Noche XXXII: Confrontación
Hace muchos años Renelle disfrutaba de mirar la luna llena y las estrellas iluminando el cielo y aun hasta hace poco era una de sus pasiones, pero no esta noche. La luz de la luna llena brillaba intensamente a través de la pequeña ventana de su habitación hasta la flor de loto en la mesa pegada a la pared.
La joven doll se revolvió en la cama incapaz de conciliar el sueño por más tiempo que un par de minutos ante toda la situación que estaba pasando allá fuera.
Renelle, con los ojos vidriosos y el rostro un poco pálido (aunque de alguna manera sonrojada al mismo tiempo), continuó mirando el anillo de bodas que descansaba en su dedo anular, como si contuviera la respuesta a todas las preguntas de la vida.
...O, siguiendo la expresión de su rostro, su alma.
Un estallido de luz lo hizo abrir los ojos de golpe, totalmente desconcertada.
–¿Qué diablos? –Se preguntó a sí misma cubriendo sus ojos con una de sus delicadas manos para protegerse de la luz hasta que está fue desvaneciéndose, Renelle pestañeó un par de veces para acostumbrar sus ojos rosa que instintivamente buscaban la fuente del brillo, lo que vio no fue lo que esperaba.
La flor de loto bailaba como mecida por una suave brisa, dos de sus tres pétalos flotaban hacia abajo con delicadeza hasta caer en la pila con los demás.
Al ver esto supo que no debía ser escondiéndose y volver su alma a su verdadero cuerpo. La verdadera Selene la estuvo esperando por más de 18 años para este día y ella debía cumplir con la parte del trato.
Las explosiones no tardaron en sonar por todas partes del mundo que se encontrarán los Exorcistas, inquietando en gran medida a todos los presentes. Renelle se preocupo por sus amigos, aunque sabía que podían cuidarse ellos solos, quería ir con ellos para asegurarse de que estuvieran a salvo.
Unos cuantos guardias aparecieron llegar a la puerta del cuarto de su marido y uno de ellos golpeó fuerte la puerta tres veces con su mano derecha.
Renelle se congeló, estaba a un paso de entrar por la puerta cuando escuchó tres fuertes golpes en su puerta.
–Abra la puerta. –Ordenó uno de ellos con impaciencia.
Siglos de reglas
Y absurda verdad
Que se han escrito en piedra
Se camino hacia su mesa en el momento que cantó y miró el reloj de arena que sostenía el loto que sostenía la vida de su amado.
Quédate inmóvil
Y no hables jamás
Adiós a esta leyenda
La Orden Negra estaba en completo caos. Los científicos corrían de un lado a otro, los CROW se movían de un lado a otro con las etiquetas de hechizo volando, los buscadores se tropezaban entre sí tratando de apartarse del camino de todos. El centro de comunicaciones se inundó.
Y yo
No quiero derrumbarme
Los llamo a intentar
A callarme y vencerme ya
Su cuerpo brillo en una luz rosa y fue envuelta en un gran enjambre de mariposas que no se podía ver su silueta bien.
Silencio nunca –Mete el reloj de arena que sostenía la loto en una bolsa
Desean que enmudezca
No tiemblo con la idea
¡Y callar, no será mi vida, vida!
Los recibo
Firme como roca
No han de cerrar mi boca
Y callar, no será mi vida –En cada estrofa de la letra ella camina decidida mientras las mariposas se disolvian de a poco su silueta.
Creen que me van a enjaular
No lograrán mi rendición
Mis alas rotas –Las mariposas se disolvieron de sus pies mostrando un par de zapatos de tacón pequeño blanco.
Pero entera en llamas vuelo hacia el Sol
¡Sus acciones, a mi voz, no amedrentan! –Las mariposas se disolvieron de su cuerpo para cambiar su uniforme, dejando al descubierto un largo vestido blanco sin mangas (semejante a una toga griega utilizada por las mujeres), hombreras sujetada por dos ganchos dorados, lleva una gargantilla y una gema de color roja debajo del busto.
Si quieren creer que tiemblo con la idea
El callar, no será mi vida, vida
No acepto –Las mariposas se disolvieron para mostrar sobre su cabeza una tiara unidad a un velo traslúcido, completando así su nueva vestimenta.
Ahora todo lo que tenía que hacer era formar una puerta para el Arca, hacer una cosa más y luego desaparecería.
Que traten de sofocarme
Dejen de subestimarme
El callar, no será mi vida
¡El callar, no será mi vida, vida!
Selene cerró los ojos y se concentró en conectarse con el arca. Un procedimiento silencioso que había dominado para ayudar a los Exorcistas junto con Nea a moverse más rápido por el mundo mediante teletransportación.
Selene cruzo la Puerta blanca del Arca, no queriendo correr el riesgo de ser vista por los de Central, quienes sin duda se impacientarán con el silencio y derribarían la puerta. Selene pronto desapareció en la ciudad blanca del Arca de Noé. Su habitación quedó desierta cuando el portal se cerró.
Selene fue silenciosamente a la habitación oculta del 14ª, asegurándose de que nadie lo viera. Una vez allí tocó el piano blanco, la 'clave', haciendo un último pedido al Arca. La niña terminó la canción y luego dejó que sus manos permanecieran allí por un momento antes de retirarlas y darse la vuelta, salir de la habitación y luego salir a las calles vacías del Arca blanca.
Después de encontrar una Puerta vacía, una Puerta que no estaba conectada a una dimensión o lugar en el mundo, Selene cerró los ojos y se concentró, conectando la Puerta a un nuevo lugar en el mundo. Una vez que se completó la conexión, dejó escapar un suspiro, abrió la Puerta y entró.
La Puerta se cerró detrás de ella y el abandono de la Orden por parte de la Diosa Selene fue total a partir de ese momento.
~
Luka miró a Selene al verla pasar la Puerta que conectaba con el Palacio.
–Llegas tarde. –Le dijo cansado de esperar con el ceño fruncido.
–Lo sé. Solo libérame de esta cadena para que mi alma vuelva a su cuerpo original. –Declaró la diosa enojada.
–Bien, pero no te quejes después. –Declaró el samurái, mientras su mano se posaba en la empuñadura de Roxass.
En un movimiento rápido, Luka desenvainó a Roxanna, dejando que la hoja baile horizontalmente por el aire, cortando la carne del pecho de Renelle, pero ambos se sorprenden por no ver nada.
–Si la daga no esta en Roxass...
–La tiene Mugen. –Terminó por ella– Joder. –Maldijo en voz baja– Con lo delicada que es la mentalidad de Nii-san...
–Descuida. No pienso pedirsela. Debo ponerme en el momento justo que ataque con la Mugen. –Explico su plan.
–Sabes que él no te lo permitirá. –Se refirió a Yu.
–Debo obligarlo a liberar la quinta ilusión para que suceda. –Dijo molesta consigo misma por lo que no quiere hacerle a su esposo– Para mientras espera en casa y cuida del reloj de Yu. –Le entrega la bolsa que contiene la fuente vital de Yu.
–¿Se la robaste? –Le pregunto asombrado por su robo.
–No tenía elección. –Le grito alterada– Si Yu le rompe un nervio a Lvellie, este lo amenazara con la Loto.
–Entiendo. –Dijo al momento de tomar la bolsa– ¡Aguarda! ¿Adónde vas? –Le dijo al verla volver a la Puerta.
–A terminar lo que inicie. –Con eso, se fue dejando a Luka solo.
~
46 horas después, a las 2:53 a.m. de Jordania. Se vieron grandes grupos de Akumas en todo el mundo. La Orden Negra también envió a los Exorcistas en grupos, enviándolos al lugar deseado a través de las Puertas del Arca.
La cantidad de Akumas era demasiada. En ese momento entendió, con mucha molestia, que no sería capaz de detenerlos a todos de entrar. La mayoría eran Akumas de Nivel 3; eran pocos los de Nivel 4, y esos serían los más problemáticos. Así que se centró en ellos para reducir el caos que se desataría en la torre.
Le molestaba en gran manera cada Akuma que se le escapaba, pero debía confiar en las habilidades del resto de Exorcistas para que se encargaran de ellos. Al menos les reduciría la tarea tanto como pudiera.
Tuvo que usar la tercera ilusión para actuar lo más rápido que podía. Los enemigos no dejaban de llegar, y no tenía tiempo de ponerse a pensar en otra cosa que no fuera en acabar con todos los que se le ponían enfrente.
Tenía mucha energía acumulada y se sentía ansioso e inquieto sin saber exactamente por qué.
–Vaya, vaya. Pero sí es el Exorcista número dos en nuestra lista de prioridades. –Habló un Akuma de Nivel 4– Kanda Yu. El Exorcista de los ojos abiertos, ha llegado el momento de que te despidas de este mundo.
Kanda resopló.
Se hacía una idea de porqué terminó siendo una prioridad por desaparecer. No obstante, antes de atacar una duda lo asaltó.
–Si yo soy el número dos, ¿quién es su máxima prioridad? –Dudaba que la respuesta fueran los generales, y sólo lo quería confirmar.
–Eso no es de tu incumbencia, pero como somos generosos, te lo diremos. –Respondió otro– Por supuesto, se trata de Renelle Lemercier Serine.
–Oh... Con que es así. –Entonces estaba en lo cierto.
Y antes de que alguno de los Akumas lo notara, lanzó un ataque con el que derribó a los cinco Akumas que le rodeaban.
Mal que, tan pronto como desaparecieron los que tenía la vista, recibió un golpe traicionero de otros tres que se encontraban rezagados tras la barrera; se escondieron bastante bien para que no los notará de inmediato y por eso lograron herirlo.
El aturdimiento de ese ataque le resultó una novedad. Llevaba demasiado tiempo sin que lo hirieran como lo hicieron esos tres, motivo por el cual no había reparado tanto en lo que tardaría en sanar. Y lastimosamente, sus habilidades de regeneración no evolucionaron junto a su nueva fuerza y rapidez de ataque.
Se vio obligado a ocultarse de manera patética para recuperar el aliento, y para que el sello terminara de eliminar el veneno de los Akumas de su cuerpo. Respiró de manera pausada para concentrarse en sanar y reponer energías.
–Tal parece que te confiaste demasiado, Yu. –Escuchó cerca de él. Y se felicitó por no sobresaltarse. Por lo visto algunos hábitos de Selene seguían ahí– Empiezas a fallar cuando subestimas al enemigo. Eso no es bueno en situaciones como esta.
–¿Esto es alguna especie de enseñanza remunerada? –Preguntó con sarcasmo.
–Quizás. –Le dijo sin interés.
En eso un Nivel 3 apareció de la nada detrás de ella. Kanda se dio cuenta y apretó los dientes –¡Cuidado!
Renelle se agachó justo a tiempo para evitar el ataque y patear al Akuma en su abdomen y enviarlo volando. Saco a Judgment, y de mala gana disparó al Akuma, haciéndolo explotar. Aterrizando con seguridad, Kanda se dirigió hacia la colina que dominaba el exterior del campamento. Fue entonces cuando desenvainó a Mugen y se preparó para luchar contra las hordas de Nivel 3 que venían hacia el campamento.
