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°•|Episodio 7|•°

—¿Hajime-kun? ¿Querías hablar conmigo?

No respondí, agaché la cabeza muy pensativo, sin dejar de recordar como me prometía a mi mismo en contárselo, por primera vez. Me siento cansado. Bostecé, sin darme cuenta que Izuku ya se había adentrado a la habitación. Suspiré.

—Mi madre me avisó que querías decirme algo.— Se acerca hacia a mí, agarrando la silla del escritorio para después sentarse frente a mí, siquiera dirigiéndole la mirada. —Y-Yo, pienso que es algo serio que me vas a contar. ¿No?

Asiento en silencio, nuevamente un suspiro sale pero de mis narices, manteniéndome sereno.

—Hai, es importante. Bueno, tarde o temprano lo descubrirías.

—No comprendo, ¿es sobre All Might?—. ¿Nani?

—¡Īe! ¡Es sobre mí! Es un secreto que no te he contado todavía, sobre mí.— Alcé la mirada seria e indiferente encontrándome con una nerviosa y tímida.

—¿So-Sobre ti? ¿Qué es? ¿Es un secreto?—. Asiento nuevamente. —O-Oh, bueno, no se lo diré a nadie.— Sonríe comprensible. —Lo prometo.

Me alegro, no sabía que ya estaba sonriendo de lado por las palabras de Izuku.

—Está bien, pero promete que no se lo dirás a absolutamente, e indiscutiblemente a nadie. ¿De acuerdo? Ni a All Might, ni tu madre debe saberlo.— Su faceta curiosa cambió a una con decisión y determinación.

—¡Hai!—. Responde decidido.

—“Eso era lo que quería oír.”— Un desconcierto de su parte me hizo mirarlo neutro. —¿Uh?

—Demo...— Se mira que estaba indeciso en decirlo o no. — ¿Por qué no a All Might ni a mamá?

—Uno; All Might no debe saberlo porque tengo miedo de que por los medios saque información sin querer, puede inclusive contárselos a sus confidentes, ¡o siquiera al director Nezu!

—¿Conoces al director Nezu?—. Crucé los brazos, frunciendo el ceño.

—Nah, solamente lo conozco por las redes sociales. Un día él extrañamente me mandó una solicitud de amistad por WattsApp. La acepté con el fin de des-aburrirme ya que no creía en que un director de una prestigiada escuela pudiera aceptar la solicitud, gratamente él oso/perro me aceptó.

—¡Wow, tienes mucha suerte, Hajime-kun!—. Baja la mirada un poco triste, y con envidia. —Debes tener muchos amigos en WattsApp, yo casi nunca tengo solicitudes de amistad.— Suspiré, no quería ver a Izuku desanimado otra vez.

—No te pongas así Izuku-kun, solamente te tengo a ti como amigo común, debes en cuando hablo con el Director Chibi.— Bajé los hombros indiferente, el peliverde me mira con sorpresa. —¡Oe, ese no es el tema que quería conversar!

—¿Eh?

—Te iba a decir que... ¡¡Ahh, ya no lo recuerdo!!—. Le apunto acusadoramente a Izuku. —¡¿Ya ves!? ¡Por tu culpa olvidé lo que te tenía que decir! ¡Lo importante!

—¡Go-Gomen'nasai!—. Me mira asustado por mi repentino cambio de humor.

—Ahh, lo siento. Voy directo al grano.— Lo miro directamente a los ojos, ignorando que a él se le teñía un color rosado en sus mejillas con pecas. Agarré aire para después soltarlo suspirando. —Tengo poderes.

—.......

—.......

—¿Eh?

—Dije que tengo un Kosei, una individualidad, Particularidad, Quirk o como quieras llamarle.

—¿Có-Cómo es eso.. posible? Si dijiste que...

—Lo sé, por eso te voy a contar del cómo pasó todo esto. Es muy largo, así que ven.— Palmee a un lado mío de la cama ofreciéndole sentarse a mi lado para que estuviera más cómodo, él un poco intranquilo, se sienta a mi diestra, sentado al estilo indio. —Sé que es demasiado repentino esto, pero tienes que saberlo.— Lo miré de reojo. —¡Porque eres mi amigo!

•|FlashBack: 3 Años Antes|•

Tenía trece años cuando sucedió el mejor día de mi vida, aunque casi fue el peor. Pero aún así me mantenía normal e indiferente con la vida. Como siempre lo he sido.

