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Noche VIII: Un paso a la vez...

Selene le observo alejarse haciendo que apriete los nudillos tan fuerte al grado de hacerse daño inconscientemente, clavando las garras de sus dedos en su piel. Al sentir un líquido carmesí en sus palmas, las abre y ve sin expresión alguna.

La mancha de sangre había desaparecido al igual que las heridas. Al ver esto, pone una mirada de tristeza por recordar lo que es.

Kanda al notar su triste semblante, toma su mano entrelazando sus dedos, acto que sorprendió a la joven provocando tanto él como a Selene un leve rubor en las mejillas.

–Cambia esa expresión. Tomátelo con calma. –Estiró su mano y siguió caminando.

–Sí. –Dijo tranquilamente.

–¡Ah! ¡Link, escúchame! ¡Creo que Ren-chan no está ahí! –Dijo Lavi, tratando de alejarlo.

–¡La misión que me dieron implica vigilar a Nea D. Campbell y Lady Renelle Lemercier Serine y no puedo hacer eso si sigues obstaculizando mis deberes, Bookman Junior! –Dijo Link, cansado de su ausencia y exigió buscarla a pesar de los esfuerzos de Lavi por contener al otro.

Selene hizo una mueca de disgusto al escucharlos y chasqueó los dedos desapareciendo de ahí junto con Kanda. Al momento de abrir la puerta de la capilla principal, Lavi y Link solo vieron el lugar vacío mientras un polvo rosa caía al suelo, el cual no se pudo ver bien por la oscuridad del lugar.

Lavi, sorprendiendo por no verlos ahí, siguió con su actuación –¿Lo ves? Te dije que no esta ahí. –Dijo sonriente, ocultando muy bien su asombro.

Link, quien todavía está muy disgustado por la jugada que hicieron de Selene y Nea para alejarse de él, tomó una respiración profunda, entrecerró los ojos hacia Lavi –No puedo dejarla sola, esté enferma o no. Esas son mis órdenes.

–Oye, Link. Dale un respiro a Ren-chan y Nea, ¿quieres? –Lavi dijo.

La atmósfera se volvió instantáneamente fría, cuando su mirada se posó en el pelirrojo. Después de una larga e incómoda pausa, Link cedió y se fue para seguir buscando a Selene.

~

Selene y Kanda fueron teletransportados a la azotea de la Orden, gracias a la magia de la chica. Cuando tocaron el suelo, Selene sintió su cuerpo cansado e perdió las fuerzas, dejándose caer.

Kanda al ver como colapsaba Selene, la tomo entre sus brazos para que su cuerpo no chocará contra el frío suelo e recargo su cabeza en el hombro del espadachín.

–Te dije que no te excedieras... –Dijo Kanda al ver como Selene intentaba no cerrar los ojos para no quedarse dormida.

–Aun hay muchas cosas... –Dijo viéndole soñolienta mientras Kanda se sentaba en el suelo con Selene sentada sobre su regazo.

–Eso lo harás cuando estés recuperada. –Le replico, frunciendo el ceño por su terquedad de querer seguir ayudando con el traslado.

–Nee, Yu... –Le llamo mientras el espadachín estaba acariciando su cabello– Por el tono molesto de Link y el nerviosismo de Lavi... ¿Los golpeaste antes de ir a buscarme? –Preguntó escondiendo su cara en su pecho, inhalando su aroma.

–Sí. Es culpa de ese perro de Central por dejarte sola y el baka usagi no dejaba de fastidiarme. –Dijo sin dejar de acariciar sus cabellos.

–Con Lavi es entendible. Él siempre te esta provocando junto con Allen-chan. Aunque uno lo hace infantilmente y el otro lo hace a muerte. Pero Link... ¿Qué hizo para que recibiera tu ira? –Dijo de forma inocente.

–No quiero hablar de eso... –Dijo a regañadientes mientras la atraía más a él.

–¿Es sobre Nea y yo? –Preguntó pero no obtuvo respuesta.

Selene suspiro al saber la razón de su enojo sin ni siquiera haberle contestado la pregunta. Ella se alejó un poco sin romper el abrazo, movió sus brazos a su cuello y los envolvió alrededor de su cuello e alzo su mirada para presionar sus labios contra los suyos.

Kanda profundizó el beso y colocó su mano suavemente detrás de su cuello e movió su mano más adentro de su cabello para acercarla más a él mientras que con su otro brazo se deslizó alrededor de su cintura. Ella se cerró alrededor de su cuello con más fuerza, sus delgados dedos recorriendo su cabello.

El beso se prolongó durante mucho tiempo, tal vez incluso una hora. Sólo se detuvieron para respirar.

–Vete a descansar. Si estas débil, solo serás un estorbo en las misiones. –Mencionó rozando sus narices.

–¿Esa es tu forma de decirme que estas preocupado por mi salud? –Preguntó.

–Sí.

Sin decir más, Kanda se levantó y cargo a Selene estilo nupcial haciendo que suelte un grito de sorpresa e temiendo caerse se aferro al cuello del japonés.

