Cap 4. El Terror del Lobo, (Capítulo Temático).
De pronto pasó, que aquella noche y mientras todos dormían plácidamente. Algo alucinante había ocurrido, la leyenda del hombre lobo, era una que no importaba cuántas generaciones pasaran, la misma nuca sería olvidada. A pesar de que se suponía que eran solo relatos fantásticos, siempre había aquellas personas que sí creían en estas historias. Que sí creían que algo así podía ser posible y que en el momento en el que menos te lo esperaras, siempre te ibas a poder sorprender.
Casi ningún lugar del mundo, era desconocedor de esta mítica leyenda. Del famoso ser, que al entrar en contacto con los rayos de la luna, inmediatamente tomaría otra forma para salir alimentarse.
Por el momento, no había nadie cercano, qué se tomara en serio estás cosas, pues al menos para Balto y sus esposas, estas eran solo puras fantasías. Y no parece que alguno de ellos fuera a creer que esas cosas podían ser verdad.
Ninguna de ellas, ni tampoco el propio Balto, se pusieron a pensar en qué algo así sucedería. Como a muchas otras personas en este tipo de historias, sería algo que los iba a tomar con la guardia baja.
Había sido un día de lo más agotador aquel y por lo tanto, todas habían llegado de lo más cansadas a la casa, luego llegó Balto, solamente cenaron, charlaron un poco entre sí, pero en ningún momento de esta plática salió a la luz el tema de los hombres lobo, nadie realmente tenía ganas de hablar de nada. Todos ya estaban demasiado cansados. Balto levantó la mesa una vez que habían terminado, pero en el proceso fue ayudado por Collen, que además aprovechó para decirle que a ella era a quien le tocaba ahora dormir con él. El resto de las chicas se fueron sin ningún problema sus habitaciones, para hacer lo que tuvieran que hacer antes de irse a dormir y reponer energías para el día siguiente.
Balto: ¿Te sientes bien mi amor?
Fue la pregunta que Balto le hizo a su esposa, al darse cuenta de que en serio estaba tan adormilada, que casi se podría decir que caminaba tambaleándose. En serio, tenía pinta de que iba a desmayarse en cualquier momento. Pero eso no fue lo único que había llamado la atención del perro lobo, sino que también se había dado cuenta, de lo mucho que ella había comido A diferencia de todo el resto de las chicas durante la cena, había comido demasiado, casi se podría decir que fue la única que se sirvió hasta cuatro platos y no le había importado que todos se le quedaran mirando, al verla comer de una forma que así aparecer que tenía un hambre que no podía llenar con nada.
Collen estaba demasiado cansada como para contestar, pero aún así sabía que no podía solo ignorar a su esposo.
Collen: Si Balto, tuve un día muy agotador y ya quiero que nos vayamos a dormir, eso es todo.
Balto: Si, me doy cuenta, será mejor que ya te vayas a la cama, en un momento te alcanzo, lavaré todos estos platos mañana, solamente me quiero asegurar de limpiar bien la mesa.
Collen: OK, de cualquier forma prometiste que dormirías conmigo. Así que por favor no me dejes esperando hasta que me duerma yo sola.
Balto: Claro que no cariño.
Al final Balto ya no se animó a preguntarle a por qué se había servido tanto de comer, en serio se veía tan cansada y genuinamente, todo lo que ella quería hacer ahora, era echarse a dormir. Se dio cuenta de esto, cuando vio que ella intentó subir las escaleras al segundo piso, pero literalmente parecía que se iba a quedar dormida de pie en cualquier momento, ya que en un punto solo quedó recargada contra uno de los pilares de la casa, que estaban conectados a la escalera y duró unos 5 minutos sin reaccionar, hasta que Balto la escuchó roncar de forma leve. En serio se veía agotada.
De inmediato la alcanzó, se acercó a ella y la cargó en brazos. Subió las escaleras mientras ella se iba aferrando de forma cada vez más fuerte a él.
Jenna asomado de forma leve, tras darse cuenta que aún no se habían ido a dormir. Y también porque quería bajar de vuelta a la cocina para llenar ella su vaso de agua. Tras haber salido, se topó con aquella escena. Pensó que se habría caído o algo por el estilo.
Jenna: ¿Que le pasa a Collen? Balto.
