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Capítulo 5


Hospital General de Bahía Aventura
Noviembre 18, 2020

04:34 PM

En el segundo piso del Hospital General, en la habitación 114, sobre una pequeña cama, yace descansando un pastor alemán. Y, con el pasar de los segundos, el aludido comenzó a despertar. 

<<¿Pero qué hago aquí? >>—se cuestionó mentalmente, mientras trataba de sentarse y miraba a sus alrededores.

Tras descubrir que se encontraba en un hospital, el can se extrañó.

<<¿Qué sucedió? —volvió a pensar—. Haber. Cálmate, Chase. Relájate. Y piensa. Haber.......haber......—en ese momento, respiró hondo y cerró  los ojos. Y, a continuación, comenzó a hacer memoria—. Recuerdo que.......que estaba en el desfile, sobre la carroza ¡Sí! Eso es. Y luego....saludaba a los presentes........y.......y.....>>

A continuación, una frase comenzó a resonar en su mente: 


<<¡HAY UNA BOMBA!>> 


En cuestión de segundos, sus recuerdos se desvanecieron. Y casi al instante, su cabeza comenzó a dolerle. El dolor era insoportable. 

—¡Agh! Mi Cabeza......—dijo casi en voz baja, mientras se frotaba las sienes. 

Tras oír el querido, la enfermera de turno (que se hallaba revisando un par de archivos, por cierto), se volvió hacia el cachorro. Se le acercó y preguntó:

—¿Se encuentra bien?

Tardó un momento en responder. 

Si, es solo mi cabeza......—contestó finalmente—. Pero ya se me pasó —agregó. Hubo una breve pausa. Luego, añadió—: ¿Sabe qué sucedió? ¿Sabe la razón por la que estoy aquí?

La enfermera se le quedó mirando, y asintió. 

—Sufriste un accidente....—alcanzó a responder. 

¿Accidente?

—Exacto. Ocurrió una explosión en el desfile. Y una banca te cayó encima.

En cuanto oyó las palabras: <<Explosión>> y <<Desfile>>. El pastor alemán experimentó una sensación de preocupación. 

¿Hubo heridos? —inquirió abiertamente tras un breve momento de silencio—. ¿Nadie murió, verdad?

La mirada de la enfermera se empañó ligeramente. 

Bueno....—comenzó a decir. Luego, pausó y suspiró—. Se reportan 19 heridos y...... 5 muertos. 

Al oír "5 muertos", Chase pensó lo peor. No sabía si sus amigos estaban entre esas víctimas. Solo guardó silencio. Pasado un par de segundos, preguntó:

¿Alguien vino a visitarme?

—Ahora que lo mencionas, sí. Hay un grupo de 6 cachorros y un muchacho esperando afuera.

Al oír aquella respuesta, la angustia del can comenzó a disminuir.  

¿Y sabe si están bien? —volvió a preguntar. La enfermera se le quedó mirando, extrañada. Es que, ellos también estuvieron presentes en el desfile. 

—Oh, entiendo. Pero descuida —sumó la fémina—. Ninguno presenta lesiones. Así que están bien.

Excelente, y ¿puede decirles que pasen a verme, por favor?

La enfermera le sonrió. 

—Por supuesto —respondió, mientras giraba en redondo y se dirigía hacia la puerta—. Les avisaré que deseas verlos.

En cuanto la enfermera abandonó la habitación. El pastor alemán, por su parte, cerró los ojos y, nuevamente, se puso a pensar.

<<No puedo creerlo. Estuve a punto de morir...... pude perder la vida, y sin decirle antes a Skye lo que siento por ella, debo seguir el consejo de Marshall y decirle lo que siento...., y mis amigos, me alegro de que estén bien. Espero que todos estén bien, y para empezar ¿por que había una bomba en el desfile?>>

Sus pensamientos se vieron interrumpidos luego de que sus amigos ingresaran a la habitación. Al ver que estaban sanos y salvos, sin ningún rasguño, el pastor alemán sonrió. Y dijo:

Me alegra que estén bien.

