Capítulo 10 - Escalya
Alain
No voy a aceptar ninguna otra ofrenda de la secta. La última vez comí lo que me trajeron porque estaba desesperado. No obstante, sí le hice caso a la voz femenina sobre las flores. Aunque me estoy sintiendo un poco estúpido por hacer esto. ¿Por qué a una chica rica y llena de regalos le gustaría un ramo recolectado por mí? Pude haber comprado, pero el más barato, sin embargo, las flores que busqué tienen mejor pinta y me tomé el trabajo de seleccionarlas yo mismo.
«Cursilería barata».
Al parecer, en algo concuerdo con la voz masculina.
«Eso es por escuchar a la estúpida. Ambos sabemos que a la albina le gusta lo rudo y salvaje».
¿Será?
Dejo de prestarle atención a mi mente cuando un sirviente me abre la puerta de la casa, entonces me deja pasar. La muchacha está otra vez en la habitación tomando un té. Como siempre, tiene un gesto hostil, así que su empleado nos deja a solas, rápido. Además, como mantiene la misma expresión en su cara, decido ir a mi silla y sentarme lo más veloz que pueda.
―¿Qué traes ahí? ―cuestiona lo que oculto.
―¡Oh! ¿Esto? Un presente. ―Le entrego las flores―. Sé que siempre te dan muchos regalos, pero pensé que...
Mejor me callo, ya que percibo su mirada asesina en breve.
―¿Pensaste qué? ―Entrecierra los ojos―. ¿Tú no eras el que vendía felicidad antes que objetos?
Trago saliva.
―Bueno, las busqué yo mismo, no tienen un valor material.
Sus mejillas se tornan rojas.
―¿Te estás declarando?
―Eso es muy apresurado ―se me escapa.
Creo que lo arruiné, aunque, en primer lugar, ¿por qué estoy haciendo esto? Sé que no puedo salir del pueblo, pero debería estar buscando la forma de conseguirlo, no rendirme por un capricho por una bonita chica. Tengo una responsabilidad más importante.
«No tiene absolutamente nada de malo parar un poco», dice la voz femenina.
«Déjalo, él solo quería un polvo», declara la masculina.
Frunzo el ceño.
―Claro que no, yo busco más ―respondo.
Clavel me mira furiosa y vuelvo a la realidad.
―Eres un salvaje, infeliz, me caes mal. ―Me tira las flores en la cara.
Y yo ni enterado de la situación, pues no tengo idea de lo que me dijo, así que mi respuesta puede tener cualquier significado para ella, por estar prestando atención a las voces de mi cabeza.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro