¿Por qué Hitoshi Shinsō rivaliza con el pobre Hajime Tanaka? Hay que retroceder tres años y medio en el pasado para averiguarlo.

•|FlashBack|•

Apenas comenzaban el primer curso en la Secundaria Nabu, el pelimorado se sentía excluido por todos sus compañeros de clase; éstos ya tenían sus grupos de amigos.

Hitoshi no era bueno socializando, ni tampoco echar temas de conversación para hablar con alguien, por lo que él siempre era el típico chico, callado, serio y frío. Pero en realidad, para él, la palabra “socializar”, no estaba en su estándar.

Bueno, todo eso hasta que llegó un chico nuevo en su escuela.

—Chicos, tomen asiento por favor. Tenemos un nuevo compañero que nos estará acompañando desde hoy, y durante todo el semestre.— Anunciaba el Sensei, llamando la atención del Salón 1-3, y la de cierto ojimorado. —¡Puedes pasar!

De la entrada del aula se abrió lentamente, una silueta un tanto enana entró al salón, llamando la atención de todos los presentes por la apariencia sencilla y normal del chico pelinegro.
Empezaron a oírse los murmullos.

—¡Silencio!—. Todos se callaron por la voz alzada y enojada del maestro. —Jovencito, ¿quisieras presentarte hacia la clase?

—Etto...— Pensó un rato, hasta que lo miró con desinterés abriendo levemente la boca.

—¡Excelente! Di tu nombre, cuantos años tienes, tus gustos, y cuales son tus sueños futuro.— Le ordena con “malevolencia”.

—“Pero si yo no quería... ”— Se le bajó una gota en la sien, seguido de soltar un suspiro. Miró a toda la clase con su típica expresión. —Ah, soy Hajime Tanaka, tengo doce años... Etto, me gusta todo, y... ahh— Quedó arrastrando la palabra no sabiendo que decir a continuación, hasta que después de otros milisegundos. —, no tengo ningún objetivo en mi vida, aún.

Una chica pelinegra de ojos ámbar, levantó la mano, indicándole al Sensei si podría formular una pregunta.

—¿Sí, señorita Matsudaira?

—¿Cuál es tu Kosei, Tanaka-san?

Todos esperaban la respuesta del de menor estatura, sin embargo, lo que obtuvieron les dejó sorprendidos, más cierto pelimorado.

—No tengo poderes.

Vaya que cometió un error al decir aquellas palabras, pero las acciones de otros que llevaban en contra al ojimarrón, realmente a él no le importaba en lo absoluto.

(...)

Había pasado ya un mes desde que Hajime había entrado a la Secundaria Nabu, pasaba el tiempo tan rápido que hasta ya se hizo popular, pero no de una manera agradable, lo comenzaban a hacer Bullying frecuentemente, y lo llamaban “Mukosei”. Pero a Hajime le valía verga y seguía con su vida. xD.

Por otra parte, con Hitoshi.

Él no tenía mucha suerte que se diga, también recibía burlas constantes de otros cursos por tener un Don de villano, siempre los otros le recalcaban que su poder era usado para el mal. Y nuevamente los bravucones de Nabu le recalcarían otra vez para su uso.

Era la hora del receso, algunos del salón salieron a disfrutar y comer, mientras que algunos decidieron molestar a cierto pelimorado ojeroso.

—¡Miren, Hitoshi con el Quirk de un villano!—. Exclama con burla, cumpliendo el propósito de hacerle burla y que sus demás compañeros le siguieran la corriente. —¿Vas a lavarme la mente como lo haces con tus padres?

—Cállate.— Mira con frialdad al chico que le dijo aquello con un deje burlesco.

El contrario sonrió burlón. —Ven y cállame, si te atreves, villano.

Ambos no dejaban de mirarse a muerte, el castaño dejó de hacerlo desviando su mirada con desdén, ya que sintió como alguien le picoteaba el hombro con insistencia.

—¿Qué es lo que quieres?

—Llevo como un minuto llamándote, pero no me hacías caso, Hasegawa-kun.— La hablaba su amigo y confidente, un pelirrubio de ojos marrones. —¿Ya has “hablado” con el chico nuevo?

—Nop, ¿por qué hasta ahora me preguntas, Baka?