Pero nadie dijo nada. Sus amigos solo le observaban. Sus miradas indicaban que pasaba algo. Chase lo notó. Y en cuestión de segundos, centró su atención en su amigo manchado.

Marshall ¿que sucede? —preguntó abiertamente Chase. 

No obtuvo respuesta. Así que, miró a Skye y preguntó:

Skye, ¿qué sucede? ¿Por qué nadie me habla?

Pero en lugar de responder, la aludida comenzó a llorar. Y, por consiguiente, corrió hacia el can. Y le abrazó con fuerza. 

Skye.....—le pone una pata para limpiarle las lágrimas—. Por favor no llores. No me gusta verte así. Ahora díganme, ¿qué sucede?. ¡¿Pero que?!

El cachorro trató de levantarse, pero tuvo dificultad para hacerlo. Aquello hizo que su consternación regresara, aumentando a mayores magnitudes.

Amigos....—prosiguió el pastor alemán—. ¿Por qué no siento mis patas traseras? ¡¿Qué sucede?! Por favor. ¡Alguien hable de una vez!

A continuación, el dálmata suspiró. Luego, dio un paso al frente.

—Chase.....—comenzó a decir—, tú...los doctores dijeron.......dijeron que tú.....el impacto que recibiste por esa banca te lastimó la columna y......lo lamento, Chase. Has quedado paralizado. Nunca más podrás mover tus patas traseras.

El cachorro oficial, al oír esto, se le quedó mirando, con una expresión casi neutral. Luego, solo se puso a reír. Lo cual dejó confundido a los demás presentes allí.

Marshall....—aún riendo—. Es una broma ¿no es así?.

El dálmata se le queda mirando y, en lugar de responder (y sin cambiar su expresión triste), comenzó a mover la cabeza lentamente, de izquierda a derecha, asegurando de que no se trataba de una broma.

El pastor alemán dejó de reír al saber de que era enserio. Pero antes de poder decir algo, la cockapoo habló:

Es en serio, Chase. Las probabilidades de que vuelvas a caminar son muy bajas y........en serio no sabes como lo siento. Pero te....te prometo que te apoyaremos a salir de esto —mira a los cachorros y a Ryder—. ¿No es así amigos?

Por supuesto —respondieron casi al unísono. 

—Te apoyaremos en todo, Chase —añadió Marshall—. Te ayudaremos a salir adelante.

Tras oír todo esto, los cachorros se sorprendieron al ver que el pastor alemán no parecía estar afectado por la noticia, después de todo, si te enteraras de que ya no volverás a caminar nunca más, en serio te afectaría, pero ese no era el caso con Chase, él solo estaba tranquilo, y permanecía en silencio.

Marshall: Chase ¿estas bien? Es que....

Chase: Si, estoy bien, descuida amigo, y no tienes que preguntar......claro que me afecta esta noticia, pero soy fuerte, después de todo, tengo la suerte de tener amigos como ustedes que se preocupan por mi y que me apoyarán en este momento por el que paso, eso es lo que me da fuerzas.

Skye: Chase.....no sabes por lo que pasamos, estuvimos preocupados.

Zuma: Sobre todo ella *dijo susurrando*.

Skye: Ya te oí —le dijo, mientras le regalaba una mirada fulminante. Zuma tragó saliva—. Pero si, tiene razón —admitió—.  Estuve demasiado preocupada por tu estado. N-No sabía si saldrías vivo. Me importas mucho, Chase. En verdad.

Al oír eso, el pastor alemán trató de decirle a la cockapoo lo que sentía por ella.

Chase: Skye, yo.....yo ne-necesito decirte algo. Pero antes necesito hablar con Marshall, a solas.

Marshall: ¿Conmigo? —preguntó, extrañado y confuso—. Eh...está bien.

Tras oír la petición del pastor alemán, los demás abandonaron la habitación, dejándolo sólo con el dálmata.

Chase: Marshall, tenías razón. Debo decirle a Skye lo que siento por ella. Hoy pude haber muerto sin habérselo dicho.

Marshall: Deberías decírselo ahora mismo. Después de todo, parece que ella también te ama.

