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Incertidumbre

En Night Raven College la algarabía por las fiestas de Halloween terminaron y la rutina escolar se retomó sin mayor novedad. Todo parecía normal excepto para un estudiante de Diasomnia, quien sentía una ausencia que le afligía, la sensación de que algo le hacía falta, un recuerdo que su mente había borrado por completo, una presencia que percibía cercana pero no podía ver, no entender que era este sentir le frustraba en gran manera.

Quiénes ese día estaban en la feria de libros usados, sabían que algo extraño les había pasado, pero ninguno recordaba lo sucedido, una laguna mental los mantuvo pensativos por unos días, la que poco a poco fueron olvidando para seguir con sus vidas. Todos se resignaron a no hablar más al respecto, sin embargo, Sebek Zigvolt sentía que a diferencia de los demás esta incertidumbre calaba más profundo en su ser, por lo que de forma masoquista se negaba a olvidar esta sensación abrumadora, necesitaba una respuesta.

Las vacaciones de invierno empezaron y los estudiantes de los diferentes dormitorios tenían la oportunidad de volver a casa unos días para descansar por las festividades. Sebek tenía la esperanza que al regresar a su lugar natal y cambiar de ambiente esta leve obsesión arraigada en su mente se olvidaría, consciente de que esta situación no sólo empezaba a afectar su cordura, también su salud física.

Los últimos días sus cambios de humor eran acompañados con dolores de cabeza, falta de apetito, agotamiento físico y mareos, los que provocaban que su entusiasmo normal disminuyera en las diferentes actividades que realizaba. Sus más cercanos empezaron a preocuparse por su estado, aunque este trataba de disimular sus malestares era imposible para los demás no notarlo, así que tenían la esperanza que este tiempo alejado de la escuela le ayudara a mejorar.

—Ya verás que te sentirás mejor en casa. —Con optimismo Silver decía a Sebek cuando llegaron a Valle de las Espinas. Tomando su mano la apretaba a la suya, muestra de afecto que lo avergonzaba, pero permitía por la relación romántica que habían iniciado meses atrás.

No podía despreciar el afecto sincero que Silver le brindaba, él había sido su apoyo en estas semanas en que todo este asunto lo mantenía agobiado. Para empeorar esta inusual situación tampoco entendía la sensación de culpa que le invadía cada vez que Silver estaba cerca suyo; detalle que había provocado una brecha en su relación, ahora era más un amigo que su enamorado.

El corazón de Silver resentía en silencio esta distancia que se formó en su relación de repente, sin embargo, su corazón libre de egoísmo no le permitía reprochárselo, el amor que sentía le hacía preocuparse por la salud mental de Sebek, quien parecía estar enloqueciendo al querer recordar algo que posiblemente no estaba ya en su mente. Deseaba poder tener respuesta a su incertidumbre para no verlo padecer por ello, así que trataba de apoyarlo aunque sentía que tal vez no ayudaba mucho.

Sebek no dudó en buscar al menos una solución para su mala salud física, hallar un diagnóstico diferente al que le dio el médico de la escuela, sentía que detrás de sus malestares había algo más que estrés. Siendo de la especie combinada de hada y humano, aprovechó para consultar a un hada que practicaba específicamente la medicina para su naturaleza no humana. Su asombro fue grande al oír lo que el hada dijo una vez que lo revisó, tal fue su sorpresa que enmudeció, una reacción no habitual de los gritos que lanzaba cuando algo que no esperaba ocurría.

—Eso no es posible... —Lleno de incredulidad dijo en un murmullo— Además de ser hombre, yo... Yo nunca he tenido sexo.

—¿Es así? Lo de hombre es lo de menos ya que tienes parte de naturaleza de hada así que es posible que concibas un bebé. Lo que sí me sorprende es que hayas concebido sin tener relaciones sexuales, ¿estás seguro de no haberlas tenido?

—Muy seguro...

—Incluso si solo hubo juego previo y una leve penetración pudo producir este milagro.

—No, no ha habido nada de eso, tengo solo dieciséis años... Su diagnóstico debe estar mal... —Decía muy alterado junto a una sensación de vergüenza que no había experimentado antes— Vuelva a revisarme, por favor.

El hada hizo lo que su reacio paciente  pidió, solo para afirmar su primer diagnóstico poco minutos después, no había falla alguna, un bebé estaba creciendo dentro de su vientre. Ante esta nueva confirmación, Sebek palideciendo se quedó estupefacto, no insistió más y solo se quedó allí sentado en ese consultorio con la mirada perdida asimilando la noticia.

Si hubiera tenido sexo, aceptaría tal novedad en su cuerpo con resignación, pero el contacto físico con Silver, de inmaculada pureza, eran solo besos en los labios de vez en cuando, una boca que ni siquiera había besado hace muchos días. Sin saber que pensar salió de ese consultorio sintiéndose mucho peor de lo que llegó.

¿Cómo se lo diría a su familia? ¿Cómo se lo diría a su amado Joven Maestro? Se sentía tan agobiado que su pecho parecía estallar mientras sus ojos se llenaron de lágrimas, de repente se había convertido en la deshonra de su familia y del señor que servía, se volvería en la burla para todos cuando se enteraran de su estado. ¿Acaso este era un castigo por su arrogancia?

—Sebek, ¿estás bien? —Cuestionó Silver cuando lo veía deambular fuera de su casa en el bosque— Apenas me desperté, lo siento por no haberte acompañado al médico.

—¡¿Qué me hiciste?! —Un poco agresivo preguntó tomándolo de su camisa, Silver sorprendido por tan repentina reacción no entendía que pasaba.

