Única Parte.
Terushima había sido invitado por sus amigos a un club dónde se presentaban bandas locales de rock o parecidos, el no tenía un gusto muy marcado por ese género de música pero no se iba a negar a salir con sus amigos.
Se alistó con unos pantalones negros y una chaqueta de cuero sobre su camisa blanca, se puso sus piercings y terminó por tomar su celular y llaves de la casa. Se despidió de su madre avisando que volvería tarde.
No demoró mucho en encontrarse con sus amigos, cada uno reía mientras que hacían bromas sin parar, no podía creer que de verdad estaba camino a un club de música de locos y dónde habría mucha gente saltando y sudando, probablemente oliendo mal también.
— Creo que deberíamos ir a otro lugar. —Se quejó Terushima viendo a sus amigos, de solo pensar que habría mal olor se le iban las ganar de festejar.
— Oh vamos, no te vas a arrepentir. Además hay un guitarrista precioso en la banda Karasu. —Animó Tsuchiyo dando empujones contra su cuerpo.
— ¿Me jurarías que es el tipo de chico que me gusta? —Hizo un leve puchero, un empujón más bruto haciendo que gruñera.
— Con cara de inocente pero que puede romperte el culo, sí mierda. Ahora camina o llegaremos tarde. —Una patada por parte de Bobata lo hizo comenzar a caminar con ganas, no quería ser golpeado por el otro; otra vez.
Habían llegado en menos tiempo de lo esperado, por más que Terushima haya querido retrazar la llegada no funcionó, alzó una ceja al ver que era justo como pensó. Mucha gente, aunque no había un mal olor. Ya había una banda sobre el escenario y la verdad es que eran buenísimos.
Terushima no tardó en comenzar a disfrutar del lugar arrepintiendose por haber demorado tanto.
Izaka y Futama cantando las canciones que tocaban a todo pulmón mientras los demás pedían cervezas en el bar que había, el rubio tomó la suya y se apoyó en la pared mientras veía a la banda despedirse para dar paso a otra.
Higashima fue quién rodeó sus hombros en un abrazo mientras que esperaban la siguiente banda, ambos reían por las locuras de sus amigos. Habían elegido un lugar cerca del escenario y apegados a la pared para no tener que chocar con la gente loca.
— Quiero que toquen ya, tengo un crush enorme con el vocalista. Aún no me atrevo a hablarle pero lo haré. Será mío. —Murmuró el libero de Johzenji, Terushima bebió de su cerveza viendo como todos hacían apuestas diciendo que no lograría ni siquiera decirle "hola" al vocalista.
El telón subió y ahí estaban, se fijó primero en el que estaba parado adelante, cabello negro y ojos azules muy profundos, tenía un delineado increíble y para que hablar de los brazos que se traía. El Guitarrista de la derecha tenía su cabello anaranjado y tenía un piercing en la nariz así como en medio del labio, atrás estaba el baterista. Un rubio de lentes con cara de odiar a todo el mundo pero dios, esos brazos estaban como para rogarle ser asfixiado. Había una chica, rubia y muy tierna pero en sus pequeñas manos había un bajo.
Empezaron a tocar una canción bastante conocida, Terushima no evitó cantar junto al público y aún así la voz del pelinegro era hipnotizante.
— I'm a scary gargoyle on a tower, that you made with plastic power, your rhinestone eyes are like factories far away! —Gritó Terushima mientras daba saltos junto a sus amigos, reían y cantaban a todo dar. Cuando pensó que nadie haría la parte que más amaba y solo se escuchaba la base, un chico de cabello verde con el cabello blanco en la parte atrás llegó a el escenario, tocando de manera casi profesional.
Dejó de cantar y saltar cuando lo vió reír, se robaba el show mientras los demás hacían los ruidos con sus bocas en los micrófonos. Terushima no creía en esa mierda del amor a primera vista, pero se acaba de enamorar de un guitarrista.
Un guitarrista que se movía como todo un profesional, no perdía el ritmo y disfrutaba. Se dió cuenta cuando la luz le dió que tenía pecas, llevaba aros en ambas orejas y tenía un piercing en la lengua, la cual tenía afuera por la concentración. Sus brazos estaban tatuados, cuervos.