Chase: La verdad es que no lo había notado, siempre pensé que le gustaba alguien más. Por eso nunca le conté lo que sentía. Además por que también no quería destruir nuestra amistad.......¡Pero ya no más! —exclamó, mostrando una expresión de total seguridad—. Ya no siento miedo, ahora mismo se lo diré. Pero primero lo primero. Dime, Marshall, ¿qué sucedió en el desfile?

Marshall: Un momento, ¿no lo sabes? —preguntó. El pastor alemán comenzó a negarlo, moviendo la cabeza hacia los laterales. 

Chase: Simplemente no lo recuerdo....—comenzó a decir, mientras se agarra la cabeza con su pata—. No recuerdo casi nada de lo sucedido.

Marshall: Debe ser por el golpe, bueno, te contaré, hallé una bomba bajo una banca, así que advertí al público para que se alejaran y poco después ocurrió la detonación, y como resultado aquella banca acabó volando por los aires, cayendo sobre ti....y bueno.. eso es todo. Luego junto con Skye te trajimos aquí.

Chase: Vaya....y....¿por que había una Bomba allí para empezar?

Marshall: Están surgiendo rumores de un posible acto de terrorismo. Pero aún no se ha confirmado nada.

Chase: ¿Y ya atraparon al responsable?

Marshall: Aún no. Pero el FBI está aquí, e iniciarán una investigación. Pero dejemos eso de lado. Ahora hay otra cosa que hacer....—antes de que el pastor alemán pudiera preguntar, Marshall se dirigió hacia la puerta. La abrió. Y por consiguiente, procedió a llamar a la Cockapoo—. Oye, Skye. ¿Puedes venir un momento, por favor? Chase quiere decirte algo.

Skye: Claro, en un momento voy Marshall.

Chase: ¡Marshall! *se le va la seguridad y dice asustado* ¿pe-pero que haces?

Marshall: Amigo, está es tu oportunidad. Aprovéchala. Y no la dejes ir.

Pero antes de poder decir algo, la cockapoo ingresó a la habitación, así que el dálmata decidió dejar a sus dos amigos solos, pero antes de hacerlo, Chase le dijo:

Hey, Marshall.....—el cachorro moteado se volvió hacia él—. Muchas gracias.

El dálmata, por su parte, le sonrió. Y le dijo:

De nada.

A continuación, abandonó la habitación. Y tras volver con sus amigos, uno de ellos se le acercó, y preguntó:

¿Está sucediendo en verdad? ¿en serio Chase se le va a declarar?

Así es —respondió Marshall, esbozando una sonrisa—. Y a decir verdad, ya era hora de que Chase se le declarara a Skye.

Ryder: Me alegro por ellos.

Rubble: Yo igual.

Zuma: ¿y que pasará ahora, con lo de la bomba, creen que sea solo sea un ataque aislado?.

Rocky: Yo aún pienso que si se trata de terrorismo, y que esto podría tratarse del inicio de una serie de ataques.

Rubble: ¿Y por que alguien haría esto aquí para empezar, y por que ahora?, *mira al dálmata* ¿tú que opinas Marshall? eh...¿Marshall?

Pero al preguntarle, el dálmata no respondió, parecía estar pensando.

Rubble: ¿Marshall, estas bien?, ¿Marshall?......¡¡¡MARSHALL!!!.

Marshall: ah....¿que? *sale de sus pensamientos* lo siento, solo pensaba en.....bueno.....en nada....

Rubble: Por cierto ¿ya nos dirás quién es ella?

Marshall: ¿Ah? ¿De quién hablas?

Creo que habla de mí, Marshall —dijo la Norfolk Terrier, sonriendo de oreja a oreja. El cachorro moteado le miró. Y le sonrió. 

Marshall: Ah si. Claro. Bueno, amigos. Quiero presentarles a ......

.............

A unos dos kilómetros al norte, yace situado la pequeña estación del departamento de Policía. 

Tras recolectar toda la evidencia de la escena, y transportar los cuerpos de las víctimas a la morgue para realizar las autopsias, los federales establecieron su centro de comando en la comisaría.

