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Capítulo 13.- El Desafío de los Tres Dioses, Primera Parte

La batalla entre los Dioses del Olimpo y los Dioses de Egipto cada vez está más cerca, y ahora nuestros héroes se encuentran dentro del Santuario del Panteón Egipcio, con el único fin de terminar con la milenaria disputa. Ahora, tanto los Guerreros Atenienses como los Guerreros del Milenio, se encuentran bajo el regazo de los dioses de Egipto, esperando las pruebas que están por venir. Unas voces pronunciaron lo siguiente:

- ¡El poder absoluto solo le pertenece a aquellos que puedan mantener el equilibro cósmico! -

- ¡Y en este mundo ocurren demasiados desequilibros, Poseidón, Hades, los Olímpicos, todos ellos han provocado un desbalance tan grande que ahora en esta guerra santa, nosotros debemos vencer a los Olímpicos! -

- ¡Regresaremos el mundo a un estado de paz ahora que Hades ya no existe! -

- Su propósito es bueno – dijo Seiya – ¡Pero ustedes quieren destruir a gente que no tiene la culpa de todo esto, no pueden tomar las vidas de todos y hacerles esto! -

- Tiene razón –dijo Yami – las guerras entre los Olímpicos y ustedes siempre han sido terribles, pero esta vez puede ser diferente, no debe de haber una guerra que acabe a todos, no asi. ¡Debemos hacer lo que es necesario! - continuó Yami, quien mágiamente se manifiesta como el legendario faraón Atem, y mirando a los dioses, continuó con sus plegarias – Escuchen, es ya el tiempo para detener esto, estas guerras que solo han destruido a quienes luchan en ellas y por eso he venido a hacer una petición. -

- ¡¿Petición?! – preguntó uno de los dioses, el de color rojo conocido como Osiris – ¿De qué tipo de petición hablas? -

- ¡Detener esta guerra y las demás guerras, para siempre! – dijo Atem.

- ¡También estoy aquí para eso! – dijo Athena – En nombre de los otros dioses olímpicos, para mantener un orden y equilibrio, y para parar mas derramamiento de sangre, mi caballeros y yo hemos venido a hacer esto, enfrentarnos ante ustedes para impedir una guerra mas grande que la anterior. -

- ¿En verdad eres tú, Athena? – pregunto el segundo de color azul, Obelisk – ¿Tú también quieres lo mismo? -

- Así es – dijo ella.

- ¿Ummm, y tu Ra? – Preguntó Osiris al tercero, uno de color amarillo llamado Ra

Éste se quedo pensativo y dijo – Tenemos en nuestras manos un desafío hecho por una diosa olímpica, ¿y si ganamos, qué obtendríamos? -

- Nuestra rendición total en este conflicto – respondió Athena.

Los de bronce estaban pendientes de lo que decía Athena, les preocupaba y sabían que, de ser esas las condiciones, entonces seria no solo difícil, sino que si perdían lo perderían todo, el destino del mundo estaba en sus manos ahora, los Dorados del Milenio y los de Bronce de Athena.

- Debemos discutirlo en privado. – respondieron los 3 dioses egipcios y desaparecieron un momento...

***

En la Tierra, los monstruos se habían detenido, como esperando una resolución ante lo que ocurria en el templo de los dioses.

Finalmente los dioses reaparecieron, era el momento de la verdad.

-En una circunstancia normal... –contestó Osiris - No aceptaríamos un desafio de nadie. -

Obelisk dijo: - Pero usando nuestros poderes, hemos visto el historial que tienen ustedes, lo que de verdad han enfrentado en tantos años, eventos y guerras, han enfrentado incluso hasta a 2 olimpicos, asi que detendremos a nuestras fuerzas. -

Ra concluyó: - Y aceptaremos su desafio, nos enfrentaremos a todos ustedes, para frenar la guerra si ganan.

- Y si pierden, no intervendrán en nuestra guerra contra los Olímpicos. – respondió Obelisk.

- Entendido – dijo Atem – ¿estamos listos? -

- ¡Nosotros también! – dijo Seiya.