–Te dije que te quedarás, idiota. –Le reprocho Kanda al verla– ¿Y qué traes puesto? –La interrogo al verla vestida un top bikini con un diseño envolvente para los tirantes, una capa beige que le llega hasta las caderas, con una cruz floreada en el hombro izquierdo, pantalones cortos negros con un cinturón marrón que podía soportar el peso de Judgment. Botas color marrón oscuro que le llegaban hasta las rodillas más un par de bolsas, guantes negros con gran agarre– Tápate.
–Tú estas igual que yo. –Dijo al verlo vestido igual que ella antes de colapsar hacia sus brazos para intentar atraparla y a su vez no lastimarla con la espada.
Renelle le cae encima haciéndolo apoyar uno de sus pies hacia atrás para evitar que ambos cayeran al suelo.
–¿Ahora sí harás caso y te irás a la Orden? –Le dijo cansado de verla mal pero se estremeció al sentir el aliento de ella chocar contra la piel de su cuello.
Renelle ladeó la cabeza para ver el lugar –Esta silencioso. Y eso no me gusta. –Dijo en alerta sobre su cuello, haciéndolo estremecer más.
《Flash Back》
Juuri era abrazada por la fuerza de los brazos del hombre que ahora la sostenía. Se estaban recuperando de las secuelas de una feroz batalla que había tenido lugar. El hombre acababa de rescatarla y descansaba debajo de una larga capa negra con una gran espada negra a su lado.
–Nian, por favor, ayúdame en el final. –Dijo Juuri con una voz que apenas podía registrarse para susurrar– Si estoy destinada a morir, quiero que seas tú quien me libere. Tú debes ser quien me mate.
《End Flash Back》
–Yu... Si tuvieras que elegir entre este mundo o yo... ¿Cuál escogerías? –Le dice en un susurro provocativo, tensándolo más– ¿Qué elegirías...? ¿La salvación divina de este mundo o salvarme a mí? –Kanda alza ambas cejas, la verdad no sabe de qué hablaba, pero igual esta mal, cuando está fuera de sí dice puras pendejadas, más como ella cuerda las dice ahora descompuesta con más razón.
–¿Qué cojones te pasa? –Reclama molesto por querer seducirlo en un momento como este– No es momento para tus estúpidas diatribas sin sentido. –La expresión de Kanda es furiosa, y la aleja para tomarla de los hombros, mirándola extrañada– Jamás podría elegir entre tu bienestar o terminar esta guerra sin ti. Tenemos planes y los pienso cumplir contigo sin importar qué pase.
–Ya veo. –Dijo indignada antes de tomar sus muñecas y alejarlo de su persona. Luego pone su mirada estoica.
–¿Qué ocurre? Has puesto esa expresión molesta de nuevo. –Dijo al ver su expresión.
–Nada, Yu. –Suspiró al mirar el campamento cuidado por algunos Buscadores, buscar alguna Inocencia claramente inexistente y luchar contra los incesantes Akumas– Simplemente me canse de esperaros y vine para haceos de refuerzos.
–¿Tiene algo que ver... –Se aclaró la garganta abruptamente– con lo mal de tu cuerpo?
–No. –Respondió ella, con los ojos mirando a otra parte– Nada está mal.
Kanda no se atrevió a continuar el interrogatorio, por lo que se conformó con mirarla con bastante curiosidad. Renelle captó su mirada y le dio una pequeña sonrisa.
–¿Por qué las cosas siempre deben estar mal, Yu? –Ella dijo– ¿Por qué las cosas no pueden estar absolutamente bien cuando vengo a verte? ¿Siempre tenemos que hablar de cosas pesimistas?
–No, es sólo que siempre pasa algo, y si hay algo que necesitas contarnos, deberíamos saberlo.
–Estoy bien. –Dijo con firmeza– Todo está bien. –Ella sonrío– La vida es la misma. Sólo estoy aquí para pasar un tiempo contigo.
Kanda no supo qué decir en respuesta, por lo que permaneció en silencio. La sonrisa de Renelle se amplió ligeramente ante su normal torpeza social.
–Puedes ir a dormir. –Ofreció Selene– Yo estaré vigilando.
–Hay muchos Akumas por aquí. –Dijo advirtiendo– Y si los Terceros regresan...
–Yu. De verdad. –Dijo Selene con cansancio– Estaré bien. Vete a dormir.
–...Es un desperdicio si viniste hasta aquí sólo para verme dormir. –Dijo sardónicamente.
–No me atrevería a interrumpir tu sueño, Yu. –Dijo burlonamente– Necesitas un sueño reparador.
Kanda suspiró –Vamos a dar un paseo. –Le dijo en respuesta a su mirada desconcertada– Podría hacer que el calor sea más llevadero.
–Por el contrario, moverse a menudo implica más calor y sudor...
–Cállate, ¿quieres?
–Sólo digo. –Dijo ella sin entusiasmo, sus dedos deslizándose libremente entre los de él– Bueno, entonces abre el camino.
–No hay mucho que ver aquí.
–Todo lo contrario. Al menos el cielo es azul.
Kanda la miró disimuladamente. Los ojos de Selene miraban al frente, más allá de las cubiertas de la tienda, hacia la distancia invisible.
O futuro invisible.
–...¿Estás segura de que no hay nada? –Dijo en un último intento.
–...Sí. –Ella le dedicó una sonrisa radiante y le apretó la mano suavemente– Me alegro de que el cielo esté azul.
Kanda miró hacia el cielo.
Era negro.
~
Ella había hecho sus preparativos.
La preparación le había proporcionado una especie de satisfacción retorcida. El hecho de que ella supiera, con tanta certeza, de su muerte inminente apenas le daba un cierre, pero al mismo tiempo... era en cierto modo infinitamente mejor que siempre adivinar, desear, esperar.
Su cinismo finalmente había resultado útil: la aceptación no había tomado tanto tiempo como le hubiera tomado a la mayoría de las personas.
Esas "otras personas" incluían a Kanda, en este caso. Ocultarle la verdad no fue un gesto santo de su parte; decírselo en realidad lo ayudaría a soportarlo aún más, pero Renelle sabía que al menos por un tiempo, ya fuera un día o un mes, él lucharía en contra. Él exigiría una respuesta, una posible solución, haría perder el tiempo que ella no tenía tiempo que perder tratando de arreglarla cuando se había dado cuenta de que ya no necesitaba que la arreglaran.
No, lo que necesitaba ahora era que todo siguiera normal. Quería que Kanda fuera exactamente como siempre: distante, tranquilo, curioso. Quería que cada último minuto siguiera siendo el mismo: ya no había tiempo que perder deseando que su vida hubiera sido diferente, o que hubiera habido otro camino a tomar.
Entonces Kanda no sabría nada hasta que ella se fuera.
Kanda y Renelle caminaron a través del paisaje desértico de su ubicación, lejos de la tienda y hacia las montañas que ofrecían fragmentos de sombra en sus cavernas. Pero en ese momento no buscaba sombra: quería encontrar algo brillante, un cielo azul o un sol dorado.
Después de mucho silencio y una caminata difícil, llegaron a la cima de una meseta plana que dominaba el campamento, una vista que habría sido magnífica si hubiera algo que valiera la pena ver debajo.
–Aquí está bien. –Dijo Renelle, deteniéndose en seco.
Kanda, que había estado liderando, se giró para mirarla.
–No hay nada que ver aquí. –Dijo.
–No hay nada que ver en ninguna parte, a menos que sea tu hermoso rostro. –Dijo.
La expresión que Kanda tuvo a cambio fue ridícula, y Renelle se río entre dientes mientras se deslizaba por una pared de roca y doblaba las rodillas contra el pecho. Kanda suspiró y se sentó a su lado, e inconscientemente, su mano se deslizó dentro de la de ella nuevamente.
Esta instantánea muestra de afecto fue una que no habría hecho si no hubiera sabido que algo andaba mal. Pero, como siempre, Renelle se alegró de que no insistiera en el tema (probablemente porque sabía que serían noticias que no quería escuchar) y simplemente permitió que el silencio se prolongara.
Una sonrisa triste se dibujó en sus labios.
–Me pregunto por qué me enamoré de ti, precisamente de todas las personas.
Kanda pareció bastante sorprendido por el repentino cambio de tema, pero respondió de manera bastante suave y, como siempre, sarcásticamente.
–Vaya. Eso es reconfortante.
–No, de verdad. ¿Por qué tú?
Kanda se encogió de hombros, evidentemente sin ganas de continuar la conversación –No lo sé. No había nadie más allí.
–Esta Alma-chan.
Kanda hizo una mueca –Eso es... simplemente extraño.
–Mm... Pero de todos modos, me pregunto cuándo pasó... –Renelle dejó escapar un suspiro– A veces trato de reproducir mi vida en mi cabeza... y cada emoción que he sentido en cada momento. No puedo recordar cómo me sentí cuando te vi por primera vez...
–Molesto. –Dijo sin rodeos.
–Entiendo que eso es lo que sentiste... no puedo recordar... qué sentí... ¿Es eso siquiera algo sustancial para recordar? Incluso si tuviera que decir una palabra para describirlo... no creo que abarque lo que fue. ¿Fue amor a primera vista? Pero yo era una niña. Fue como un... un tirón. Esta... esta atracción, pero éramos niños, no pudo haber sido físico, era solo una gravitación... no en tu dirección, sino a tu... tu presencia. Tu alma. –Hizo una pausa y se dio cuenta de que sus palabras sonaban demasiado cursis para su comodidad.
–A veces haces que me duela la cabeza porque nada de lo que dices tiene sentido. –Dijo Kanda con cansancio.
–Lo sé. –Dijo, avergonzada– No importa.
Kanda hizo un ruido, algo entre un suspiro y una risa sombría.
–Entiendo un poco. –Dijo lentamente– Hay un... –Hizo un movimiento aleatorio con la mano– tirón. Una necesidad.
–Es una pérdida cuando no estás allí. –Añadió– Eso es todo...
Hubo un largo silencio. Kanda pareció volverse antagonista con la dirección de la conversación, y Renelle supo que no había hecho un buen trabajo esquivando su pregunta sobre su salud.
–...Nieves, si hay algo que deberías decirme porque no hay manera en el infierno de que hubieras venido hasta aquí sin que pasará nada malo...
–Te amo, ¿de acuerdo?
Si había una manera segura de hacer que Kanda se callará, era diciendo esas palabras. Él se quedó mirándola, completamente desconcertado, y, ahora que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, Renelle pudo distinguir los más mínimos rastros de sonrojo e incomodidad en su rostro.
–Eso fue todo lo que vine a decir. –Sonrío– Y con suerte escuchar lo mismo a cambio...
–Diablos, no.
–No lo creo. –Suspiró.
El hecho de que Kanda estuviera tan obstaculizado verbalmente por la vergüenza cuando se trataba de expresar algún tipo de afecto era una vergüenza. Aunque, a decir verdad, no necesitaba la tranquilidad audible.
