un apartamento en donde quedarme.

—Moh~, está bien. Extrañaré tu presencia en este departamento, Hajime-kun.— Ahí va con esos pucheros, pero no funcionan conmigo.

—Ahh, creame que también quisiera volver, pero ya he causado muchas molestias en su vivienda. “Me carcomía la culpa aveces por ser consentido por ella.”

—¡Nunca lo has sido! Es más, hasta me gustaba consentirte a ti y a Izuku.— Esa sonrisa me dio mala espina, pero a la vez fue inocente.

—Jeje, seh.. Bueno, voy a ir a buscar a Izuku-kun. Fue un gusto volverla a ver, Inko-san.— Me despedí de ella dando pasos hacía atrás lentamente.

—¡También fue un gusto, Hajime-kun! ¡Ah, y no olvides visitarnos seguido!

—¡Lo tomaré en cuenta!

Cuando se metió la señora Inko con una sonrisa hacia su departamento, me fui corriendo de allí. “Qué nefasto.” Pensé.

(...)

Siento haberme tardado demasiado, cada día siento que mi narración está hecha una mierda.

Bueno, espero que les guste el cap. Muchas gracias por los comentarios y votos que le dan cariño a esta historia. Arigatō. :'3