Cap 1. Vida de Casados.
Ha pasado mucho, pero mucho tiempo, desde que el tomo una decisión. Decisión que el nunca pensó que tendría que tomar, pero fueron ellas quienes lo llevaron a tomarla, aun cuando el trato de llegar a otros tipos de acuerdos con ellas, pareciera que aun por mucho que intento, no habría una solución, mucho mejor que esta.
Paso mucho tiempo, desde aquel día, en el que el, tuvo que ir donde todas las chicas, y preguntarles si esto en serio, era lo que realmente querían, y para su sorpresa así fue, de algún manera, que quizás, el nunca acabaría de comprender, todas estuvieran de acuerdo con ello. ¿Con que?, pues con una solución, que acabo siendo propuesta por una de ellas, algo que claramente, a el lo dejo sin palabras, sin a palabras en lo absoluto, de pronto el no supo que decir, además de tratar de negarse todo lo posible, aunque al final, eso no sirvió de nada. Y ellas continuaron insistiendo, hasta que el finalmente cedió.
Llego un momento en el que el, tuvo que aceptar la enorme responsabilidad que esto significaba, pero al final, decidió, que quizás, eso seria lo mejor para todos. Y quizás también lo seria para el.
Fue por esto mismo, que después de que todas ellas, le aseguraron a el, que esto podría funcionar, y que incluso le dejaran en claro, que ellas estaban todas dispuestas a cualquier cosa, y que estarían mas que de acuerdo con esto, es decir, que lo amaban tanto, de razón que preferirían esto con mucho gusto, antes que arriesgarse a no tenerlo con ellas. De pronto, de algún momento a otro, el también se dio cuenta, de que quizás, esto no seria tan malo, como el podría creer que lo seria.
Así que sin dudarlo por mucho mas tiempo, Balto finalmente lo hizo, y se termino casando con todas ellas, tan pronto como pudo, siendo todas ellas conscientes de eso, del simple y no tan sencillo echo, de que ahora Balto, estaba casado, y tenia varias parejas, de las cuales, el iba a tener que saber distribuirse, para así poder evitar tanto como sea posible, problemas entre todas las demás chicas.
Ahora lo importante, era saber, ¿a donde lo llevaría esto?, Balto no estaba seguro de nada, mas que de una cosa, ya solo tenia una cosa en claro, y es lo único cierto, era que ahora su futuro, era uno, completamente incierto.
Era un sábado temprano por la mañana, mas o menos, las 6.30 de la mañana, el amanecer, estaba llegando ya donde la vivienda de Balto, los rayos del sol, ya estaban entrando por la ventana, y amenazaban con golpear los rostros, de Balto, y una, de sus tantas...esposas, en este caso, la esposa con la que le tocaba que el durmiera con ella.
Balto yacía en ese momento, plácidamente dormido como cualquier persona, se sentía francamente agotado, pero no era para menos, así que por tanto, era lógico que el perro lobo, tuviera el sueño, bastante pesado para su gusto. Y en efecto, así era. Sin embargo, aun con ese cansancio, sobre su peludo pecho, yacía dormida, una mujer, o en este caso, una hembra, una de tantas hembras hermosas, que como el, también seguía dormida, pero en este caso, ella no tardaría mucho en ser la primera de los dos en despertarse.