Se sentaron solos, con la cabeza de ella sobre su hombro, su cuerpo acurrucado contra el de él, mientras el silencio reinaba sobre la noche con cielos negros.
Como en los viejos tiempos.
En eso una explosión se escuchó rompiendo el silencio del lugar. Ambos salieron disparados en esa dirección, con la cabeza palpitante por el calor y el esfuerzo que les llevó correr lo más rápido que pudieron por una duna de arena y bajar a un valle donde estaba la otra mitad del campamento. El grotesco paisaje de cuerpos caídos empeoraba a medida que se acercaban, pero no había necesidad de castigar a los muertos: su único objetivo era su supervivencia, y por lo tanto no dudó cuando voló en su dirección sin mirar atrás. Ambos patinaron hasta detenerse al otro lado del valle, sin aliento y jadeando; siendo recibidos por los familiares olores nocivos de los cuerpos de Akumas en descomposición y la brillante visión roja de la sangre. Los cuerpos de los Buscadores y Akumas yacían intercalados en el suelo, pero no eran ellos a quienes estaban buscando.
La presencia más fuerte que podía sentir era la de Noah, y supo instintivamente que Kanda estaría allí con él.
Ambos esperaron hasta que los Akumas amenazaron con acercarse al campamento para atacar. Podrían dejarlo hasta ahora. Renelle escuchó detrás de ella el sonido de los sellos que había colocado la Tercer Exorcista, Tewaku.
Ella sonrío –Finalmente ha llegado el día. –Miró a su alrededor. Cuando vio venir al Akuma se ensanchó y se cerró nuevamente invocándose en las manos de Renelle– Mmh, tú también pareces hambriento.
–Vamos. –Le dijo Kanda mientras ambos avanzaban para pelear.
Renelle no tuvo ningún problema con los Nivel 3. Fue la cantidad de ellos lo que pareció comenzar a abrumarla estando sola. Podía escuchar a Link desde su comunicador inalámbrico en su oído, algo que les habían dado para esta misión. Sodom todavía, sin embargo, voló rápidamente a su lado siguiéndola. Link estaba llamando a Allen para que regresara al campamento, pero él no respondía.
–Están todos fuera de su alcance, Link. –Gritó después de disparar a un Nivel 3 y apuñalar a otro– Sodom tiene un alcance mayor, pero ni siquiera él puede atravesarlos.
Fue entonces cuando un golpe se apoderó de su cabeza y casi la hizo fallar el corte de otro Akuma. Este sentimiento... esta sed de sangre. Lo había sentido antes... allá en el Arca. Cuando vio...
–Tenemos problemas aquí atrás. –Anunció.
–Ya voy. –Llamó Renelle y llegó minutos después para encontrar personas asesinadas. Sangrando por cada orificio de sus cuerpos.
En algún lugar alrededor del perímetro del campamento, un hombre gritó, y rápidamente siguieron varios otros gritos.
Los ojos de Kanda y de Renelle se dirigieron en esa dirección, el ceño de Kanda se profundizó hasta convertirse en un ceño fruncido una vez más, mientras agarra la muñeca de Renelle y tiraba de ella, Renelle apenas podía mantenerse en pie con la velocidad a la que Kanda iba.
Pasaron corriendo junto a Tewaku, a quien una tira de hechizo tras otra le salía de las manos mientras lanzaba una valla protectora alrededor del campamento, y se detuvo bruscamente a una distancia de las tiendas, donde una figura vestida de blanco con la familiar piel de color ámbar estaba agitando su muñeca mientras un Buscador sostenía su talismán en forma de escudo frente a él de manera protectora.
Los ojos de Renelle se abrieron y sintió que su cena amenazaba con subir cuando de repente la sangre brotó de los oídos, la nariz, la boca y los ojos del Buscador, sus ojos se salieron de su cabeza de manera extraña mientras colapsaba, muerto.
Gruñendo, Kanda soltó la muñeca de Gracia y puso una mano sobre Mugen, parándose frente a ella mientras el hombre de piel oscura se giraba hacia ellos, los largos extremos de su turbante ondeando en una breve y pasajera brisa cálida.
–Tú eres Kanda Yu y tú la princesa Luna, ¿verdad? –Preguntó.
Selene observó la apariencia del Noah que conocía a Kanda por su nombre y el verdadero apodo de Selene.
Una chaqueta ceñida parecida a un bolero, un tocado a rayas parecido a un turbante con los extremos largos colgando, pantalones algo sueltos que se ceñían a sus tobillos y tenían una larga solapa extra de tela que colgaba del lado izquierdo con extraños detalles negras bandas entrelazadas alrededor de su cintura.
De pie, cruzó una pierna sobre la otra y puso una mano en su cadera, con la otra en un puño y presionando su frente.
–¿Quién diablos eres tú? –Kanda se volvió hacia su adversario.
–¿Conoces el nombre de Selene... Mejor conocida como 'Juuri'? –Pregunto Wisely– ¿Oh? ¿Qué es esto? ¿Tú también recuerdas tu anterior nombre? Interesante... Es hora de ser destruida, guardiana de la Tierra. –Activó su 'Ojo de Demonio' e extendió su mano y un temblor recorrió toda la atmósfera circundante. Kanda cayó hacia atrás sin luchar, su cuerpo se puso rígido cuando la inconsciencia se apoderó de él.
–Soy una Diosa inútil. –El yo pasado de Selene le comentó al yo pasado de Kanda– Tuve la oportunidad de terminar esta guerra incluso antes de que comenzará, pero debido a que el Conde tiene a Pallas, mi querida hermana, como rehén, dudé. Y ahora, todos pagarán el precio de mi indecisión.
–Selene. –El yo pasado de Kanda se dirigió a la Diosa– Nosotros, los Exorcistas, siempre hemos estado a tu lado. Por eso tengo fe; cuando ganemos esta guerra, el mundo en el que siempre hemos creído seguramente existirá.
–¡Yu, Ren! –Alma grito al ver al instante en que Wisely aplasta la cabeza de Kanda haciendo que sus ojos sangraran lágrimas de sangre, su cinta del cabello se rompe dejando suelto su cabello sobre su espalda e hombros, y dejándolo inconsciente mientras soltaba de entre sus brazos al suelo a una inconsciente Selene.
Alma sintió que se le helaba la sangre y, aunque corrió hacia adelante con tanta velocidad como pudo, supo al instante que sería demasiado tarde.
El Noah alzo entre sus brazos a Selene sin esfuerzo, pero en lugar de desaparecer instantáneamente, esperó, con los ojos iluminados por la diversión mientras Alma patinaba hasta un lugar frente a él.
–No sabía que estarías aquí. –Dijo arrastrando las palabras– Road no había mencionado que ustedes dos estaban en la misma misión; alguien más fue a recogerlos.
–¿Qué deseas? –Alma gruñó.
–Ah, lo verás en un momento. –Dijo el Noah– Después de todo, su presencia sería apreciada en esta fiesta nuestra, aunque no del todo esencial.
–¿Qué quieres con Renelle? –Exigió.
–¿Mm? No sabía que la llamabas por ese nombre. Después de todo, ¿no crecieron juntos? Los términos de nombre deberían ser comunes entre tú y Kanda Yu también, ¿eh?
La respiración de Alma se entrecortó. Su mente daba vueltas. Se suponía que no debían saber nada de Alma. Se suponía que nadie debía hacerlo. Y, sin embargo, esto significaba que Noah estaba provocando algo, algo enorme, algo catastrófico. Algo que devoraría la Orden desde adentro hacia afuera.
La curiosidad tiró de él, pero en ese momento ya no le importaba. La Orden podría irse al infierno. Todo lo relacionado con toda la guerra fue completamente inútil. Nada importó.
La única persona que importaba era la que el Noah estaba manejando con tanta delicadeza en ese momento.
Así que no se molestó en hacer ninguna pregunta, sino que reunió toda su energía y voló hacia el Noah, con su Inocencia extendida en su forma de espada más familiar. Él apareció detrás de él y apuntó un corte limpio por su hombro, con la intención de atrapar a Selene una vez que el Noah la soltara.
Su enemigo se hizo a un lado casi perezosamente, y en ese mismo momento, un dolor terrible invadió su cerebro, invadió todos sus sentidos y la hizo caer al suelo, agarrándose la cabeza con un grito agonizante.
El Noah se río entre dientes y se alejó unos metros de él.
–¿Es doloroso? –Él dijo– Es mi poder, ya sabes: manipulación mental. Un poco como el de Cyril, pero en última instancia más fuerte, más doloroso e infinitamente más útil. Por cierto, mi nombre es Wisely. Harías bien en recordarlo... Bueno, durante el mayor tiempo posible, ya que de todos modos estarás vivo. –Dejó escapar un pequeño suspiro, con una expresión seria en su rostro– Supongo que no hay necesidad de matarte ahora. Deberías unirte a nosotros en la fiesta, ya sabes. El Castillo Blavatski... sería bueno que llegues un poco tarde de todos modos. No quiero que arruinen nada.
Los golpes en su cabeza cesaron por completo y fueron reemplazados por un inmenso dolor en su cabeza. Le dio un golpe que la dejó sin aliento y le partió la cabeza por dentro. Se sentía como si alguien dejara caer toda la gravedad de la Tierra sobre su cerebro y dejara que se redujera a nada. Pronto su cuerpo quedó inerte y su cabeza golpeó el suelo.
–Veamos qué tan ciertas son tus palabras de entonces. –Dijo metiéndose profundamente en su cerebro antes de destruir el resto del campamento– A veces 'querer' no es 'poder' cuando uno llega tarde.
En un instante, desapareció, Selene con él.
~
–No tienes que romperle la cabeza. –Road, en forma de muñeco, regañó Wisely.
–Es que, se ve fuerte. –Wisely defendio– Pero, está bien... es una Segundo, así que...
–¡Eres tan grosero! –Replicó Road.
–Ustedes dos. –Llamo serio Ares– Desapareced de mi vista. –Ordeno al momento de ver a Selene haciendo una mueca en modo de despertar.
Selene se encontraba inconsciente en una oscura habitación del castillo Blavatski, tiene grilletes en las muñecas, sosteniéndola desde las esquinas del techo, sentada en el suelo. Empezó a despertar de a poco. Sus ojos se abrieron de golpe. Cuando se esforzó por mover las cadenas, apretó sus extremidades para intentar liberarse.
–Dónde demonios... –Murmuró ella mirando a su alrededor. Parecía estar en una habitación de forma hexagonal con las paredes y el techo siendo nada más que espejos. Debajo de ella sintió el frío azulejo blanco. Lo único que había era una mesa y una silla blancas con un tablero de ajedrez blanco y negro.
–Ngh.
Ella siguió luchando con las cadenas.
Frente a ella se abre la puerta del salón, por la cual entra un hombre encapuchado, que entra y cierra la puerta tras de sí, mirándola.