Balto: No lo sé, supongo que ya está demasiado cansada, probablemente debió de haber tenido un día de trabajo muy agotador.
Jenna: ¿Y tendrá esto algo que ver con lo mucho que comió hace un rato durante la cena?
Balto: Quiero pensar que sí, pero la verdad no estoy muy seguro.
Jenna: Bueno, quizás para mañana ya esté mucho mejor.
Balto: Si, así tiene que ser.
Jenna: Buenas noches amor.
Balto: Buenas noches Jenna.
Dicho esto, la husky pelirroja se acercó a él y con delicadeza plantó en sus labios un pequeño beso, para luego volver ella a su habitación.
Balto continúa con su camino, hasta llegar al que era el cuarto de Collen. Una vez dentro, la colocó con cuidado en su cama y él por su parte se dirigió al baño para cepillarse los dientes antes de irse a dormir. Mientras él estaba dentro, Collen de pronto volvió a despertar por un tiempo, sentía demasiado calor, no entendía por qué. Se paró de la cama y se acercó a la ventana del cuarto, abrió las cortinas y las puertas de la misma. Luego se quitó la bata que tenía puesta y otras prendas más que llevaba, hasta dejarse solo en ropa interior. Una vez hecho esto, por fin procedió a meterse en la cama, cubriéndose con las sábanas.
Balto regreso del baño y se encontró con la ventana abierta. Se asomó por un momento a través de esta y pudo ver que esa noche la luna estaba especialmente radiante al parecer. Vaya que se veía hermosa la luna, decidió no cerrar la ventana porque pensó que había sido Collen quién la abrió.
Pero como él realmente no sentía calor, sino todo lo contrario, bastante frío, él sí se puso su respectiva ropa de dormir, para luego meterse también en la cama junto con ella. Tras hacer esto, Collen de inmediato se dio la vuelta para abrazarlo y él por su parte también le correspondió de buena manera, luego de un rato, los dos se quedaron dormidos con Collen descansando su cabeza en el pecho de Balto.
Ninguno de los dos se imaginaba lo que estaba por ocurrir esa noche.
•••
Los rayos de la luna que entraban por la ventana, al menos por esa noche, parecían ser bastante fuertes, porque en serio estaban iluminando toda la habitación.
Collen seguía aún completamente inmóvil, pero dentro de su cabeza, tal parecía que la pobre chica estaba teniendo una pesadilla.
Dentro del sueño de Collen, ella se encontraba en un campo abierto, una noche de lo más oscura, sin ninguna luz, más que la de la luna y las estrellas, no entendía qué rayos estaba pasando, ni tampoco como había llegado a ese lugar. Pero por alguna extraña razón, no sentía miedo, sino solo nervios. Trató de no buscarle ninguna explicación lógica y solamente comenzó a caminar por el lugar.
Sin embargo, llegó un punto del sueño en el que sí comenzó a sentir miedo. Entendía Por qué de pronto comenzó a sentirse así ahora, pero tenía la sensación de que algo o alguien la estaba siguiendo, tenía la sensación de que alguien la estaba observando desde la distancia. Miró para todos lados, pero no pudo ver a nadie. Pero aún así siguió caminando por ese verde campo, punto de su recorrido, se encontró con un pequeño río de agua y me extraña razón decidió seguirlo. Continuó caminando justo al lado de este, el río era muy pequeño, y muy poco profundo, por no decir que el agua solamente le llegaría a las rodillas. Ella solo siguió moviéndose, estaba en ropa de dormir, pero aún así no sentía frío, aún a pesar de lo muy fuerte que el viento estaba soplando en ese campo donde se encontraba, los árboles que había a su alrededor se sacudían violentamente, pero ella no sentía que se enfriara. Únicamente podía ver hacia el horizonte, porque la luz de la luna se lo permitía, siguió caminando. No sabía si estaba soñando, pero eso podría ser lo más probable, solo que aún no se había dado cuenta de ello.
Fue entonces cuando sus pensamientos se vieron interrumpidos por un sonido en particular, el aullido de un lobo, no sabía de dónde venía, así que rápidamente comenzó a mirar hacia todos lados, fue entonces cuando a la distancia, alto de una colina, lo vio, un lobo, el cual curiosamente, se parecía mucho a su esposo Balto, pero se veía también muy diferente. Era mucho más alto, con una complexión mucho más musculosa y con una forma de moverse algo primitiva, puesto que ella lo veía desplazarse usando sus cuatro patas. Y tampoco podría evitar señalar, el hecho de que no llevaba nada de ropa.