— ¿Terushima? —Giró su rostro a su mejor amigo y negó con la cabeza, diciendo que estaba bien, tratando de recuperarse de los sentimientos que venían de golpe a su cuerpo. Comenzó a disfrutar más del show después de escuchar que una guitarra podía crear sonidos maravillosos.
— Your love's like rhinestones falling from the sky, that's electric! —Y la guitarra haciendo de las suyas para aumentar los gritos de la gente ahí. — With future pixels in factories far away, here we go again!
Todos aplaudieron y gritaron a la banda, éstos agradeciendo. El guitarrista que había enamorado a Terushima solo manteniendo la vista fija en el baterista, parecían ponerse de acuerdo en algo. El vocalista comenzó a aplaudir, todos comenzaron a seguirle el ritmo.
Empezó la guitarra y la batería, ninguno se quedaba atrás, hasta la chica rubia se lucía en el escenario.
Terushima reconoció la canción y no tardó en cantarla, sus amigos siguiéndolo, una vez más rodearon su cadera para cantar.
— Crawlin' back to you; crawlin' back to you; —Terushima no evitó reír al notar que todos cantaban los coros y dejaban al vocalista hacer la voz principal. — Ever thought of callin' when, you've had a few?
— ¡Necesito que ese vocalista me haga suyo! —Gritó el libero a sus amigos, todos riendo mientras que Terushima bebía de su cerveza. Volvió su vista a ese guitarrista, su aliento perdiéndose al notar que éste tenía los ojos fijos en él, pasó saliva mientras intentaba no evadir la mirada fija que tenían, después de unos minutos el de cabello verde le guiñó el ojo y se volteó para seguir con el show.
— Lo ví. —Habló sorprendido Higashima, Terushima sólo rió nervioso.
— Creo que estoy enamorado... —Habló el rubio para sí mismo, bebió toda la cerveza y disfrutó de las siguientes canciones de la banda con emoción, tocaban de todo y cada uno tenía la canción en la que destacaban sus habilidades.
Horas después ya estaban por irse, habían disfrutado de otras dos bandas, sus amigos regados por todos lados pero por suerte nadie ebrio por lo que podían encontrarse afuera e irse sin problemas.
Se levantó de su asiento tomando su teléfono, lo encendió dándose cuenta de que eran las cuatro de la mañana, bostezó y relamió sus labios jugando con el piercing de su lengua con sus dientes. Alguien tocó su hombro lo que lo hizo girarse, alzó una ceja al ver a un chico de cabello anaranjado, éste soltó una risa nerviosa. Pudo reconocerlo, era el otro guitarrista de Karasu.
— Mi amigo quiere hablar contigo pero le da vergüenza. —Habló tan rápido que al rubio le costó entender, pero al ver que apuntaba a un lugar dirigió su mirada ahí, su estómago siendo invadido por las mariposas que no tardaron en volar de manera desenfrenada dentro de él.
—— Eh, gracias. Ahora voy con el. —Le respondió al otro, pasó por su lado y caminó casi por impulso hacia el guitarrista.
¡Joder que hermoso era!
— Si tú fuiste quién me guiñó el ojo, ¿Por qué te da vergüenza ir a hablarme? —Preguntó interesado el rubio, el peliverde riendo mientras que le tendía un vaso con cerveza siendo recibido por el capitán de Johzenji.
— El escenario me hace sentir más valiente. —Terushima probablemente se estaba volviendo loco, porque sintió que una voz le puso los pelos de punta.
— Entiendo, lo hiciste increíble. —Dió un sorbo a la bebida que sostenía, miraba a toda la gente para no volverse loco viendo el hermoso rostro del guitarrista frente a él. Después del sorbo que le dió a la bebida recordó que no debía recibir cosas de otros, se golpeó mentalmente ante su error.
— Gracias, soy Yamaguchi Tadashi. —Se presentó el otro estirando su mano, Terushima le pidió a Dios que su mano no temblara o sudara cuando le diera la mano al pecoso.
— Terushima Yuuji. —Y estrecharon sus manos, ninguno entendiendo por qué una corriente eléctrica recorría sus cuerpos en cuanto ocurrió el tacto.