Dejándose llevar, Selene se recargo en el hombro del espadachín cerrando los ojos y se quedo finalmente dormida.

Kanda llego a la habitación de Selene, Selene estaba ya dormida en los brazos del espadachín. Kanda abrió la puerta con el pie, la llevo adentro, la deposito en la cama y la arropo para luego ponerle un trapo humedo sobre frente para que se le bajará la fiebre. Giro la mirada y vio sobre el buro de su comoda las hierbas medicinales que usaba cuando eran niños.

Tomo los ingredientes y con lo que recordaba de ese horrible remedio, se lo preparó. Cuando termino lo puso en un vaso que tenía y lo dejo sobre el buro para que se lo bebiera una vez que se despertará.

Kanda se giro, fue hacia la cama y se sento a un lado de la cama. Posó su mano sobre su sonrojada mejilla por la fiebre y la acarició, viendo la cara de la joven que había llegado a amar tanto como amiga y más.

Lentamente, Kanda se inclinó y posó sus labios en la parte superior de su cabeza en un casto beso.

–Descansa. –Dijo antes de levantarse e irse de la habitación.

~

Selene se encontraba plácidamente dormida en plena calma, pero no todo iba a seguir manteniéndose igual y en calma, ya que una fuerza oscura se hallaba avanzando en silencio hacia la diosa de cabellos blancos y en la cual tenía en mente la dominación del mundo.

El sonido de una pequeña lágrima que había resbaldo de la mejilla de la verdadera Selene había caído, quebró el silencio que había en la zona de la solitaria habitación, donde también, una sombra cubrió la luz de la luna y el viento aumentaba su intensidad, anunciando un mal presentimiento en el mismo.

Aquel pequeño sonido despertó al guardián de Selene, quien abrió los ojos y se levantó de su cama, para ir hacia las escaleras, pronto, aquella sombra y oscuridad devoraron la luz que emanaban de las antorchas que habían en el cuarto, para que luego, desde el suelo, una figura encapuchada saliera de allí, silenciosa, como un espectro y dirigiéndose hacia la diosa, quien no temió para nada.

–¿Así que tú eres Ares, el dios de la Guerra? –Preguntó a la figura, la cual comenzó a cobrar altura, parecida a la de un gigante, amenazante e infundiendo el miedo en los débiles– ¿Qué es lo que quieres de mí? –Exigió respuestas a su "invitado misterioso".

–Selene. –Dijo el nombre de ella la figura gigantesca, la cual empuñó, de la nada, una guadaña roja como la sangre y alzó bien alto sobre la cabeza de la chica– He venido para darte la bienvenida. –Respondió a la interrogativa de Selene y de un rápido movimiento, cegó la vida de ella, pronto la hoja de la guadaña, en donde resplandecía ella, se tiñó de la sangre de la misma.

~

Cuando Kanda se fue, Selene se despertó de golpe, con la ropa y las sábanas empapadas de sudor.

Los sueños.

Sus recuerdos.

No dejaban de venir.

Simplemente no se detenían.

Enterró la cara en las rodillas.

Se sentó allí, tratando de respirar y calmarse por unos momentos.

Viro la mirada y vio una taza en el buro. Extiro su mano, la tomo y sonrío al ver su contenido. Era la medicina que ella hacía cuando alguien estaba enfermo.

Al saber quien hizo ese detalle, se llevo la taza a sus labios y se bebió de un trago la medicina.

Al terminarse de beber la medicina, deja la taza, ahora vacía en el buro para luego volver a descansar, pero en eso sintió un malestar en su estómago subiendo a su garganta, se puso una mano en la boca y salto de la cama, deshaciéndose de las sábanas y sale corriendo directamente al baño.

Al entrar al baño, va directo al váter, levanta las dos tapas y dejo salir su malestar.

Gimió de puro malestar mientras encogía las piernas, con una mano temblorosa sobre la barriga y la otra aferrándose el pelo. Tenía la cabeza a punto de estallar y el estómago seguía con sus contracciones. Tuvo arcadas una y otra vez, pero no quedaba nada más por sacar.

Cuando su estómago se vacío, se levantó despacio, ya que las piernas le temblaban por todo lo que había expulsado de su estómago junto con grandes litros de sangre.

Selene al sentir el metálico olor de la sangre, fue al lavamanos, abre la llave y deja salir el agua, para llenarse las palmas de las manos con el agua fría y sin contemplaciones se lavo la boca. Después de lavarse la boca, siguió con su cara, que era un muerto viviente ahora. Se lavo minuciosamente la cara, sus manos todavía goteantes se unieron a la parte posterior de su cuello y se miro fijamente, sin pestañear, a pesar de que hacía que le ardieran los ojos. El reflejo en el espejo le devolvió la mirada, la apenas visible luz de la noche, subrayando la calidad hinchada de sus párpados. Sus dedos trazaron debajo de sus ojos, rozando tus pestañas inferiores y después de un segundo, dejando su rostro por completo. Se agarró de los bordes del fregadero y cuando el esfuerzo de mirarse tan minuciosamente fue insoportable, apartó la mirada.

