CAPÍTULO 31
(Narrador Omnisciente)
El Omega aspiraba profundamente el cuello de su Alfa, le encantaba ese aroma a menta y chocolate amargo, era exquisito. Sin descaro alguno, se restregaba sobre el miembro ya despierto de su amado Alfa, mientras el pelinegro gemía gustoso por la presión que ejercía el trasero de su novio contra su miembro adolorido. Tomó de las nalgas muy voluminosas a su amado y alzandolo lo llevó hasta la habitación de ambos.
Sus labios se movían juntos y encajaban perfectamente, era un beso apasionado y cariñoso que los hacía fantasear y desear más uno del otro.
Llegaron a la habitación y en medio de caricias y besos dulces, el Alfa recostó al menor en la cama con delicadeza, el Omega abrió sus piernas dándole acceso a su amado para meterse entre ellas, el azabache no perdió tiempo y se acomodó entre esas prominentes piernas, sus miembros se rosaron aún con sus ropas puestas creando una fricción deliciosa y placentera para ambos cuerpos.
El Alfa simulaba embestidas entre ambos miembros, la ropa empezó a estorbar y entre caricias dulces, toques delicados besos robados, sonrisas cómplices y miradas amorosas, el Alfa despojó a ambos de toda prenda, quedando ambos cuerpos desnudos tal y como vinieron al mundo.
Con sus miradas apreciaron el cuerpo del contrario amando verse sin ninguna prenda nuevamente.
El Alfa tenía su tersa y blanca piel con gotas de sudor derramandose por su abdomen levemente marcado, sus cabellos negros revueltos y algunos mechones pegados a su frente, su respiración subiendo y bajando rápidamente, sus labios rojos de tanto besar los labios que ama sentir, su miembro despierto y adolorido, deseando hundirse en esa deliciosa y palpitante entrada que lo llamaba a gritos, su cuerpo exitado y su lobo en celo le rogaban que hiciera suyo de una vez al hermoso Omega frente a sus ojos.
El Omega, con su piel acanelada y perlada de sudor en cada rincón de su anatomía, su pecho bajaba y subía por la rapidez de su corazón y su aliento entré cortado, sus labios levemente separados e hinchados, sus rubios cabellos revueltos y pegados a su perlada frente, sus caderas meneandose y deseando más, sus piernas abiertas dejaban ver su poco lubricada entrada, deseando ser profanada y su miembro palpitante, con ganas de ser atendido.
Ambos cuerpos jadeantes y deseosos de por fin unirse en cuerpo y alma, el mayor se acercó nuevamente al Omega, uniendo sus labios nuevamente en un desesperado beso, llevando sus ante brazos a los costados de la cabeza del menor y rosando sus miembros, simulando leves embestidas que ocasionaba gemidos de placer entre sus cuerpos.
El Alfa necesitaba unirse a su Omega así que llevó una mano a la rosada entrada del menor y empezó a masajear de manera lenta mientras sus labios bajaban al cuello de su amado Omega y depositando muchos besos donde iría su amada marca de unión. Con un segundo dedo dentro de la entrada del menor, siguió masajeando y estimulando, esta ves llevando sus labios húmedos hasta los pezones del rubio, lamiendo y chupando cada uno de estos. Ingreso un tercer dedo en la cavidad baja del Omega y creando más placer en este masajeo de manera lujuriosa, expandiendo más ese rosado agujero. Una vez terminó de estimular saco sus dedos, escuchando la protesta del menor.
El Alfa bajo hasta el pequeño vientre del Omega y depósito muchos besos tiernos sobre este.
- Tu padre tendrá mucho cuidado mi cielo, cuidaré de ti y de tu hermoso papi Omega.
El Omega suspiró gustoso y feliz al escuchar a su amado hablarle a su pequeño cachorro.
Se volvió a posicionar entre las piernas del Omega y este ultimo las abrió más, dándole más acceso al mayor.
Unieron sus labios una vez más como tanto aman hacerlo, sintiendo miles de emociones recorrer sus cuerpos, la pasión destacaba en ese momento, lujuria, deseo y amor, sus labios danzaban entre ellas y sus lenguas se encontraban para crear una fricción deseada entre ellos.
El Alfa pelinegro, alineó cuidadosamente su miembro, hinchado y deseoso en la exquisita y rosada entrada del menor. Fue ingresando en él poco a poco, mientras escuchaba los jadeos de su amado contra su oido, hundió su rostro en el cuello del menor y dando pequeños mordiscos termino de entrar completamente, quedándose quieto por varios minutos.