—Porque ha estado delante de ti.— El pelirrubio señala con cierta irritación marcada en su rostro al pelinegro menor, que medía más o menos como 1.67 centímetros.

El pelicastaño se sorprendió, dando un salto del susto por no haberlo notado mucho antes, pero el que más lo estaba era Hitoshi.

—Hola.— Saludó con neutralidad, viéndolos con sus ojos vacíos de color marrón en su iris. —Vine a preguntarles donde están los baños. Me estoy cagando.

—.....

—.....

—.....

Quedaron los tres presentes en silencio, para luego que el pelirrubio y Hasegawa rieran como focas restrasadas por la respuesta directa del pelinegro.

—¡Jajaja! ¡N-No puedo creerlo...!—. Se agarra el estómago con fuerza, mientras que unas lagrimitas se le bajaban por sus pómulos. —¡Qu-e respuesta tan directa, hombre! ¡Hajajajah!

—¿Acaso... dije algo gracioso?

—Para nada.— De un de repente, Hasegawa y el ojimorado pararon de reír en seco, para mirar con frivolidad a Tanaka. —¿Crees que por ser el nuevo tendrás el derecho de hablarnos?

—Eres un completo ingenuo, Tanaka.

—Tch. Vámonos, Kane.— Ambos se retiraron del aula, dejando a solas un pelimorado confundido y al pelinegro, quien estaba más consternado por la actitud grosera que se dirigieron hacia él.

Suspiró con pesadez el ojimorado, para después levantarse de su lugar y dirigirse a Hajime con indiferencia.

—Te llevaré a los baños.— Comenzó a caminar dirigiéndose a la salida haciéndole mientras un ademán para que lo siguiera. —Vamos.

—Ah, sí.

Era la primera vez que se encontraban en una situación un tanto random. Pero por alguna razón extraña, a Hitoshi no le parecía un mal tipo el pelinegro.

Lo miró de reojo, viendo primeramente sus ojos marrones y serios desde que habló con Hasegawa y Kane, sólo que su iris no tenía ni un brillo característico. Eso le llamó un poco la atención.
Desvió la mirada, concentrándose en el camino por donde serían los baños.

⏳Tiempo Después⏳

Otro día en la escuela, que para Hitoshi, las horas de clases eran una tortura y sufrimiento para él; se aburría con facilidad.

Llegó el tan esperado receso, y para fortuna y sorpresa del pelimorado ojeroso, sus “compañeros” no le hacían Bullying sobre su Quirk, pudo estar tranquilo.

—Oye...— Sintió un picoteo en su hombro derecho, volteó a ver quien era.

—¿Eh?

Se llevó una sorpresa al verlo ahí parado con una expresión cambiada, que lo dejó sorprendido.

—¿Cómo te llamas?

—¿Por qué quieres saber mi nombre?

—Curiosidad.— Se sienta en un lugar desocupado de la clase sin importarle, mirando directamente a los ojos de Shinsō, quien lo miraba neutral.

—Hitoshi Shinsō, Tanaka.— Desvía su mirada, sin cambiar su expresión seria.

—Emh, ¿un gusto?—. Empezaba a darse cuenta que Hitoshi es un chico de pocas palabras. Sonrió. —¿Tienes alguna clase de poder?

—Hmph.— Bufó por la pregunta que sonó desinteresada en él. —Sí.— Ahora empezaba a dudar de responderle, pero si lo haría, el contrario le dejaría de hablar y lo comenzaría a tratar de mala gana. —Mi Quirk es Lavado de Cerebro.— Lo mira con seriedad, frunciendo ligeramente el ceño. —Puedo manipular a la gente por voluntad propia, mientras ellos obedecen mis órdenes.

Hubo un breve silencio entre ellos dos, Hajime lo miraba con normalidad sin dejar de sonreírle, luego la cambió a una confundida.

—¿Y ya?

—¿Ah?

Esa respuesta no se la esperaba para nada.

—Suena como un poder súper efectivo contra personas malas o para... ya sabes, “villanos”.— El pelimorado se hallaba sorprendido, a la vez que se conmovía un poco por las simples y sinceras palabras que decía el ojimarrón. Hajime, se cruzó de brazos uniendo el entrecejo. —No entiendo porqué los otros piensan que tu poder es usado para convertirte en villano.

