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Noche IV: El caso de la destrucción de la Orden Negra vuelve

–Allen, Lavi, Serine... –Alguien detrás de la puerta se quejó de repente– Soy yo...

–Esa voz... ¿Es Kuro-chan? –Preguntó Lavi.

–¿¡Krory...?! –Allen preguntó un poco desconcertado.

–¿Krory? –Selene preguntó y lo encontró sospechoso.

–Sí... Soy yo... –La voz de Krory afirmó desde el otro lado de la puerta– Abridme. Abre la puerta...

El grupo dentro de la habitación miró con rostros oscurecidos la puerta con cierta duda y sospecha.

~

¡Krory se ha despertado!

Lo que es bueno, pero...

Los malos sentimientos tienen la costumbre de tener razón.

~

–Puede que esté infectado. –Komurin de repente declaró desde el fondo de la habitación– Sería peligroso abrir la puerta.

En un movimiento rápido, Allen, Selene, Kanda y Lavi empujaron al robot frente a la puerta. Johnny miraba con una expresión consternada.

–Pero, ¡¿qué hacen?! –Komurin gritó cuando fue empujado hacia la puerta.

–Ve a abrirla. –Dijeron los cuatro Exorcistas simultáneamente.

–¡Nooooo! ¡Es terrible! Estamos acojonados. Si fuera una peli de terror, ¡¡nos matarían en cuanto abriéramos la puerta!! –Komurin Ex se quejó, llorando.

–No pasa nada, no pasa nada. –Animó Lavi.

–Esto no es una peli de terror. –Kanda y Selene dijeron molestos.

–Nos duele pedirte esto, Ex. –Dijo Allen.

–¡No! ¡No voy hacerlo! –Komurin gritó, todavía llorando.

Allen sostuvo los brazos del robot con fuerza –Escúchame, Ex. –Dijo, tratando de calmarlo.

–¡NO!

Allen suspiró –Ahora que estamos apartados de Komui-san y los demás, Johnny es el único que puede hacer la vacuna contra el Komuvitan D. –Explicó.

–Ah, sí. –Johnny estuvo de acuerdo.

–Los únicos que quedamos aquí somos tú, un trío de mocosos inútiles y yo. –Dijo Allen, cabreando a Selene, Lavi, Kanda, Sodom y Timcanpy– ¡Por favor...! –Entrecerró los ojos de una manera coqueta y desesperanzada– ¡Eres el único en quien puedo confiar!

El sonido de rosas rojas como la sangre floreciendo llenó la habitación mientras el robot caía en el profundo abismo del amor.

Bonk ~

Komurin cayó al suelo, quedándose fláccido mientras apretaba su dolorido corazón por este estallido de amor.

–¿A-Amor? ¿¡Es esto amor...!? ¡Me duele el corazón...! –Komurin estaba fuera de eso.

–¿Lo harás...? –Allen preguntó de nuevo.

–Sí... –Komurin respondió.

Los otros simplemente los miraron boquiabiertos con incredulidad.

–¿Qué... diablos estoy mirando? No me estoy perdiendo algo, ¿verdad? –Pregunto Selene con exasperación.

–¿Y ese teatrito? –Lavi preguntó con incredulidad.

–Los robots no creen en el amor por los humanos. –Kanda dijo molesto.

–Bueno, ha sufrido a manos de las anteriores versiones de Komurin... –Señaló Johnny, sin dejar de mirar a Allen y Komurin.

–¿Sí? Yo también. –Kanda y Selene murmuraron. Ambos se miraron el uno al otro, haciendo que la sangre se le subiera a la cara e apareciera aunque Selene termino rompiendo el contacto visual primero.

–Allen. ¿Finalmente se te contagió lo mujeriego de Marian-san?

–¿Eh? ¿Qué quieres decir, Renelle-nee? –Los demás lo miraron con incredulidad. ¿Realmente no se dio cuenta de que técnicamente estaba coqueteando con un robot? ¿O era una treta?

Komurin se entusiasmó y corrió hacia la puerta –¡VOY A ABRIR LA PUERTA! ¡¡Venid aquí si os... –Dijo, mientras casi arrancaba la puerta de sus bisagras– ...atrevéis!!

Toque ~

El KO instantáneo de Komurin siguió después. El pie del vampiro estaba donde se suponía que debía estar la cabeza del robot. La cabeza del robot, estaba en el suelo. Poco después, todo el cuerpo metálico del robot cayó al suelo.