No le gustaba mucho la persona que le devolvía la mirada.

–De seguir así... No podré resistir más de medio año. 18... Esa es la edad que esta alma volverá a su verdadero cuerpo. –Se lamento antes de lavarse por última vez, arreglar su cabello e irse para terminar con todo esto de una buena vez por todas.

~

Selene y Nea caminaron por los pasillos de la Orden hacia la oficina de Komui, ya que habían sido llamados.

–¿Nos llamo? –Preguntó entrando a la habitación.

El Supervisor Jefe se acercó y se sentó a su lado.

–Sí. Ya llamé a los demás incluidos en esta misión. Será relativamente pequeña... No es gran cosa, pero habrá mucha gente yendo. Pensé que sería mejor que fuera un grupo grande, para volver a la rutina.

Selene alzo la ceja confundida.

–¿Qué quiere decir con eso, Shitsuchou? –Pregunto igual de confundido Nea mientras se recostaba en su asiento– Si es pequeña, ¿para que enviar a un grupo grande? –Preguntó perspicaz.

–Irán Kanda-kun, Lenalee, Allen-kun, Saori y Lavi. –Nombró a los que irían a la misión.

–Al no tenerlas reparadas aún, deben ir con otros que si tienen Inocencia. Por eso el grupo grande...

–Entiendo. –Dijo, comprendiendo la situación.

En ese momento, la puerta se abrió y las siluetas de Allen, Kanda, Saori, Lenalee y Lavi entraron a la habitación.

–Ya estamos aquí, Komui-san. –Dijo Allen.

–Bueno, ahora que están todos aquí. –Dijo Komui– Déjenme explicarles su próxima misión. La cual se encuentra en Corea del Sur, más específico en Seul.

No fue una sorpresa. Nea, al ser un Barón y más la mano derecha de uno de los parientes lejano de Selene, había movido sus hilos, para que ella obtuviera la misión de inmediato.

–Si se preguntan por qué estarán en un grupo de cinco, les explico. El hecho es... que el Departamento Científico está sobrecargado de trabajo. –Komui pareció prepararse para una avalancha de regaños. No estaba decepcionado.

–Eso es porque no haces nada. –Se quejó Kanda.

–Sí, Johnny y Reever-san se ven diez veces peor que tú en este momento. –Dijo Allen, con los ojos como rendijas con desaprobación.

–Cuando no. –Comento Nea sarcástico.

–Nii-san... –Fue todo lo que Lenalee tuvo que decir.

–¡Está bien, está bien! No critiquen mis faltas, ¿de acuerdo? Cielos... Ustedes, los jóvenes, no saben lo que realmente hago. –Dijo Komui pomposamente.

–Cierto... –Lenalee frunció el ceño.

–Mentiroso. –Allen puso los ojos en blanco.

–Bastardo perezoso. –Dijo Kanda.

Selene lo golpeó en la cabeza –Esa boca. –Siseó– Sigue siendo el Shitsuchou, por muy estúpido que sea.

Komui agitó los insultos cada vez más intensos y continuó.

–Ahora, dado que nuestro pobre Departamento Científico está sobrecargado, y hemos perdido una gran cantidad de nuestras fuerzas por la invasión, la Inocencia de Kanda y Lavi aún no han sido reparadas.

–Entonces, ¿por qué molestarse en enviarlos? –Allen dijo, confundido.

–Concuerdo con Allen en eso. Y sigo preguntándomelo. –Segundo Nea mientras Selene asentía a ellos dos.

–Porque esta misión es... diferente. Se necesitan parejas... más un chaperón.

–Es comprensible. –Solto Nea.

–Miren, todos irán a un baile de primera clase. –Dijo Komui con franqueza.

–Yo me largo. –Intento huir Selene, pero fue retenida por Nea al sostenerla por el cuello del enterizo, sin dejarle oportunidad de escaparse.

–¿Un baile? –Kanda dijo indignado– ¿Dónde bailas?

–¿Qué más haces? –Komui dijo sarcásticamente.

–Diablos, no. –Dijo Kanda con firmeza, cruzando los brazos– Yo no bailo.

–Qué mal. –Dijo Komui.

–Pero puede aprender. –Dijo sonriendo maliciosamente Nea mientras soltaba a Selene.

–No. Yo no pierdo mi tiempo como tú, Decimocuarto. Dos o tres son suficientes para una misión, solo envíalos. –Espetó Kanda, señalando al resto.

–¡No voy a enviar a mi querida Lenalee sola a un baile sin supervisión femenina! Y se necesita a Miranda para ayudar con las reparaciones aquí, y no puedo pedírselo a la General Klaud, ¡ya que esta misión fue enviada explícidamente a Su Alteza Renelle!

Komui tenía un argumento bastante convincente, utilizando a Lenalee como líder principal, pero la misión fue para Selene por orden explícita de la condesa. El hecho de que todos fueran a un baile significaba que establecer contacto con la familia J. Loyard iba a ser mucho más fácil de lo previsto.

–Komui, ¿por qué vamos? –Selene expresó sus pensamientos en voz alta.