—Tch, son unos estúpidos.— Responde con molestia, poniendo una mano en su mentón mientras recargaba su codo en el pupitre. —Les falta educación moral. Y así quieren convertirse en héroes, que irónico.

—Cierto.

Nuevamente quedaron en silencio, calmando el antiguo ambiente incómodo que se iba a emanar entre el par, pero después de la respuesta directa del ojimarrón, calmó un poco el panorama.

—Hitoshi...

—¿Hm?

—Digan lo que digan de ti, aun si es a tus espaldas. ¿Les haces caso?

El ojeroso se quedó pensando un poco sobre la cuestión del pelinegro, hasta que responde sin mirarlo.

—No tomo en cuenta lo que digan de mí, mantendré mi camino por el bien, que por el mal.— Lo voltea a ver, sonriendo de medio lado. —No todos los poderes se usan para el mal.

—Sabes...— Sonríe emotivo, cambiando su expresión. —Seré un héroe por diversión. He oído un dicho que dice: prefiero ser un buen desconocido, que un malvado famoso.

—Pero... ¿por qué ser un héroe como hobby? ¿No es algo... irracional?

—¡Para nada!

—Como sea.

Estuvieron un buen rato platicando, hasta que sonó de nuevo la campana para dar inicio a las otras clases restantes.

Esa era la primera vez que entablaban conversación, ya después de ahí, no ocurrió nada más que simples saludos al llegar a clases, o unas que otras veces hablaban en los recesos... ¡A la mierda! Se hicieron amigos y ya, haciendo todo lo típico, etc.

Todo iba bien, hasta que Hitoshi se entera de algo súper inesperado.

El pelimorado se encontraba caminando de regreso a su hogar después de clases, ese mismo día Hajime había faltado a clases, pero a él no le importaba.

Paró en seco su andar al escuchar una voz que pedía ayuda, se escuchaba a unas cuantas cuadras, así que fue a ver el acontecimiento que pasaba.

Y lo que vio primero fue un asalto de una tienda.

Las personas que pasaban por ahí estaban de chismosos, y la policía los trataba de apartar de la escena para hacer su trabajo, pero había un asaltante con poderes que mejor los oficiales recurrieron a llamar algún héroe.

No obstante, el pelimorado no sabía que en esa tienda, estaba el pelinegro “Cara Poker”; comprando unas pastillas para el dolor de cabeza que le comenzó a presentar en la mañana, ignorando a lo olímpico sobre el hecho de presenciar un asalto en sus narices.

—¡Saca lo que tienes de valor, mocoso!

Le gritó amenazador el contario, apuntándole con una pistola silenciadora al menor, mientras que él lo ignoraba y buscaba con la mirada impaciente al cajero que atendía la tienda. Ese hecho le sacó una vena de la ira al de la máscara negra.

—¡¿QUÉ ACASO NO ME OÍSTE!?—. No recibió respuesta alguna. Volvió a gritarle colérico. —¡DIJE QUÉ...!

Paró su oración, sintiendo la mirada pesada y seria que recibió por parte del menor. Sus manos soltaron el arma con temblor, gotas del miedo que comenzaba a tener, bajaban por su frente.

—Ahora no estoy de humor.

Juraría el ladrón que vio un aura demoníaca en el muchacho de trece años, se arrepentió de habérselo topado.

—¡Oe, Warui! ¡¿Ya tienes lo que...!?

El aliado y amigo del asaltante (el que traía poderes), lo vio confundido al quedarse estático de su lugar en un estado de shock, viró para su otra dirección en donde el miraba, y quedó en plan... ¿Really Nega?

—¿En serio Warui? ¡¿Te quedas perplejo por un... niñato cómo ese!?

—¡E-E-E-Es un demonio este niño!—. Warui miró todavía shockeado al otro villano, poniéndose detrás de él como escudo humano. —Vi... Vi su aura que desprende peligro.

—¡Tch, son puras mamadas lo que dices! ¡Marica!

Warui bajó la mirada decepcionado, sintiéndose débil por lo que comentó su supuesto “amigo”.

El humanoide con complejo de león observó con desdén a Tanaka, quien los miraba sin entender ni patata por la escena anterior que formó Warui y el león.

