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✰ 19. CASUALIDADES

Voy a salir a la calle, voy a ponerme a gritar
Voy a gritar que te quiero, que te quiero de verdad

Mon amour - Aitana y Zzoilo

Inés hablaba con Jorge más por compromiso que por voluntad. El chico era simpático, pero ni le gustaba ni le parecía interesante el tema de conversación que compartían. Habían comentado lo extraordinaria que era la discoteca Alma, lo caras que estaban las copas, lo geniales que eran las canciones... Habían hablando de Alberto y Paula teniéndolos a poco menos de dos metros, aunque esos dos estaban tan pendientes el uno del otro que no se hubieran enterado de lo que se decía de ellos ni siquiera gritándolo con un megáfono. Finalmente se habían quedado sin recursos y un silencio incómodo se instauró entre ambos.

Mientras miraban a todas partes menos al otro, apareció como por arte de magia uno de los dos amigos de Alberto y Jorge tras vivir una odisea que iniciaba en la segunda planta, pasaba por los baños de la primera y concluía en el lugar de origen.

Sin embargo, de todas las personas del mundo, Inés no esperaba bajo ninguna circunstancia que el Ulises de semejante contienda fuera ni más ni menos que el vecino de Celia. Y por lo que decía su expresión, el chaval estaba igual de sorprendido que ella.

—¿Inés? —Alzó una ceja.

—¿Iván? —Frunció el ceño la otra.

—¿Iván? —Paula, separándose de Alberto, se acercó de nuevo al grupo para curiosear.

—¿Paula? —El chico negó varias veces sorprendido—. ¿Qué hacéis aquí?

Se miraron con los ojos abiertos como platos y la inocente de Paula no pudo evitar reírse, tratando de restarle importancia al encuentro. Inés, por otro lado, especulaba qué efecto iba a tener ese imprevisto a lo largo de la noche, especialmente cuando Celia regresara del baño. Imaginaba, por la incredulidad en la cara de él al verlas, que no se habían cruzado por el camino. Se preguntó en qué punto estaban exactamente esos dos. Celia eligió a Pablo, ¿verdad? ¿Pero eso quiere decir que no le importara salir de fiesta con un chico del que sabe con certeza que le gusta? No obstante, Iván era amigo de Pablo, así que seguramente estaría al corriente de su reciente relación y no habría ningún problema... Inés suspiró: tenía dudas que solo su amiga podía resolver.

—Oye, Iván, esta es la chica de la que te hablé. —Se aproximó Alberto ajeno al problema y apoyó una mano en el hombro de la castaña presentándola con ilusión—. ¿Os conocéis?

—¿Esta es la Paula de Soulmates? —Iván señaló a la chica con el dedo índice sin deshacer su expresión de sorpresa.

La aludida se puso roja como un tomate, pero asintió y su mirada cruzó brevemente la de Alberto. Él le sonreía.

—Sois amigos —dijo Inés observando a los tres chicos con lupa—. No es una pregunta, solo intento comprender cómo hemos acabado todos juntos.

Estaba totalmente confusa y empezaba a agobiarse. Siempre que no sabía cómo actuar le sudaban las manos y se le trababa la lengua. Tras cavilarlo unos segundos se decidió por enviar un mensaje a su amiga discretamente para ponerla en guardia. Que eligiese Celia qué quería hacer con su vecino porque si esto dependía de Inés, seguro que metía la pata con algo...

Por otro lado, Iván era un manojo de nervios. No le quitaba el ojo encima a Inés porque sabía que si alguien conocía el paradero de su vecina, esa era ella. Sin embargo, se negaba a preguntar directamente por Celia: a él no le pegaba el papel del tío cañón desesperado por una chica, así que fingía indiferencia. No obstante, la verdad era simple: Iván había reconocido a las chicas y automáticamente sus ojos habían buscado los azules de su vecina. La dignidad le impedía dejarse entrever, pero en su interior se había prendido la llama de la esperanza. En cualquier caso, era Inés quien ostentaba toda la información que ansiaba conocer, así que Iván se acercó discretamente a ella y planeó cómo abordarla.

Mientras tanto, Alberto, más perdido que una almeja en un botijo, preguntaba de qué se conocían todos ellos y Paula procedía a relatar por enésima vez el famoso sábado noche que tantas consecuencias había acarreado.

—¿De verdad no sabías que nuestra Paula era quien hablaba con tu amigo? —susurró Inés a Iván cogiéndole por sorpresa.

—Te juro que no. —Se apresuró a contestar él.