— Entonces, hm. —Terushima no pudo evitar reír ante la situación, una vez sus manos se separaron sacó su teléfono.
— ¿Te parece si nos juntamos mañana a beber café o algo? —Yamaguchi no tardó en asentir y darle su número, ambos dándose los números y mandando un mensaje al otro. Se sumieron poco después en un silencio para nada incómodo, ambos se miraban fijamente mientras que sonreían.
— Por Dios, solo dense un beso. La tensión es asquerosa. —Habló el baterista de Karasu pasando por su lado, Terushima soltó una risa la cual se perdió cuando una mano se posó detrás de su cuello.
Sus ojos no perdieron de vista el rostro del peliverde, sus labios se juntaron, fue después de unos segundos que sus ojos se cerraron y entrabrio sus labios dejando pasar la lengua del peliverde dentro de su boca. Las manos de Yamaguchi se apoderaron de sus caderas mientras que Terushima subía las suyas a el cuello del otro.
Su espalda fue presionada contra la pared mientras que Yamaguchi tomaba el control de la situación, sus lenguas hacían un juego sincronizado que dejaban que se probaran bien y era más que excitante cada vez que sus piercings hacían un leve choque.
¿Qué era ésto? ¿Cómo el guitarrista que parecía coqueto terminó siendo un tímido en palabras pero un dominante a la hora de besarse?
Un gemidos escapó de su boca al sentir como era mordido en su labio inferior, jadeó mientras intentaba tomar aire. Elevó su mirada a Yamaguchi, éste también lo veía y con una sonrisa ladeada. Era más alto por lo que no evitó sentirse pequeño entre los brazos del guitarrista y la pared.
Volvió a la realidad cuando su teléfono comenzó a vibrar, se alejó un poco del pecoso y lo tomó, estaban afuera esperándolo. Debía irse.
— Hey, Guitarrista. —Llamó a Yamaguchi quién lo esperaba con los ojos cerrados contra la pared, una vez los abrió alzó una ceja. — Me tengo que ir, nos vemos mañana. —Le guiñó un ojo mientras salía del club, se reunió con sus amigos los cuales como siempre reían y se divertían.
— Ahora que estamos todos, paguenme. —Tsuchiyo habló mientras reía, los demás lo veían confundidos. — No sólo le dije hola, amigos. Quizá nos les guste lo que van a oír pero... —Miró sus uñas y luego las pasó por su hombro con evidente superioridad. — El vocalista de Karasu, Kageyama Tobio me terminó follando en los baños. Su cuerpo sí que es grande.
— ¡¿Lo juras?! —Gritó Numajiri, éste asintió. Todos caminaban mientras se lamentaban el haber apostado. Todos terminaron por ir a quedarse a la casa más cercana, la de Terushima.
Una vez todos estaban en los futones repartidos por toda la habitación a nada de dormirse Terushima habló.
— Me besé con el guitarrista pecoso de Karasu y mañana tendremos una cita.
— ¡¿Qué?!
— Así que era verdad que tienen una cita. —Murmuró sorprendido Higashima viendo el teléfono de Terushima, leyendo los mensajes que se habían mandado con el guitarrista de Karasu.
— Mhm, ¿Cómo me veo? —Murmuró el rubio viendo a su amigo, éste asintió dándole a entender que se veía bien, suspiró y se miró al espejo.
— Terushima, siempre te decimos ésto pero no trates de impresionarlo siendo otra persona, sólo sé tú. —El mencionado solo asintió, tenía claro eso, sus amigos solían decírselo siempre que le gustaba alguien, aunque todo siempre era un fracaso porque todos lo querían para sexo.
— ¿Los chicos llegaron bien a sus casas? —Se sentó en la cama, su mejor amigo sentándose a su lado. — Me sorprende que no se hayan quedado a almorzar. Siempre que se quedan hasta saludan y coquetean con mi madre.
— Sí, la mayoría se duchó y probablemente siguen dormidos y bueno, ya sabes... Tu madre es jodidamente sexy. ¡Aush! —Gritó tocando su brazo ante el golpe del rubio.
— Más respeto, es mi mamá.
