❇|Prólogo|❇
—¡Miren, es el Chico Sin Quirk!
Burlas.
—¡¿Qué!? ¡¿Te comió la lengua el gato!? ¡Ah, no, espera! ¡No puedes hablar porque tienes miedo! ¿Verdad, idiota?
¿No se cansan de decir lo mismo cada día?
—¡Llama a tu mamá para que venga a defenderte! ¡Oh, es cierto! ¡Eres huérfano! ¡Jajajajah!
Bueno, no es como si me importara... ¿O sí?
—¡Miren, el Chico Quirkless no pudo ni siquiera aguantar en la prueba física!
No sé porqué son así de irrespetuosos.
Tal vez... ¿es por envidia?
¿O... por qué soy diferente a ellos y por eso me menosprecian? No lo sé.
Uno nunca sabe lo que está pensando los demás, y es algo irónico, porque no he visto a nadie con esa habilidad. Por eso dicen: “ver para creer.”
Pero ya no importan; ya nada importa.
Es cierto que soy un chico que nací sin ninguna habilidad, pero para ser franco, no sabría si mi “Kosei” era un poder o no.
Lo descubrí hace cinco años, cuando cumplí apenas los diez en el pasado. Es algo chistoso, pero a la vez... impresionante.
No sabría si lo que me pasó fue casualidad o... el destino.
Hasta llegué a pensar que mi poder era la suerte.
(...)
Caminaba tranquilamente después de tener un día de escuela como cualquier otro, la gente pasando con sus problemas de la vida mientras otros sujetos con poderes se beneficiaban.
Así es, vivía en una sociedad donde lo paranormal, se volvió en algo totalmente normal, hasta los que no tienen poderes (como yo) no se impresionan en lo más mínimo al ver como gente superhumana anda de aquí para allá.
Actualmente se sabe que el origen cayó en china; en ciudad Qingqing, por un bebé recién nacido que se iluminaba con luz perteneciente de él mismo que provocaba, desde ahí los demás humanos nacieron con habilidades únicas. Se sabe que el 80% de todo el mundo son los humanos que tienen Quirk, mientras que el 20%, que es poco, existen las personas normales. Yo estoy entre el primer y segundo porcentaje. Es confuso, lo sé, ¿cierto?
Antes de decirles la razón... Vayamos al punto.
Como antes dije, caminaba por la ciudad en dirección a mi hogar, como era huérfano claramente caí en un orfanato común, y una familia me pudo adoptar sin importarles que un niño de seis años no tenga superpoderes. Mi madre es ama de casa, mientras que mi padre trabaja como mecánico. En fin, ya estaba acostumbrado a irme de ida a la escuela y venirme de regreso.
No obstante, el futuro me trajo una leve impresión.
Mientras seguía caminando sin importarme nada, casualmente había un callejón a pocos metros más adelante mía, de ella, aparecieron por arte de magia unos tres chicos de la misma escuela a la que yo asistía, sólo que ellos iban en un grado mayor que el mío. Ellos al verme sonrieron con malicia, mirándose entre sí.
No me importó, hasta que caminé frente a ellos. Al momento de dar otro paso, sentí como uno de ellos me abrazó por los hombros con su brazo derecho.
—¡Hey, Urahara-kun~! ¿A dónde vas con tanta prisa?
Como lo leyeron anteriormente, adopté el apellido paterno de mi padre adoptivo: Urahara Tanjirō, aunque es gracioso que un personaje tenga el mismo apellido que el de mi familia.
—¿No necesitas compañía? Después de todo eres el “Chico Quirkless”, podría pasarte algo.— Uno de ellos sonrió con sarcasmo.
—Conocemos una mejor ruta para llegar, ¡síguenos!
El que me tenía abrazado por los hombros me llevó a la fuerza al callejón por donde el trío había salido. No me di la oportunidad de negarme ante su “oferta”, sabiendo claramente sus intenciones. Pero lo que hacían era diferente.
Al estar más adentrados a las estrechas calles, me tomaron del brazo con fuerza lanzándome hacia la pared, en el acto me quejé al sentir un crujido en mi espalda. Después siento que me halaron del mentón gracias al uniforme. Recibí una mirada llena de odio y molestia.
—¡De esta no te salvas Chico Sin Quirk!
—¡Repite lo que nos dijiste en la clase de matemáticas!—. Bramó otro enojado.
—¡¿Te crees muy listillo al burlarte, ah!?
Simplemente respondí sin inmutarme ante sus presencias. —No es mi culpa que Natsume-Sensei me haya ofrecido responderle envés de ustedes.
—¡Tienes coraje para decirnos eso, maldito!
—“Sólo dije lo que pensé.”— Y me consta de que no me arrepiento.
El primero quien me traía todavía jalado del mentón, activó su Particularidad, que era la manipulación del aire, los otros dos no tenían poderes tan llamativos. Solamente el supuesto “líder” del trío me tenía amenazando.
—No vas a hablar, ¿verdad?—. Solamente me limité a mirarlo inexpresivo, esperando lo peor. —Bien, entonces...— Activó su Kosei, formando un pequeño torbellino en su mano izquierda.
Se alejó a unos cuantos centímetros de mí para después golpearme con su Quirk, cuando su poder chocó contra mí, no sentí ningún dolor en específico.
Esa fue la única y última vez que me sorprendí.
Y aquél grupito no era la excepción.
—¿Qu-Qué...? ¿Cómo...?
Al verlos sorprendidos, no pude evitar mirar mis manos sin cambiar mi faceta en shock.
Tal vez... el mundo me estaba dando una oportunidad. Me sonreía. Pero no podría hacerme muchas ilusiones.
Después del golpe que me dio con su Particularidad. Aferré mi mochila, diciendo mentalmente.
—“Corre...”
Sin esperar, me eché a correr cómo alma que lleva al diablo. Apenas un audible insulto recibí.
—¡OYE, VUELVE AQUÍ, COBARDE!
Cuando oí eso no me hice el macho pecho peludo, sino que seguí corriendo. Un recuerdo pasó por mi mente como si fuese un balazo.
—“Pelear es de valientes, huir de inteligentes.”
Pues aunque no sea como el héroe número uno, hice bien en huir, sino tendría que esperar lo peor.
Inmediatamente supe que no tenía un poder defensivo u ofensivo; sino que era como si neutralizara los poderes. Ejemplo: la manipulación de aire no me dañó físicamente. Pero cuando ellos me golpearon hace un año a puño limpio, me hicieron daño.
Después de todo eso, acusé a los bravucones de abuso fuera de la escuela, el director los expulsó ya que tenía un poder que podía leer las emociones, y desde hace mucho que tenía sus sospechas sobre ellos, así que no tardó en hacerme ese favor; además, no era el único a quien le hacían Bullying.
No tardé en contarles a mis padres lo sucedido, y decidieron enviarme a otra escuela.
(...)
Pero no sabía que cambiarme de institución, cambiaría por completo mi vida.
Después de analizar y hacerme una hipótesis sobre lo que ocurrió. Deduje que mi Quirk era: ser inmune a los superpoderes.
Lo sé, es muy crazy.
Aún así, no sabía que en ningún momento, cambiaba mi vida sin querer. Gracias a personas que me valoran y aprecian.
Yo pude convertirme en lo que siempre quise ser.
En un héroe.
Sin embargo... no hice todo esto solo.
Aunque siga teniendo defectos, éstos son lo que me hacen quien soy de verdad. Y... bueno, les contaré más adelante.
Mi nombre es Urahara Jigme. Y esta, es mi historia de como lo imposible, se hizo posible.
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