–Allí se sospecha que la Inocencia está en manos de uno de los nobles. –Respondió Komui, recuperando la sobriedad y mirándola con seriedad.

–¿En serio? –Selene dijo con doble sentido.

–Sí.

–Todavía no voy... –Iba a protestar Kanda, pero Nea lo callo, poniendo su mano en su boca.

Nea se inclinó a su oído y le susurro algo que lo hizo cambiar de parecer –Renelle es tu pareja, por lo tanto es tu deber cuidar de la princesa. Ya que después de esta misión no sé sabe cuándo podrán volver a pasar tiempo a solas.

Kanda se erizó de furia y quito su mano –...Bien, iré.

–¿Algún problema? –Preguntó Komui.

–No, ninguno. ¿Cuándo nos vamos? –Preguntó divertido por la situación.

–Después de que os diga cómo irán emparejados, el hotel dónde se hospedaran y cuándo llegarán al baile. –Dijo Komui.

–Bien.

–Las parejas esta compuesta de la siguiente manera: Allen-kun y Saori; Lavi y Lenalee; y Kanda-kun y Su Alteza Renelle. Nea-kun, ¿no le molesta ser el chaperón de Kanda-kun y Su Alteza Renelle?

Nea miró a Komui divertido –No. No me molesta. Es más divertido volver a ser su chaperón. –Sonrío burlón al ver a la pareja nipon-francesa.

–¡Nea! ¡Deja de burlarte de mí! –Regaño roja de la vergüenza.

–¿Cuándo no hacedlo? Vosotros dos sois mi pareja más favorita para burlarme. Ya que en el pasado estuvieron juntos. –Dijo nostálgico al ver a Nian y Juuri en ellos dos.

–Una vez que llegues al hotel, les diré cómo llegar al baile. –Dijo Komui en voz alta, volviendo al tema de la misión– Hasta entonces, no causen ningún problema. Ahora, sería mejor si nadie supiera que todos ustedes se conocen. Lavi, Lenalee y Allen-kun son amigos, pero no conocen a Su Alteza Renelle, Nea-kun y Kanda-kun. Reunirse con ellos debe ser por pura coincidencia, es mejor si no se agrupan todos juntos, así despertará menos sospechas si hay Akumas. Un grupo tan grande sin duda haría que la gente se dé cuenta de que hay un grupo de la Orden Negra. Allen-kun, tu serás responsable de la vigilancia de los Akumas. Y de ser posible, Nea-kun no haga destacar al Noah de su interior.

–Entendido. –Dijeron tanto tío como sobrino.

–Hice tres reservas: una a nombre de Kanda-kun, otra a nombre de Lenalee y la última a nombre de Nea-kun. Pero las chicas no pueden acostarse con chicos. Absolutamente no. Así que después del baile, Su Alteza Renelle, irás a escondidas a la habitación de Lenalee y Allen-kun irá a la habitación de Kanda-kun. ¡Que no te vean!

–Espera, ¿tengo que compartir una habitación con el moyashi? –Kanda dijo con resentimiento– Tienes que estar bromeando.

–Esa es mi línea. –Dijo Allen, exasperado– Terminaríamos matándonos por la mañana.

–Si quereis puedo compartir habitación con Yu-kun y que Allen comparta habitación con Lavi.

–Ni uno ni lo otro, maldito Noah. –Se quejo Kanda.

–Si temes que te mate mientras duermes, no lo tengas. Mi papel como mayordomo de Ellie no me lo permite. Además... ¿Soy yo? ¿O tener que aguantar a Lavi? –Dijo sonriendo maliciosamente.

–Si haces algo, no dudes que te mataré con la katana de tu ama.

–Bien, problema resuelto. Prosiga Shitsuchou para que nos pongamos en marcha lo pronto posible antes de que Ellie se rehuce a ir.

–Todos los preparativos estarán a cargo de cierta familia noble, de la cual les contaré más cuando lleguen allí. Lenalee, Nea-kun y Su Alteza Renelle, espero que vosotros mantengan a raya a estos niños. Además, si alguien intenta coquetear con Lenalee, tengan la seguridad de que haré que Komurin esté listo para encontrarlos. –Miró alrededor de la habitación– ¿Entendido? Saldrán mañana por la mañana.

Refunfuñando, Lavi se puso de pie y se fue con un saludo, murmurando algo acerca de decirle a su abuelo lo que tenía que hacer. Kanda "che'd". Lenalee se río mientras observaba el rostro de Kanda.

–Kanda, parece que has comido algo terriblemente dulce.

Selene se inclinó hacia adelante y se río.

–Parece que el tema de la misión hizo que su ego y orgullo de espadachín le golpeo demasiado. Ya me imagino las burlas que le hará Daisya-senpai y los comentarios molestos de Ani-ue.

–Nadie te pregunto, Nieves. –Gruñó, poniéndose de pie y saliendo detrás de Lavi.

Selene dio una sonrisa divertida –Sabe que tengo la razón.

–Hime me retiro para informarle de la misión secreta a su Ani-ue. E preparar las maletas. Con su permiso. –Puso una mano al pecho e inclinó la cabeza para luego alzar la cabeza e irse.