Para ser exactos, en ese momento, se trataba de Rita Orwell, una hermosa perrita de raza saluki, con un pelaje de tono marrón y café, así como un peinado que sobra decir, era algo mas que extravagante. O bueno, su cabello tenia un buen peinado, cuando Rita estaba arreglada, pero ahora solo lo tenia todo revuelto y despeinado, y sin embargo, esto no le restaba de ninguna forma, puntos a la gran belleza de Rita, quien aun en la mañana, no dejaba de ser realmente hermosa, en serio parecía un ángel, y todo el que la viera a ella, diría sin lugar a dudas, que Balto en serio debía de ser muy afortunado por el simple echo de estar casado con alguien como ella. En serio, Rita no dejaba de verse hermosa, incluso cuando dormía. En ese momento, la saluki yacía plácidamente dormida sobre el pecho de Balto, con sus dos patas rodeándole el cuello a su esposo. A la vez que Rita seguía durmiendo con la boca ligeramente abierta, hasta que poco a poco, su cuerpo finalmente comenzó a reaccionar, y con ello, Rita por fin comenzó a despertarse. Abrió lentamente los ojos, y luego cerro la boca, para posteriormente alzar con delicadeza la cabeza, solo para ver que en efecto, ella estaba justo encima de Balto, de quien sea dicho de paso, aun no despertaba. Rita solo pudo mirar el rostro de su amado con ternura, y una gran sonrisa, justo de antes de plantar un suave y tierno beso en el hocico de Balto. Mismo que no logro despertarlo, pero aun así, Rita no por eso rompió el abrazo con Balto, por lo que con relativa calma volvió a recostarse sobre el pecho de Balto.
Ahí teníamos a la tan hermosa pareja, aun dormida, o al menos con Balto aun durmiendo, mientras que Rita por su parte, ya tan solo fingía dormir, o mas bien, solo mantenía los ojos cerrados, mientras veía a seguía abrazada al cuerpo de Balto.
Ambos se encontraban mas que cómodos bajo las sabanas de su acogedora cama, y sin embargo, Rita ya estaba comenzando a sentir algo de calor, toda esa noche, Rita estuvo temblando bastante, mientras se abrazaba con su fuerza al cuerpo de Balto, quien le acariciaba con ternura la cabeza, hasta que los dos se quedaron dormidos. La noche anterior, como ya se había dicho, estuvo bastante fría, y sin embargo, ahora en la mañana, Rita sentía todo lo contrario, Balto no podía decir nada, pues seguía dormido, pero Rita por su parte, paso de temblar de frío, a comenzar a sentir su cuerpo sudar bajo las sabanas.
Quizás se sentía así por la leve...diversión...que ambos habían tenido antes de ir a dormirse, pero el caso era que ahora Rita ya no tenia frío. A pesar de la poca ropa que tanto ella como Balto estaban usando en ese momento, y es que aun bajo las cobijas, aun con el supuesto frío de la noche anterior, Balto estaba únicamente en boxers, y Rita por su parte, tan solo llevaba puestas sus bragas, pero eso y nada mas, por lo que en ese momento, se podría decir, que Rita estaba casi desnuda, puesto que su brasier quedo tirado fuera de la cama. Aunque desde luego, esto para ellos, obviamente no era ningún tabú, sino algo muy común en las parejas. Tal y como lo eran ellos.
De la misma forma en que Rita abrazaba por el cuello a Balto, el por su parte, la estaba abrazando de las caderas, con sus dos patas, unidas por detrás en la espalda de Rita. Pero aun así, poco a poco Rita fue rompiendo el abrazo alrededor del cuello del Balto, pero lo hizo buscando ponerse un poco mas cómoda, momento a partir del cual, aun sin volver a abrir los ojos, Rita comenzó a acariciar el rostro de Balto con su pata,mientras que con la otra solo trazaba garabatos en el pelaje del pecho de Balto. A la vez que se ponía a pensar y recordar en como la vida de ella, y sobre todo la de Balto, habían cambiado desde aquel día.
Rita aun podía recordarlo perfectamente, como había sido aquel día cuando, ella por fin se caso con Balto, el perro de sus sueños, aunque por muy extraño que se oiga, no en las circunstancias, que muchas otras personas lo hubieran echo. Rita sabia muy bien, la situación por la que estaba pasando Balto, pero no lo culpaba por eso, después de todo, eso había sido algo a lo que el mismo accedió. Y que siendo sinceros, a Rita realmente no le molestaba en lo mas mínimo, de echo, ello era algo, con lo que Rita estaba aprendiendo a vivir, por parte de Balto, que tampoco se imagino para nada, que podría acabar así, es decir, de la forma en que lo había hecho. Se trataba de un problema, que podría parecer grave, pero que en realidad no lo era. O bueno, al menos ella, Balto....y el resto, buscarían que hubiera la menor cantidad de problemas posibles para que esto pudiera funcionar bien para siempre, y todo esto, se debía a una razón muy especial, o se bien, se podía definir con una palabra muy sencilla: Harem. El día en que Rita se caso con Balto, fue justo en ese momento, en el que no solo ella, sino también todas las demás, comprendieron al fin, que ahora vivirían en una relación polígama, misma con la que en realidad, todas estuvieron de acuerdo, a pesar de la negatividad inicial del propio Balto, que al final desistió de las suplicas de todas ellas, y termino accediendo a casarse con todas ellas.