Los Exorcistas y Johnny se quedaron helados y boquiabiertospor lo que había sucedido.

¡¡Como en las películas...!!

Lentamente, Krory salió de detrás de la puerta entreabierta. Su rostro era como el de los infectados, con venas abultadas, ojos muy abiertos y babeando –Deberíais haber abierto la puerta antes... Ahora estoy muy cabreando... Chavales.

El vampiro agarró las cadenas alrededor de su cuerpo y las balanceó para atacar al grupo de Exorcistas, casi golpeando a Kanda, Johnny y Lavi. Lavi rescató a Johnny, sacándolo del camino y las cadenas de metal se clavaron profundamente en la pared detrás de ellos. Allen volvió a mirar al vampiro y frunció el ceño ante el juego de alas de demonio en la espalda de Krory hechas de su propia sangre.

En el momento de distracción de Allen y Selene, el vampiro zombi agarró sus pies y los balanceó dando vueltas y vueltas. Unos segundos más tarde, Krory los arrojó al otro lado de la habitación.

–Tiene una pinta muy rara. –Declaró Kanda.

–Danos un respiro, Kuro-chan. –Lavi notó que él y Kanda se alejaron poco a poco, antes de abalanzarse sobre Krory y atacarlo.

Lavi trató de patearlo y Kanda trató de golpearlo. Sin embargo, antes de que cualquiera de ellos pudiera asestar un golpe, el poderoso vampiro zombi agarró las cabezas de ambos y los aplastó uno contra el otro. Los dos niños luego cayeron al suelo gimiendo de dolor. Krory luego procedió a tratar con Johnny.

Krory echó el brazo hacia atrás, acumulando la fuerza en un puñetazo. Johnny se encogió contra la pared detrás de él, pero no puede escapar. El puño de Krory voló hacia Jonny, quien cerró los ojos.

Sin embargo, el golpe esperado no llegó. Johnny abrió los ojos, vio a Allen y Serenity aterrizaron frente a él y con sus Inocencias activadas, sus espadas bloqueando el golpe de Krory.

–Es nostálgico, Krory... –Allen se río– Nos peleamos así... ...cuando nos conocimos. Perdón. –Acompañando su sonrisa caballerosa, su puño se hundió en el estómago de Krory. El vampiro zombi gimió y tosió. De repente, escupió algo que aterrizó con un chapoteo sensiblero en la cara de Johnny, cubierto de saliva de zombi.

El vampiro apretó los dientes con ira y sin un solo momento de vacilación, devolvió un puñetazo a la cara de Allen. Allen inmediatamente cayó sobre la pila, que consistía en Komurin sin cabeza en la parte inferior, Lavi y Kanda, y Allen en la parte superior.

Johnny examinó la tapa mientras la sacaba de la saliva que tenía en la cara. Él frunció el ceño –Esto es...

Krory, al ver que ya no había nada de interés, salió volando por la puerta como un torbellino negro.

–¡Aaaahhh! –Exclamó Johnny– ¡Detrás de él, chicos! ¡Esto! ¡Lo que Krory acaba de escupir! ¡¡Esta tapa... –Les muestra una tapa, que había aterrizado en su cara– ...es la tapa de la botella que contenía el Komuvitan D!!

Los individuos heridos escucharon a medias mientras sus rostros y cuerpos se hinchaban dolorosamente en todo tipo de lugares.

–¡Eso significa que Krory es la fuente de la infección! –Johnny explicó.

~

Krory

+

Komuvitan D

=

El origen de la infección

~

–¡A corred! –En un instante, sus piernas ingrávidas la sacaron por la puerta, persiguiendo a Krory. No muchos segundos después, el resto de los humanos idiotas lo alcanzaron.

–¡Wah! ¡Espera! Todavía no puedo correr. –Johnny les gritó. Volvieron corriendo, agarraron a Johnny y comenzaron a huir de nuevo.

–¡RAARARRRRRRGHGH! –Selene se giró al oír gruñidos detrás de ella y vio a los generales infectados persiguiéndolos. Instantáneamente aumentó su velocidad. Ella tampoco querría enfrentar eso.

Persiguiendo a Krory, el grupo fue perseguido por los generales. Se convirtieron en pasillos, subieron y bajaron escaleras y entraron y salieron de las habitaciones. Por alguna razón afortunada, lograron sobrevivir durante unos 20 minutos.