–Por fin despiertas, Haato Hime. –Selene se detuvo en seco cuando escuchó una voz masculina. Al atravesar una de las paredes de los espejos, solo al atravesarla, apareció un hombre con una capa blanca sobre un atuendo negro completo y pantalones negros ajustados.
Los ojos de Selene se abrieron al verlo. Tiene el pelo rojo-marrón rizado que le llegaba aproximadamente a los hombros, de ojos iridio heterocromía completa, el izquierdo es de color granate y el derecho es de un azul glacial.
–¡¡¡Eeehh!!!... –Ella jadeó– ¿Tú?
–Lamento tenerte en una posición tan incómoda, pero no quiero arriesgarme a que quieras escaparte, aunque lo dudo mucho. No tienes mucha Inocencia, y solo has despertado a la mitad.
–¡Qué quieres de mí! Eso que desees de mí, será imposible que lo obtengas. –Dijo Selene.
El hombre se acerca a Selene, se hinco a su altura, haciendo que se enderece para verle a los ojos.
–Selene, ¿no te cansas de jugar este estúpido juego?
–¿Eh? –Pregunto sin comprender, arqueando una ceja.
–Tal vez no lo recuerdes, pero cuando volviste de Edo, ¿qué sentiste? ¿Dolor, agonía, tristeza, ira, desesperación o alegría por saber que estuviste entre la vida y muerte?
Selene se sorprendió para después recuperar la compostura y frunce el ceño.
–Te lo explicaré brevemente. –Se sienta en la silla e inclina las patas traseras– Luchaste contra un Noah de nombre Damian en Edo, del cual saliste medio moribunda, bueno, casi muerta, pero tú no lo notaste porque te atendieron cuando regresaste a tu estúpida Orden, el cual fue atacada por los Noah y sus marionetas para luego enfrentarse por primera vez a un Nivel 4.
Selene le oyó, incrédula mientras rodeaba los ojos.
–Patético, lo sé. Como sea, sigo. –Continuó– Lucharon contra ese Nivel 4 y al ver que no eran rivales para él, tú repasaste el punto crítico, recordando una parte de tu vida pasada.
–Yo... –Dijo temblándole el labio por no poder recordar nada de eso que le dijo.
–Estabas en coma. Fue tu Inocencia quien te movió hasta tal punto de hacerte despertar al 50%. El otro 50% despertará cuando veas muerto al hombre que te enamoraste por segunda vez. –Se levanta de la silla, se acercó para ponerse en cuclillas ante el cuerpo encadenado en el que estaba Selene y le agarra la barbilla, presionó sus mejillas como un niño pequeño– Descuida preciosa, cuando eso pase, cuidaré bien de ti.
Él le soltó la barbilla y deslizó su mano sobre su mejilla mientras que ella permanecía desconcertada por la emulación que corría por sus vasos sanguíneos. Incluso mientras acariciaba su mejilla, a Selene no parecía importarle. Su reflexión se hizo cargo de su mente y lógica.
–Irónico, ¿no lo crees? ¿Quieres que te diga por qué? ¿Por qué deseas tanto volver a "verlo"? ¿Por qué te suena de algo el 'Yu' de ahora con esa 'persona'? –Se inclinó hacia su oreja derecha y le mordió el lóbulo de la oreja y le pasó la lengua por la oreja antes de susurrar lentamente– Porque Yu y Nian, el de tu pasado con el actual son la misma persona. 'Nian' es esa persona que has estado buscando para preguntarle sobre tus memorias perdidas. Si tanto quieres saber la verdad... ¡Rompe el sello y 'libérate' de tu propia condena!
Dolor. Sus ojos se abrieron por la revelación que no podía creer y el repentino dolor que sintió. Él le había hundido la mano en el abdomen.
–Adiós, preciosa. –Su voz se arrulló y pareció alejarse cada vez más.
~
Kanda, su equipo y el de las otras unidades están nuevamente en la Orden, para ser más específicos, están en sus respectivas camas de la clínica de la Orden; los cuerpos de algunos de las otras unidades están llenos de numerosos cortes, raspones y heridas producto de la lucha que tuvieron contra los Noah mientras que Alma está inconsciente por el secuestró de Renelle ante los ojos impotentes de él y Kanda. Todos llevan vendas, así como apósitos en los sitios perforados por sus oponentes; Alma luce como si respirara con dificultad mientras mueve la cabeza de un lado a otro, inquieto. En la puerta de la habitación se encuentra Nea, que apoyado en el umbral, lo mira con la misma mezcla de orgullo, incomprensión y superioridad con la que mira a Kanda.
–No... Yu... Renelle... Renelle va a... –Balbucea el joven en medio de su inconsciencia.
–Yo también estaba allí... –Musita con tono levemente culpable. En la habitación contigua está Kanda, que fue atacado por la habilidad psiquica de Wisely, no tiene heridas físicas, pero si mentales, sin embargo, está consciente y mirando hacia el techo, frustrado y molesto.
~
–¿Cuánto tiempo planeas esperar aquí por ella? –Preguntó desde la oscuridad a la Selene encarcelada. Estaba sentado en una silla blanca jugando con el tablero de ajedrez y piezas que estaban encima de una mesa blanca. Parecía estar jugando ambos lados solo, aunque cuando movía a los negros, los blancos se movían solos.
–Mientras pueda. –Respondió con confianza tratando de no moverse de las cadenas que la mantenían apretada en la fila– Ellos vendrán. Sé que lo harán.
–Sabes que he visto cuánto han crecido desde entonces. –Dijo Ares al obtener cuatro de los peones blancos– A ellos nunca les importaste. Se olvidarán de ti.
–Eso nunca sucedería. –Dijo directamente haciendo sonar las cadenas.
–¿Por qué? ¿Por qué eres la damisela en apuros y se supone que un caballero, como él, debe rescatar a la princesa capturada? –Ares se río con el caballero atrapado que tenía en la mano– Me parece divertido que todavía creas en esos estúpidos cuentos de hadas.
–Pienso detenerte, Ares. A ti y a todos tus locos planes de hundir en la oscuridad este mundo. –Dijo moviéndose un poco, pero le resultaba difícil cuando las cadenas restringían tanto su movimiento– Has matado innumerables seres humanos y transformado innumerables almas a Akumas que podrían ser salvadas por los Apóstoles. Todo por nada.
–Corrección, querida. –Dijo Ares con una sonrisa maliciosa– Maté por ti. No eres nada. Si sobrevives, todo lo que tengo que hacer es esperar hasta que tu caballero venga a matarte.
–¿Por qué esperar? –Ella dijo furiosa– Mátame ahora y hazlo.
Ares sacudió su dedo índice frente a su cara –No habría nada divertido en eso, ¿no es así? Es divertido burlarse de tu caballero. De todos modos, todo lo que tiene en mente es rescatar a su querida princesa. Pero créeme, cuando llegue el momento con mucho gusto te mataré delante de sus ojos. De esa manera, todos se darán cuenta de lo que realmente eres.
–Tú... –Dijo la chica finalmente entendiendo lo que quería con ellos– ¿Pretendes repetir esa horrible tragedia que sucedió hace 7000 años?
–Y una vez que eso suceda, –Caminó hacia la mesa blanca con el tablero de ajedrez y las piezas estancadas en una posición de verificación. Colocando un dedo sobre la Reina, jugando con la balanza– la Orden no tendrá otra opción... –Finalmente dejó que la Reina cayera sobre su cabeza y se alejará– que deshacerse de ti.
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En uno de los salones del castillo, se encuentran los Noah reunidos viendo la conversación de los dos Dioses a través de un espejo que flota en el aire con símbolos ocultistas girando alrededor de él.
–¿Por qué puede moverse? –Sheril preguntó en voz alta con curiosidad.
–Ella no es un ser humano. –Dijo Wisely mirándola desde su lugar.
–¿Creen que esa chica, Renelle Serine Lemercier Renaldi, posea el Haato? –Se preguntó Eclair.
–Aún no estamos seguros con eso, pero si el clan Crosszeria esta involucrado en esto, podría ser una pista para encontrar y destruir finalmente al Haato. –Dijo el Conde con los ojos entrecerrados.
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Kanda está sentado en su cama observando entre sus manos el cordón deshilachado que le había regalado Renelle para luego ver su anillo de bodas descansando en su dedo anular. En medio de su meditación, siente un peso en su hombro izquierdo, gira para ver quién es y resulta que es Sodom escondido en el hueco de su cuello.
–Tú también la extrañas, ¿no es así? –Le dijo al demonio. Sodom asciende con tristeza– Dime algo, ¿yo te hice?
Sodom vuela de su hombro y se transforma a su forma falsa humana, sorprendiendo a Kanda por hacer eso.
–Máster me creo. Tú eres mi máster, Crosszeria-sama. –Le reveló Sodom con voz infantil.
–Ya veo. Pero mi nombre es Kanda ahora, Sodom.
–¡Eso ya lo sé, eso ya lo sé! Luna me dijo que en esta vida te llamas Kanda Yu, pero para mí tú siempre serás Crosszeria.
–¿Luna? –Preguntó desconcertado por ese nombre, al cerrar los ojos tiene un flashback sobre aquel momento.
Una mujer de largo cabello castaño rojizo esta parada debajo del cerezo. Las flores están en plena floración. Era una vista hermosa junto con las flores de loto en el estanque. Fuera de su visión periférica, vio a un hombre caminando hacia ella. Se giró para ver a un hombre de corto cabello negro, vestido con una chaqueta de Exorcista, caminando hacia el árbol donde ella estaba parada. Ella sonrío y giró su cuerpo para enfrentar a ese hombre.
El hombre hizo una reverencia al llegar hasta ella –Encantado de conocerte, soy Crosszeria ***. –Dijo el hombre.
–Usted debe ser el nuevo escolta de la Princesa Selene. –Dijo la mujer.
–Así es. Usted debe ser su sirvienta. Si podría guiarme a los aposentos de su Señora, se lo agradecería. –Dijo el hombre mientras se ponía de pie.
–En verdad no sabes quién soy, ¿verdad? –Le dijo divertida por la confusión.
–No, ¿quién es si no es del servicio de la diosa Selene?
–¡Luna! –Grito alguien a lo lejos, llamándola.
–Parece que tendremos que dejarlo para otro día. –Se despidió mientras hacía una reverencia para luego irse.
–Luna, ¿eh? Es un hermoso nombre para alguien que viste de blanco todo el tiempo.
En ese momento su flashback termina y abre los ojos. Sodom está inclinado a centímetros de su cara, viéndole confuso.
–No te acerques tanto así, o todos pensarán cosas raras. –Le dijo alejándolo de su cara.
De repente la puerta de su cuarto fue abierta de golpe, alza la mirada para ver quién entró así y se encontró cara a cara con Alma.
–Sabía que estarías aquí.
–Veo que despertaste. –Vuelve el rostro hacia un lado. Alma le sonríe un poco.
–Pues claro, solo fue mental nada físico. –Le dijo triste por lo sucedido, luego lo mira preocupado– ¡Renelle! ¡¿Qué pasó con Renelle?! –Preguntó alterado.