Es decir, en simples palabras, en ese momento, Rita yacía durmiendo con Balto, siendo completamente conocedora, que ella, era solo una de entre varias esposas, así es, Balto ahora tenia varias parejas, que hasta se sentía muy extraño consigo mismo por tal cosa. Pero al final, el tampoco podía negar, que le gustaba mucho y lo disfrutaba, es decir, Balto no presumía de nada, ni se jactaba de tener a varias mujeres, ni se mofaba de nada. Porque esto fue algo que el tampoco pudo ver venir, y solamente lo acepto, porque en el fondo de su corazón, el también deseaba hacerlas felices a todas ellas, y ellas por su parte, tampoco querían perderlo. Ninguna de ellas habría podido aceptar nunca la idea de perder a Balto, y fue por esto mismo que al final, entre todos ellos, se pudo llegar a un acuerdo, aunque bueno, no dejaba de verse como algo completamente descabellado.
Para ser mas exactos, Balto en ese momento, se encontraba casado con mas de cincuenta chicas aproximadamente, de las cuales, para este punto, ya ninguna tenia nada en contra de las demás, y hasta incluso se podría decir que todas habían aprendido a llevarse a bien entre si. Todo fuera por el afán que todas y cada una de ellas tenían, de ser felices al lado de su actual, lindo y guapo marido.
Pero era claro, que en serio quedaba muy de sobra decir, que una vida de casados, con claramente mas de una, seria algo mas que solo complicada. Y es aquí donde se mas sale a relucir el echó, de que todas las chicas que actualmente integran el harem de Balto, tuvieron que justamente, aprender a compartirlo, de la misma forma en que el propio Balto también tuvo que aprender a administrar su tiempo, para poder estar con cada una de ellas. Siendo esta la razón, por la que ahora Balto, yacía durmiendo al lado de una de sus tantas parejas, en este caso, de Rita. Esa noche de viernes, cuando ya todos habían vuelto de sus respectivos trabajos, Rita le recordó a Balto, que hoy le tocaba a ella, que el se fuera dormir con Rita. De razón, que aunque todas las chicas, querían cada una un tiempo con Balto, lamentablemente, iban a tener que esperarse hasta el día siguiente, o mas bien, cada una iba a tener que esperar a que le llegara su turno. Incluso para este punto, seria sorprendente lo muy bien que estaban manejando esta situación, puesto que en este tipo de circunstancias, las peleas, los pleitos y desacuerdos, serian cosas que cualquiera se esperaría, pero en este caso no fue así, pues en este caso, la cordialidad, el dialogo, y los acuerdos, eran cosas, en las que sin dudas, Rita y todas las chicas integrantes del harem de Balto, se iban a volver unas expertas, conforme al pasar del tiempo.
Y justamente fue en ese momento, que Rita miro a Balto, y se acerco con cuidado a la cabeza de Balto, para finalmente plantarle un beso mucho mas profundo en el hocico, puesto que una vez mas, como muchas otras mañanas, Rita se quería poner sumamente cariñosa, y ahora estaba comenzando ya a juguetear con el. Sentía que debía de hacerlo cuanto antes, hasta que fuera el momento de que las otras chicas se impacientaran y fueran donde ellos para reclamar a Balto. Cosa que por supuesto Rita prefería por mucho evitar de la mejor manera. En ese momento, la saluki sentía que la diversión de anoche con su amado mestizo no fue suficiente y quería mas de el, pero tampoco quería despertarlo, al menos no de la manera errónea. Es decir, en este caso en especial, Rita iba a preferir despertar a su pareja mediante excesivas muestras de cariño, mismas a las que Balto aun se estaba acostumbrando de echo.