–Me sorprende lo obediente que es Nea-kun contigo, Renelle-san. –Dijo Lenalee, poniéndose de pie y preparándose para irse.

–Eso es por nuestro contrato de sangre. –Dijo sin muchos detalles sobre ese tema.

–Entiendo. –Lenalee entendió que no quería hablar del tema y dejo el asunto por la paz– ¡Vamos, Allen-kun!

–¡Nos vemos en la mañana! –Allen dijo alegremente, cerrando la puerta detrás de él, dejando a Komui y a ella solos.

–Ahora... –Comentó metiendo la mano en el bolsillo de sus pantalones para sacar una caja de cigarrillos y un encendedor. Sacó un cigarrillo, sosteniéndolo entre sus labios mientras lo encendía antes de dar una calada y sopló el humo por la comisura de su boca, alrededor del cigarrillo e gira la mirada hacia Komui– Vayamos al grano del asunto. ¿Fue la Srta. Min Hwa quien envió la carta de petición?

–Sí. ¿La conoce, Su Alteza Renelle?

–Salí un tiempo con ella, pero las cosas no funcionaron y quedamos en términos de amigas. No te preocupes, ella y su familia saben que soy mujer. Esa es la razón de que no podía casarme con la princesa de los J. Loyard.

–Bien. Por cierto, gracias por cuidar de Lenalee. –Dijo suplicante– No dejes que esos hombres aterradores la lastimen; es tan linda, inocente y pura, y dejarla con tantos hombres me asusta...

–No te preocupes, Komui. Todo irá bien. Nea y yo mantendremos a raya a los chicos.

–¡Gracias! Ahora, a los temas serios. –Komui se puso sombrío– La princesa Min Hwa no dio muchos detalles, solo quería de inmediato su presentación. Así que dejo esta misión en sus manos. No voy a contarle a Central sobre esto, así que asegúrate de no hacerlo público, o también me meteré en problemas. Algo más, se le dio la recomendación de ser General y ocupar el puesto de su padre, el General Sage.

–Era de esperarse algo así... –Murmuró calculadoramente– Nea me contó algo al respecto en la reunión pasada. En cuanto a lo otro, no te preocupes. No se lo diré a nadie.

–De todos modos, ten cuidado. No dejes que Kanda-kun se dé cuenta tampoco.

–...Sí.

–Sería mejor que primero estableciera contacto con la familia J. Loyard. Solo para presentarse... Encuentre algo de información... y aunque sé que tiene motivos ocultos en esta misión, asegúrese de recuperar la Inocencia.

–No te preocupes, estaremos bien. ¿Cuánto tiempo se supone que debemos quedarnos?

–Dos, tal vez tres días.

–Está bien entonces. No necesitas preocuparte, Komui. Estaremos bien.

–Eso espero. –Respondió sombríamente, enderezándose para irse.

~

Selene y Nea caminaron por los pasillos oscuros vacío y resonante hacia las puertas sin ninguna prisa alguna, ya que estaban llegando a tiempo.

Una capa gris tormentosa cubría el cielo. El repiqueteo de la lluvia afuera se había vuelto más fuerte, la luz que entraba por las ventanas era más escasa.

–Tan mañadera como siempre. –Lavi apareció con su maleta en mano junto con los demás.

–No sé de qué hablas. –Dijo normal con su equipaje en mano e vistiendo su ropa de Ren al lado de Nea, quien lleva su maleta e vestía la capa e máscara para ocultar su identidad del clan Noah.

Selene metió la mano en el bolsillo de su pantalón para sacar una caja de cigarrillos y un encendedor. Sacó un cigarrillo, lo sostuvo entre sus labios mientras lo encendía y tomo una calada del cigarrillo en su boca.

–¿Otra vez con la máscara de Ren? No es divertido cuando eres mini Yu. –Se quejó Lavi.

Lavi observo el atuendo de la megami. Lleva una camisa manga larga y cuello alto abierto en V, dos cinturones, pantalones con rayas verticales, botas hasta las rodillas y una capa larga hasta las rodillas y capucha todo en color morado oscuro y negro. En la muñeca izquierda lleva un brazalete plateado.

El humo salió de la boca de Selene y del cigarrillo después de que dio una calada –No es de tu incumbencia. –Dijo bajo la máscara de Ren. Sodom iba sentado sobre su hombro.

–Es la primera vez que usaremos el Arca como medio de transporte después de todo lo que ha pasado. –Comento Saori.

–Es bastante útil, ¿no? –Lenalee estuvo de acuerdo, ayudándola a llevar el equipaje– Pobre Nea-kun, sin embargo... Me pregunto cómo se siente al respecto, siendo usado para abrir todas estas puertas.

–¡Estoy bien! –Nea apareció en su conversación, alegre como siempre– No es gran cosa.

–¡Adiós, chicos! –Se despidió Komui, al estar ahí para verlos partir.

–¡Adiós, Nii-san! –Lenalee saludó.