–...Se la llevo ese Noah. Fui descuido y por mi culpa se la llevaron. –Explica con cierta culpabilidad.
–No es tú culpa, Yu. Nadie sabía de ese nuevo Noah. –Dijo tratando de animarlo.
–Con lamentaciones no la traerás de vuelta. –Dijo Nea serio arrecostado en un rincón de la habitación.
–¿Cómo se supone que la rescataremos si no sabemos dónde están? –Le dijo molesto Yu.
–Ese Noah me dijo que nos esperaba en el Castillo Blavatski. –Recordo Alma sus palabras.
–Eso es una trampa. Solo a un idiota se le ocurre decir dónde están. –Dijo serio el 14ª.
–Lo sabemos. Trampa o no, nos están desafiando para que vayamos. –Dio su punto Yu.
–Es un largo camino hasta llegar al Castillo Blavatski, pero con el Arca será más rápido. –Dijo haciendo medio bien un plan.
–Entonces, ¿qué esperamos? –Se pone de pie empuñando a Mugen, enfundada en su cinturón– Cuando se recuperen, pueden seguirme si quieren, pero ya no será necesario.
–Cálmate, mocoso. Sé que estás desesperado por recuperar a tu esposa pero en ese estado dudo que pienses con claridad.
Kanda se quedó allí, mirándolo. Intentó romper el contacto visual con el adulto, pero no pudo.
–...Debo ir a recuperar a mi mujer. –Explica determinado; caminando hasta la puerta y abriéndola, sale y cierra la puerta.
–En verdad desea volver, ¿eh? –Pregunto Alma.
–Solo sigo las órdenes de la diosa Selene. –Dijo antes de desaparecer de la habitación dejando solo a Alma y Sodom, que había vuelto a su forma golem.
~
Alma se encuentra en el techo de la orden, de pie mirando el amanecer. Saori había llegado al mismo lugar y lo observa de espaldas mientras el sol se asoma por el horizonte.
–Imoto... –Recuerda a la joven riendo y sonriendo a su lado.
–Alma-san... –Lo interrumpe Saori, aproximándose a él, sin llegar a su lado.
–Saori... Me alegra que estés mejor. –Le dice afable y triste a la vez, sin poder escapar de su dolor.
–Sí también me alegra que estés consciente, pero necesitas descansar.
–Lo sé... pero necesitaba venir aquí. Shisho me trato más como su hermana que como su discípula. Ella me cuido, me enseño cosas que yo no sabía. Ella fue la primera en que creyó en mí.
–Sí... Renelle tiene ese instinto de hermana. Y más si tendrá un hijo de Yu. –Dice recordando el brillo que pone cuando habla con tanto amor y cariño de alguien, un poco celosa del tono de Karma hablando de Renelle.
–¿De verdad?
–No se lo digas, pero se acaban de casar antes de que fuera secuestrada. Por eso, no me sorprendería si un día de estos quedará embarazada del hijo de Yu. Pueda que se pongan torpes al principio, pero podrán sobrellevarlo con Nea y Yoona-san a su lado. Ella fue más allá de sus barreras y nos enseñó muchas cosas divertidas e interesantes que no fueran más de la sincronización... Nos enseñó tanto que no pudimos ver que detrás de esa sonrisa se encontraba una sonrisa rota. –Recuerda a ella tomándolos de la mano sonriente y corriendo hasta ahí, siendo golpeados por la brisa que movía sus cabellos mientras que el sol se ponía ante sus ojos, haciendo que Alma abriese la boca de admiración.
–Sin importar cuánto la admirara jamás pude comprender esa mirada distante que posee. –Le comento Saori, con el mismo viento moviendo su cabello ahora.
–...Elle es así. A veces es confusa, otras veces es misteriosa, pero eso sí, te hace aprender varios sentimientos que antes desconocía... entendí una dimensión del amor diferente a la que Edgar me enseñó, pero igual de importante...
–Alma-san...
–Pero yo... fui débil y permití que se la llevarán... no pude hacer nada mientras que ella sufría con esa carga pesada... Nunca hago nada más que traerle preocupaciones y sufrimiento... Yo... –Solloza inconscientemente, conmoviendo a Saori, que lo interrumpe con voz entrecortada.
–Eso... ¡Eso no es cierto, Alma-san! ¡Shisho es muy feliz a su lado! Ella es completamente felices si están juntos... tanto... –Baja su tono de voz– Tanto que... tanto que incluso estoy celosa...
–Saori... –La mira sorprendido.
–Si... quiero mucho a Renelle-san, a ti Alma-san, y también a Kanda-senpai... es por eso que tengo celos de vuestro lazo tan fuerte que tienen... Quisiera sentir eso que shisho siente por todos ustedes... quisiera despertar en alguien lo que shisho despierta en Kanda-senpai...
–Yo sé que algún día eso pasará, Saori...
–¡Yo lo sé! –Lo interrumpe de nuevo– Es por eso que iré a salvar a shisho... lo haré porque es la única manera de que mis celos sean justificados... aunque aún no entienda bien esta sensación...
–...Muchas gracias, Saori, pero no puedo permitir que te involucres, este es un asunto que me concierne solo a mí. –La disuade preocupado, pero ella lo interrumpe adelantándose hacia él.
–¡Entonces dile eso a Krory, Miranda-san, Lavi, Allen-san, Lee-san y Kanda-senpai! ¡Todos están dispuestos a ayudarte a salvarla! ¡¿Y quieres que yo no me involucre?! –Esboza un par de lágrimas, dejando callado a Alma– Solo te pido... que me dejes ir contigo... Ella es como una madre y hermana para mí que quiero recuperar... La cual quiero que sea feliz.
–Saori... –Torna su seriedad en su usual sonrisa de aceptación– Vamos juntos.
–Lo haré... –Responde abrazándolo intempestivamente– Te ayudaré a traer a Renelle de vuelta... Lo juro.
–Gracias... Saori. –Corresponde su abrazo sin entender el verdadero motivo de su comportamiento.
~
Selene tiene grilletes en las muñecas y los tobillos que la tienen encadenada y sostenida desde las esquinas del techo, suspendiéndola y dejándola de pie en medio de una celda. Tiene el cabello suelto y echo un asco sin decir manchado con sangre, rastros de sangre en su boca, su ropa toda rasgada y su piel llena de algunas cortadas, una muy seria en el abdomen, el resto eran claras marcas de latigazos y otras de cuchillazos. Su mirada luce vacía y su cuerpo débil por el maltrato. Frente a ella se abre la puerta del salón, por la cual entra Ares, que entra y cierra, mirándola por sobre el hombro al topar la madera nuevamente contra la roca.
–Me sorprende que sigues viva, Alice. –Ares le sonríe a Selene, a quien estaba pisando con el talón justo en el pecho, haciendo marcas y luego sangrando y apoyándose contra la pared del espejo. Una burlona maldad se deslizó hasta sus labios cuando él pisó más fuerte sobre ella. Ella no se quejaría ni lloraría de dolor. Ella no le daría esa satisfacción– Estoy muy impresionado con la forma en que la crisis funciona en nosotros. En cada uno de nosotros tiene una forma única de mostrar su poder. Conmigo, aumentó mis habilidades mentales dándome telequinesis y mis habilidades de transformación. Para ti, te dio el poder de purificar almas de la crisis a través de tu sangre. Pero nada se compara con lo que la crisis le dio.
–Mal... dito... –Articula débilmente– Creí que tu objetivo era matarme para que así nadie se opondría a tu reino de oscuridad. –Dijo, reuniendo un poco de fuerza.
–Sí, pero antes debo matar a ese hombre que siempre ha interferido en mis planes desde la Era de los Comienzos. –La suelta de golpe, lastimándole el abdomen, pero no se queja– Y solo así podré arrancar tu Corazón.
–¡Sairi! –Selene recupera el brillo en sus ojos al escuchar su nombre.
Y en momento desesperante, Sairi se activa por sí misma e intenta darle un ataque desesperado, las cuales reaccionan con el antimateria, electrocutando a su dueña, pero esta le da una mirada que esta bien, resistiendo el dolor.
Un diluvio de mariposas fueron hacia él este las quema, haciendo que se caigan e se deshacian al suelo frías, y no calientes como una vela e pierden su característico rosa brillante y vivo a uno opaco y con negro en las esquinas.
–¡Nyx! –Grito de horror y en un intento de desesperación fue hacia él pero Ares la tomo del cuello, rebotándola con la presión y mandándola a estrellarse en impulso contrario contra la pared, donde se vio obligada a apagar sus mariposas para detener las chispas rojas.
–Deberíamos romperle las piernas. –Propone Eclair, guardando su sable.
–Quítense. –Ordena Ares a los guardias, todos retroceden al instante, dejando a Selene sobre el piso, tratando de ponerse de pie– Deja de hacerlo tan difícil. Entregame la llave de esa puerta y tal vez... y solo tal vez te deje vivir para ser testigo de mi nuevo mundo. –Luego de decirlo, le propina una patada en el estómago que la levanta un poco y la hace caer tendida sobre el piso de nuevo, vomitando un poco de sangre que cubre la que ya manchaba su barbilla.
–¿Ares-sama? –Pregunta su sirviente.
–Dijo que la dejemos vivir para que nos entregue ese colgante. –Agrega con complicidad. Sonríe y le da otra patada en la pierna izquierda.
–¡Aghh! –Se queja Selene, tratando de activar otra vez su Inocencia, pero no le da tiempo al recibir una patada en la cabeza por Eclair, que la deja desorientada.
–¿¡Qué esperan ustedes!? ¡Golpéenla hasta el cansancio! ¡Ahora! –Les ordena a los guardias, quienes por un momento solo se quedan mirándose los unos a los otros, pero son sorprendidos por el fuego de sus manos y la espada de su compañera.
–Ahora. –Acota la segunda. Selene, que nuevamente intentaba ponerse de pie, es atacada violentamente por las patadas y puñetazos de todos los soldados, como si estuviese en medio de una turba.
–¡Ahh! ¡aghh! ¡Ahhh! –Profiere mientras siente como si una manada de caballos le pasara encima– Yu... Yu... ¡Yu! –Lo llama desesperada.
~
En la orden, Kanda se detiene en seco un momento al escuchar su voz.
–Nieves... –Se asoma por una ventana hacia el exterior, pensando en ella.
~
Al cabo de un rato, el ataque ha terminado y Renelle está tirada en el piso, con la ropa destrozada y la piel llena de moretones y raspones, llorando casi inconsciente.
–Y... Yu... –Profiere casi inconsciente.
–¡Yu otra vez! –Se queja Eclair, furiosa– ¡Siempre es Yu, Yu, Yu! ¡¿Qué no sabes decir otra cosa?! –La sujeta de lo que queda de su chaqueta de exorcista y la levanta frente a ella– ¡Tu querisimo Yu no vendrá a salvarte! ¡¿Entendiste?! –La reta, pero se topa con que sus ojos la miran con una mezcla de tristeza y desafío– Maldita... ¡Debería matarte, pero si lo hago Ares-sama me matará a mí antes de querer siquiera tocarte un solo caballero! –Grita formando una bola de fuego con su mano y disponiéndose a quemarla, pero es detenida por Road, que le para la mano con su venda blanca.