Aquel lobo que se parecía a su esposo, se percató inmediatamente de su presencia y la miró desde la distancia, Collen se dio cuenta de esto, porque a pesar de la lejanía, pude sentir los ojos del mismo clavados en ella, cosa que le dio escalofríos. Luego de unos segundos así, el lobo alzó la cabeza y huyó con fuerza hacia el cielo, con la mirada claramente apuntando hacia la luna.
Pero este segundo aullido, tuvo un efecto en Collen, más que desagradable.
La pobre chica, de pronto comenzó a sentir un dolor en todo su cuerpo que no podía describir, tan fuerte que se desplomó en el suelo y no pudo detener su caída por más que trató, se encorvó como un insecto, mientras apretaba los dientes del puro dolor. No entendía qué rayos estaba pasando, pero ya ni siquiera podía pensar claramente, el dolor duró el mismo tiempo que duró el aullido, el cual de hecho fue bastante largo para su gusto y a medida que este fue perdiendo intensidad, también parecía que el dolor disminuía.
Cuando el aullido ceso, el dolor en el cuerpo de Collen también lo hizo. Rápidamente se puso de pie, para darse cuenta de que ahora sí sentía frío, giró la cabeza en dirección hacia la misma colina, pero el lobo ya no estaba ahí. Cosa que la dejó más que desconcertada, pero también en ese momento, se dio cuenta de otra cosa.
La ropa de ella había desaparecido. Collen ya no tenía ropa y claro, nos explicaba como rayos era que eso había pasado, eso explicaba porque ahora ya había comenzado a sentir frío, se había quedado completamente desnuda y lo peor de todo, era que no se dio cuenta, de en qué momento sus ropas desapareció. Entonces volvió a sentir a que el dolor, un par de punzadas, la hicieron hincarse de forma leve, de pronto se sentía aturdida, se arrodilló frente al río al lado del que había estado caminando, y metió las manos dentro del agua del mismo para echársela en la cara. Siendo entonces que lo vio.
Su figura completa había sido transformada, Collen estaba totalmente irreconocible, en un abrir y cerrar de ojos había quedado convertida en una criatura completamente diferente. No solo ya no tenía nada puesto, ahora Parecía un ser completamente monstruoso y rabioso. Una chica lobo, eso era lo que era ahora, cubierta de un pelaje, más que es peso y salvaje en cuanto a textura, se sentía mucho más grande y alta que de costumbre, sus músculos habían endurecido y habían ganado mucho más volumen. Su cara estaba lejos de ser la misma, simple y sencillamente era ahora el rostro de un lobo, cuyos ojos ahora no tenían pupila y sus dientes se habían convertido en unos colmillos realmente afilados, de su boca salían unas cuantas burbujas blancas como si tuviera rabia.
Collen lógicamente debería de haberse asustado, al no entender que era lo que le había sucedido. Pero eso no fue lo que pasó, ella solamente alzó su cabeza al cielo, también mirando hacia la luna y con todas sus fuerzas, ella también soltó el más potente aullido que pudo. Dedicándoselo completamente a ella, a la luna.
•••
Pero de vuelta a la realidad, Balto aún seguía profundamente dormido, cuando comenzó a sentir que Collen se levantaba de la cama, no dijo nada al respecto, ni tampoco abrió los ojos para verla, solo la dejó continuar. Entonces escuchó que abría la puerta del dormitorio y que salía, tampoco dijo nada al respecto, ni la llamó, no se le hacía algo raro en lo absoluto. Él tan solo continuó durmiendo.
La mañana siguiente había llegado a la casa. Balto se levantó sintiéndose mejor que anoche, ese definitivamente había sido un sueño reparador.
Sin embargo, fue justo en ese momento que se percató de que Collen no había vuelto a la cama en todo lo que restaba de la noche. Cosa que si que se le hizo más que extraña y no pensó en que ella se hubiera levantado sin que él se diera cuenta, él sí se había percatado de ello y aunque continúa durmiendo, en ningún momento sintió que ella volviera a recostarse. Esto lo dejó algo más que solo extrañado.
