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•|Capítulo 1|•

—¡Que te vaya bien en la Secundaria, Jicchan!

Gritó la madre del pelibeige desde la salida de su hogar, apenando internamente a su hijo. Apoyó también el padre, llorando al estilo anime.

—¡No dejes de enorgullecernos, Jigme!

—“Me dan pena ajena.

El de menor de estatura los miró con una gota al estilo anime, caminando en dirección al metro. Apenas iba a unos cinco metros de su casa y ya sus padres empezaron a alentarlo, se convirtió en un hábito para él, aunque no se molestaba en lo absoluto, en cambio, le gustaba que siempre le dieran ánimos, y que por esa razón llegaba motivado a la escuela, aunque no lo exprese.

En fin, al cabo de unos minutos, en el camino se encontró una cabellera peliverde, sin perder tiempo aceleró el paso para estar a la par del peliverde.

Buenos días, Midoriya.— Saludó el pelibeige al nombrado, asustándolo.

—¡Cielos, Jigme! ¡Me asustaste!—. Después de saltar de su lugar, dio un suspiro aliviado, pensando que era alguien más. —Pensé que eras Kacchan.

Lo siento.— Se disculpa con un pequeño asentimiento en la cabeza, mirando al frente acompañando al ojiverde.

—Ah~, no tienes porqué disculparte.— El peliverde se rasca la cabeza nervioso. Pero rápidamente cambió su faceta a una emocionada, agarró la mano del ojigris para acelerar el paso.

¿Qué ocu...?

—¡Recordé que hay un caso cerca del metro! ¡Debemos ir!

Pe-Pero llegaremos tarde.— Su rostro inexpresivo no cambiaba ante la situación que se hallaba.

—¡Prometo que iremos más temprano, sólo será un rato!

Jigme suspiró resignado, dejándose llevar por su amigo. —Está bien.

(...)

Después de que Izuku y Jigme presenciaran la escena heroica debutada por Mt. Lady, siguieron su camino hasta llegar a la Secundaria Orudera, dicho lugar donde impartían clases el par de amigos.

En la primera hora que tenían con su profesor fue algo diferente a lo que se esperaban ellos. El Sensei comenzó a decir:

—Ya que ahora están en tercer año, es hora de piensen seriamente en su futuro. Les entregaré el formulario donde deben colocar sus planes futuro, pero... todos ustedes...— Pausó el mayor, agarrando los formularios en frente de su escritorio, seguido de lanzarlos a la nada cambiando de parecer. —Tienen planeado tomar el curso de héroes, ¿cierto?

Todo el curso comenzó a gritar de felicidad cuando su maestro terminó de decir dicho argumento, sacando a flote sus Particularidades; exceptuando a un chico peliverde con pecas en las mejillas y a un pelibeige, que le irritaba por dentro que todos sus “compañeros” activaran sus poderes para presumir.

—¡Sí, sí, tienen fabulosas Individualidades! ¡Pero usar poderes en la escuela va en contra de las reglas!

No sé si los alagó o los reprimió por usar sus poderes.— Pensó Jigme confundido.

—¡Sensei! No nos ponga a todos en el mismo grupo.— Cuando habló cierto pelicenizo, todos callaron de manera abrupta, poniendo atención a tal chico que tenía las piernas cruzadas encima del escritorio. —¡Yo no estaré en lo más bajo con todos los rechazados!

Por término, los demás chicos del salón se sintieron ofendidos por la burla que dio el pelicenizo de ojos rojizos, indirectamente diciéndoles a sus compañeros que son unos débiles.

—¡No puedes decir eso, Katsuki!

—¡Los extras no deberían hablar!

—Oh, si mal no recuerdo, quieres ir a la Preparatoria U.A., ¿cierto, Bakugō?

Cuando terminó de hablar el Sensei que leía el formulario de inscripción del ojirrojo; los demás quedan sorprendidos y otros incrédulos.

—¡¿U.A.!? ¡¿La escuela nacional!?

—Estaba en el 0.2% este año.

—¡Todos los años su tasa de aceptación es extremadamente baja, ¿no!?

—¡Es por eso que ustedes son un montón de extras!—. Dijo burlonamente, y de un salto ágil se subió a su pupitre, señalándose a sí mismo con superioridad. —¡Me ha ido excelente en el simulacro de examen! Soy el único de la escuela que podría ingresar a U.A. ¡Definitivamente sobrepasaré a Al Might y me convertiré en el héroe más fuerte! ¡Mi nombre será escrito al tope de la lista de asalariados!

—Oh, Midoriya también quiere ir a U.A., ¿cierto?

Cuando Bakugō escuchó el apellido de cierto peliverde, se quedó en blanco.

Los demás al oír dicho apellido, algunos comenzaron a reír de la gracia y otros a escupir de la risa, salvo a cierto ojigris.

—¿Eh? ¡Midoriya! ¡Imposible!—. Comentó uno incrédulo por lo que anunció su maestro.

—¡No puedes ingresar al curso de héroes sólo estudiando!