Instintivamente giró el cuello para mirarla y sus rostros quedaron a pocos centímetros el uno del otro. A Iván le sorprendió la fiereza en los ojos pardos de Inés. Le estaba analizando, tratando de leer sus pensamientos entre líneas. ¿Acaso cuidaba de su amiga? Seguramente. Inés parecía una persona auténtica y confiable.

Iván no se acobardó, pues él no escondía nada. ¿Le gustaba Celia? Sí. ¿Quería evitar que su relación con Pablo siguiera avanzando? También. ¿Y por qué no dejaba de actuar con tanto misterio y se sinceraba directamente con ella? Pues por una sencilla razón: no se le pueden pedir peras al olmo. Él era así de cerrado y cabezota, no hay más.

—¿Estás intentando averiguar si pueden salir rayos láser de tus ojos o qué? —le soltó a Inés con la finalidad de interrumpir ese eterno juicio.

Ella se fijaba en su aspecto despreocupado, la chaqueta desgastada vaquera que cubría vagamente su espalda con un parche de ACDC sobre el bolsillo delantero, las zapatillas rojas recién estrenadas de un gusto impecable y el pelo despeinado cayendo sobre su frente en un caos incorregible.

—Solo quiero saber si esta casualidad estaba planeada —respondió finalmente—. Pero te voy a conceder el beneficio de la duda y creeré que lo que dices es cierto.

—¡Es que lo es!

Inés no añadió nada más, pero se mantuvo erguida desviando su mirada hacía Paula y Alberto. Iván siguió contemplándola por espacio de treinta segundos y la estudió de arriba abajo como si estuviera presenciando un proyecto de anatomía humana. Con ese pelo castaño claro cayendo hasta sus hombros y aquella mirada decidida retando a todo el que se le cruzara, Inés era muy distinta a Celia. Entre su vestido corto y la vida que emanaba de su actitud, parecía una especie de guerrera hiperactiva.

—Para —dijo ella sin mirarle.

—¿Qué?

—Tú sabes de qué hablo. —Dirigió una furtiva mirada cargada de reproches hacia el chico—. Deja de analizarme como si fuera un bicho raro. ¿Qué es lo que quieres saber? ¿Si ha venido Celia?

—¡No! —Bufó y rodó los ojos—. Me da igual si está aquí o no...

Inés esbozó una sonrisa lobuna.

—Mientes fatal...

—Qué te digo la verdad.

—No te creo ni un poquito.

Llegados a ese punto a Iván le estaba empezando a tocar las narices bastante el rollo enigmático que se traía Inés.

—¿Entonces está aquí o no? —espetó.

—Pensaba que te daba igual saberlo. —La chica se rio. Disfrutaba como una niña haciéndole rabiar.

Él suspiró y se apoyó en la barandilla de la terraza, dejando caer la cabeza hacia atrás y mirando la noche oscura caer sobre ellos.

—¿Por qué me torturas, Inés?

—Porque quiero saber que no estás jugando con mi mejor amiga —dijo directa—. Está quedando con Pablo.

—Ya lo sé.

—Y es feliz —añadió—. Con tu amigo.

Iván asintió, procesando la información, y se abstuvo de hacer comentarios. La verdad es que ya no consideraba a Pablo un colega. Más bien lo veía como un diablo con piel de inocente que fingía ser un buen amigo cuando en realidad era un traidor sin escrúpulos. No tenía ni las ganas ni el tiempo suficiente para explicarle a Inés cómo había llegado a esa conclusión.

—Eso es porque no me conoce —soltó impulsivamente—. Ni a mí, ni a él. ¿Quieres saber si estoy divirtiéndome con ella? No lo hago. Así que dime ya de una vez dónde está y deja que Celia conozca sus opciones antes de decidir en su nombre a quién tiene que elegir.

Inés dio un respingo y lo miró sorprendida. ¿Había sido cosa suya o Iván parecía muy serio? Quizá le había juzgado mal. Se apoyó a su lado y le miró por última vez antes de ceder a sus plegarias.

—Ha bajado al baño de la primera planta.

—¿Sola?

—Sí.

Ni siquiera se despidió. Iván salió de la terraza con el corazón latiendo a mil y la chaqueta vaquera ondeando tras sus pasos.

Quería encontrarla y pasar la noche a su lado, armarse de valor y besarla bajo las estrellas, sobre la arena y cerca del mar. Quería demostrarle que era mejor que Pablo y que ella no podría evitar enamorarse de él.

Hola a todxs!!! ¿Os esta gustando? ⭐️

¿Esperabais a Iván o os ha sorprendido? He intentado que las cosas fueran todo lo inesperado posible. Espero haberlo conseguido :)

¿Creéis que tendría futuro Iván x Inés? O mejor ¿Celia x Iván? ¿Echáis en falta a Pablo? Os leo 👀

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