Y se pararon los 3 bandos: Seiya, Shiryu, Shun, Hyoga e Ikki eran el primer bando, el cual se paró frente a Osiris; Atem y sus 6 Caballeros Dorados del Milenio se pararon frente a Obelisk; y finalmente Shoko y las Saintias estaban paradas frente a Ra, quienes adoptaron sus formas guerreras.

Obelisk era un gigante azul, Ra era un dragón-águila dorado y Osiris era un dragón-serpiente gigante rojo.

- Es lo que tenemos que hacer entonces – respondió Atem

Los dioses transportaron a todos incluyéndose a si mismos a otra área, una especie de zona que parecía una arena de combate grande, cerca de unas ruinas.

- Es este el momento, entonces... – respondió Seiya.

Todos se pusieron en posición de combate, incluidos los dioses a pesar de su enorme tamaño, se mostraba respeto ante estos guerreros. Entonces, un destello brilló en el cielo del sitio de los dioses y comenzó la batalla real. En el mundo humano también brilló el cielo repentinamente y algunas nubes desaparecieron.

- ¿Está acaso comenzando la batalla? – preguntó Tea.

- ¡¡¡Kisara!!! – gritó Kaiba – ¡Dragón Blanco! ¡¡¡Ven!!! -

Entonces, al levantar su mano, consiguió hacer aparecer al Dragón Blanco, el cual al ser un ser controlado con el cosmos de Kaiba, obedecia lo que Kaiba quería hacer. Este dragón impactó de frente a Obelisk, quien sí retrocedió un par de pasos atrás del golpe, pero no se dejó caer al suelo.

- ¡¡¡Blue Eye Burst!!! – gritó Kaiba, y el dragón lanzó un rayo de su boca.

- ¡¡¡Puño de Furia!!! – gritó Obelisk, y en su puño se formó una enorme esfera de energía envolviendo al mismo, lo que los lleva a golpear ambos ataques, el de Obelisk está empezando a empujar más y más al de Kaiba cuando Shada, el caballero de la armadura de la Llave, tras realizar varios movimientos, liberó una poderosa energía, manifestándose como el poderoso Exodia.

- ¡Es Exodia! –gritó Shoko.

Exodia lanzó su ataque de poder contra Obelisk, lo que volvió a emparejar la pelea hasta cierto punto.

- ¡¡¡¡Meteoros de Pegaso!!!! – Exclamó Seiya mientras estaba enfrentándose a Osiris, el dragón del cielo, mientras que éste lanzaba de su boca una ráfaga de color azul que tenían que evadir rápidamente, para evitar morir a manos del dios gigante.

- ¡¡¡Dragón Naciente!!! – gritó Shiryu mientras Shun se sujetaba con la cadena de Andrómeda al dragón para subirlo y atacarlo.

- ¡¡¡Tormenta Nebular!!! – gritó el caballero de Andrómeda, apuntando a los ojos de Osiris.

- ¡¡¡Ave Fénix!!! – exclamó Ikki.

- ¡Polvo de diamante! – también continuó Hyoga.

Los ataques empujaron al dragón que se mantenía recibiendo el ataque y contraatacando.

- ¡Meteoros de Equuleus! – gritó Shoko atacando al dios dorado Ra; la batalla era cada vez mas grande comforme pasaban los minutos, eran mas poderosos de lo que parecían los guerreros, los dioses tenían pequeñas marcas en sus cuerpos físicos y las armaduras de todos, hasta de los dorados estaban con marcas de partes quebradas.

- No ceden, caballeros – respondió Ra – Y eso es admirable. -

Estaban notablemente cansados los caballeros, pero no como para rendirse.

- Aún... aún no estamos acabados – respondió Seiya – ¡Aun estamos listos para luchar, y seguir luchando hasta el final! -

Los humanos podían sentir en la Tierra, incluso a pesar de no tener cosmos visible o poder exponerlo como los caballeros de bronce.

- ¡¡¡Cometa Pegaso!!! – gritó Seiya, lanzando su ataque, pero siendo contraatacado por Osiris.