—No sé de qué hablas.

—¿Abusaste de mi en algún momento? ...Pero si tú eres el que se duerme dónde sea, no es posible. No, no, no...

—En serio, no entiendo de que hablas. ¿Abusar de ti? —Silver muy confundido decía sin lograr entender lo que este balbuceaba en un estado de tal fragilidad. Podía reaccionar de igual manera, pero al ver su desesperación solo se abrazó a él con fuerza para poder calmarlo y le explicara que sucedía. Agradecía el hecho de que su padre no estaba en casa porque seguramente él si hubiera reaccionado mal al ver cómo agresivamente lo trató.

Sebek trataba de resistirse a ese abrazo, sin embargo, en el fondo de su corazón sabía que Silver era incapaz de hacer algo así, jamás se aprovecharía de alguien de manera tan cobarde. Entonces pensó en la posibilidad de que alguien de la escuela lo había dormido en algún momento para abusar sexualmente de él, una suposición repugnante que le hizo sentir náuseas, pero se contuvo para no mostrarse más patético, finalmente correspondió ese abrazo.

Un abrazo que a Silver le dolía, no por la fuerza física ejercida, sino al sentir su desesperación al aferrarse a su cuerpo en medio de sollozos. Sebek necesitaba desatar de su garganta este nudo, a pesar de la vergüenza decidió contarle la noticia dada por el médico antes. A pesar de que el rostro de Silver solía mantenerse inexpresivo, su expresión de asombro ahora era evidente, incluso parecía que su respirar se detuvo por un instante, ¿cómo era posible que el chico que amaba estuviera embarazado?

—Besarse no hace bebés... Eso dice mi padre. ¿Y si eso no es cierto? —Silver nervioso con ingenuidad decía— Y si tal vez si te embaracé al besarnos.

—Eso no es posible, nadie se embaraza así.

Un poco más calmado Sebek murmuró, refugiado en su cálido regazo solo así se sentía reconfortado en ese sofá en medio de la sala. Ninguno de los dos entendía que había sucedido para incitar este hecho, de lo que si estaba seguro Silver es que su Sebek no fingía esta angustia, así que no era una táctica para encubrir la evidencia de una infidelidad.

¿Este era el sentir extraño que lo había agobiado por semanas? Pensaba Sebek, tenía algo de sentido que sintiera una presencia acecharlo, probablemente era esa vida que crecía dentro suyo. Una idea cruzó su mente ahora, ¿y si esto se relacionaba con la extraña situación que vivieron pocos días antes de Halloween? Eran tantas preguntas, sin ninguna respuesta, necesitaba tiempo para poder aclarar al menos alguna de sus dudas.

—Silver, promete que no se lo dirás a nadie... Al menos hasta saber que pasó.

—Si, lo prometo...

—¡¿Qué haces?! —Molesto Sebek cuestionó apartándose de un sobresalto al sentir como su mano tocaba su vientre.

—Quería saber si se siente al bebé... ¿Cuánto tiempo tiene?

Sebek empezó a llorar de nuevo, era como si al escuchar esas dudas lo hicieran aterrizar bruscamente a la realidad, un bebé crecía dentro suyo. Un ser que no sabía cómo ni cuándo lo había concebido pero ahí estaba, una parte suya junto a la de un abusador que se robó su inocencia. Silver trataba de calmarlo porque no fue su intención volver a alterarlo, solo tenía curiosidad y aunque era un bebé misterioso todavía seguía siendo parte de quien amaba.

—Sebek...

—Ya no preguntes más tonterías.

—Está bien... Solo quería decirte que yo puedo hacerme cargo de ti y tu bebé.

Con una dulce sonrisa aseguraba acercándose de nuevo para abrazarlo, cariñoso rozaba sus labios a los suyos en un beso, solo así parecía calmarlo. Sebek no respondió ante tan noble proposición, dejándose consentir con ese beso lo correspondía.

—Eh, eh, eh... ¡Entre besito y besito se hace un bebito...! —Era lo que Lilia decía animado para molestar a la pareja cuando apareció de repente cerca suyo. Ambos al ser sorprendidos se apartaron de inmediato, más por el susto que la vergüenza al ser interrumpidos en su romántica escena. —¿Por qué lloras, Sebek? Ah... No me digan que se estaban reconciliando, si es así me alegra porque no me gustaba verlos tan distantes, sobre todo porque mi Silver estaba muy triste por eso.

—¿Qué dijo Lilia-sama?

—Kufufu, dije muchas cosas.

—Lo de los besos y bebés.

—Si, padre... ¿Qué quisiste decir con eso?

Lilia de repente se vio acorralado por esos dos chicos que más altos que él lo interrogaban seriamente. —Solo lo dije para molestarlos... No se asusten, con solo besitos no se hacen bebés.

Ante esa respuesta los dos jóvenes se desilusionaron, por un momento pensaron que si eso era cierto, ese bebé podía ser de ambos y aunque no sería menos escandaloso este repentino embarazo podrían afrontarlo juntos. Lilia confundido no entendía que les pasaba a los dos al notar sus gestos de desilusión, ¿acaso debía repetirles sus clases de cómo se hacen los bebés? ¿No estaban un poco grandes para eso?


༶•⛧┈♛ 𝑀𝑢𝑐ℎ𝑎𝑠 𝑔𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑒𝑒𝑟♛┈⛧•༶

Muchas gracias por leer esta primera parte, esta historia es m-preg como habrán notado. Tendrá interacciones tanto Skully & Sebek, como Silver & Sebek. Además de que daré mi propia perspectiva fantasiosa sobre la aparición de Skully en la historia.

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