Las clases ya habían terminado, y era hora de irnos a casa.

-¿Qu-Qué está pasando aquí?

O bueno, hasta que llegaron a taparnos la entrada para salir, habían un montón de estudiantes de otras clases interponiéndose, ¿por qué será?

-¿Qué necesitan de la clase A?-. Preguntó con cordialidad Tenya, haciendo otro moviendo con sus manos.

-¡No podemos salir!-. Bramó el enano cabeza de uva. -¿Para qué vinieron?

-Vienen a observar al enemigo, basuras.- Habló está vez Katsuki, caminando hacia la entrada del aula. -Después de todo, somos quienes soportaron el ataque de los villanos.- ¿Acaso trata provocar a los demás? -Seguramente quieren vernos antes del Festival Deportivo.

-Kacchan está siendo neutral.

-Yo no diría que es así.- Dije con intriga, para ver que hacía el pelicenizo, quien ya estaba frente a frente con los demás estudiantes.

-No tiene sentido hacerlo. ¡Fuera de mi camino, extras!

-"Ya se había tardado."💧

-¡Deja de llamar "extras" a personas que no conoces!-. Regaña Tenya a Tsundereki sin dejar de mover las manos robóticamente.

-Vine a observar a la clase A de la que tanto hablan- Una voz sosa como la de Aizawa-Sensei. -, pero parecen que son muy arrogantes.

Fruncí el ceño, ¿quién se cree?

-¿Acaso todos los del curso de héroes son así?

Veo que Katsuki se le pusieron los ojos en blanco, atinando que se había molestado por lo que dijo el individuo, y los demás negaban con la cabeza repetidas veces.

-Ver algo así me decepciona.- Ah, ya se dejó ver.

Era un pelimorado que traía el cabello desordenado, su iris los traía del mismo color, pero debajo de sus ojos tenía unas ojeras.

-Hay muchas personas que se inscribieron a estudios generales, o a otros cursos porque no pudieron ingresar al de héroes.

-¿Uh?-. El ojirrojo no lo dejaba de mirar con su ceño fruncido.

-La escuela nos está dando una oportunidad. Dependiendo de los resultados del Festival Deportivo, considerarán transferirnos al curso de héroes.- Vaya, no sabía tampoco eso. -Y parece que también se puede dar lo contrario.

Eso desconcertó a Izuku y a los demás.

-¿Observar al enemigo? Al menos yo, he venido a decirles que aunque estén en el curso de héroes, si se dejan llevar, se verán sorprendidos en que los supere. Vine a declararles la guerra.- ¿En serio? Creí que venía a charlar en son de paz, pero me equivoqué.

-¡Hey, hey! ¡Soy de la Clase B, de al lado!-. Gritó alguien desprevenidamente, por entre los demás compañeros. -¡Escuché que se enfrentaron a los villanos, así que vine a preguntarles sobre eso! ¡No se crean tanto!

-Apareció otro tipo intrépido.- Murmuré al aire, suspirando con desgano.

-¡Si hablan tanto ahora, se avergonzarán durante la pelea!-. Katsuki giró talones, empezando a retirarse. -¡¿Me ignoras, maldito!?

-¡Espera, Bakugō!-. Vocifera Eijirō, intentando llamar la atención del pelicenizo. -¿Qué harás sobre esto? ¡Por tu culpa todos nos odian!

-No me importa.

-¡¿Eh!?

-Nada de esto importa, mientras lleguemos a lo más alto.

Se retiró entre toda la gentuza.

-¡Es tan simple y varonil!-. Se le iba a salir una lagrimita de orgullo, mientras empuñaba su mano, yo le agarré el hombro para después suspirar otra vez.

-Aunque sea un Tsundereki.

-Exacto.

-¿Eh?

-Lo más alto, ¿eh? Tiene razón.- Concordó Fumikage-kun por la frase anterior que había dicho Katsuki.

-Oye tú, el de cara Poker.- Llama el pelimorado, lo volteo a ver, sabiendo que se refería a mí. -¿Es cierto lo que decían de ti...?

Me aparté de Eijirō, para acercarme frente a frente con él, señalándome confundido.

-¿Yo?

-Tu eres quien derrotó a una villana en el examen práctico, de un abofeteo la pusiste inconsciente.- Ahh, eso.

No pude evitar preguntarle. -¿Cómo sabés eso?

-... Estuve ahí. A decir verdad me sorprendí mucho el como derrotaste a un villano, pero... ¿cómo será cuándo estés en las peleas del Festival Deportivo?

-Ah, oye...- Decía anonadado.

Su mirada aburrida cambió a una seria, también cambiando su tono. -Voy a derrotarte.

-Oe, oe, oe. Cálmate.

-Espero que te vayas preparando, Tanaka.- ¿Nani? ¿Cómo sabe mi apellido?

Sus ojos brillaron con fuerza, sin dejar de mirarme fulminantemente por equis razón. Pero a todo esto... ¿Podría en las batallas tocarme con Katsuki? Sería genial, así podría ver si es fuerte.

Miré por encima de mi hombro al peliverde, éste al notarlo me observa con curiosidad.

-Te veré en la tarde, Izuku.

-Ah, sí.

Ahora mi vista se posó en el ojimorado, pero él se encontraba sorprendido. No sé porqué.

-Etto, con permiso.

Abrí paso entre todos los demás, la chicas no dejaban de verme, ya estando lo suficientemente lejos de la muchedumbre. Me fui.

(...)