~

Selene se escondió en una habitación diferente a la que estaba. Hay una cama. Y también hay una flor de loto familiar colocada dentro de un vaso sobre la mesa con algunos de sus pétalos desprendidos.

–Esa loto... –Dijo extendiendo su mano para tocarla, pero se contuvo y al último minuto retiro la mano.

–Haces bien en no tocarla, nieves... –Murmuró alguien detrás de ella.

Selene se volteo y notó la pequeña forma del hombre de cabello azul parado junto a la puerta, con los brazos cruzados, su mirada mirándola directamente.

Ella instintivamente apartó la mirada.

–Esa loto es la fuente de tu vida... –Dijo mientras el flequillo de su cabello cubría su rostro.

–Sí... –Kanda murmuró, apretando los dientes con ligera agitación. Ella notó que su paciencia se estaba agotando a medida que la conmoción se hacía más fuerte alrededor de la Orden Negra.

–Nos volvimos a separar, ¿cierto? –Preguntó, todavía mirando hacia otro lado.

–Sí. –Kanda cruzó las manos, luciendo desinteresado como siempre.

Selene solo asintió.

–¿Cómo sigues? –Kanda se acercó a Selene antes de detenerse a un metro de ella, obstinadamente mirando hacia otro lado.

Sorprendida por la repentina muestra de preocupación de Kanda, Selene no puede evitar perderse ante sus palabras.

Luego los suavizo y se tranquilizó.

–¿Importa? –Dijo pasando de lado de él y caminar hacia la puerta.

Sintió que alguien agarraba su muñeca y se volvió hacia los ojos preocupados de Kanda.

–No estoy jugando, Ren. –Replicó.

–¿Y crees que yo sí? –Le reprochó molesta.

–Te estas conteniendo. No gritaste o lloraste cuando atacaron el Cuartel, es más, no pusiste expresión alguna. Fue como ver a la anterior tú, la fría y antipática Ren. –Kanda le dedicó una mirada– Incluso aceptasteis sin chistar las órdenes de los CROWS.

Su agarre se apretó hasta el punto en que se sintió como si fuera a romperle la delgada muñeca.

–Esa no eres tú, Nieves... ¡No de la chica de la cual me enamore! –Solto, para luego desviar la mirada sin dejarle ver un pequeño matiz rosado recorrer sus mejillas.

Selene miró boquiabierta mientras Kanda miraba su alma.

Injusto.

Esa era la segunda vez hoy que Kanda tiene que romper sus restricciones a la fuerza.

–Tiene razón... –Sonrío haciendo que Kanda voltee y miro su cara colorada por su confección– Tú eres uno de los pocos que conoce mi verdadero yo y eso es frustrante. –Solto molesta más consigo misma que con él– Por eso no es divertido cuando quiero tomarte el pelo... –Hizo un puchero haciendo que Kanda sonriera ante su gesto.

–Me pregunto por qué será... –Dijo irónico, jalando su brazo atrayéndola hacia su pecho.

Selene se relajó en el fuerte y cálido abrazo de Kanda. El silencio de la habitación hizo que Selene hiciera algo que no había hecho desde que era una niña. Dejo salir las lágrimas y enterró su rostro en su pecho mientras su cuerpo temblaba por los sollozos que la sacudían.

Selene había perdido la noción del tiempo sobre cuánto tiempo estuvieron los dos abrazados, sentados en el suelo y solos en una habitación. Cuando se dio cuenta de su posición inmediatamente se apartó un poco, esta vez con ella apoyada en su espalda, todavía sentada junto a la cama.

Y también con un pequeño rubor en sus mejillas.

–Desde que tengo uso de razón, no se me permite mostrar mis sentimientos. Y si lo hacía, lo hacía a escondidas para que nadie viera mis puntos débiles. Pero cuando os conocí, todo cambió y pude ser yo por primera vez, pero también al mismo tiempo me aterraba que esos momentos que pasamos juntos solo fueran un sueño. –Conto cabizbaja.

Hubo un largo silencio, tal vez ha pasado un minuto o cinco y Kanda ni siquiera mueve un músculo.

Duele pero para ella era lo mejor para todos. Ella ya no era la humana Renelle, sino la megami Selene. Eso fue lo que decidió cuando estaba en Barcelona. Y hoy se lo confirmaron cuando despertó misteriosamente del coma y lucho como si nada a la par del Nivel 4 al lado de Allen y Lenalee.