Pero sintieron sus cuerpos temblar, viendo que el pelinegro de ojos cafés caminaba hacia ellos de forma lenta y seguro de sí, desprendiendo una aura más intimidante que la anterior.

—Dejen de hablar y vayanse, antes de que los golpee.

Ambos villanos sentían el verdadero terror.

Y la gente que estaban presenciando la escena, no se podrían creer que un niñato de trece años retara a otros dos villanos superiores a él.

Después de darle el merecido que tenían y que los llevasen a la cárcel, tan rápido fue que Hajime ya se había retirado de la escena. Y así, evitando a los tantos reporteros que se acumulaban en la entrada de la tienda donde fue el asalto.

Seguido de ese incidente, Hajime dejó de ir a la Secundaria Nabu, por equis razón, hasta irse a otra que se llamaba Secundaria Tagashira.

•|Fin del FlashBack|•

Seguramente se preguntan...

¿Qué tiene que ver todo ese relleno de recuerdo en la rivalidad de Hitoshi con la de Hajime?

Pues hay una palabra que lo personaliza y es: la despedida. ¡JAH! Me mamé amigos. ¡No, mentira!

Pues al pelimorado se le hacía raro que su primer amigo no le dijese sobre el cambio repentino de cambiarse de institución o siquiera darle un aviso sobre su decisión.

Después de la noticia en que Hajime ya no los estaría acompañando, primero se preocupó un poco, lo llamó, pero no contestaba.

Fue a su departamento por las calles pobres, pero ni una señal de él.

Recurrió a los vecinos, pidiéndole ayuda a donde había ido su amigo, pero ellos no sabían nada.

Pero se impresionó que la gente vecina de los departamentos le dieran un dato personal de él, caso que Hajime no le había contado, y era que los padres del pelinegro abusaban de él diciéndole que era un tonto para nada, «inservible sin Kosei». Cosas por el estilo, pero eso pasaba medio año antes, y los padres del pelinegro lo habían dejado solo a su favor.

Aún no sabía el porqué se tuvo que mudar.

Entonces, Hitoshi comenzó a pensar en negativo, creyendo que tenían una amistad falsa, que todas las cosas que hicieron era pura falsedad... y que tal vez por contarle sobre su poder de “Lavado de Cerebro”, le temió y por eso se alejó.

Al menos lo que pensaba Shinsō.

Pero esa no eran las razones por la que Hajime Tanaka dejó de asistir a la Secundaria Nabu por lo que piensa Hitoshi. Sino porque el muy retrasado se le olvidó que tenía cuentas pendientes con la renta de su apartamento, que no pagó el mes prometido y la vieja lo sacó a pedradas. El pelinegro se las tenía que arreglar para buscar un nuevo hogar, estaba a punto de pedirle un favor a Shinsō, si podría quedarse a dormir en su casa por unos días hasta que pudiese hallar un lugar donde poder vivir. Pero se la pensó varias veces, pensando que le causaría molestias como todo un cliché de película. Se ahorró las molestias y se fue a vivir una gran “travesía”.

Para cuando pasaron los dos años ya, en el examen práctico, Hitoshi no aprobó ese día el examen, pero es un misterio el como hizo para pasar e ir a la U.A. Pero fue al examen, no se esperaba ver a un adolescente gigantón, bueno, no tanto, sólo lo rebasaba tres centímetros, admitía que era un poco lindo. Pero esa expresión, nunca la olvidaría.

Envés de sentirse alegrado por verlo después de tanto tiempo, sintió enojo, molestia e impotencia. Más por verlo como derrotaba a la villana, y le molestó el hecho de que el pelinegro cargara a la peliverde de mechón blanco con tanta naturalidad, que por un momento él se sintió un poco celoso por primera vez... Espera... ¡¿khé verga!?

¿Hitoshi? ¿Celoso? ¿De la villana? ¿Hotel? Triva... Okey, okey, vamo' a calmano'.

Sip, las razones desconocidas del pelimorado son un tanto random, pero es mi historia. ¿Qué esperaban? \:v/

(...)

En el siguiente cap ya será lo bueno.

Hasta sentí que puse mucho relleno como los capítulos de Naruto alv xD.