-¡¿Entrenarás conmigo!?

Preguntó con sorpresa el peliverde, yo lo miré a lo Poker, sentándome en la cama, ya que después de clases me fui a mi departamento primero, después a la de Izuku.

-Etto, pues sí. ¿Por qué?

-Por nada. Creí que entrenarías por tu cuenta.- Desvía su mirada a un lado, cruzándose de brazos.

-Bueno...- Me levanté de la cama, para empezar a caminar hacia la salida del cuarto de Izuku. -Entonces hay que comenzar ahora.

-¡¿A-Ahora!?

-Claro- Lo miré por encima del hombro, sonriéndole. -, entre más pronto comencemos, seremos más fuertes, Izuku.

-Si-Sigo diciendo que no es necesario esto.

-¿Había una playa en la ciudad? Ya ni me acuerdo.- Puse una pose pensativa, mirando hacia el techo.

-¡Hajime-kun!

-¡Ya sé, entrenaremos en las montañas!-. Miré al peliverde. -¿Qué opinas?

-Ehh, nada. Olvídalo. Pero...

-¡Bien! Después de clases te llevaré a las montañas.

Y de paso, podríamos hacer un pequeño combate como otra fase del entrenamiento. Estoy ansioso.

-A propósito, Hajime-kun.- Llamó mi atención, cuando observé que el peliverde se había puesto serio. -¿Quién era el que te había llamado "Cara de Poker"?

-Francamente, no lo sé.- A Izuku se le sale una gota en la sien, pero cambia su expresión al verme que me estaba hurgando la nariz. -Ni me interesa.

-Pero vi que él sí.- Pausó un momento su oración, siguiendo a contar sobre el susodicho ese. -¿En verdad no lo reconoces?

-Tengo memoria de pez.- Me saqué el meñique de mi nariz. -Así que, nop, ni idea.

-Hmm.- Cierra los ojos por un momento, soltando un suspiro pesado.

-Izuku...- Me acerqué a él, hincándome un poco, para hací quedar frente a frente. Mirándolo seriamente, cambiando mi expresión. -Después del ataque de villanos, ¿cómo te sentiste?

Él me miró por unos segundos, hasta que me dijo afligido. -Me sentía inútil e impotente, así era hasta que los héroes profesionales llegaron a salvarnos.- Vi como apretaba los puños con fuerza. Agachando la mirada con molestia. -No pude hacer casi nada.

-Pero... escuché que ayudaste a Tsuyu-chan y a Minoru-kun cuando estaban en la Zona de Naufragio.- Iba a sobar su cabeza para consolarlo, pero detuve mi acción, escuchando la puerta abrirse. Me puse derecho mirando a Inko-san.

-¡Oh, Hajime-kun! No sabía que vendrías de visita.- Me sonríe con felicidad, yo le correspondo.

-Buenas tardes.

-¿Sucede algo, Okā-san?

-Ah, sí. Vine a anunciar que la cena está lista.- Se me acerca la de menor estatura, sin dejar de sonreírme, preguntándome con amabilidad. -¿Te gustaría comer con nosotros, Hajime-kun?

-Me encantaría, Inko-san.

Ahora que he agarrado un poco de confianza con ella, ya no me apena tener su hospitalidad que me da Inko-san. Me considera como alguien más de la familia.

-¡El último en sentarse es un huevo podrido!-. Salí rápidamente de la habitación de Izuku, dirigiéndome rápidamente hacia la sala/comedor.

-¡Oye, eso no vale!

Se escuchaban las risas de ambos Midoriya, haciéndome sacar una sonrisa.

•|Narradora|•

Mientras Hajime y la familia Midoriya disfrutaban de la cena con un ambiente familiar.

En la casa de cierto pelimorado, se encontraba leyendo en su habitación, estudiando sobre su Particularidad, no dejaba de pensar en su encuentro con el ojimarrón de mayor estatura. Asía muchísimo tiempo que pasó sobre "aquél" incidente; el ojimorado apretó el libro con fuerza, arrugando un poco las hojas del libro.

-"¿Por qué tuvo que aparecer el muy desgraciado?-. A pesar de tener por fuera carencia en ser un chico despreocupado, por dentro moría de ganas decirle que ambos iban en la Secundaria, pero verlo de nuevo, sintiéndose pequeño ante él... -Soy un idiota."

Un toque en la puerta lo hace volver a la realidad.

-¡Hitoshi-kun!

Era su madre, quien abría la puerta de la habitación del anterior nombrado. El pelimorado llamado Hitoshi la miró con desdén, sin quitar su mirada desinteresada.

-¿Qué...?

-La cena ya está lista.- Le sonríe con sinceridad, haciendo que el menor desviara su mirada, contestándole neutral.

-Enseguida bajo, mamá.

-De acuerdo, hijo.- La progenitora de Hitoshi cierra la puerta, preocupándose un poco. Desde que Hitoshi llegó al hogar, se mantenía todo el tiempo en la nubes.

El pelimorado entrenaría mucho para convertirse en un héroe, sin embargo, su primer objetivo es ser intelectual en el Festival Deportivo, y vencer a cierto "Cara Poker".

¿Por qué Hitoshi Shinsō rivaliza con el pobre de Hajime Tanaka?

(...)

¡DESCUBRÁNLO EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO! >:D

¡Muajajaja~! ¡SOY MALULA! 😈

¿Hitoshi-kun se habrá unido al Harem mucho antes que todos, inclusive Pequitas-kun? >:3