Sin embargo, la culpa de tener que volver a pasar por todas esas torturas y dolores no la dejaban tranquila. Y más cuando Central está encima de ella y Nea. Tenía que mover fichas y planear un nuevo plan porque el que tenía se estaba desmoronando.

Y de solo pensar que tenía que usarlos para ganar esta cruzada, la culpa la estaba carcomiendo.

Incluso pensó que actuar como la Renelle de 5 años la haría sentir un poco mejor, pero no fue así.

Se queda allí en lo profundo de su corazón, agobiándola.

Pero justo cuando estaba a punto de darse por vencida, Kanda suspiró profundamente y le habló.

–No tienes que esfuerces en ser la princesa que ellos quieren que seas. Se tú misma.

A Selene le tomó un buen minuto digerir sus palabras. El silencio entre ellos creció pero a Selene le gustaba, es pacífico y con su presencia, se siente cálida.

Es sorprendente que con solo unas pocas palabras, el dolor en su corazón se hizo un poco más ligero.

–Eso haré...

También se siente más ligera, como si acabara de quitarse todas las máscaras innecesarias que siguió usando todos estos días.

El ambiente era sereno y pacífico, aliviando sus nervios y arrullándola para dormir. Solo la sensación que siente al dormir en el gran alféizar de la ventana mientras la suave lluvia cae del cielo.

Desde lo más profundo de su corazón, Selene se sentía agradecida por este chico. En serio, en un momento la hace sentir como la mocosa más inútil del mundo, en el segundo la hace sentir como una princesa.

¿Por qué tiene que ser él?

–Gracias.

Ella sonrío al escuchar su respuesta habitual.

–Ne. ¿Sabes, Yu? –Solto de repente, sus ojos rosas estaban vidriosos.

–¿Qué?

–Fui muy feliz a vuestro lado. Arigato por no dejarme caer. –Selene se levantó lentamente del suelo, cambiando de posición e se sentó a su lado.

Kanda le dio una mirada extraña –¿A qué quieres llegar?

Sin que Selene se diera cuenta, un montón de pensamientos invadieron su mente.

Kanda le mira y esta estupefacto ante el repentino cambio de comportamiento de Selene, instintivamente dio un paso atrás, con los ojos pegados a su depredadora. Desafortunadamente, justo cuando estaba a punto de dar un paso atrás, él quedó sorprendido con lo que dijo a continuación.

–Arigato por permitirme ser su amiga, pero ahora es tiempo de decir sayonara.

–¡Qué—! Oye— –A pesar de que su entorno es confuso, trato de buscar las palabras correctas por su extraño comportamiento.

Oh, se ve tan adorable.

Desafortunadamente, es terco y estúpido.

–Eres un estúpido, un lento, un idiota frío... –Selene miró su rostro todavía sorprendido, para ahuecar suavemente un lado de su rostro, por lo que hizo que el cuerpo de Kanda se congelará, su respiración se cortó– Gruñón e insensible con el mundo pero aun así eres amable a tu manera. Y eso es... –Le dio una sonrisa triste y agridulce– ...lo que me gusta de ti.

¿Por qué se siente adolorida e impotente como si alguien le estuviera apuñalando continuamente el pecho?

–Te amo tanto que duele... Duele tanto. El no poder ser feliz a tu lado. Eso es lo que duele. Prefiero mil veces verte feliz con alguien que verte solo, aunque eso duela... lo prefiero. Tu felicidad a cambio de la mía.

Durante todo este tiempo, siempre fue ella, Megami Selene, Sendai Selene, Juuri y Renelle quien estuvo a su lado en todas sus vidas pasadas y, sin embargo, él siguió pensando en su yo del pasado, Juuri estaba a otro nivel completamente diferente al de ella.

Su amante y mejor amiga del pasado. ¿Cómo en el mundo puede superar a alguien que si cumplía los estanteres de una verdadera oujo-sama?

–Yu... –Selene llevó una mano a la mejilla de Kanda e inclinó su rostro para acercarse hacia el suyo– Deja de mirar hacia el pasado...

Duele...

–¿Qué... –Kanda había perdido la capacidad de responder.

Duele amar a alguien y no poder estar juntos.

Duele que ella sea una diosa y él un humano.