—¡Y-Ya no tienen esa regla!—. El ojiverde se para de su asiento, respondiéndole quien dijo el anterior comentario con burla. —Solamente no hay precedentes...

Pero no siguió respondiendo porque una explosión lo interrumpió y lanzó, haciendo que cayera al suelo de sentón, quejándose en el acto.

—¡Hey, Deku!—. Llamó secamente el pelirrubio/cenizo, mirándolo amenazadoramente mientras una sonrisa retorcida aparecía en su expresión. —¡Estás por debajo de los rechazados! ¡No tienes Quirk! ¿Cómo siquiera puedes pararte en el mismo escenario que yo?

Midoriya estaba asustado que aún así le responde. —¡No, espera, Kacchan! ¡No es como si tratara de competir contigo! ¡Créeme!

Mientras respondía nervioso se arrastraba hacia atrás, para cuando notó que chocó su espalda con la pared del aula, se tensó, desviando la mirada sin dejar de contestale, intentando aclarar lo que pasó anteriormente.

—Es sólo que ése es mi objetivo desde pequeño. Y bueno... —Giró su mirada hacia su silueta intimidante, dudando en responderle.— no lo sabré hasta que lo intente.

El contrario al oír tal respuesta, sacó humo de ambas manos suyas, poniéndole los ojos en blanco sin dejar su tono alzado y maleducado.

—¡¿Cómo qué si no lo intentas!? ¡¿Tomarás el examen por diversión!?—. Izuku bajó la cabeza afligido, afectándole un poco las palabras que decía su ex-amigo de la infancia. —¿Qué puedes hacer ? ¡No tienes Individualidad!

Bakugō.— Llamó el ojigris de menor estatura, haciendo contacto visual con el pelicenizo quien volteó bruscamente hacia él.

—¡¿Ah!? ¿Qué quieres, Bakahara?

Sin dejar su mirada estoica hacia Katsuki, le respondió directo. —Deje de molestar a Midoriya y vayase a sentar, por favor.

El ojirrojo sacó nuevamente humo de sus manos, mirando con ojos amenazadores a cierto chico inexpresivo.

—Maldito... ¡Tú no me das órdenes!

El Sensei ameritó la situación viendo que el pelicenizo se está volviendo impulsivo por sus emociones.

—¡Ya basta Bakugō, mejor vuelva a su asiento si no quiere ganar un resporte sobre usar su Particularidad!

—¡Tsk!

Limitó a chaquear la lengua, mirando con desdén a Jigme, sin dejar de fruncir el ceño, mientras iba de regreso a su asiento pensó.

—“Tiene cojones para hablarme de esa manera...— Sonrió con sorna, sentándose. —Me gusta.

A pesar de qué Bakugō intimide a Urahara Jigme por decirle las cosas con honestidad, les gustaba, sin importarle que muestre emociones.

Pero... no sabía que por dentro de un pelibeige se asustó bien cabrón cuando encaró al pelicenizo, su desventaja era que no podía expresar el como se sentía... Miedoso y a la vez temeroso.

Bu-Bueno, algo es algo...

(...)

Después de que las clases se acabaran, el pelibeige se acercó a Izuku preguntándole mientras miraba su celular.

¿Hay algo nuevo hoy?

—¡No, pero el incidente de esta mañana está al tope de la web de noticias!

Oh.— El contrario golpeó su mano en forma de puño con su otra palma zurda, concluyendo. —Debió ser por la nueva heroína que salvó a todos, ¿cierto?

Asintió el peliverde efusivo, guardando su celular, platicándole a su amigo tomando su cuaderno. —Quiero regresar a casa pronto para poder escribir en mi cuaderno.

El cuaderno que traía en manos de Izuku no duró mucho, tan sólo en segundos se lo arrebataron de las manos, siendo el causante Bakugō Katsuki, quien traía en manos el cuaderno mirando al pecoso con indiferencia.

—No hemos terminado de hablar, Deku.

—Katsuki, ¿qué es eso?

Sin embargo el ojirrojo no iba sólo, sino que iba acompañado de otros dos compañeros que impartían las mismas clases que Midoriya y Urahara.

El de Don Explosivo le pasó el cuaderno para que lo viese por la anterior pregunta que formuló con curiosidad, ambos pelinegros de ojos pequeños miraron el cuaderno con extrañeza.

—¿Eh? ¿“Análisis de héroes para el futuro”?—. Cuando terminó de leer lo que significaba el cuaderno, se rió por tal nombrado. —¿De verdad?

—¡¿Q-Qué importa!?—. Izuku se levantó abrupto de nueva cuenta de su asiento, exasperado. —¡Devuélvemelo!

Pero ni Izuku ni Jigme, quien no seguía articulando palabra por lo que pasaba frente a sus ojos, vieron como Katsuki explotó sin “misericordia” la libreta de Análisis que Izuku escribió con tanto esfuerzo.

—Qué cruel...— Y tampoco se esperó a que su ex-amigo de la infancia lanzara la libreta por una ventana que casualmente estaba abierta, exaltándolo. —¡¿EHHH!?