–¡Cuídate, Lenalee! ¡Lavi, no te atrevas a coquetear con ella! Su Alteza Renelle, Nea-kun ¡cuidad de Lenalee, Allen-kun y Saori-chan, son los niños del grupo! ¡Y nada de travesuras, Kanda-kun!

–¿Qué demonios? –Kanda gruñó cuando Selene lo empujó hacia la puerta– Espera, suéltame, voy a afeitarle la cabeza a ese tipo hasta que no le quede pelo—

–¡Ni siquiera tienes a Mugen contigo, idiota!

El laboratorio científico se desvaneció cuando Selene entró en el portal. El grupo llegó al familiar escenario encalado del Arca.

–Ahora, ¿qué? –Allen preguntó.

–Seguidme. –Demando Nea caminando delante de ellos.

–Le gusta mandar a la gente cuando esta a cargo de algo. –Se burlo divertida mientras tomaba una calada y luego sopló el humo.

–Cállate, mota blanca. –Le ordenó colorado de la vergüenza.

–Al menos se que me das la razón. Tu cara te delata, Tou-chan. –Dijo mascando el cigarrillo entre los dientes mientras hablaba e metía las manos en los bolsillos del pantalón.

–Deja de llamarme así, Ellie.

–¿Por qué? –Preguntó mientras los demás escuchaban en silencio para saber más de su enigmática y misteriosa amiga.

–Ya tuviste un padre. Y no pienso tomar el papel de alguien que fue muy querido para ti.

–Tú me cuidaste, me alimentaste, me enseñaste a sobrevivir... Si eso no es lo que hace un padre, entonces ¿no sé lo que sea?

Suspiro en derrota –Eres igual o peor que Lady Isabelle. Tienen el mismo corazón. Y eso es lo que me enferma de ti. Eres demasiado fácil de timar... que siento lastima por el marido que la Señora te elija.

–Si es que vive. –Dijo oscuramente.

–Sabes que tu Inocencia no puede matar humanos... pero el fuego del tatuaje sí.

–¿El fuego del tatuaje? –Hablo Lavi después de estar en silencio junto con los demás, interesado al igual que el resto.

–Yo también quiero saber. Al igual que Kanda.

–Sí. –Dijeron. Y abogaron por Kanda.

–No. –Escupió fríamente.

–Por favor. –Rogo Allen.

–Vereis... Cuando Sage murió, Ellie perdió todo propósito para seguir viviendo. Así que vago por un largo tiempo, sin ningún lugar especifico o concreto. Ella solo quería encontrar un propósito para seguir viviendo... ¿Recuerdan haber oído o escuchado sobre un incidente de un pueblo totalmente arrasado y pulverizado por el fuego e destruyó a un ejército de Akumas en el proceso?

–Sí. Jiji no lo podía creer cuando escuchó de ese incidente. –Dijo Lavi, recordando lo que dijo Bookman y lo que vio de esa horrible escena.

–Nii-san dijo que fue porque alguien hizo contacto con la Inocencia y al no saber usar correctamente su Inocencia, arrasó con todo a su paso. –Conto Lenalee– No me digas... –Su rostro se sorprendió al pensar que Selene tenía algo que ver con ese incidente.

–...qué Renelle-nee lo hizo. –Finalizo Allen sorprendido y asombrado del poder de su Inocencia.

–¡Sugo! Ahora entiendo por qué Shisho es podero...

–¡Te equivocas! –Grito deteniéndose de golpe mientras apretaba los puños en los bolsillos del pantalón, contenido su ira lo mejor que podía– ¿Qué tiene de increíble tener una Inocencia que te quito todo lo que amas? –Dijo sorprendiendo al grupo al ver su mirada fría– Esta maldita Inocencia es mi sentencia de muerte. Cura a otros, pero quema todo lo que tocó. Y prueba de ello es el tatuaje que tengo en la espalda. –Sentenció para luego voltearse e seguir adelante.

Nea suspiro triste –Los habitantes de ese pueblo creyeron que ella era la culpable de las desapareciones de sus familiares e amigos, y al verla en una de las escenas del crimen, la culparon injustamente e intentaron quemarla en la hoguera como a una bruja. Renelle vio al verdadero culpable e trató de advertirles, pero nadie la escucha. Cuando prendieron fuego, una horda Akumas vino a acabar con el pueblo. Renelle trato de liberarse, pero ya había demasiado tarde e dejo que su corazón se tiñiera de oscuridad e activo inconscientemente su Inocencia por primera vez e mezclo el poder de Sairi Sakura con el fuego, creando un ataque con ella, pero al ser inestable, arrasó con todo a su paso y ella vio esto con ojos de satisfacción y diversión mientras tanto los Akumas como los habitantes del pueblo fueron incinerados por el fuego de su ira. La Inocencia al ver esto, la maldijo cambiando su color de cabello y es por eso que tiene el cabello tan blanco como la nieve. –Término de contar lo que vio a través de la sangre de Selene.

–Era de esperarse que algo así pasará. –Comento Kanda sin remordimiento o dolor por la historia.

–¡Kanda! –Le reprochó Lenalee conmovida por la historia de su amiga.

–No me veas con lástima o pena. O te lleno de plomo.