Duele que él es así de amable con ella.

Duele.

No se dio cuenta de que empezó a llorar sola.

Duele.

–Un pasado en blanco que no recuerdas... –Dijo suavemente rozando sus labios con los de él.

Antes de que se diera cuenta, sus labios estaban sobre los de él. El beso se hizo más profundo cuando él se quedó quieto, atónito por el repentino giro de los acontecimientos.

Kanda cerro los ojos y respondió al beso, posando su mano sobre su mejilla. Su lengua con la del espadachín se juntaron en una danza, la albina sintió saliva salir por su labio. Cuando les falto el aire, se separaron levemente, un hilito de saliva los unía pero rápidamente se rompió al separarse, solo para mirarse el uno al otro.

Como si sintiera la mirada preocupada en los ojos de Kanda, Selene se apartó e quiso irse, pero Kanda no la dejo.

Selene mostró su mejor sonrisa para que pudiera darle coraje por unos minutos, el tiempo suficiente para suprimir el dolor en su pecho.

Mientras Selene pueda salvar ese vínculo restante que tenían, no le importará mentirse a sí misma.

–Era una broma. –Dijo totalmente seria y sonrojada– Eres fácil de engañar.

Hubo una breve pausa entre los dos cuando la mujer miró a Kanda, todavía seria de su cara sorprendida hasta que hizo clic en él.

Para hacerle sentir como si ella solo le estuviera tomando el pelo.

–¿¡QUÉ!? –Kanda la miró, su cara estaba roja como un tomate por la vergüenza– ¿¡Qué coños fue todo eso!?

–Nada. Deja de poner esa estúpida cara y vamos a ayudar a los demás. –Dijo aun seria.

–¿¡HA!?

–Deja de ladrar, que me duelen los oídos de tanto oírte gritar. –Dijo comicamente mientras se tapaba los oídos con sus manos.

–¡¿Ladrar?! ¡¡No me vengas con esa mierda, Ren!! –Kanda la miró, muy enojado ya que ella fue la que se burló de él.

–¿Terminaste? –Preguntó cansada y aburrida mientras se destapaba los oídos.

–No hasta que me digas qué fue toda esa mierda de antes. –Exigio respuestas.

–Eso no te concierne.

–¿Amas a otro? –Preguntó bajando la mirada haciendo que su flequillo cubra su rostro.

Selene desvió la mirada hacia otra parte –Eso no es tema de discusión. Además, ¿qué más da? Eso no te ha importado.

Kanda pareció sorprendido por un instante y luego miró hacia otro lado, chasqueando la lengua con frustración –No eres la única que ha cambiado, baka.

Y como Kanda miró hacia otro lado, no fue capaz de captar la tristeza que tenían los ojos de Selene que normalmente podría haber visto.

Selene dejó escapar un triste suspiro, pero antes de que pudiera permitirse estar deprimida, trató de orientarse correctamente.

Juntó las manos como para recordar algo, llamando la atención del otro.

–La fuente de este puto problema se nos escapa. Debemos darnos prisa en reunirnos con los demás y terminar rápido con este asunto. –Le recordó fastidiada y cansada de las tonterías de Komui.

–¡No te irás hasta que me digas quién es! –Antes de que Selene pueda dar otro paso, Kanda agarró la muñeca izquierda de Selene– ¿¡Quién es!?

–¡Qué te jodan, Kanda Yu! –Selene luchó pero Kanda no se movió ni un centímetro.

–Responde, Ren.

–Vete al carajo, BaKanda.

Él la ignoró.

–¿¡Es ese Noah, el Decimocuarto!?

Selene lo miró asqueada.

–¿El conejo?

–¡No, Yu!

Kanda apretó los dientes con agitación –¿No me digas que es el General Cross?

–No. Sería aun peor. –Dijo mientras se soltaba de su agarre– Él es como una especie de padrino para mí.

–¡Entonces quién es!

–No lo sé... –Selene se tomó la muñeca de su brazo– ¡Pero! Un día lo sabré. Esa es la promesa que hice con esa persona. –Dijo, mostrando sus recuerdos y lágrimas de emoción aparecieron en sus ojos.

Cuando Selene miró al chico callado frente a ella para ver su reacción, se sorprendió al verlo un poco molesto y deprimido, como si estuviera peleando por algo.