Se levantó y bajó a la sala, dirigirse a la cocina, tenía que preparar el desayuno para las chicas. Pero cuando bajó, se encontró con algo sorprendente, la cocina había sido prácticamente saqueada.
él habían dejado abierto el refrigerador, entreabierto pero aún así Balto pudo ver que habían sacado casi todo lo que se podía comer del mismo. La mesa estaba llena de empaques de comida vacíos, así como latas y cartones de comestibles. Por no decir que el lavadero tenía muchos más trastes que antes, últimamente esos platos no estaban ahí anoche. Y tal parecía también, que el que se había dado un festín mientras todos dormían, comió con todo menos con decencia, por qué había manchas de todo por todas partes. De salsa, de catsup, de mayonesa, de mermelada, de todo lo que se podía imaginar, pero como iba diciendo, para Balto decía que habían comido como unos completos animales salvajes, los empaques ya vacíos de comida, regados por todas partes, botellas, latas de aluminio, cartones de leche, estaban no solo esparcidos por la mesa sino también por todo el suelo.
Se quedó parado ahí por varios minutos, sin poder reaccionar, todavía seguía tratando de explicarse a sí mismo qué rayos era lo que había pasado aquí. Pero por más que intentaba, nada hacía sentido.
Jenna: Buenos días Balto ¿Qué tal dormiste?
Balto se dio la vuelta, para darse cuenta de que Jenna junto a Lady, estaban bajando las escaleras, pero se encontraban tan sumidas en su conversación personal, que ninguna había visto aún todo el desastre que quedó en la cocina.
Lady: Buen día amor, Jenna y yo, esperamos que hayas tenido un buen sueño como nosotros lo tuvi...
No solamente fue Lady, también Jenna, las dos igual que como había pasado con Balto, se habían quedado completamente mudas al ver el estado actual de la cocina. Inmediatamente se acercaron corriendo, todavía sin poder quitar su cara de sorpresa cada una.
Jenna: ¿Pero qué fue lo que pasó aquí Balto?
Lady: Si Balto ¿ qué rayos acaba de ocurrir aquí?
Balto: Es la misma pregunta que yo me estoy haciendo ahora.
Jenna: ¿No sabes qué pasó?
Balto: No Jenna, hace un momento bajé para comenzar a preparar el desayuno para todos, y me encontré con esto.
Lady: Es extraño, que ninguno de nosotros lo haya escuchado.
Balto: Ahora que lo dices, tienes toda la razón, al parecer, alguien se levantó a comer justo a mitad de la noche y no sé qué es lo que le pasó, pero dejó la cocina hecha un desastre.
Jenna: Balto ¿Dónde está ella?
Balto la miró confundido por un momento, hasta que se dio cuenta de a dónde quería llegar con esa pregunta, ciertamente sí se le hizo una duda algo descabellada, pero a la Husky pelirroja no le faltaban razones para querer pensar en eso.
Balto: Supongo que se está bañando.
Lady: ¿Supones?
Balto: No lo sé en realidad, aparentemente se levantó de la cama a medianoche y salió de la habitación, cuando desperté por la mañana, me di cuenta de que aún no había vuelto a la cama.
Lady: ¿Tú crees que fue ella, Jenna?
Jenna: Bueno... no voy a decir que ya vamos a sospechar de ella, o que incluso la vamos a señalar como la culpable de inmediato. Pero hay que recordar, que anoche había comido como si no hubiera probado bocado en mucho tiempo.
Balto: Pues tengo que preguntarle si acaso ella sabe algo de lo que pasó aquí.
Lady: Bueno, voy por una escoba para limpiar todo esto.
Jenna: Yo te ayudo.
Tal y como Balto había planteado hace un momento, Collen estaba la ducha, Balto tocó la puerta para preguntarle si podía entrar para hacerle una pregunta, pero ella no respondió. De manera que estaba a punto de irse a esperar que ya saliera, pero entonces ella lo llamó.
Collen: Balto, cariño ¿eres tú? Ven aquí, te estoy esperando.
Se oía como si nada hubiera pasado. De lo más extraño a decir verdad. Pero no podía hacer aquello, las otras chicas lo estarían esperando con el desayuno, pero luego recordó que en realidad no sabía si tan siquiera había quedado algo que servir de comer a todas.