— Oye, no es nuestra culpa que tú mamá sea tan juguetona con nosotros. —Se quejó rodando los ojos. — Además te tuvo muy joven, ella parece tu hermana.
— Ya lo sé, imbécil. Más que mi madre parece mi mejor amiga. —Bostezó y frotó uno de sus ojos. — Quiero dormir, mierda.
— Cancela la cita si tienes tanto sueño, son las tres de la tarde y estás despierto desde las nueve de la mañana mensajeandote con el guitarrista, dormiste y con suerte cinco horas. —Calculó su mejor amigo, tenía los ojos entrecerrados mientras veía a Terushima acostado en la cama.
— No puedo, te juro que quiero verlo. Es jodidamente hermoso. Me quiero casar, hermano. —Habló de manera tan sincera que Higashima alzó una ceja y llevó una mano a su frente para verificar que no tenía fiebre. — ¿Tengo fiebre?
— Para nada. Bueno, entonces me iré, Yuuji. Por favor no hagas locuras.
— ¡Sí, señor!
Terushima salió de su casa junto a Higashima, se despidieron con un abrazo y partieron a lugares diferentes. Irían a comer helado y luego al cine si las cosas iban bien, moría de nervios y sus manos ya sudaban dentro de los bolsillos de su chaqueta.
Caminó tan lento como pudo para no llegar tan temprano, miraba el suelo mientras caminaba ya que no tenía ganas de ver a la gente que pasaba por su lado. Una vez llegó al punto de encuentro alzó su cabeza, Yamaguchi estaba ahí con un hermoso peinado, mordía su labio mientras veía hacia los lados y revisaba su teléfono. Al parecer Terushima no era el único nervioso.
— Yamaguchi. —Llamó mientras se acercaba, el mencionado al verlo sonrió mostrando sus dientes, Terushima pudo haber muerto justo en ese momento pero sabía que debía vivir para tener más de esas sonrisas.
— Pensé que no vendrías, ya sabes. Ayer creo que te presione a que nos besaramos y no quise, me dejé lle... —Terushima tomó el mentón del más alto y bajó su cabeza, unió sus labios en pequeño beso.
— Hm, bien. Estamos a mano, me besas y te devuelvo el beso. —Murmuró Terushima sobre los labios del peliverde, éste tenía una sonrisa y sus ojos parecían brillar.
— Bien, me gusta ésto. —Susurró Yamaguchi, Terushima soltó una risa y asintió. Su mano volviéndo a sus bolsillos. — Vamos por el helado entonces.
Ambos comenzaron a caminar, sus vistas fijas a los lados contrarios de dónde iba su acompañante, ambos sonriendo de oreja a oreja, con mariposas creando un desastre en sus estómagos.
— Hm, me gustó mucho la presentación que hicieron ayer, aunque debo confesar que no quería ir. —Empezó con la charla Terushima una vez se pudo calmar.
— ¿Por qué no querías ir? —El rubio se encogió de hombros restándole importancia a su respuesta, Yamaguchi elevó su mano y presionó su mejilla con un dedo. — Dime, dime, dime.
— Bieeen, pensé que sería el típico club apestoso de gente vieja. ¿Okay? —Se sonrojó con fuerza al oír la risa de Yamaguchi, volteó a verlo con enojo fingido. — ¡No te rías!
— El club tiene límite de edad, desde dieciocho años hasta veinticinco. —Yamaguchi negó con la cabeza mientras seguía riendo. — Por lo que supongo, tú ya eres mayor de edad.
— ¿Qué comes que adivinas? —Preguntó fingiendo sorpresa, haciendo reír al otro. — Tengo dieciocho, los cumplí hace poco por eso mis amigos me están llevando a todos los clubs de la ciudad. ¿Y tú?
— Tengo diecinueve. —Terushima frunció el ceño para verlo, éste se encogió de hombros mientras abría la puerta del local. — ¿Por qué me ves así?
—Buenas tardes. —Saludó a la mujer que atendía, sin querer desviando la pregunta de Yamaguchi. — Me da dos helados por favor, uno de chocolate y el otro de... —Miró al pecoso, éste apuntó la fresa. — De fresa por favor. —La mujer asintió y preparó los helados, pagó Terushima sin dejar que Yamaguchi pudiera reclamar. Tomaron sus helados y agradecieron.