–¡Nos preocupamos por ti, Ren! –Defendió Lavi a Lenalee.

–¡Nadie te lo pidió, Bookman Jr.! –Dijo fríamente, dejando aterrizado a todos excepto a Kanda.

–Dejando de eso de lado... –Dijo Nea viendo un edificio con un cartel pegado a la puerta– ¡Aquí es! ¡Corea del Sur!

Nea empujó la puerta y desapareció al entrar, el resto del grupo lo siguió poco después.

Selene pudo sentir la mano de Kanda en su muñeca para sacar una de sus manos de los bolsillos y la deslizo en la suya protectoramente mientras la seguían.

–¿Ya más tranquila?

–Algo. Eso es lo que odio de mí. Cuando tocan un tema sensible, exploto sin medir mis palabras. –Admitió Selene.

–Pero esa eres tú... Si algún día llegarás a ser neutral ante esos pequeños detalles, te golpeare y te usaré como saco de boxeo.

–Linda forma de decir que te preocupas por mí. –Dijo sarcástica mientras alzaba una ceja.

–Siempre, Ren. –Apretó su mano haciendo que Selene se sonroje levemente por su confección– O de lo contrario, tendré que seguir burlándome de tu pelo y estatura.

Selene se detuvo siendo golpeada como una tonelada de ladrillos, paralizando todo su cuerpo –Linda manera de romper el romanticismo... –Extiro su mano y siguiero su camino.

Entraron en la habitación vacía, sin ver contenido. Selene sintió la extraña sensación de ser arrastrada a otro mundo cuando el Arca desapareció. La luz reapareció después de unos momentos, y habían llegado.

–Guau, ¿dónde estamos? –Dijo Lenalee, mirando alrededor los diseños ornamentados del salón.

–Es una iglesia. –Dijo Nea, bajando las escaleras.

–Wow... Estas decoraciones son hermosas. –Dijo asombrado Allen.

–Sin duda es hermoso. –Dijo Saori embelesada por el lugar.

Un sacerdote les mostró a los Exorcistas y al Noah el camino de salida y les deseó buenos días y buena suerte después de indicarles cómo llegar a su hotel. Serenity examinó el entorno.

–Sommer Strasse. –Murmuró entre dientes, mirando la dirección que le había dado el sacerdote– Summer St. esta por la carretera principal, girar a la derecha... el ayuntamiento donde se llevará a cabo el baile también está cerca de nuestro hotel. Eso es conveniente.

–Muéstranos el camino, Ren. –Dijo Lavi, con su humor alegre de siempre.

–En realidad, sería mejor si no entramos en grupos. ¿No dijo Nii-san que se suponía que no nos conocemos? –Dijo Lenalee.

–Cierto. Lee-san tiene razón. –Dijo Saori– Allen-san, Lavi-san, Lee-san y yo los seguiremos desde la distancia. Si nos perdemos, solo usaremos nuestros Golem para contactarnos.

–Supongo que es lo mejor. –Dijo Allen, asintiendo– Entonces nos comunicaremos a través de los Golems. ¡Adelante entonces!

–Oh, y finge que son una pareja. –Agregó Lenalee, leyendo la hoja de instrucciones que Komui le había dado– Pero Lavi, nada de besos con Lenalee— ¡Nii-san! Ese idiota, ¿qué está diciendo?

–Lo que diría un complejo de hermana como ese. –Se burló Selene.

–Además, Kanda y Renelle-nee no necesitan fingir ser una pareja, ya que son una. –Dijo Allen con picardía.

–Cállate, moyashi.

–¿Qué te molesta? –Allen replicó– Si lo que digo es cierto. Renelle-nee lloró por ti y te abrazo estando en el Arca.

–Te callas. Eso ya lo sé. Baka moyashi.

–Ya basta ustedes dos. –Dijo Selene, irritada, mientras arrastraba a Kanda antes de que él y Allen se pelearán otra vez– Caray, ¿habrá un solo día en que no quieran matarse y llevarse bien?

–¡No! –Exclamaron ambos al unísono.

–Bueno, al menos en algo están de acuerdo. –Dijo mientras una gota de sudor bajaba por su cien.

–Por cierto, oji-san, ¿no te molestará compartir la habitación con Bakanda? –Preguntó Allen intrigado.

–No. Porque verlo a él, es como compartir la misma habitación con Ellie. Yo en el sofá y ella en la cama. –Aclaro para que no se dieran una idea equivocada todos excepto Saori, porque ella dormía con Selene en la misma cama cuando la entrenó hace 4 años atrás.

–Aun así... no se metan en problemas o armen un alboroto. Recordad que necesitamos un perfil bajo para los dos combatientes desarmados. –Les recordo Selene a todos en la situación que se encontraban Lavi y Kanda en esos momentos mientras se dirigían a la posada.

–Solo si no me hace enojar.

–Hablo en serio, Yu. Aunque no lo creais, Nea no solo posee su parte Noah, sino que también posee otros trucos bajo la manga. –Les advirtió la albina al grupo– Pero de todos modos, te dejaré a Tsukuyomi una vez que hagamos el cambio de habitación.