Balto ya había quedado la noche anterior, con marcas de besos de por si, por esta misma clase cariños que Rita le había echo, en su cuello, Balto tenia ahora ciertas marcas de chupetones en su cuello, mismas que Rita le dejo, debido a la diversión que ambos habían tenido la noche anterior, pues a decir verdad, Rita como todas las demás chicas, disfrutaban mucho, de hacer el amor con su amado esposo y ella por supuesto, que no iba a ser para nada, la excepción a la regla. Ahora Rita esta comenzando de nuevo, haciéndole cosquillas a Balto, y mordisqueando suavemente su cuello, hasta que en un punto, logro hacer que por fin, Balto se despertara, pues su cuerpo también estaba, comenzando a resentir los constantes cariñitos de su esposa.
Finalmente Balto abrió los ojos, momento en el que por fin se encontró con los preciosos ojos de Rita.
Balto: Buenos días mi Amor...
Rita: Muy buenos días mi amado mestizo...¿Que tal dormiste?
Balto: Muy bien mi Amor, sobre todo gracias a ti, que mantuviste mi corazón caliente.
Rita: Y tu también, mi amado mestizo, que siempre me das excelentes noches, cada vez que quieres dormir conmigo.
Balto: Disculpa mi Amor, ¿pero que hora es?
Rita: Ya son las siete cariño.
Balto: Oh bueno, supongo que las demás, deben de estar esperándonos para desayunar.
Rita: Supongo que tienes razón mi Amado mestizo, creo que mejor ya es hora de levantarnos.
Balto: La verdad no quisiera dejar de sentir de tu hermoso cuerpo, pero no tenemos opción.
Rita: Pues yo tampoco quiero separarme de ti amor, pero tu lo has dicho, no fue nuestra elección.
Balto: Pues vamos, aun así, siempre es grato despertar estas mañanas viendo tu cara.
Rita: Yo también Balto, no podría pedir nada mejor.
En ese momento, Balto y Rita comenzaron a levantarse, pero con Rita que en ese momento, seguía sin su brasier, teniendo puesta únicamente sus bragas negras, de las cuales no pasaría mucho tiempo antes de que se las quitara también, puesto que la perrita se disponía a meterse a la bañera, obviamente para limpiarse. Y dicho y echo, Rita procedió a agarrar una toalla, que uso para cubrirse sus pechos, pese a que ella no sabia porque lo hacia, siendo que estaba frente a Balto, su marido, pero ella suponía que únicamente lo hacia por instinto.
Rita: Oye Balto, mi Amado mestizo...
Rita llamo suavemente a su esposo, en un tono bastante seductor.
Balto se giro para mirarla, justo antes de alcanzar a salir por la puerta del dormitorio que compartía con ella.
Rita: ¿No quisieras...unirte a la ducha conmigo ahora?
Balto la miro de manera pícara, pero la sonrisa de ambos se desvaneció cuando escucharon como llamaban a la puerta del cuarto del Rita.
Balto: Vaya, parece que ellas también se levantaron temprano.
Rita: Pero que mala suerte.
Sin otra opción Balto abrió la puerta, y al otro lado se encontró con Nala, una de sus otras esposas, una hermosa leona, que en este momento, se encontraba viendo a Balto con una mirada algo impaciente.
Nala: Muy buenos días mi Wolfy.
Dijo Nala para justo después envolver a Balto en un cálido abrazo, y acto seguido besar apasionadamente a Balto, mientras acariciaba su cabeza y cuello contra los de Balto. Duraron así varios segundos, hasta que Nala vio por encima del hombro de Balto a Rita.
Nala: Buenos días a ti también Rita.