No quería sonar grosero con ella. Iva a hacerle la pregunta con delicadeza. Así que solo salió del baño y espero pacientemente a que ella terminara.
Cuando Collen por fin salió, de inmediato se dirigió a su cuarto una vez ahí solo comenzó a cepillar su cabello en completa tranquilidad. Balto entro un minuto después, que lo vio por el reflejo de su espejo, lo miro con extrañeza.
Collen: Balto, mi vida ¿Por qué no entraste al baño conmigo? Te dije que necesitaba ayuda para tallar mi espalda.
Balto: Disculpame Collen, pero tenía que hacerle el desayuno a las otras chicas y ahora tengo que hacerte una pregunta a ti.
Collen solo lo miró como si en verdad no supiera nada. Y tal parecía que así era.
Collen: ¿qué ocurre?
Balto: Algo pasó en la cocina, prácticamente la vaciaron y la dejaron hecha todo un desastre ¿Tú sabes algo de lo que pasó?
Collen: Espera Balto ¿estás insinuando que fui yo?
Balto: No Collen, para nada, solo quiero saber si tu viste a alguien.
Collen: ¿Y por qué yo debería de haber visto a alguien?
Balto: Bueno, es que considerando y teniendo en cuenta que tú te levantaste durante la noche y saliste del cuarto, me gustaría saber si no viste o escuchaste algo.
Collen estaba más que desconcertada, no tenía ni la más mínima idea de lo que Balto estaba hablando, ella no recordaba haber hecho nada similar, ni lograba explicarse de dónde fue que Balto se había sacado todo aquello.
Collen: ¿Pero qué cosas dices Balto? Yo nunca me levanté en la noche, ni mucho menos salí de la habitación, ni tampoco por supuesto estuve en la cocina.
Balto tampoco entendió lo que ocurría.
Balto: Pero si sí te levantaste Collen.
Collen: Pues yo no recuerdo haberme parado de la cama en ningún momento.
Balto: Collen, cuando yo desperté, tú ya no estabas en la cama.
Collen: Porque claramente me levanté a darme una ducha, por eso me paré antes que tú.
Balto: ¿Entonces no tienes ni idea de lo que pasó allá en la cocina?
Collen: No ¿qué fue lo que pasó?
Jenna: Que prácticamente la saquearon.
Lady: La vaciaron toda.
Jenna y Lady, habían llegado para ver qué escuchaban ella que Balto también obtenía las respuestas que ellas necesitaban.
Collen: ¿Es esto en serio?
Lady: Claro que es en serio Collen, ahora por esto nos quedaremos sin desayunar, ya es tarde y al menos yo ya me tengo que ir. En verdad que alguien se acabó todo lo que había en la alacena, en la despensa y en el refrigerador.
Jenna: Y lo peor todo es que al parecer nadie se dio cuenta, Balto simplemente bajó y la cocina había quedado en ese estado.
Collen: Pero les juro que yo no tuve nada que ver.
Balto: Aquí nadie te está culpando Collen. Solo pensé que porque en serio estaba seguro de que saliste del cuarto en la noche, tú te habrías percatado de algo.
Jenna: ¿Si saliste o no?
Collen: Les aseguro que no.
Balto: Bueno todo esto es muy extraño.
Collen: Ya lo creo.
Jenna: Bueno, pues al menos por hoy, nadie podrá desayunar nada, iré a avisarles a todas las demás chicas.
Dicho esto, la husky pelirroja se fue de la habitación, para volver a bajar a la sala y y a la cocina, encontrándose con que todo el demás resto de las chicas ya habían bajado y se habían encontrado con la escena, claro que ya no estaba tan mal como antes, porque Lady y Jenna lo habían limpiado en su mayoría. Pero sí que se percataron de que aún por más que revisaron, parece que toda la despensa que habían comprado se terminó en un dos por tres. Jenna les tuvo que explicar la situación de la mejor manera que pudo, pero claro, como era de esperarse, fue muy difícil que le creyeran. Nadie entendía el por qué alguna de ellas se habría parado en medio de la noche, a devorar todo lo que había en la nevera y alacena.
No hubo nada que hacer, mente y sin poder desayunar, todos tuvieron que irse a sus respectivos trabajos. Hasta verse solo por la tarde al regresar.
