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01

Todos en el colegio murmuraban cuando los veían pasar, se cubrían las bocas, soltaban risitas y los señalaban con "disimulo". Muchos lo emparejaban con su nueva mejor amiga, Jang Wonyoung. Jungwon era muy consciente de ello, pero elegía ignorarlo, no quería que su reciente amistad sea arruinada por unos rumores de simples adolescentes sin nada mejor que hacer que opinar sobre la vida de los demás. Wonyoung, por otro lado, no parecía al tanto de lo que la gente decía. Era una de las razones por la cual le agradaba tanto, ella parecía tan ajena a lo que otros pensaban de su persona, siquiera se tomaba la molestia de escuchar lo que inventaban.

Así que, ambos amigos convivían normalmente, bajo la mirada de otros estudiantes, porque, bueno, ambos adolescentes llamaban mucho la atención. Wonyoung era increíblemente hermosa, era carismática, destacaba en clases y tenía un aura atractiva. Jungwon era sumamente bonito, tenía una apariencia tierna y también era un muy buen bailarín, además del hecho que se había sumado a la institución hace un par de meses.

Tener la atención encima por separado ya era mucho, pero al volverse cercanos, simplemente incrementó. Dos de los chicos más lindos y populares del colegio juntos era todo un espectáculo.

Y ese lunes de mañana, como cada día, muchos los miraban mientras caminaban por el colegio antes de entrar a clase. Habían ido a comprar bebidas antes de que suene el timbre y ahora iban de regreso a su salón.

—Te ves alegre.— comentó Wonyoung, picando la mejilla de su amigo con su mano libre, sosteniendo una lata de café en su otra mano.

—¿Se nota?— preguntó el mayor, no se había dado cuenta de que estaba sonriendo.

—Mhm.— murmuró ella, tomando un trago de su fría bebida. —¿Pasó algo bueno?

Jungwon se ruborizó fuertemente mientras asentía, recordando lo que le había ocurrido en el fin de semana. Inconscientemente, acarició sus labios con la punta de sus dedos, imaginando la sensación de los besos del precioso rubio a quien conoció en aquella fiesta a la que fue.

—Algo muy bueno, Wony.— le dijo, cubriendo sus rojas mejillas con sus manos. —¿Recuerdas esa fiesta a la que te dije que mi primo me obligó a ir?

—Ajá.— contestó ella mirándolo con atención y curiosidad.

—¡Conocí a un chico allí!— chilló emocionado.

—¡Oh por dios! ¿Era guapo?— ella también chilló alegre, ansiosa por saber todos los detalles posibles.

—¡Guapísimo! Te juro que parecía un ángel, pero tenía un cuerpo tan caliente como el mismo infierno.

Wonyoung comenzó a golpear su hombro emocionada, sonriéndole alentadora para que le cuente más. Jungwon le devolvió una sonrisa pícara, pensando en lo que estaba a punto de contarle. Aunque su sonrisa flaqueó un poco al escuchar un par de comentarios a su alrededor.

"Mirenlos, se ven tan lindos juntos, si llegan a besarse les saco mil fotos."

"¡Mira cómo se sonríen!"

"Te aseguro que son novios."

Los miró mal antes de volver a concentrarse en su conversación con su mejor amiga.

—Y la mejor parte de todo es... tú sabes...— sintió sus orejas calentarse y levantó sus cejas sugestivo, sintiendo vergüenza de decirle lo que pasó directamente.

—¿Qué cosa?— preguntó ella sin entenderlo. —Se besaron, ¿no?

—No puedes ser tan inocente, Wony.— negó él.

—Oh, ¿se comieron?— volvió a preguntar, deteniendo el paso al ver que llegaron hasta la puerta de su salón.

Jungwon se rió con ganas al ver que no entendía, sintiendo el bochorno abandonar su cuerpo. Wonyoung frunció el ceño y le dio un puñetazo en el hombro que no lo afectó para nada, más bien solo le hizo reír más.

—¡No te burles y dime el chisme completo!— exclamó, entrando al salón siendo seguida por su amigo.

Caminó hasta su asiento designado sin prestar atención a los demás, quienes obviamente los miraban.

—No te lo puedo decir acá, hay mucha gente.— dijo Jungwon, sentándose en su asiento justo al lado de el de su amiga.

—Te odio.— ella lo miró mal, empujó su pelo detrás suyo elegantemente, dándole un golpe con él, y procedió a organizar sus útiles para la clase.

—No lo haces.— burló él con un tono de voz meloso, tirando de las puntas de su largo cabello negro solo con la intención de molestarla.

Arrugando la nariz con disgusto, Wonyoung le encajó un buen tirón al cabello, negro al igual que el suyo, de el mayor. Sonrió satisfecha cuando se quejó, sobándose la zona adolorida.

—Te pasaste, Wonyoung.— refunfuñó abultando los labios.

—No hagas eso, te ves como un pato.— ahora fue ella quien se burló, sacándole la lengua.

—Pues tú pareces una- una- ¡Una rana!— exclamó infantilmente.

—Bro, todos adoran a las ranas.

—Solo, haz silencio y acércate, te diré que pasó.— hizo un gesto con la mano para callarla y luego le indicó que se aproxime más.

Lista para oír toda la historia de su amigo, Wonyoung arrimó su silla más cerca e inclinó su cuerpo hacia el de Jungwon. Se movió su cabello por detrás de su oreja y sintió el cálido respirar de su amigo cuando acercó su rostro hasta allí, acunando su boca son sus manos antes de susurrar.

—Él y yo nos acostamos.— murmuró, alejándose de ella para ver su reacción.

Wonyoung lo miró con sus ojos ampliamente abiertos y boquiabierta, luego, los colores subieron a su rostro y casi parecía que se convertirá en un tomate. Se cubrió la boca sorprendida y comenzó a zarandearlo con energía, preguntándole un montón de cosas.

—¿Fue bueno? ¿Se cuidaron? ¿Ya no te duele? ¡¿Lo habías hecho antes?!— dijo escandalizada, esperando que todo haya salido bien para su amigo.

—Sí, obvio, un poco y sí.— contestó mientras se dejaba ser por la menor.

—¡Wow! ¿Y fue cosa de una vez? ¿O lo verás de nuevo? ¿Sabes siquiera su nombre?

—Tengo su número de teléfono.— dijo sonriente. —Ese día me llevó hasta mi casa y me dijo que lo contactara cuando necesite de él, si entiendes a qué me refiero.— puso una express sugestiva y Wonyoung no tardó en avergonzarse por sus pensamientos.

—Bueno, estoy muy feliz por ti. Espero sigan bien con eh lo que sea que lleven.

—¿Crees que sería muy pronto si le escribo hoy?— pidió su opinión.

—Es lunes, bro. ¿Tan urgido andas?— se mofó.

—Sabes cómo soy, siempre listo para la acción.— le guiñó el ojo, ganándose un golpe. — Hoy estás de violenta.— se quejó.

—Ay, no chilles.— lo hizo de menos. —Por cierto, no me dijiste su nombre.

—Oh, lo olvidaba. Se llama Park Sun– el mayor fue interrumpido por la profesora de ciencias, materia que les tocaba en el primer periodo, entrando al salón para dar su clase.

—Luego me dices.— susurró Wonyoung, acomodando su silla de nuevo en su lugar y ambos prestando atención a la clase.

Pasaron unos minutos de clase en silencio, hasta que Jungwon se dio cuenta de algo.

—¿Asumiste que el pasivo soy yo?— le dijo a su amiga ofendido, recibiendo una silenciosa risa como respuesta.

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