Rita le sonrió ligeramente a Nala, para luego devolverle el saludo.
Rita: Igualmente Nala, muy buenos días a ti también.
Sin decir nada mas, Rita solo procedió a dirigirse hacia la bañera de su habitación, con Balto y Nala siguiéndola con la mirada, teniendo a Nala, mirando el cuerpo medio desnudo de Rita, como si fuera lo mas normal del mundo, aunque siendo sinceros, Nala solo la vio de espaldas, porque obviamente, Rita se seguía tapando sus pechos con su toalla.
Nala: Es una pena para Rita que tuve que llegar yo.
Balto: No me digas Nala.
Nala solo miro a Balto con una sonrisa atrevida, para luego tomarlo del cuello con una de sus patas, y acariciarle el pecho a Balto con su otra pata.
Balto: Que desea hacer ahora Mi Reina.
Nala: Pues bien mi Wolfy, logre llegar primero, antes que todas las demás, así que supongo que sabes lo que me toca.
Balto: Ok Mi Reina, solo permiteme un momento.
Dicho esto, Nala solamente se dio la vuelta para regresar a su habitación, sin embargo, mientras aun se encontraba a la vista de Balto, el pudo ver como ella volteaba levemente pata verlo, a la vez que Balto se dio cuenta, de como ella movia su trasero de una forma provocativa.
Se podría decir, como quien diría, que Balto tenia una vida marital muy activa, pero ojo, eso no significaba que en todo momento lo hiciera, pero si significaba que cuando una de ellas quería, el no se podía negar. Cuando Nala no estaba mas a la vista, Balto procedió a recoger todas sus cosas, antes de por fin salir de la habitación de Rita, quien por su parte se puso un poco triste, pues deseaba en serio, que Balto entrara a la ducha con ella para seguir divirtiéndose los dos. Sin embargo, Nala llego para reclamarselo.
Desde hace ya un tiempo, que Balto finalmente se había casado, y fue desde ese momento, que su vida cambio de una manera mas que drástica. Lo primero fue, que se tuvo que mudar, aunque bueno, eso era algo que Balto ya quería hacer desde antes, y eso fue lo que hizo. Ahora Balto vivía junto a su hermana Nitti, quien por su parte, también había tenido que aprender a convivir con todas y cada una de sus cuñadas. Después de toda la odisea que fueron los enfrentamientos y luchas constantes contra Belladonna y demás seres e individuos que querían hacerles daño, Balto luego vio como todas las chicas finalmente le hicieron su ultima declaración. Dejándole con ello en claro lo mucho que lo amaban, y que definitivamente ninguna de ellas estaba dispuesta a renunciar a el. Ninguna deseaba perderlo en serio, y Balto tampoco se sentía capaz de romperle el corazón a ninguna de ellas, sobre todo al tener en cuenta por todo lo que habían pasado. Es por eso que Balto finalmente las acepto a todas como sus esposas, aunque el sabia muy bien que con ello, estaba claramente asumiendo los riesgos y responsabilidades que eso conllevaba.
El primer problema surgió, cuando todas las chicas le dejaron en claro a Balto que querían vivir con el, que querían vivir juntos. Puesto que cada una creía que eso seria lo mas apropiado, cosa a la que Balto accedió, una vez que su hermana Nitti le dio una solución a tal problema. Balto, ahora junto con todas sus esposas, se terminaron mudando a la casa de su padre Kitok, misma que era lo suficientemente grande, como para que el mestizo pudiera vivir junto a todas sus parejas. Tanto Balto, como cada una de las chicas, estaban mas que agradecidos con Nitti, quien en serio amaba tanto a su hermano Balto, que decidió esto por si sola, desde mucho antes, con tal de no perder a la ultima familia que le quedaba.