Me desperté como todas las mañanas para irme a la Secundaria Tagashira, me bañé, cambié, y me alisté el desayuno con toda la tranquilidad del mundo. Iba a llegar tarde por tener esa manía de caminar pacíficamente, significaba otra regañada por el Sensei. Salí del apartamento donde me hospedaba con buena paga de renta, aunque no eran los mejores departamentos, me conformaba con el precio.

Caminaba con pasos ligeros con algo de aburrimiento, sintiendo una pizca de sueño, que al parecer comenzó a hacer su acto, justo cuando comencé a bostezar, escucho un maullido.

—Meow~.— Bajé la mirada hasta encontrarme con unos ojos felinos de colores amarillos con verde entre su pupila, su pelaje era negra, pero en sus patitas y orejas tenían toques blancos. A primera vista supe que estaba bien cuidado por lo limpio e higiénico que estaba, a parte del collar con su nombre. —Meow~.

Iba a acercarme al gato para acariciarlo y darle un poco de afecto, pero al verme se le erizó la piel maullando con odio, que hasta me iba a lanzar un arañazo con sus garras. Por fortuna lo esquivé gracias al reflejo. Caí de sentón un poco desconcertante por lo ocurrido, si no había hecho nada malo para provocarlo de esa manera tan a la defensiva.

—“Si que ese gato lo maltratan. Se nota.”— Pensaba que el gatito negro tenía problemas de confianza, así que no pude juzgarlo por su comportamiento hacia a mí, después de todo era normal.

Me paro rápidamente del suelo, sacudí mi uniforme y de la parte trasera, después salí corriendo para no llegar más tarde de lo que ya..

(...)

Las clases transcurrieron normales para mí, excepto al ser regañado por el profesor de aritmética al llegar quince minutos tarde, ganándome un reporte. Como sea.

A veces la Secundaria Tagashira dejaba a los jóvenes de tercer grado (específicamente en los recesos) usar Particularidades no tan llamativas y fuera de riesgo, muy pocos hacían caso a lo pedido del director Hamada, pero muchos le valían miércoles y dejaban al aire su Kosei sólo para presumirlo y explicar en que consistían, y así.

Muchos tenían poderes extraordinarios, comunes y algunos sorprendentes, he de admitirlo. Demo, algunos no comprendían las dos palabras: discriminación e ignorancia.

—¿Discriminación e ignorancia?

Asiento tranquilo con los ojos cerrados, siguiendo la historia.

En esa escuela soy reconocido (todavía) por ser el único sin ningún poder, en la Secundaria Tagashira. Apenas iba a terminar el primer grado cumpliendo semanas después los trece. Era molestado y menospreciado en aquella escuela, que algunas veces me llegaban a hacer bromas pesadas, pero sin éxito alguno. Ventajas de ser un chico indiferente y tranquilo.

A lo que iba. Estaba buscando un lugar en donde comer por las mesas de la cafetería al ya tener mi desayuno listo y entregado. Sin embargo, al ya no ver asientos disponibles gracias a los grupitos que deliberadamente se sentaron al ver mi objetivo (aparte de que algunos me mataban con la mirada), tuve la maravillosa idea de irme a desayunar como de costumbre al patio.
Salí al aire fresco de la mañana, eran las diez de la mañana, por lo que hacía un poquís de frío.

Me senté recargado en la pared, a un lado de la entrada donde mandaba hacia el club de jardinería que estaba al frente, no estaba inscrito a ningún club para hacer cosas productivas ante mi comportamiento irresponsable y perezoso. Prácticamente soy lo opuesto a ser un chico tan activo.

Comía arroz de mi Bentō pacíficamente sin ninguna interrupción, hasta que oí pasar dos voces femeninas y una masculina, paseándose como si nada por el patio de la escuela.

—¿Sabían que el nuevo tomo de Tokyo Ghoul ya salió?

—¡Sí! Hasta sacaron una nueva temporada de Tokyo Ghoul Re:2.— Platica otra voz femenina con más felicidad.

—Ahh, no entiendo como ustedes les pueden gustar esos dibujos chinos, basta con que les tolere su gusto al K-Pop.— Habla la voz masculina con un tono molesto. Las dos féminas le gritan.

—¡No metas a los BTS en esto!

Así es, era la cuarta vez que oía sus conversaciones amenas de animes, cantantes coreanos los cuales eran conocidos como BTS, definiéndolas a ellas como simples Otakus de segunda.

Para ser sincero, jamás me había interesado en esos temas sin importancia, pensando que probablemente me aburriría al igual que sería una pérdida de tiempo, inconscientemente fruncía el ceño cada vez que oía una de sus tantas conversaciones.