El equipo de investigación estaba conformado por 9 agentes, liderados por la agente Danville, quien, tras interrogar a las familias de las víctimas del atentado con el fin de averiguar si alguien fue un posible blanco, rápidamente buscó en la estación a la cachorra a quien le había ordenado averiguar sobre los antecedentes del héroe local de 4 patas.

Danville: Por fin te encuentro, Avery.....*dice la agente a la cachorra pastor alemán* ¿hiciste lo que te pedí?.

Avery: Si, por supuesto —respondió educadamente, mientras cogía un expediente y se lo entregaba a la agente Danville—. Pero debo decir que no hay nada sospechoso. Ningún solo antecedente. A decir verdad, este cachorro está limpio, demasiado. Antes de trabajar en el equipo Paw Patrol, hace 2 años trabajó en el hospital general de Bradersfille durante un periodo de 3 meses en el área de emergencias. Luego, empezó a laborar en el departamento de bomberos durante 2 meses. Y tras dejar dicho empleo, se mudó a Bahía Aventura, y desde entonces ha trabajado en el equipo Paw Patrol.

Danville: Vaya, creo que me equivoqué con él. Al inicio consideraba al tal Marshall como un posible sospechoso.

Y debería hacerlo —dijo una voz masculina. 

La agente Danville se volvió hacia su derecha. Y tras ver el Beagle, le pregunta: 

—¿Por qué dice eso? Y para empezar, ¿quién es usted? ¿y qué hace aquí?

El Beagle dio un paso al frente. 

Déjeme presentarme. Me llamo Daniel —comenzó a decir, mientras alargaba la pata. La agente Danville se puso de cuclillas y la estrechó—. Trabajo como enfermero en el Hospital General de Bradersfille, el mismo lugar en el que laboró Marshall 2 años atrás.

El apretón de mano-pata finalizó.

—Significa que le conoces, ¿no es así? —preguntó la agente federal. 

—Por supuesto —respondió Daniel—. Y por eso estoy aquí. Usted no lo sabe, pero Marshall es peligroso. Tiene que desconfiar de él en todo momento.

¿Y por qué lo dice?

Porque Marshall es un asesino.

Al momento de oír aquello, un breve muro de silencio se alzó entre ambos. 

A continuación, la agente le sugirió al Beagle continuar con dicha conversación en un lugar apartado. El can aceptó. Mientras a ambos se alejaron del lugar, dirigiéndose hacia una habitación del fondo, Avery, por su parte, centró su atención en el televisor. Los medios ya estaban transmitiendo las noticias sobre el atentado.

Una tragedia que azotó a Bahía Aventura —comenzó  decir el reportero Chuck Wells—. La explosión causó la muerte de 5 personas, quienes ya han sido identificadas como: Jenny Scott (43), Casey Rampley (13), Fred Ecklund (32), Edward "Eddie" Turner (25), y Laurie Cordellia (6). También nos informan que hubo un total de 19 heridos, no, ¡corrección!....son 20 en total. Y uno de ellos fue identificado como Chase Schülze.....

<<Un momento, ¿acaso dijo "Chase Schülze"? —pensó la cachorra. Luego, cogió el control de mando y aumentó el volumen—. No, no. Talvez se trate de otro Chase. ¡Si! Eso debe ser>>

—......miembro del equipo Paw Patrol —prosiguió el reportero—. Y según nuestras fuentes, el cachorro quedó gravemente herido luego de que una banca le cayera encima.

(La cadena de televisión muestra la foto se Chase)


Sus heridas fueron serias —aclaró el reportero—. Pero los doctores pudieron estabilizarlo y ya confirmaron que ya está fuera de peligro. Y en otras noticias.........

Al momento de ver la foto del pastor alemán, Avery guardó silencio. Su mirada (la cual comenzó a empañarse) expresaba una clara angustia. 

Oh no. No puede ser. ¡No puede ser!  —exclamó—. Será mejor ir a verlo. Esto no puede estar está pasando.

Y así sin más, la cachorra salió pitando del lugar, dirigiéndose directamente al Hospital General Bethesda.


[2143 PALABRAS]

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