–Bien. –Acepto de mala gana ser protegido por la persona que se supone que debe proteger.

En el camino, Selene colocó a Sodom de forma segura bajo su cuello. Los golems destacaban demasiado en medio de una multitud.

–Kristallhotel. –Leyó en su periódico– Esto debería ser entonces.

Era el Crystal Hotel de hecho. Sus elaboradas decoraciones y arquitectura eran fácilmente las más llamativas de la zona. Selene miró a escondidas a Kanda. Parecía asqueado por la ostentación al igual que ella.

–A mí también me asquea estas ostencidades. –Dijo poniendo una cara azul.

–Y lo dice la princesa que vivió en cuna de oro. –Se burló de ella, pero ella puso una mirada triste e agacho la mirada.

–No siempre viví como la nobleza. –Dijo triste.

Al oírla, se arrepintió de haberle dicho esa burla, ya que seguía sin saber nada de ella.

–Pero tú no lo sabías, así que es comprensible que digas esos comentarios.

–A la otra, cuéntame tu historia.

–Mis historias son largas, ¿y aun así no te importarían escucharlas?

–Dijiste que lo tomáramos con calma y eso hago hasta donde puedo. Pero no esperes que te llame por tu nombre todo el tiempo. Tú siempre eres mi loto blanco. –Le dijo sonriéndole levemente.

–Entremos. –Selene cambio de tema con un tenue rosa pálido pintado en sus mejillas e enlazó su brazo alrededor del de él, ya que sus manos estaban llenas de equipaje.

Kanda la arrastró hacia recepción.

–Tengo una reservación. –Le dijo a la recepcionista en inglés– Me llamo Kanda.

–¿Silleyhabnida? (¿Disculpe?) –Dijo la joven en coreano– Joseong haeyo, yeong-eo moshaeyo... (Lo siento, no hablo inglés...)

Kanda se giró hacia Selene, su expresión más que molesta.

–¿Qué diablos acaba de decir? –Preguntó.

–Ella dijo que lo siente, no habla inglés. –Dijo Selene suavemente.

Él la miró, asombrado.

–¿Tú hablas coreano?

–Sí, y diez idiomas más. Hablar coreano no lo hace tan diferente de nuestra lengua nativa o el chino. –Confesó.

–Sí lo hay. Los kanjis, katakanas y hiragana. Su pronunciación y significado. Caligrafía y fluidez al hablarlo. Lo mismo va para el chino. Excepto el sinograma.

–Veo que Ani-ue te enseñó algo en mi ausencia.

–Y a las malas. Solo sé lo básico.

–Con tal que puedas diferenciar algunas señales y no te pierdas, es más que suficiente Yu.

–Como sea.

Selene volvió su atención a la confundida recepcionista –Annyeonghaseyo, ulineun yeong-gug-eseo wassseubnida. Yeyag-i issseubnida. (Hola, somos de Inglaterra. Tenemos una reservación.)

–O ye, ¿geunyeoui ileum-eun mueos-ibnikka? (Oh, sí, ¿cuál es su nombre?)

–Lisebsyeon-eun 'Kanda'laneun ileum-eulo un-yeongdoebnida. (La reservación está bajo el nombre de 'Kanda'.)

La recepcionista consultó e busco su nombre en la lista del libro.

–Yeogiiss-eo. (Aquí está.) –Dijo después de haber encontrado el nombre de Kanda– Dangsin-ui bang-eun 303hoibnida. (Su habitación es la 303.) Yeogi yeolsoega issseubnida. –Les dio las llaves con el número correspondiente de su habitación– (Aquí están sus llaves.)

–Gamsahabnida. (Gracias.) –Selene tomó las llaves y guió a Kanda hacia las escaleras– Estamos en el tercer piso. –Dijo, haciendo tintinear las llaves en su mano– Lo bueno de los demás, es que tienen a Lavi con ellos y tú a mí para este tipo de situaciones...

–¿Cuándo aprendiste a hablar Coreano, Serine?

–¿Tanto te cuesta pronunciar Lemercier que tienes que llamarme por mi otro apellido? –Preguntó curiosa.

–Solo responde, Serine.

–Tomaré eso como un sí. Estudie tantos idiomas que me volví políglota cuando vivía con Sage y luego con Jii-chan.

–No me lo recuerdes... –Kanda gimió.

–Tú preguntaste, Yu. En fin, ¿entramos? Hay muchas cosas que hacer y eso que hemos llegado y ya quiero que esto acabe. –Dijo mostrando su molestar de la misión.

Kanda no dijo nada y solo asintió.

Llegaron a su habitación. Selene insertó la llave y abrió la puerta, vislumbrando los elegantes interiores antes de que alguien vestido de oscuro la embistiera, pero fallo. En el momento que insertó la llave, sintió que alguien los esperaba adentro. Se agachó, esquivo su ataque, se paro detrás de él, tomo su mano que tenía el arma y la inmovilizo detrás él, y tomo el arma para presionar la hoja contra su garganta mientras le veía con una mirada asesina.

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