El ataque de ambos guerreros era cada uno por sí solo demasiado poderoso, pero la forma en que ambos poderes chocaron era única.

- ¡¿Por qué insisten en luchar, guerreros?! – preguntaba Obelisk – ¡Ustedes ni siquiera deberían estar involucrados en este conflicto!

- ¿Por qué lucho? – preguntó Kaiba – Por que yo... ¡Conozco mi lugar en este mundo!

- Y yo – dijo Shiryu – Mi lugar en este mundo es con mis compañeros, y no por seguir a una diosa, sino por que esto es lo correcto, en este mundo todos morirán o cuanto menos una gran cantidad morirá a este paso.

- ¡¡¡Y no dejaré que eso pase!!! – gritó Kaiba – ¡¡¡Dragón Blanco de Ojos Azules, ven a mí!!! -

- ¡¡¡¡DRAGON NACIENTE!!!! – gritó Shiryu, pero ésta vez su ataque pasó de ser un dragon como siempre, a materializarse de una manera diferente... otro Dragón Blanco.

- ¡¡¡Blue Eyes Burst!!! Exclamaron ambos caballeros lanzando su poder máximo contra Obelisk, quien los contenían son un puño aparentemente.

- ¡¡¡Ejecución de Aurora!!! – gritó Hyoga mientras atacaba contra Ra.

En cuestión de segundos, la competición de diferentes equipos en varios duelos había evolucionado a otro nivel... ya no habían grupos divididos como antes, sino que el combate parecía una única y auténtica batalla campal.

- Athena... –dijo Ikki – Tendremos que usar la técnica prohibida. -

A lo que Atem respondió: - No estarás hablando de... - 

Atem fue interrumpido por Shun, quien dijo: – Asi es. ¡LA EXCLAMACION DE ATHENA! -

Mientras los Caballeros de Bronce y los Guerreros del Milenio se estaban preparando para otros ataques, mientras tanto, las Saintias, que peleaban con Osiris junto a Seiya, una a una eran arrojadas y volvían a levantarse, era un estira y afloja masivo.

- No podemos dejarte.... – decia Kaiba.

A lo que Shiryu, al completar a sus rivales, respondía: – ¡¡¡No podemos dejarte vencer!!! -

Ambos caballeros concentraban sus cosmos al máximo poder posible, la esperanza de la gente que oraba por ellos, de Shunrei que esperaba en los 5 picos, ella, todos sus amigos, los otros caballeros... el poder adquiria otra apariencia única, la de un dragon... un brillante Dragón Blanco.

- ¡¡¡¡Ahhh!!!! – gritaban ambos caballeros cuando el tercer dragon apareció

- Éste es... - dijo Shiryu

A lo que Kaiba contestó: – ¡¡¡¡Éste es nuestro verdadero poder!!!! -

La energía manifestada en 3 dragones comenzó a mezclarse en un cuerpo pero con las 3 cabezas, dando paso a una ser megapoderoso.

- ¡¡¡Este es nuestro verdadero poder!!! –exclamó Shiryu.

 –¡¡¡¡El Dragón de Ojos Azules Definitivo!!!! - replicó Kaiba.

-¡¡¡¿Qué?!!! – exclamó Osiris.

- Es algo... algo que ya se ha visto antes. - exclamó Ikki, quien al presenciar al dragón dijo lo siguiente: - En la Antigüedad, en la batalla entre el original Fénix y los enviados de los dioses egipcios, ese mismo dragón apareció y logró acabar con muchos guerreros, incluso frenó al mismísimo Exodia. -

- Este es el poder que trasciende al tiempo mismo – gritaron Kaiba y Shiryu al unísono mientras la armadura de Shiryu comenzó a brillar un aura dorada – ¡¡¡Blue Eyes Ultimate Burst!!! -

El ataque combinado de Shiryu y Kaiba hace que el Dragón de Ojos Azules Definitivo se lance contra Osiris, quien al recibir el máximo poder de su adversario, se estampó contra el suelo y destruyó parte de la arena a causa del impacto.

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