–Ares-sama la quiere viva para que vea su mundo sufrir, Eclair.
–Lo sé... –La tira al suelo de nuevo, dándole la espalda y alejándose, seguida por Eclair. Road se aproxima y la mira con cierta lástima.
–Puede que Kanda Yu si venga, pero de seguro no lo hará a tiempo... Además, para ese momento ya no querrás que venga. –Le advierte en el mismo tono. Selene la mira débil antes de desvanecerse nuevamente– Ahora eres la princesa que debe ser rescatada, pero pronto ya no lo serás...
~
Stella está frente a Nea y Luka en la división científica. El 14ª está frente a la joven de cabello rubio, portando un collar de lapislázuli entre sus manos, mirándola serio. Ella lo observa de la misma manera.
–Stella, te prometí que te ayudaría a evolucionar tu Inocencia, pero por ahora no podré hacerlo. –Se disculpa acercándose hacia ella.
–Pero, Nea-sama... ¿por qué dice algo así? ¿Sucede algo? –Pregunta extrañada.
–Stella, te mandé llamar para entregarte esto. –Le pone el accesorio alrededor del cuello, abrochándoselo por detrás. Stella se levanta el cabello para acomodárselo debajo, dejando caer la piedra sobre su pecho, la cual resplandece con un brillo azulado.
–Esto es...
–Esta sustancia posee la característica de que emite vibraciones muy similares a las de la Inocencia en estado sólido, y según nuestros experimentos, los niveles de actividad de la Inocencia aumentan exponencialmente al estar expuesta a ella. –Le explica serio, ella lo escucha sorprendida.
–Es increíble... Pero... ¿quiere decir que portar este collar me hará más poderosa?
–Ojalá fuera tan simple. –Responde Luka– El collar hará que las partículas de energía de tu Inocencia se muevan más rápidamente y vibren aceleradas, pero eso hará que la carga de la inocencia sea más pesada para ti.
–¡¿Eh?! ¿¡Quiere decir que esto me hará más débil!? –Se queja extrañada.
–No te precipites, Stella. Dije que no te ayudaría de frente, pero eso no quiere decir que no lo haga. De hecho, este es el método más efectivo para hacerte evolucionar rápidamente.
–Aún no comprendo... –Se le dibujan seis puntos en una burbuja de pensamiento.
–Será como esos peleadores de la televisión que se ponen conchas de tortuga de cien kilos en la espalda para entrenar. –Explica el joven Crosszeria– Si logras dominar la presión que la Inocencia ejercerá sobre tu cuerpo al activarla, tu poder y tu nivel de sincronización de seguro aumentarán a un nivel mayor.
–¿¡Eso quiere decir que podré ser como Luna, Luka y Sami-chan!? –Pregunta emocionada.
–Eso depende de ti. Tu Inocencia va a forzar su nivel, pero solo si eres capaz de controlarla por completo, podrás desarrollar su forma verdadera, y se que la tuya es especial... puede que tanto como la de mis hijas y Luka-kun. –Augura el 14ª.
–Muchas gracias, Nea-sama, pero... ¿a qué te refieres con que no podrás ayudarme de frente?
–Se refiere a que no podremos ayudarte a salvar a onee-chan. –Los interrumpe Samantha, abriendo la puerta de golpe. Stella dirige su mirada hacia ella, sorprendida.
–Sami-chan...
–¿¡No es así, tou-chan!? –Ataca agresiva, caminando rápido hacia él y tomándolo por la camisa.
–¡Sami-chan! –Trata de intervenir, Stella, pero Luka la detiene por el brazo. Ella vuelve a mirarlo y él responde asintiendo con la cabeza. Los ojos de Stella tiemblan por un segundo, estando confundida, pero luego asiente. Uno de los Akumas está flotando en la esquina de la habitación monitoreando todo.
–No puedo permitirlo, Sami. Ares y los Noah no saben de tu existencia y tu forma crisis sigue siendo inestable. –Le dice pesimista.
–¡Y yo no puedo permitir que onee-chan esté perdida! ¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Se trata de tu hija mayor!
–¡Es por eso que dejaré que Stella y yo vayamos! ¡No la pienso abandonar! ¡No dos veces! –Soltó serio y con ojos determinados. Samantha, Luka y Stella se quedan sorprendidos de sus palabras de remordimiento reprimido de hace años atrás.
–Papá...
–Stella, prepárate. En una hora saldremos. Ustedes dos esperen hasta nuevas órdenes. –Sentencio antes de irse mientras Stella se iba para estar lista e irse con Nea.
–Os lo encargo, Stella-neesama, tou-chan... –Musita la pelirosa.
~
Selene está aún encerrada en el castillo Blavatski mientras los Noah se preparan a relatar los hechos del Campbell mayor.
–Parece ser que después de todo tendremos que intervenir... –Se escucha la voz de Road, solo se ven sus pies, con Lero junto a ella.
–Nunca pensé que por fin me llamarían a jugar. –Se oye la voz de alguien más, una chica de tono agudo.
–Lo mejor será un acercamiento discreto, supongo. Vamos entonces, Road, Eclair. –Les dice Tykki, acomodándose el sombrero y caminando por un sendero.
–¡Vamos ya, Tyki!
–Sí, vamos pues. –Responde el Noé, complaciente.
~
Una luz intensa alumbra la habitación de piedra; en ella, la joven Diosa está colgada de las muñecas, atada como si estuviese siendo secada bajo la fuerte fuente de calor que está sobre ella. Sus pupilas cansadas parecen haberse borrado de sus ojos mientras su cabello cubre parcialmente su rostro, al tiempo que todas sus heridas y raspones arden al ser quemados por la luz; la sangre que ha corrido por ellas cubre casi todo su cuerpo y se ha corrido a su alrededor, ya seca por el tiempo que ha pasado.
–¡Ahora, ahora, el momento ha llegado! –La voz del Conde de repente se elevó y resonó fuertemente por la habitación, su jovialidad se disparó– ¡Llevemos a cabo el juicio a la Diosa Selene! ¡La mañana de la condenación ha llegado~! ¡Cock-a-doodle-doo~!
–¡Matte, matte, Sennen-kou! –La voz de Sheril se río entre dientes– Todavía no están todos los invitados aquí. Pasamos por muchos problemas para decidirnos usar a esa niña como carnada.
Cuando un sonido fuerte y extraño resonó detrás de ellos, un vórtice negro se abría debajo del ataúd en el que estaba sentado Sheril y el Conde.
–¿Eh? –Sheril miró hacia abajo, parpadeando.
–¡Oh ~! –El Conde con forma de pollo cloqueó a través de su pico, sus alas emplumadas se agitaron.
Cuando la luz comenzó a salir del Arca, el suelo temblaba, los ojos de Sheril se abrieron y levantó las manos, chillando –¡¿Viene debajo de mí?!
De repente, una gran fuerza hacia afuera vino desde el interior del Arca, y Sheril y el Conde fueron derribados, el ataúd se volcó y aterrizó encima de Sheril y al Conde le quitaron el sombrero mientras Tyki repentinamente saltaba hacia atrás a través del Arca, con Nea y Stella muy cerca detrás.
–¡Devuélveme a Elle! –Gritó vistiendo su traje de Noah. Viste un chal largo blanca con un rombo en el pecho, un pantalón negro y botas blancas hasta las rodillas de tacón pequeño. Su piel se torna gris, el color de sus ojos cambia a dorado y aparece la corona de siete estigmas en su frente.
–¡Aquí vino... mi otra piedra en el zapato! –El Conde se paró detrás de Nea, los cuernos eran obvios en su cabeza ahora que ya no tenía sombrero– ¡Allen Campbell!
El momento oscuro del Conde, sin embargo, se arruinó cuando Nea y Tyki regresaron de los saltos que habían estado dando al cruzar la Puerta, ambos gritando –¡A un lado! –pero el Conde, que no se apartó a tiempo, fue derribado y aterrizó por ambos.
Tyki suspiró y puso una mano en su cadera, mirando fijamente al Conde.
–Te dije que te hagas a un lado, Sennen-kou. –Habló casualmente.
–¿Qué? ¿Mana? –Nea preguntó mirando hacia abajo. Efectivamente, el Conde yacía en el suelo bajo sus pies.
–Bienvenido, Allen Campbell. –Tyki se río entre dientes, mirando a su alrededor mientras se pasaba una mano por el cabello.
–Qué... –Nea continuó mirando a su alrededor, observando a todos en la habitación con una expresión de sorpresa– ¡¿Qué está pasando?! –Luego miró a lo largo de la pared del fondo del piso superior, con el rostro decaído– ¡Elle! –Le grito pero no hubo respuesta.
–Es inútil. Su mente no esta en este lugar ahora. –Le dijo burlón Wisely.
–Tú... –Le vio sombrío antes de girarse a Stella– Stella la dejo a tu cargo.
–De acuerdo. –Sonríe extendiendo sus alas y volando por el exterior del castillo, ante unos sorprendidos Noah.
–No os debería sorprender por ella. –Les dijo sereno y calmado– De quién debería preocuparse... ¡es de mí! –Se arroja hacia ellos con 13's Jason en manos. Su arma chocó con el brazo de Noah del Placer.
Cuando hubo un estrépito y un ruido sordo cuando Sheril arrojo a un Tokusa sin brazos fuera del ataúd en el que estaba sentado.
Sheril lanza una serie de hilos invisibles que se mueven rápidamente hacia ella; sin embargo, el ojo de Stella parece descifrar el movimiento y en menos de un segundo logra repeler cada uno de los ataques.
Estaba a punto de invocar una de sus armas pero le fue incapaz de mover sus extremidades. Sheril se río entre dientes, moviendo sus dedos de una manera extraña. En un movimiento agarró a Kanda por una de sus manos y lo disparó en el aire para hacerlo llegar hasta Renelle.
El Noah del Deseo sonrío con malicia y levantó un dedo, doblando sus alas y la manda a estrellarse contra una pared, cubriéndola de escombros.
–¡Ningentou! ¡Sanshiki! –Kanda activa su Inocencia nivel tres para cortar las cuerdas y liberar a Selene, pero en ese momento Eclair se interpone en su camino y de una patada de sus botas negras logra detenerlo, dándole un golpe en la barbilla que lo eleva en el aire, rematándolo con otra patada en el estómago que lo estrella y lo hace rodar en el piso.
–Imposible... –Piensa tratando de ponerse de pie luego de recibir el impacto.
–¡Stella, Yu-kun! –Grito Nea mientras seguía luchando contra Tyki, empatados en poder y velocidad, lo que empujaba por su fuerza– Malditos Desires, Eclair... –Siseo furioso.
Nea deja de poner presión y logra hacerlo retroceder, lo que le da oportunidad para gravitar y volar hacia atrás, lo que sorprende a Tyki.
