✰ 34. COINCIDENCIA
Tal parece que yo me acostumbré a ti en un solo día
Que te ando extrañando
Como si hace años que te conocía
En un solo día - Morat
Celia salió de casa de Pablo con una sonrisa gigante pintada en la cara. Vivían relativamente cerca, así que ella había insistido en que no necesitaba que la acercara en moto. Estaba muy feliz y andaba soñadora con la libreta blanca sujeta entre las manos.
Contempló la decoración de las fiestas a su alrededor. Había gente por todas partes, a pesar de que no era festivo hasta la mañana siguiente. Como ya había oscurecido, un mar de luces se extendía sobre las calles en forma de dibujos que creaban un extraordinario espectáculo de iluminación.
Llegó a la esquina de la Calle Cirilo Amorós y se detuvo para apreciar la gigantesca escultura colorida que se erguía orgullosa en medio del entrecruce. Aún no parecía terminada, pero estaba casi completa. Podía distinguir numerosos muñecos rodeando a una enorme mujer egipcia con la indumentaria que probablemente llevó Cleopatra en la antigüedad. Al menos, según los cómics de Astérix y Obélix, la soberana solía llevar esa vestimenta. Muchas otra figuritas rodeaban a la más grande con el toque satírico propio de la festividad, que tendía a criticar aspectos de la vida cotidiana.
Las calles estaban cortadas durante los cinco días de Fallas, así que pasear por la ciudad era de lo más placentero. Ensimismada, Celia se lanzó a la carretera para acercarse a ver la Falla Infantil. Esta era la que se construía de menor tamaño que la principal, dirigida a los niños y niñas que participaban del mismo modo que los mayores en la fiesta provincial. Normalmente solían pasar más desapercibidas, por apenas llegar a medir más de un par de metros, quedando eclipsadas por la majestuosidad de las grandes, algunas llegando a los ocho metros de altitud. Celia pensó que si fuera de día y hubiera menos gente por la calle, se sentaría en el suelo a dibujar lo que su mirada azul captaba del espectáculo artístico.
Perdida en su mundo interior estaba cuando un violento empujón la sacudió. Perdió el equilibrio y cayó de lado sobre el asfalto. En un ademán por reducir el impacto, soltó la libreta de las manos, perdiéndola de vista, y sintió cómo se rasgaba las palmas de la mano y parte de su sudadera.
—¡Dios mío! Lo siento muchísimo, ¿estás bien?
Era una voz masculina la que le hablaba. Probablemente de un chico joven. Celia estaba demasiado pendiente comprobando si todos los huesos estaban en su sitio como para centrarse en aquel joven asesino que acababa de avasallarla. No respondió al principio y luego, por instinto, murmuró una especie de asentimiento indeciso. Buscó con la mirada el regalo de Pablo.
Notó una mano posarse en su hombro y después, como si le hubieran leído la mente, otra asomar en su campo de visión con la libreta blanca sujeta. Suspiró aliviada y la tomó sin dar las gracias. Agarró el brazo del chico, que se lo ofrecía amablemente, y dejó que la ayudara a levantarse.
No fue hasta que sus ojos se cruzaron, cuando Celia reconoció en ese verde pino que pintaba su iris una mirada familiar.
—Lo siento, de verdad, ha sido sin querer... —repitió él.
Podría decir que Celia tardó en identificarle, pero mentiría. Un rostro como ese no se podía olvidar ni con esfuerzo. No con esas facciones tan perfectas, el cabello oscuro como el anochecer y, especialmente, sus contrastados ojos verdes. Era el chico de Alma, el que había discutido con una diva despampanante meses atrás y luego se había quedado charlando con ella como si fuesen amigos de toda la vida. Tragó saliva antes de responderle.
—Sí, estoy bien, no pasa nada...
Hubiese sido cualquier otro y Celia no habría respondido con tanta empatía. En realidad, no estaba bien. Le dolía la cadera, el torso y las manos, e intuía que pronto le nacerían odiosos moretones por aquellos lugares que habían sufrido el contacto directo con el duro asfalto. Pero sintió una extraña necesidad de ser amable con aquella mirada tierna.
—Es que no miro por dónde voy. —Rio tímidamente él—. Con esto de Las Fallas, me he quedado ensimismado contemplando a la egipcia y de pronto casi te mato. Lo siento.
Celia asintió, pero no se atrevió a decir nada más. Miró en dirección al monopatín en el que se apoyaba el chaval para comprender por qué le había dolido tanto la caída. Luego se dio cuenta de que la culpa era de ella. Estaba justo en medio del carril bici y ni se había percatado. Por alguna razón el chico de Alma se echaba las culpas a sí mismo en vez de reprochárselo.
Mientras él hablaba, su expresión facial manifestó una especie de conversión, como de alegre a sorprendido. Seguramente la había reconocido a ella también, porque se quedó callado y mirándola con intensidad, perdido en sus ojos claros. Ella se mordió el labio, nerviosa, y desvió la mirada impaciente.
—Bueno, no te preocupes. Yo tampoco miraba por dónde iba... —dijo como pudo—. Me tengo que ir. Hasta luego.
Le dio la espalda sin esperar respuesta por su parte y caminó deprisa hacia Gran Vía, huyendo del lugar del accidente. Cuando llegó al final de la calle, antes de perderle de vista, Celia se atrevió a girarse y echar un vistazo.
Vio que la miraba de pie en el mismo lugar en el que se habían chocado, con el patinete detenido con un pie y una cara incrédula que no trataba de ocultar. Era tan guapo como el día en que se conocieron. Debió de quedarse embobada un buen rato, porque entonces él alzó una mano y la saludó, sonriendo de forma traviesa.
Celia sintió que se sonrojaba y reanudó el camino de vuelta a casa. Colorada, siguió paseando por las calles de Valencia, riéndose de sí misma y esa enorme coincidencia. Estar con Pablo estaba bien, pero soltera o no, siempre había un placer enorme en sentirse deseada por los ojos verdes de un chaval tan atractivo como ese.
¿Se volverían a encontrar?
Me encantan esas casualidades que pasan de cuando en cuando y que te dejan con cara de tontx, sin saber que hacer. ¿Le esperabais de vuelta?
En Valencia pasa que a pesar de ser muchísimos habitantes siempre te acabas encontrando a todo el mundo. ¿Creéis que este personaje tiene algo interesante que aportar al mundo de Celia? Os leo👀
Recordad la ⭐️ para apoyarme si os gusta la historia :)
PD: Os dejo una foto de la Falla de tema egipcio que pusieron en la Calle Isabel La Católica en 2017. ¿Os gusta?
Todas estas esculturas se queman el día 19 a las 00:00h. Da pena, ¿verdad?
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