—La mayoría de héroes de primera clase tienen historias de cuando estaban en la escuela.— Comenzó a decir el pelicenizo serio, mirando al peliverde nervioso. —Quiero brillar por haber sido el único estudiante de esta mediocre escuela media que logró ingresar a U.A.  Digo, soy perfeccionista.

El ojigris al escuchar eso, recordó una frase que le dijo su padre hace mucho tiempo, haciendo que frunciera el ceño un poco.

—“No todas las personas nacemos siendo perfectos.”

Katsuki se acercó a Izuku, quien no se había movido de su lugar por los nervios que le atormentaban en ese momento, aparte de que estaba siendo intimidado por el pelicenizo, quien con su mano izquierda tomó el hombro de Izuku; apenas haciendo contacto con su uniforme, Bakugō sacó humo casi activando su Particularidad.

—Así que te lo advierto... —El anterior nombrado le sonrió con sorna, dándole una “advertencia” tranquilamente.— no trates de ingresar a U.A., nerd.

El de apodo “Deku” no podía articular palabras por el miedo, apenas y volteó a mirarlo.

Después de dicha advertencia, que más bien sonó cómo una amenaza, el pelicenizo se iba alejando del peliverde, indicando con tan sólo un movimiento de cabeza a sus amigos que lo siguieran.

Jigme no buscaba las palabras correctas para defender a su amigo, por dentro estaba siendo un cobarde, pero su mente no lo dejó pensar hasta decirlo directamente de su boca.

No todas las personas son perfectas.

Katsuki oyó lo que dijo el pelibeige que se detuvo en seco, sin quitar su mirada seria.

—Ji-Jigme...— Murmuró Midoriya girando su cuerpo para ver al anterior nombrado con una expresión anodina.

—¿Qué dijiste...?

La cabeza de Bakugō giró lentamente hacia donde estaba Jigme, comenzando a enfadarse no queriendo malinterpretar a lo que él se refería.

Si nadie enfrenta a Bakugō con moralidad, ¿quién lo hará?— Suspiró internamente, tranquilizándose. —Se puede decir que tienes muchos defectos de los cuales no te das cuenta mientras te haces la vista gorda.

El pelicenizo lo volteó a ver con rabia contenida mientras pequeñas explosiones aparecían en ambas manos, sus amigos al ver eso sabían que era momento de intervenir.

—¡Ba-Bakugō no le hagas caso a ese inepto!

—¡Sí, es un Quirkless! ¡No vale la pena, ignoralo!

—“¡Estúpido... Bakahara!

¿Piensas qué el mundo gira a tu alrededor? Estás muy equivocado, Bakugō.— Sin inmutarse a la penetrante y colérica mirada que le mandaba el pelicenizo, no pudo expresar lo que sentía en ese momento. —¡No~! ¡¿Por qué estoy diciéndole aquello!? ¡Va a pulverizarme, carajo!

Para variar en la situación, el muchacho inmune lo decía tan serio sumando con su inexpresividad, que al joven Katsuki le terminó la paciencia, dirigiéndose ahora hacía el pelibeige; alarmando a los amigos de Bakugō y a Midoriya quien miraba la escena exceptante; al ver que su ex-amigo iba en dirección a Jigme con claras intenciones, por inercia, se puso en frente del Urahara, quien por dentro se impresionó.

—¡N-No te acerques a él, Kacchan!—. Mantuvo su mirada en alto, clavándola en la ojirroja del contrario, sorprendiéndole un poco.

Pero Katsuki no se quedó atrás, acercando su rostro a la de él, intimidándolo de nueva cuenta logrando que el peliverde se pusiera tenso.

—Quitate, Nerd.

Deku negó con la cabeza decidido, sin dejar de perder el contacto visual de Katsuki.

—¡Que te quites!—. Bramó más enojado.

Los “amigos” del pelicenizo lo sujetaron de los brazos comenzando a retroceder junto con él.

—¡Sueltenme!

—¡Si comienzas una pelea en el aula activando tu Quirk, nos suspenderán!

—¡A la mierda!

El trío se marcharon del aula, dejando aliviado a un peliverde y a un ojigris, quien suspiró como si lo estuviese reteniendo.

Después de todo ése show, se retiraron, no sin antes ir por el cuaderno de Izuku que cayó en una fuente de peces.

Luego de que ambos caminaran por un corto tiempo en silencio, Jigme se despidió de Izuku desviándose en el camino, separando sus caminos.

El celular de Urahara sonó, así que lo sacó y vio que era su madre, aceptó la llamada poniendo el aparato en su oreja derecha.

¿Qué sucede, ma...?

¿Ya has ido por las compras, Ji-cchan?

No, apenas voy de camino.— Respondió indiferente.

¿Recuerdas lo qué te mandé?

Ajá.

¡Bien! Ve con cuidado, hijo.

Jigme asintió serio, colgando la llamada, terminó suspirando.

Tengo un presentimiento malo, como si me estuviera dando un déjà vu.

Y para el día siguiente si lo tendría.

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