Tyki miró a Nea y sonrío mientras lo hacía –Tío... Vinimos a buscarte.
Nea miró fijamente a Tyki, frunciendo el ceño –¿Eh? ¿Buscarme? Soy su enemigo.
El Conde tomó uno de los brazos de Nea y lo dobló detrás de su espalda, agarrando la parte posterior de la cabeza de Nea y empujándolo hacia el suelo.
–¡Allen Campbell! Fui completamente engañado por ti, payaso. No eres el músico que el Decimocuarto dejó. Eres el Decimocuarto, Nea D. Campbell, ¿no? Ahora que lo sé, no te dejaré volver con esa mujer. –El Conde le sonrío a Nea mientras rodaba sobre su espalda, reajustando su agarre para sujetar la garganta del adulto.
–Dime algo qué no sepas, gordinflón. –Le dijo burlón, tratando de levantarse para liberarse.
Cuando miró a Kanda en busca de ayuda, él todavía está tirado en el piso del salón principal del palacio Blavatski tratando de reincorporarse luego de recibir una patada en el estómago por parte de Eclair.
–¿Entonces, que va a pasar? –Dijo Tyki mientras se paraba detrás del Conde y sonreía ante la expresión de sorpresa en el rostro de Nea.
–Sabes que yo, el Conde Milenario soy el creador de Akuma. Los Akumas son mis extremidades y ojos. Tu insípida Diosa me habló a través de ese Akuma esa vez, ¿no? –El Conde se río entre dientes.
–¿Ese momento? –Nea dijo con voz áspera a través del agarre del Conde en su garganta.
–¡Me sorprendió! –El Conde se río entre dientes, como si el hecho de que el tono de Nea indicara que no sabía de qué estaba hablando no importará.
El cabello de Nea se rizó ligeramente e inclinó la cabeza hacia un lado, sonriendo tímidamente y ronroneando –¿"El creador"? No me hagas reír, idiota.
El Conde y Tyki detrás de él se sobresaltaron en estado de shock, y Wisely también temblo mientras el Exorcista peliazul apoya su espada en el piso, y apoyando su mano en su rodilla, logra ponerse de pie y ver de nuevo a la rubia y preguntarse por qué está aquí y qué tiene que ver en esto.
–Ese poder te lo dio tu mequetefre Dios. Tu lentitud es peor que la de Ares al no reconocerme esa noche cuando mataste al padre de Yu-kun y Luka-kun. Pero si hay algo que quiero que sepas que... –Nea continuó cuando el agarre del Conde cedió, la mano enguantada de Nea se estiró para cubrir el costado de la cara del Conde– he regresado.
–¡¿Decimocuarto?! –El Conde era el que gritaba ahora.
–Pensé que vendrías por mí, hermano. –Nea ronroneó– Esta vez te mataré.
Un shock recorrió la habitación.
El cuerpo de Nea se inclinó rápidamente, una sonrisa enloquecida separando sus labios mientras su flequillo rozaba la frente del Conde –¡Te mataré a ti y a tu patético Dios para liberar a mi Diosa de esta maldita maldición que la ata a la guerra, ya que convertirme en el Conde Milenario ya no me interesa en absoluto!
El Conde se alejó ligeramente de Nea –Así que ese es tu deseo, Decimocuarto.
–Como no tienes idea, maldito mocoso. –Le grito para luego golpear su frente contra la del Conde, apretando los dientes– Oigan, ustedes dos, ¿cuándo piensan moverse? –Les hablo a Yu y Stella– Moved el culo y haced algo para liberad a la idiota mota blanca que tenemos de princesa.
–¿Oh? Road, ese chico es interesante. –Reflexionó Wisely– ¡¿Qué?! –Se quedó boquiabierto cuando Kanda arrebató a Road de su hombro– ¡Sennen-kou! –Advirtió, viendo al espadachín apresurarse a atacar al distraído Conde, pero Tyki intercedió y bloqueó a Mugen.
–¡Ah! –Exclamó Sheril– ¡Mi Road! ¡¿Por qué permitiste que se lo llevara tan fácil, Wisely?!
–No soy un peleador. –Fue la respuesta antipática de Wisely cuando Nea se volvió hacia Sheril y lo pateó, enviándolo a volar mientras lanzaba un ataque que odiaba de la 13's Jason.
–Inocencia. Desbloqueo Nivel 3. –Desde donde estaba parado, se empezó a formar un círculo de fuego. Esta vez el ataque sería completamente diferente– ¡Marea de sangre! ¡Tsunami!
El círculo de fuego traspasó el suelo a sus pies; fue descendiendo nivel tras nivel hasta llegar a la planta más baja del castillo, al llegar a ese punto, como una explosión rodeó cada rincón del lugar como una ola, traspasando a cada Akuma y yendo más allá de las paredes, e cortando las cuerdas de Selene, liberandola de sus ataduras e siendo rescatada por Allen en ese momento que apareció para atraparla. Sus manos estaban frente a sí y las empezó a elevar lentamente; al hacerlo, la ola de fuego envolvió de manera ascendente todo el castillo. Haciendo que la torre temblara con las explosiones de los Akumas. Cuando sus manos se detuvieron sobre su cabeza, fue cuando el ataque terminó mientras alzaba a Stella entre sus brazos, corriendo de regreso hacia Kanda.
Los ojos de Nea se abrieron y saltó levemente cuando Kanda de repente reapareció justo en frente de él y Allen con una Selene en sus brazos, agachado con una mano en el suelo y la otra sosteniendo a Mugen a un lado mientras él se deslizaba ligeramente hacia atrás, deteniéndose apenas antes de que sus pies golpearan los de ellos.
–¿Estás bien? Mocoso. –Le dijo burlón.
Kanda se puso de pie, con la muñeco Road todavía sujeto en su boca y su voz apagada cuando le insulto –Maldito Shinigami.
Allen se retorció levemente, mirándolo furiosamente –No es momento para eso. ¡Renelle-nee sigue estando inconsciente y no despierta aún!
–Debe estar siguiendo estando en sus manos. –Dijo en el momento que Nea la bajo, pero la ayudo a ponerse de pie– Aunque recuperemos su cuerpo, su mente sigue estando en sus manos.
–¿Y no hay manera de liberarla? –Les pregunto a alguno de ellos.
–No tengo el poder para entrar a sus sueños y despertarla. Esta es una pelea consigo misma. Hasta que despierte, Ellie seguirá luchando en sus sueños. –Explico Nea afligido por no poder hacer nada por su hija.
–¡Podrías despertarla con el estúpido vínculo que te ata a ella, tonto Shinigami! –Kanda respondió encogiéndose de hombros.
–¡Las cosas no funcionan así, Yu-kun! –Le grito indignado por su falta de conocimientos mágicos, aunque no lo culpaba por eso.
–Entonces busca algo con qué despertarla y rápido. –Le ordenó, levantando la mano y quitando el lazo del cuello de Road mientras ignoraba sus gritos indignados.
–¡Ah! ¡¿Qué haces, pervertido?!
Mientras se volvía hacia Selene, Kanda le espetó a Road –¡Cállate! ¡Mi cinta del cabello fue destruida, así que tomaré tu lazo!
–¿Es enserió, Yu-kun? ¿Sabes siquiera cuánto se esforzó Ellie en hacer ese cordón? –Le grito, acusándolo con el dedo.
–Cállate, ya lo sé. –Le espeto molesto.
–Ellie te matará cuando se enteré que rompiste el cordón. –Le dijo de forma burlona.
–Cállate, maldito Shinigami.
–¿La capturaste para robárselo? –Allen se quedó boquiabierto con incredulidad, Kanda recoge su cabello hacia atrás e usó el lazo como un lazo improvisado para el cabello.
–En todo caso, retirémonos por ahora y reorganicémonos. –Stella murmuró desde el lado de Nea.
Kanda gruñó y asintió, luego terminó de recogerse el cabello.
Sheril usó su habilidad para manipular docenas de tubos y tuberías gruesos y húmedos de repente salieron disparados alrededor de ellos y llenaron la salida en arco a la que se dirigían.
–¡Maldición! ¡Bloquearon la salida! –Maldijo Allen.
–Desires. –Gruño Nea.
–Estúpidas formas de vida inferior... –La voz de Sheril ronroneó mientras miraban hacia atrás, sus brazos extendidos y sombras oscuras cruzando su rostro mientras sus labios se separaban en una sonrisa oscura– ¿Realmente entienden la situación? Especialmente tú, Decimocuarto.
–Te dije que nunca dejaría que regresarás con esa mujer de nuevo, ¿no? –Recordó el Conde Milenario– Nea D. Campbell, haré que rompas ese contrato de sangre.
–¿Ah, sí? ¡Pues te deseo suerte! –Nea espetó.
–¡Hoy, tenemos una fiesta para celebrar tu último día trabajando con esa mujer! –El Conde anunció jovialmente, abriendo los brazo.
En medio de la pila de tuberías que Sheril había hecho sobre las que estaban sentados los Noah, tomo nuevamente a Selene, dos tubos envueltos alrededor de sus brazos manteniéndola suspendida en el aire.
–¡Ellie!
–¡Renelle-nee! –Gritaron Nea y Allen, con clara preocupación en su voz.
–¡Luna! –Grito Stella entre jadeos reprimidos y doloridos.
–Otra vez ese nombre... ¿Qué hay con ese nombre? –Dijo Kanda manteniendo su expresión plana mientras llevaba su espada al cuello.
Obviamente no fue la reacción que aquellos en la sala que sabían lo que estaba pasando esperaban; el Conde, Sheril y Wisely se quedaron boquiabiertos, y detrás del monolito de tubos, el personal de la Orden Negra miraba a Kanda con incredulidad.
–Discúlpame, ¿qué acabas de decir? –Preguntó el Conde lentamente, en tono plano.
–Solo vine por lo que es mío. –Kanda respondió con voz apagada, asintiendo con la cabeza hacia Renelle.
–Nii-san... –Stella le murmuró.
Kanda simplemente la miró fijamente desde debajo de su flequillo, con expresión firme.
–¡¿Qué estás diciendo?! Cielos... –La muñeca de Road, que aparentemente había estado agarrando la capa de Kanda todo el tiempo, gimió mientras se arrastraba sobre su hombro– ¡Es Luna! ¡La princesa que una vez estuvo a tu cuidado!
La mano de Kanda arremetió y agarró a Road, sosteniéndola con el brazo extendido por su cara.
–No sé de quién hablas. –Kanda dijo simple y llanamente, con un tono oscuro en su voz pero sin ninguna inflexión de advertencia. Estaba enojado, pero no había necesidad de advertirles que estuvieran de acuerdo con él; creía que ese recuerdo estaba muerto. Fue así de simple. Cualquiera que dijera lo contrario sólo intentaba cabrearlo.
–Pero reencarno. –Road insistió tras una pausa embarazosa– Ella estuvo a tu lado todo estos años, incluso los subordinados del difunto rey Sage.
–¿Quieres ser aplastado? –Kanda preguntó fríamente incluso mientras Road continuaba, su agarre en la muñeca se hizo cada vez más fuerte.