— Entonces... ¿Por qué me veías así? —Interrogó una vez más a Terushima, un tanto asustado por los pensamientos que pasaban por su cabeza.
— Ah, es que no pareces de tu edad. —Soltó una leve risa, se sentó cerca de el ventanal, Yamaguchi tomando asiento frente a el. — Pensé que tenías dieciocho o diecisiete. ¿Estudias o algo así?
— Hm, voy a la universidad. —Se encogió de hombros. — Pero también trabajo en el club los viernes, sábados y domingos. Mis amigos y yo queremos ya sabes, volvernos famosos. —Murmuró lamiendo el helado, Terushima asintió a sus palabras.
— Sería genial que pase, deja me tomo una foto contigo y cuando te hagas famoso dejo en claro que salimos mientras eras un puntito en la industria musical. —Bromeó Terushima, Yamaguchi sonrió y asintió.
— ¿Y tú?
— Bueno, aún voy en la preparatoria pero quiero ser peluquero, me gusta. He teñido el cabello de mucha gente y a veces trabajo en la peluquería de mi madre. No quiero decir que gracias a mí tiene más clientes, pero es gracias a mí. —Se encogió de hombros riendo, de pronto recordando que tendrían un partido de vóleibol la próxima semana. — Hm, comenzarán las preliminares la próxima semana, si tienes tiempo... ¿Crees que puedas ir a verme jugar vóleibol?
— Iría encantado. —Habló Yamaguchi comiendo el helado, ambos terminaron su helado entre una charla bastante agradable, se conocían más rápido de lo que parecía. Iban camino al cine cuando el peliverde entrelazó sus dedos con los del rubio. Ninguno dijo nada solo disfrutaron del tacto del opuesto.
— Veamos una de terror, son mejores que las de acción. —Habló Terushima viendo la cartelera en el cine, Yamaguchi asintió mientras veía también.
— Iré a pedir los boletos, ¿Qué quieres comer, Yuuji? —El nombrado soltó una leve risa, no contuvo la emoción de oír su nombre saliendo de los labios del pecoso.
— Lo que gustes, Tadashi. Aquí te espero. —Ambos rieron mientras se veían a los ojos, el pecoso volteandose para ir por las cosas.
Terushima estaba teniendo un día increíble, Yamaguchi era increíble e interesante, su aspecto no era nada comparado con su forma de ser y sus pensamientos.
Se complementaban de manera sencilla y sabían que haría el otro sin siquiera tener que hablarse.
Negó con su cabeza sin poder creerlo, se enamoró de el guitarrista de una banda que está a un paso de ser famosa.
— ¿Vamos, Yuu? —Hablaron detrás de el, se giró para ver a el peliverde, asintió mientras se acercaba y tomaba las palomitas. Una vez ambos tuvieron una mano desocupada entrelazaron sus dedos.
— Sí, creo que hice bien... —Susurró sin dejar de ver el perfil del pecoso, éste se giró a verlo con una sonrisa adorable.
— Hinata, mierda. Quédate quieto. —Gruñó Terushima jalando el cabello del anaranjado.
— ¡Aush! ¡Esto es abuso! —Se quejó el pequeño mientras reía, miró a su novio con un puchero. — Amooor.
— A mí no me digas nada, Shoyo. —Habló Atsumu mientras se giraba y hacía oídos sordos.
Terushima soltó a reír mientras peinaba a Hinata, su novio salió de la habitación dónde se cambiaba, le sonrió con cariño, éste le lanzó un beso y se acercó hasta abrazarlo por la espalda. Tadashi dejando suaves besos en el cuello de Yuuji.
— Yo digo que deberíamos buscar otro peluquero, Terushima definitivamente me odia. —Reclamó Hinata aún en su asiento.
— Ya cállate mandarina parlante. —Se quejó ésta vez Kageyama, el cuál era maquillado por su novio y amigo de Terushima, Tsuchiyu.
— Bebé, no te muevas. —Murmuró el ex libero de Johzenji, su novio disculpándose mientras acariciaba sus caderas.