El Omega enredó sus piernas en la cadera del mayor, sus manos se dirigieron al cuello de este y luego sus dedos se enredaron en las hebras pelinegras del mayor. Empezó a menear sus caderas indicándole a su amado Alfa que podía empezar a moverse dentro de él.
En medio de gemidos y jadeos guturales el Alfa inició una exquisita danza entre sus cuerpos, donde el sonido de sus bocas y el golpeteo de sus cuerpos chocando entre sí era como música para los oídos de ambos amantes. Embestia una y otra vez en la apretada entrada del menor.
~ ¡Ah! ¡Justo ahí Yoon! ¡Dame más!~
Esas y muchas palabras deseosas más salían de los labios del Omega rubio, exitando aún más al mayor y cumpliendo los deseos de su amado. Sabiendo ahora que había encontrado el punto dulce de su pequeño, el mayor daba estocadas lentas pero certeras dentro del rubio.
Cambiando de posición, el mayor salió del pequeño Omega escuchando las protestas de este, sonriendo ladino, se posicionó detrás el menor, quedando ambos de costado, levantó la pierna derecha del rubio y fue ingresando letamente en el nuevamente. El Omega llevó su cabeza hasta atrás, recargandola en el hombro del Alfa, suspirando complacido.
Las embestidas iniciaron nuevamente, esta vez más fuertes que antes, más rudas y deliciosas para ambos. Ambos gritaban y gemian de placer, era exquisito para la pareja de amantes sentirse tan plenos y llenos entre ellos mismos.
~ Jiminie... estás~ tan apretado amor...~
~¡Ah Yoonnie! Más~
~ Te daré todo lo que quieras.... mi amor!~
Ambos sintieron sus vientres bajos vibrar en anticipación por el próximo orgasmo, el mayor aumentó las embestidas y escuchaba los gritos roncos y fuertes del rubio.
~ ¡Yoongi! ¡Ah!~
El Omega se corrió sobre las sábanas, pero sentía aún el placer y deseo en su cuerpo. Mientras el mayor volvió a cambiar de posición, nuevamente posicionandose sobre su amado novio, evitando tocar su pequeño vientre, se hundió de una sola estocada en el menor sacando un grito ronco de ambos ante el placer.
El mayor inició con unas estocadas más profundas, gimiendo ronco, sintió su miembro hincharse, en medio de embestidas, luego sintió su nudo crearse y sus colmillos salir, el Omega apretó sus piernas y brazos al cuerpo del mayor y ladeó la cabeza a un lado dándole acceso a su Alfa de crear su lazo.
- Hazlo... mi Alfa ~
El Alfa, deseando unirse de por vida a su amado Omega, hundió sus colmillos en la tersa y acanelada piel del menor, dejando salir toda su esencia dentro del rubio. Sintieron el nudo formado, el lazo creado y miles de sensaciones inexplicables en sus cuerpos.
Imágenes de hermosos recuerdos pasaron por sus mentes, sensaciones que no eran de ellos mismos, eras las emociones contrarias, sintieron, sus corazones almas y lobos ser uno sólo. Sintieron amor puro y verdadero uno por el otro.
El pelinegro, saco sus colmillos del cuello del menor y lamió las gotas de sangre que este derramaba.
Ambos sonrieron de felicidad y emoción de por fin tener una marca de unión, su amado lazo creado con amor y cariño.
Pocos minutos después sintieron el nudo del mayor desinflamarse dentro del rubio, salió lentamente de él y el mayor vió su esencia salir del menor, al ya estar en cinta el cuerpo de este no la retenía.
Se acostaron cómodamente y muy juntos, sus cuerpos se abrazaron y suspiraron en medio de sonrisas cómplices.
- Ahora somos uno sólo mi vida y así será por el resto de nuestras vidas - Dijo el Alfa.
- Siempre fuimos uno sólo mi amor, sólo que ahora estamos más unidos que antes.
Sonriendo se fundieron en un amoroso beso, fuera de morbo, sólo amor, cariño dulzura era lo que había en ese tierno beso.
- Te amo mi pequeño Omega.
- Te amo mi gruñón Alfa.
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¡Hola amigos!
Espero les guste este capítulo♡
¡Nos leemos mañana!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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