Sin embargo, eso no quería decir, que como quien dice, Nitti estuviera completamente de acuerdo con esta unión. Ella en serio estaba perpleja cuando vio a todas las chicas que su hermano enamoro, pero mas aun se sorprendió cuando comprendió que Balto las había enamorado sin querer. De igual forma, eso no quitaba el echo, de que Nitti aun no confiaba del todo en las chicas, y no las aprobaba completamente, es decir, cuando se trataba de las parejas de Balto, Nitti parecía actuar mas como si fuera su madre, que como su hermana. Y cabe decir, que por supuesto, ella no sabia que había sido justamente la madre de ambos, Aniu, quien le consiguió todas estas chicas. Aunque algo era posible, y era el echo de que ni siquiera así, Nitti cambiara de opinión con respecto a no mirar con buenos ojos a las actuales esposas de su hermano. Bastante numerosas, y para colmo, todas siendo chicas, mas que hermosas, eso Nitti no lo podía negar. De cualquier modo, Nitti no era que envidiara a su hermano. Esto porque ella también tenia al menos una pareja ahora como su hermano. Con la diferencia, que para ella, eso era mas que suficiente, y esperaba no acabar robándole por accidente el corazón a muchos machos, pues el que ella tenia ahora, era mas que suficiente. Así es, Nitti también estaba en una relación, pero a diferencia de Balto, Nitti aun no pensaba casarse, por el momento, el y el chico que se consiguió eran solamente novios, y este chico que ella tomo por novio, resulto no ser otro que Kaltag. Ambos fueron dos perros que durante el tiempo que habían pasado Balto y las chicas arreglando sus problemas, se habían comenzado a conocer, luego de que Kaltag se acabara poco a poco enamorando de ella. Por lo que incluso con los diversos problemas que tuvieron que enfrentar, de igual forma, ambos habían comenzado a salir, hasta llegar al día de hoy, donde finalmente se habían convertido en novios.
Pero volviendo con Balto, Nitti no era la unica que aun tenia dudas o inconformidades con respecto al que aunque no les gustara el termino, lo era, y ese era, el Harem de Balto, también estaban los padres adoptivos de Balto, Boris y Stella, que también estaban mas que asombrados, de ver lo que su hijo consiguió, pero que aun así, estaban dispuestos a apoyarlo y a guiarlo en todo cuanto pudieran. Así que sin mas, ellos también se mudaron a donde Nitti vivía, pero solo a su tierra, ambos al final ya no se quedaron en la casa de Nitti como originalmente estaba planeado, sino que mas bien optaron por irse a vivir junto a Bolt y Mittens, claro, trayendo también consigo a los dos osos polares, Muk y Luk.
Por lo que al final se podría decir que casi todos acabaron trasladándose a donde Nitti había estado viviendo los últimos años con el padre de ella y de Balto, hasta que el murió víctima de una enfermedad. Con Boris y Stella, y Muk y Luk, que se mudaron también allá, en espera de no perder de vista a Balto, así como Kaltag, quien lo hizo para así, poder estar mas cerca de su actual pareja, además de aun seguir en contacto con su querida prima Thalia, Nitti que aun tenia cierto rencor hacia Bella y Lina, de quienes ella no se espero que también se enamorarían de su hermano. Al menos, lo único que Nitti esperaba de todas ellas, de cada una de las esposas de Balto, era que no lastimaran a su hermano ni lo dañaran de ninguna forma, porque si así fuera, ellas lo lamentarían. Y aun con todo esto, la propia Nitti incluso, también acabo mudándose a una casa vecina, que compro con la fortuna de la que se apropiaron luego de la aparente derrota de Belladonna. Esto porque sentía que iba a tener que darle algo mas de privacidad a su hermano, y a sus parejas, además de que también estaría viviendo con su actual novio Kaltag.
Ahora se podría decir, que Balto había terminado teniendo toda la casa para el y sus mas de cincuenta parejas. Las cuales se sentían mas que agradecidas de ello, porque así podrían estar mas a gusto en compañía de su lindo y guapo marido.
Pero bueno, la vida de Balto, como quien diría, la tenia en paz y feliz. Aunque esto también lo convirtió en el centro de atención para muchos aunque siendo sinceros, eso al menos ahora, no importaba.