Collen estaba demasiado desconcertada, no podía dejar de pensar en lo de esa mañana, ni tampoco en el sueño que había tenido la noche anterior amigo. Algo no estaba bien, definitivamente, algo no tenía sentido en todo esto. Balto no era del tipo que tendiera a decirle mentiras seguido, el casi nunca hacía eso, pero ella Simplemente no recordaba haberse levantado en la noche para comer algo y además, si lo hubiera hecho, no habría sido capaz de comerse ella sola todo lo que había en la cocina. Sin embargo, luego se acordó de algo que sí que le hizo muchísimo ruido en su cabeza.
Esa misma mañana y antes de meterse a la bañera, Collen se percató de que el pelaje de su cuerpo olía muy extraño. No entendía por qué, pero su pelaje, de pronto olía a pan, a verduras, a salsa, a catsup, a todo tipo de especias, o al menos varias que ella sí reconoció al instante, así como entre otras cosas, en pocas palabras, ella apestaba a puros comestibles. Cosa que de inmediato le hizo volver a pensar, en todo lo que Balto, Jenna y Lady le habían dicho.
No podía encontrarle el sentido a nada, por más que ella insistía en buscárselo. Pero cuando se dio cuenta de el hedor en su pelaje, y ellos llegaron con esas preguntas, aún así no había sido suficiente para convencerse de que algo estaba lo suficientemente mal. Sin embargo luego recordó otra cosa, que mientras se cepillaba los dientes, se encontró al menos un par de pedazos de cartón atascados entre estos, pedazos de cartón de un recipiente de leche. Acordarse de esto hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza. Tal vez algo sí andaba mal con ella, pero ahora no lo recordaba y eso solo hacía peor la situación.
Y si de verdad algo le había comenzado a pasar, pero solo había sido una vez, así que todavía hizo el intento por buscar una explicación lógica. Tal vez en realidad sí se paró de la cama y salió de la habitación, pero como una sonámbulo. Sin embargo eso no explicaría el desastre que le habían dicho en el que quedó la cocina.
No sabía en qué momento comenzó a hacerlo, pero de pronto se vio asociando todo lo que había sucedido con aquel sueño que ella había tenido. Un sueño en el que ella de pronto se convertía abruptamente en una bestia, una bestia que sí daba miedo, una bestia sedienta de sangre. Si acaso eso habría tenido algo que ver en esto. Entonces muy probablemente necesitaría ayuda de forma urgente.
Pero el problema era que no tenía manera de comprobarlo. La simple idea de todo aquello, le había parecido una ridiculez, que ella misma suponiera, que en plena madrugada se había convertido en algo monstruoso, que casi había destruido toda la cocina, lo que no le hizo ningún daño a nadie que estaba vivo, no hacía sentido alguno. Por lo que fue totalmente fácil para ella volver a descartar esta nueva opción.
Collen todavía estaba batallando para poder encontrarle una explicación lógica a lo que había pasado. No le gustaba que la culparan por algo que no había cometido, como a cualquier persona por supuesto, pero claro que ni Balto, ni Jenna, ni Lady la habían acusado de nada. Ellos solo estaban igual de desconcertados que ella.
Quería encontrar una explicación lógica, pero por más que intentaba no la conseguía.
No hacía ningún sentido nada. El hecho de querer pensar que ella, podría haber sido la responsable, le resultaba ridículo, y tenía buenas razones para pensar así. Al pensar que ella podría haberse levantado como una sonámbulo, eso tal vez podría explicar con suerte, que ella no recordara haberse levantado en la madrugada y si, también podría explicar que alguien se hubiera comido cosas de la cocina. Pero no todo lo que había en la cocina, aunque ella hubiese querido, sabía que no habría sido capaz de devorarse ella sola en solo unas pocas horas, todo lo que había en la despensa y la nevera. Es por eso que la explicación de haber sido una sonámbulo fallaba. No es que quisiera zafarse de la culpa, porque ella simplemente no sentía que tuviera ninguna culpa en realidad.
Pero luego pasó otra cosa que ella no pudo prever que le pasaría.
Que se tardaría demasiado haciendo sus compras. Comenzó a sentir ansiedad, y no se explicaba por qué. Esto le resultó un gran inconveniente, porque de pronto todo su cuerpo no dejaba de temblar. Y ya el simple hecho de intentar levantar o tomar algo con sus manos, se le había vuelto muy difícil. Sentía en su cuerpo, en todo su cuerpo. Algo no estaba bien con ella.