— Dios, no se pueden callar ni un puto segundo. Me marean. —Se quejó el rubio quitándose los audífonos que llevaba.
— Ya, ya, Tsukki. —Murmuró Yamaguchi dando caricias en su cabello como si fuera un perrito, ganándose unos gritos de parte del rubio. Una chica rubia saliendo del baño quejándose de que Hinata había dejado con muy mal olor. Todos rieron mientras que afuera de ese camerino se escuchaban gritos de miles de personas.
— Ya es hora. —Apareció un pelinegro; Kuroo Tetsurou, actual manager de una de las bandas más famosas mundialmente; por la puerta del camerino.
— Bien, reúnanse. —Habló Tobio, Terushima abrazó por la cadera a su pareja, todos haciendo un círculo con las manos al centro. — Vamos a tener nuestro primer concierto como una banda, siempre hemos sido cinco personas en el escenario dando todo de nosotros, más que amigos somos hermanos, nos cuidamos entre nosotros y nos apoyamos. Hoy en día somos diez personas, tenemos personas que nos aman y apoyan, demos gracias a quién sea que nos ayudó en éste camino.
— Gracias. ¡Vamos por ello! —Gritaron todos, Terushima besó los labios de Yamaguchi con amor antes de que saliera a dar todo de él al escenario.
Tres años desde que comenzaron a salir, Terushima era peluquero de la banda de Karasu y su mejor amigo el maquillador. Las parejas se pararon en un lado del escenario, sus novios comenzando con su presentación.
— Quién diría que terminaríamos siendo novios de unas super estrellas. —Murmuró kiyoko, Terushima soltó una risa y asintió.
— Bueno. Kuroo y Atsumu también son famosos en lo que es el vóleibol y tu eres dueña de una tienda de ropa. —Habló Terushima, su vista fija en su pareja, éste se divertía en el escenario. Estaba muy orgulloso de Tadashi.
— Oye, no te quites fama. Las fans te aman porque haces que el cabello de todos se vea asombroso, sobre todo a Hitoka, la vez que teñiste su cabello se veía asombrosa y creó tendencia y moda.
Terushima sabía que tenía fans, todos tenían y más allá de ser simplemente parejas de chicos de una banda. Terushima diariamente recibía correos de otros famosos de todo el mundo para que arreglaran su cabello o les hiciera pelucas. Se sentía increíble ser conocido por hacer algo que estudió y seguía estudiando, pero para él nada lo hacía más feliz que ver al amor de su vida disfrutando algo por lo que luchó esos tres años y en los que estuvo a su lado.
Luego de treinta minutos de una presentación estupenda, Yamaguchi y los demás dejaron el escenario para un cambio de ropa.
Todos fueron a los camerinos y se cambiaron tan rápido como podían, sudaban como nunca y bebían tanta agua como podían.
— ¿Cómo lo hice, amor? —Murmuró Yamaguchi, Terushima besó sus labios mientras que desataba su cabello y lo sacudía, le tomó de un lado con ligas.
— Lo hiciste increíble, eres mi guitarrista favorito en el mundo. —Yamaguchi lo abrazó con fuerza mientras que reía. — Kageyama ven, debo arreglar tu cabello.
Así fue como un joven que asistió a un club se terminó enamorando de un guitarrista, el cual corría para llegar a los escenarios más importantes del mundo. Lo admiró en cada solo que tenía e incluso cuando iba acompañado del bajo de Yachi.
Se enamoró de un guitarrista.
El Guitarrista más tierno, sexy y hermoso del mundo y tenían toda una vida por delante, el amor que sentían por el otro crecía y crecía, no tenían bajas y no peleaban más allá de los celos de Yamaguchi los cuales se pasaban con sólo unos besos de Terushima.
— Le voy a proponer matrimonio. —Habló con su amigo y los novios de los demás integrantes de Karasu sin apartar la vista de su novio.
— ¡Vé por ello!
— ¡Ya era hora!
— Hasta que al fin pasa, ya era hora rubio teñido. —Habló el cínico de Atsumu. Todos rieron mientras bebían de la bebida que poco después llegó.
Era feliz, muy feliz junto a el guitarrista de una banda que hoy en día era mundialmente famosa y él como peluquero de todos en esa banda.
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