–Lo sé todo. La muerte de su majestad, la maldición del clan Serine con el tuyo para proteger a la reencarnación de Selene, escondiéndola durante dieciocho años... –Continuó Road, sus palabras hicieron temblar a Kanda– usando la cruzada en contra de Noah como excusa, para mantenerla oculta del verdadero demonio que va tras ella. ¡Al final, ella se revelo ante su padre, Zeus, y ahora se convirtió en un arma viviente devorada por la Orden! –Luego hizo una pausa antes de preguntar– ¿Qué sucede? ¿No sabías el secreto que guardaba celosamente de la persona que te uniste en matrimonio?
Kanda aplastó el muñeco de la cabeza de Road en su mano.
–Es posible que tenga algo que ver con esa persona. ¿La princesa que mataste fue la razón de abandonarla? –La voz de Road continuó saliendo del muñeco ahora sin cabeza.
Los ojos de Stella se abrieron y miró a Kanda en shock mientras él sacaba a Mugen y se arrodillaba al lado de Road, sosteniendo la punta de su espada sobre su cuerpo incluso cuando su cabeza comenzaba a crecer nuevamente.
–Cálmate, Kanda. –Allen se arrodilló junto a Road y Kanda, agarrando la espada de Mugen con su mano izquierda desnuda para evitar que Kanda la apuñalara– Sabes que un ataque así no funciona en Road. No respondas a su provocación. ¡Están planeando hacer algo contigo! –Allen le lanzó a Nea una mirada desesperada y continuó– ¡Tenemos que salvar a Renelle-nee!
En respuesta a la silenciosa petición de ayuda de Allen, Stella cautelosamente dio un paso adelante y se arrodilló al lado y un poco detrás de Kanda, extendiendo la mano y poniendo sus manos en su espalda.
–Kanda...
Eso no obtuvo una respuesta, la espada de Mugen todavía temblaba mientras Kanda intentaba apuñalar a Road y sus ojos aún se entrecerraban hacia ella oscuramente mientras su cabeza continuaba reformándose.
–...Yu-niisan.
Como siempre, cuando un nombre no funcionaba, el otro sí; Kanda se retorció, mirándola.
~
Renelle luchó y trató de abrirse camino, tratando de distinguir los límites nuevamente para poder obligar a su cuerpo a recuperar la conciencia una vez más.
Intentó no pensar en lo que había dicho el Conde.
Intentó no pensar en el dolor que podía sentir invadiendo ella por la parte de Kanda en su conexión.
Trató de no dejar que sus recuerdos la arrastraran a viajar en el asiento del pasajero nuevamente, a pesar de que era muy difícil mantenerse separada cuando todos los recuerdos la hacían sentir emociones tan genuinas y poderosas.
Intentó recordar que no quería descubrir el pasado de Kanda de esta manera, que quería que él le dijera cuándo y si alguna vez estaría listo.
Intentó recordar la sensación del Sairi.
...Ella trató de recordar la sensación del... anillo de Kanda... en su dedo anular izquierdo.
Pero ella también se preocupaba por Alma y los otros, y aunque no era el mismo tipo de cariño, todos estaban a salvo, de vuelta en la Rama Europea, y Yu estaba justo frente a ella.
...Ella estaba con él.
Pero por eso tenía que despertar.
Sin embargo, escapar de Wisely... no era como escapar de Road.
Camino recorrido en sueños. Renelle era buena con los sueños.
Sabiamente tratado en los recuerdos. Renelle siempre había soñado sus recuerdos, tratando de evitar que su mente consciente pudiera recordarlos.
Sairi... había hecho todo lo posible... durante tanto tiempo... para impedirle recordar.
Ella se dejaba influenciar fácilmente por aquellos que alteraban los recuerdos; se había condicionado a permitir tales cosas para que Sairi pudiera funcionar de manera más efectiva.
Y con Wisely trabajando para mantenerla bajo la superficie... y los recuerdos de Kanda aferrándose a ella, tirando, suplicando...
...Espera...
–Estás huyendo. –Grito la mujer de sus recuerdos.
Algo... aparte de Wisely... estaba tirando de ella...
Sus recuerdos del pasado.
Su mente la llevó a un lugar cubierto de escombros producidos por actividades previas de batalla. Los edificios estaban en ruinas, la madera destrozada cubría el suelo y la suciedad se apelmazaba por los muchos pasos de hombres y monstruos que luchaban. El suelo, cubierto de escombros y sangre, parecía frío y sin vida bajo la inquietante oscuridad del cielo. Los rayos del sol que brillaban a través de las nubes negras no aportaron ningún calor a la tierra.
Incluso si fueran recuerdos... Renelle todavía existía más allá de ellos.
Ella todavía estaba allí...
¿Era posible...? ¿Podría ser...?
...Después de pensarlo, Renelle volvió a intentar concentrarse en Sairi.
Y, vagamente, podía sentir algo... ardiendo... un poco a lo lejos...
Justo sobre... donde su espalda...
Hay un resplandor que la rodea, una palidez como de llama pentecostal. Y el mundo a su alrededor se hizo añicos como cristal.
~
En la realida, Nea, Kanda, Stella, los Noah y Allen miraron sorprendidos cuando Renelle, envuelta en el tubo que una vez había irrigado el área del castillo era envuelto en llamas, pero no era sofocante, sino que se sentía como una manta cálida, llevándolos a una sensación de seguridad.
Un resplandor amarillo envolvió su cuerpo y sus ojos comenzaron a brillar mientras gritaba de frustración.
Todo a su alrededor comenzó a romperse. El suelo debajo de ellos colapsó repentinamente, más tubos agrupados volaron con fuerza.
El cabello largo se envolvió alrededor de ella como serpientes salvajes, azotó el aire mientras el viento violento lo sacudía. Un fuerte tornado de fuego gira a su alrededor, sin lastimarla o quedármela mientras se disolvia para ver a Renelle llevar una blusa corta de color rojo violeta con forro de encaje rosa claro debajo lleva una blusa de manga larga transparente negra con hombreras blancas de pelaje, pantalones cortos acampanados de color rojo violeta con capas dobles con una abertura en el costado que comienza en el ombligo. La primera capa es de color plata y la segunda es negra con cintas que va unida desde la cintura hasta el pendiente unido a su gargantilla, y lleva los adornos de Mariposas en su lado derecho. Unas botas hasta el muslo a juego. Ella luce más rojo violeta en su gargantilla y liguero, ubicado en su muslo izquierdo. En vez de las pulseras lleva un par de guantes pequeños a juego. Obtiene grandes orejas de lupino de color marrón grisáceo y una cola. En su espalda lleva sus enormes alas negras con rosado.
Algo así
Cuando sintió que algo en su frente se desmoronaba, se estremeció y levantó la mano, parpadeando hacia su palma cuando pequeños trozos de... algo... cayendo sobre ella.
...¿El sello 'ojo' de Wisely?
Un grito repentino y agonizante proveniente de un costado llamó su atención, miró y parpadeó cuando vio a Wisely acostado de espaldas y agitándose, agarrándose la frente mientras lloraba.
–¿Qué es esto? –El Conde vio los amuletos de papel destrozados en el suelo.
–¿Por qué se han activado recién ahora? –Se preguntó Stella– No puede ser... Luna...
–¿De verdad crees que no implementaré contramedidas, Ares? –Preguntó Selene.
–¡¿Qué?! –Quiso saber Allen.
–No se preocupen, amigos. Hay dos propósitos para Talisman Cage. –Selene continuó– Uno, purificar completamente la Materia Oscura.
El sello en el cuello de los cinco Terceros, comenzó a brillar intensamente en respuesta a los talismanes.
–Y segundo, –Selene se detuvo ante los Noah reunidos, alzó su mano sobre su cabeza, emitiendo una luz cegadora mientras obligaba a los Noah a arrodillarse– ¡Sello de la Natividad! –Sólidas columnas de luz envolvieron a los Noah atrapados– ¡Gran Carro! –Luego, rayos de luz cayeron desde el cielo, directamente a través de los abdomen de los Noah y dejando atrás una herida en forma de cruz.
–¡Miserable! –Escupió Wisely, sintiendo que la mayor parte de sus poderes estaban fuera de su alcance– ¿Qué hiciste?
–Esto... –Siseó el Conde, él también fue sometido al sello– Parece que calculé mal; no esperaba menos de la Diosa de la Guerra.
–Sellaste más del setenta por ciento de nuestro poder, Renelle. –Road reprendió– Eres una diosa despiadada.
–Nada que tu dios no haya hecho después de mi primer renacimiento. –Selene respondió– Sabía que no podía ganarme después de la primera vez que peleamos; por eso selló mi poder después de mi segundo y posteriores renacimientos.
–Pero puede que sea demasiado tarde. –Road advirtió.
Una espesa niebla había envuelto toda la sala y, antes de que quien había causado que Selene pudiera hacer algo, con una fuerza invisible y un Crack la habitación quedo completamente congelada.
Al principio pensaron que había sido obra de Selene, pero más equivocados no podían estar; ya que, cuando la persona habló, se sobresaltaron de la sorpresa y el miedo por el tono que usó; el cual tenía cierto aire de tristeza y enojo, no por eso era menos imponente.
–Así que quieres pelear...
Con un sobresalto, Selene volteo a ver a su espalda, gesto que imitaron los demás. Se sorprendieron al ver a una persona cubierta con una capa blanca.
–¿Acaso crees que tienen oportunidad contra mí? ¡Selene, con el poder que tengo, destruiré tu Inocencia Corazón con el poder que tengo en mi cuerpo! –Exclamó Ares, removiendo con el viento la capucha que cubría su cabeza.
Luego de eso, todo el salón del castillo Blavatski desapareció.
.
El salón con todo eso estaba encima de la Orden Negra.
–¿Dónde estamos? –Preguntó Stella.
–En la actual Orden que se encuentra en Londres. –Nea miró el edificio.
Cuando Nea supo que sus poderes se entumecieron a causa de Ares, su pánico aumentó. Sintió que su fuerza y su poder no le responderían en un buen rato. Cerró los ojos con fuerza, pero se encontró imposibilitado de mover su energía a voluntad.
–¿Qué has hecho? –Gritó, apenas siendo consciente de la niebla que se empezaba a arremolinar alrededor de la sala.
–¡Terminar con esta Guerra Santa de una vez por todas!
Entonces una luz brillante brilló sobre sus cabezas y lanzó una poderosa ofensiva contra ellos, la cual fue resistida por la Diosa pero que a la vez destruía el sitio donde estaban y la mandaba por los aires.
El edificio entero que alojaba a la Orden Negra empezó a temblar, haciendo que los científicos y buscadores, que apenas se empezaban a recuperar del pánico causado por la invasión de los Akumas se asustaran otra vez.
–Ahora, disfrutemos del espectáculo. –El Conde sonrío, saltando después de que su Dios despertará– Retuércete en agonía, Selene. ¡Nunca perdonaré esto! ¡Ahora es el momento del espectáculo!
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