Para cuando por fin había terminado, se dio cuenta con gran error de que la noche ya había caído, muy probablemente Balto y las chicas estarían preocupados por ella y se preguntarían por qué se estaba tardando tanto, o qué rayos le estaba tomando tanto tiempo como para volver.
Ella de inmediato se apresuró a a pagar por todo lo que había tomado. Y salió del lugar cuanto antes, no era tan tarde, pero aún así casi no había taxis. Miró al cielo y la luz del día ya se había ido completamente, para ser reemplazada con la negrura oscuridad del cielo nocturno. Oh sí, iba a estar en serios problemas cuando llegara a casa.
Pero nuevamente comenzó a aceptar, que si bien seguía negándose a creer que ella podría ser la que estaba detrás de todo, sí se daba cuenta ahora en cambio de que algo andaba mal con ella. Se había tardado tanto, pero porque de pronto se entretuvo simplemente comiendo y aspirando olores.
Algo que ya de plano la preocupó, fue que de la nada se había vuelto capaz de percibir el aroma a carne fresca de las otras personas, como si estuviera aspirando el olor de su sangre, o si se estuviera preparando para cazar. Tal y como un animal de las épocas más primitivas. Y el aroma, de una forma que a ella sí le pareció algo enfermiza, lo sentía de pronto delicioso.
Necesitaba controlarse. Ella parecía haberse convertido en un barril de pólvora, y todo lo que necesitaba, era una chispa.
Una chispa que se produjo cuando ella salió afuera del supermercado y se expuso a la radiante luz de la luna. Las bolsas se le cayeron de las manos porque los dedos se le ablandaron de golpe, ya no sentía su cuerpo. Entonces sintió casi como si fuera... A cambiar... como si algo quisiera salir de su cuerpo... como si fuera... a transformarse.
Y en efecto, para su muy mala suerte, eso fue lo que pasó. Nadie pudo verla, porque de inmediato y aún a pesar de todo el dolor que había comenzado a sentir, tuvo todavía el tiempo y la disposición para correr a un lugar donde nadie la pudiera ver.
Una vez ahí, trato de calmarse, fue inútil. Sus dientes de pronto habían comenzado a crecer, así como ella rápidamente iba perdiendo todo el sentido de sí.
Una pareja que iba pasando por ahí, encontró ropa de mujer abandonada, estaba rota, como si alguien se la hubiera arrancado a la fuerza. Era un pequeño jardín con arbustos ciertamente grandes que servían casi de cerca, siempre estaba limpio, por eso mismo fue que aquella ropa no pasó desapercibida.
Las horas iban pasando y Collen no llegaba. de todos los que estaban en la casa, claro que se podría decir que Balto era el más preocupado de todos.
Ella era casi de las primeras en llegar incluso, ahora se estaba tardando más de lo debido, el resto de las chicas solo intentaban calmarlo. Jenna por su parte, llamó al trabajo de Collen, pero dijeron que ella ya se había ido desde hace varias horas. Así que esto no ayudó a calmar en lo absoluto al pobre perro lobo.
Pero adentro de la habitación de Collen respectivamente, entró la chica qué al parecer había escalado desde afuera de la casa para poder entrar a su cuarto, estaba sucia, cubierta de tierra y sin nada de ropa, pero eso sí, había traído con ella todas las compras que le habían pedido hacer. Sin embargo, en ese momento aún no era ella, era alguien más, alguien que se había apoderado de su cuerpo. Al menos de forma momentánea y que no parecía tener tampoco malas intenciones en realidad.
Antes de entrar a la casa, se aseguró de que no hubiera nadie a la vista, miró a la luna por última vez y soltó un potente aullido.
Luego ingresó a la casa con el más grande sigilo nunca antes visto. Y dentro de su hogar ya, este ser se desvaneció dejando nuevamente a la Collen de siempre. Que dentro de un rato tampoco iba a poder explicarse cómo había llegado hasta ahí, ni por qué estaba desnuda ahora, o qué le había pasado a su ropa.
Pero al menos lo bueno, sería que aunque de una forma inexplicable, si, Balto afortunadamente encontraría a la esposa que le faltaba, en perfectas condiciones, para en unas nuevamente totalmente inexplicables.
FIN DEL CAPÍTULO.
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