Había pasado ya un buen rato, Nala ya había estado bajo la regadera por varios minutos, y se estaba comenzando a impacientar al ver que Balto aun no llegaba. Pero su molestia se convirtió en alegría cuando sintió a alguien abrazándola por detrás, siendo esta persona nadie mas y nada menos que Balto, que por fin llego para unirse a la ducha con su amada leona.
Duraron así un buen rato, y esta era de las habituales mañanas, realmente placenteras de Nala, que en serio disfrutaba de días así, en compañía de Balto. Pero claro, ella no era la única. Sin embargo, al menos en ese momento, Balto sabia que solo debía de centrarse en Nala y complacerla solo a ella. Así que los dos se relajaron, y se pasaron así un buen rato, con ambos sintiendo el agua caliente caer sobre sus cuerpos, y con Nala indicándole a Balto en donde quería ella que le ayudara a lavarse, mientras Balto también se esforzaba en todo lo posible por mantener contenta a Nala. Y así siguieron y siguieron con Nala y Balto sintiendo los abrazos, besos y cariños del otro, con cada uno, mostrando lo mejor de si, y sintiendo el roce de sus pieles el uno del otro, a la vez que se daban besos apasionados y se seguían quedando así por mucho, mucho mas tiempo.
Pero mientras ellos disfrutaban de la compañía el uno del otro, el resto de chicas, aun seguían dormidas y se podía ver que iban a tener que hacer un gran esfuerzo si querían levantarse. Esa mañana, se veía, que iba a ser una de esas muy tranquilas y agradables, al menos para la mayoría, puesto que habría una chica en particular, que aun no se podría levantar de buena manera.
Seria aquí, donde Jenna Sables, otra de las esposas de Balto, echaría mas en falta, el echo de que requeriría de Balto, para poder estar mas en calma. Pues durante toda esa noche, Jenna habría estado teniendo horribles pesadillas.
Mientras que Rita, Nala y Balto se habían levantado de buena manera, con Jenna en cambio no había sido así, puesto que ella, estaba teniendo uno de sus episodios, a causa de las horribles experiencias que había vivido a manos de aquellos que quisieron hacerles daño, a ella, a las demás chicas y a su amado Balto, es decir, Niju, Steele, Zira, y por supuesto Belladonna, siendo que literalmente Jenna no podía olvidar como tuvo que ver con sus propios ojos, como Balto hizo algo de lo que el no se enorgullecía para salvar la vida de Jenna. Y ahora a ella le daba tanto miedo perder a Balto, al ser conocedora de ellos, que ninguna de las otras chicas, mas que ellas conocía.
Y aun así, aun con todo ello, Jenna se prometió así misma, que no dejaría que nada parecido le volviera a suceder a Balto, sobre todo, porque ahora ella, estaba consciente, como todas, que en ese momento, tenían justo a una de las que quisieron hacerles daño, entre ellos, es decir, mas concretamente, a Zira.
Jenna aun no entendía como rayos fue que Balto la pudo perdonar, pero en cambio, lo que si sabia muy perfectamente, era que definitivamente, ella, así como todas las demás chicas, y Nitti, y los padres de Balto, y Bolt y Mittens, la iban a estar vigilando de cerca, puesto que nadie mas, aparte del propio Balto, confiaban aun en ella, y no parecía que fueran a hacerlo en el corto ni en el largo plazo, definitivamente iba a tener que pasar mucho, pero mucho tiempo, antes de que alguna de ellas, dejara de ver a Zira, como con ganas de matarla. Quien dicho sea de paso, actualmente estaba durmiendo en un pequeño cuarto, en el jardín de la casa, porque en verdad ninguna de las chicas la quería cerca. Sobre todo, Delilah, Cunning, Porsha, Abby, Zeta, Zaira, Collen y el resto de ellas, al saber que había formado alianzas en el pasado con Belladonna o al menos eso era lo que habían entendido.
Y Jenna por su parte, ella en especial, no solo con Zira, tampoco quería en lo absoluto volver a saber nada de Steele.
FIN DEL CAPITULO.
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