Ese mismo día, tuve la oportunidad de conocer un poco de esos temas tan intrigantes, que por lo menos valiera la pena. Algo muy curioso que me llegó a la cabeza una frase que me hice a mi mismo hace tiempo.

«El Anime cambió mi vida.»

(...)

Al terminar las clases, salí más rápido de lo normal dirigiéndome hacia mi casa, tenía una sensación muy curiosa al saber que anime podría verlo en televisión conectado al PC, gracias a dios tenía internet gratis, así que buscarlo no era problema.

Llegué a casa sin quitarme el uniforme, dejé mi mochila negra a un lado del sillón para sentarme en este y agarrar el control de la mesa. Varios movimientos con el control después busqué bastantes animes que me llamaban un poco la atención gracias a sus portadas representativas, una en específico me llamó la atención.

Y la verdad, para ser el primero en ver ese anime en toda mi vida, me encantó muchísimo.

Tuve una curiosidad que me rondaba por la cabeza. ¿Si un calvito poderoso pudo hacer un ejercicio tan simple y sincello al ser humano? ¿Por qué yo no? Después de hacerme esa pregunta tan misteriosa que me rondaba siempre por la cabeza.

En fin, al principio no creía que un humano que carecía fuerza sobrehumana (Saiyajin (?)) pudiera volverse tan fuerte. Bueno, al principio, cuando empecé a ver vídeos en YouTube como ellos intentaban tener la misma fuerza que el irreemplazable de Saitama. Algunos resultaban tener musculatura con el tiempo al hacerlo bien y a tiempo, pero desafortunadamente algunos no podían con el duro entrenamiento que les tocó, mandándolo al carajo.


Otra vez quería comprobar a ver si era cierto el “duro entrenamiento”, sólo que está vez, lo hice seriamente. No como los demás.


Lo extraño fue que, no me sucedió nada malo en este medio año, sin dificultades, sin problemas en mi salud, nada. Eso era raro.

Incluso no me puse calvo como el de Saitama, sabía que no me excedía demasiado pero iba igualmente serio con esto. Sin duda alguna, no podía creermelo.

¡Pude completar el entrenamiento de Saitama! ¡Tengo súper fuerza! ¡Wow! ¡Que genial! Has de estar pensando en eso, ¿No, Izuku-kun? Al fin pude tener un Kosei... ¡un Kosei incondicional!

Quise seguir los pasos de mi (actual) ídolo platónico; Saitama, quise ser igualmente como él, sé que suena egoísta y estúpido al copiar lo mismo que había hecho en el anime, pensando que pudiera funcionar en la vida real, ¡Justo lo contrario!

Cada vez que iba a buscar ladrones o a los verdaderos villanos de baja clase, accidentalmente los mataba. Sip, como he dicho, los mataba por accidente al no medir bien mi fuerza de “voluntad”. Así que hice otro entrenamiento severo, controlar mi fuerza y resistencia. Creo que duraron unos meses al hacerlo todos los días, ahora lo controlo a la perfección.

Después de hacer unos dos entrenamientos duros, me relajé para ver luego más animes interesantes, que por cierto me gustan los de acción, artes marciales y comedia. Algunos favoritos son unos que se llaman Dragon Ball, One Piece y Naruto. Terminé de ver el anime One Punch Man, así que me tomé la libertad de ir a comprar mangas y tomos de cualquier tipo.

Pasaron los meses con normalidad, poco a poco me volvía fan del anime y mangas, volviéndome poco a poco un Otaku. Sólo que a veces no lo demuestro en publico.

Un año antes de que todo aquello pasara inesperadamente, revisaba WattsApp con algunas solicitudes misteriosas, ignorándolas por completo. Hasta que una solicitud en especial me llamó bastante la atención.

-“¡Hola!”

El simple ‘Hola’ que me mandaste me sorprendió al principio, sin saber como es que te tenía en mis contactos, fue mejor seguirte la corriente, y al poco tiempo que platicabamos de cosas sin sentido. Supe que eras como yo; un Quirkless. Te comprendí, te admiré por todas las cosas que habías pasado en tu niñez, a pesar de que llevababamos semanas en conocernos y hacernos amigos por redes, confiastes en mí. Y al platicar tu pasado a través por Skype, me sentía conmovido.
Claramente dije que también era como tú, un Sin Kosei; aún lo sigo siendo, pero por dentro me consume un gran poder con responsabilidades... ¡PERO A LA MIERDA LAS RESPONSABILIDADES! ¡Es mi poder, y yo puedo controlarlo cuando se me pegue la regalada gana!

Así que, Izuku, ¿aún me aceptas ser tu amigo, a pesar de todo?

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