Por un momento, pensó que tal vez, él se preocupaba por ella más de lo que podía creer y él actuando así estaba haciendo que su corazón palpitara de esperanza.

Como por casualidad, podría estar celoso.

Pero eso es imposible.

Al menos esperaba que él la rechazará correctamente, pero al ver su rostro contraído por el disgusto y el dolor hace un rato, supo que no tenía ninguna posibilidad para estar con él.

Y dolía más saber que de todas las personas a las que no le importa ponerle esa cara, tenía que ser él.

Tenía que ser él.

Y eso duele más.

Hubo un terrible silencio entre los dos sin que nadie se atreviera a comentar durante un minuto entero. Cada uno, pensando algo para sí mismos.

Sin un suspiro, Selene se encargó de poner fin a esta farsa o de lo contrario se perdería.

Por otro lado, Kanda estaba de nuevo, sin palabras, con la mirada en otra parte. Tomando la iniciativa, Selene lo tomó como una señal para dar un paso atrás y se enfrentó a la puerta, sin mirar al hombre detrás de ella.

–Haz lo que tengas que hacer en esta Guerra... Y si en el camino encuentras a esa persona... –Respiró hondo, suprimiendo un nudo que se estaba formando en su garganta– matate y ve tras ella al otro lado y a mí déjame en paz. –Dijo, sin esperar lo fría que sonaba su voz.

Abrió la puerta y se fue, dejando al chico solo en la habitación para luego reponerse de sus frías palabras e ir tras ella.

~

Reever ató a Komui, Daisya, Saori, Nea, Rob y Lenalee.

–¡Au, au, au...! –Komui gritó.

Komui miró a Lenalee, al ver que su hermana también estaba atada.

–¡L-Lenalee! ¡¿Qué clase de juego es este...?! –Se miró a sí mismo– ¡Oh! ¡¿Yo también?!

–Lo... Lo siento... Yo he hecho... eso. –Reever dijo con una cara azul.

–¡¿Reever?! –Komui se sorprendió.

–Mi cuerpo... se mueve... por su cuenta... –Alcanzó a decir Reever, tratando de detener los movimientos de su cuerpo.

–¡¿Qué?! ¡¿Tanto me odias que tu cuerpo me atado automáticamente?! –Preguntó Komui, gritando en estado de shock.

–No... no es eso. ¡Agh...! –Reever empezó a temblar y su rostro se volvió aún más azul.

–¿R-Reever? –Komui lo llamo.

–Shitsuchou... Por favor, tómeme en serio cuando le diga esto...

–¿El qué? –Komui tenía miedo de preguntar.

–H-Hay algo... dentro de mí... –Reever dijo– ¡Ugh! ¡WAAAAHHH! –Comenzó a gritar de repente, luego cayó al suelo.

–¿Reever...? –Komui se encogió en estado de shock, notó que Reever se levantó de nuevo– ¿Estás cansado? –Preguntó y tuvo un sentimiento siniestro.

–Que no es eso. Zupervizor...

De repente, Komui se sorprendió por lo que vio. Una cabeza apareció del estómago de Reever y comenzó a hablar.

–Zolo haga lo que le diga ahora. Zupervizor. Zi no me ezcucha con atención, lo dezcabezo.

Komui estaba tan sorprendido que no pudo decir nada, se puso blanco y el frasco de huir casi se cae al suelo.

–Tengo... ...un favor que pedirle. –Dijo– Oye, ¿me estás ezcuchando? –Pregunto.

El fantasma golpeó a Komui, controlando el cuerpo de Reever.

–Ezcucha. –Ahora Komui se despertó.

–¿P-Puedo pedirte una cosa?

–¿Zí?

–¿Eres el amor secreto de la infancia de Reev—?

El fantasma hizo que Reever lo golpeará de nuevo.

–¡¡Despierta y date cuenta de lo que esta pasando, pedazo de burro!! –Reever gritó. Ni un segundo después, Reever puso un cuchillo en su garganta.

–Vamoz a pinchar por aquí. ¿Parezco humano? –El fantasma le dijo a Komui.

–¿Eres un fantasma? –Gritó Komui.

–¡No te pases! –Reever y el fantasma gritaron al unísono.

–Jeje... Rezponde: Zí o No. Para el traslado. Zi te niegaz, lo mataré. –Preguntó el fantasma.

–Pues tendrás que preguntarle a mis superiores. –Komui simplemente dijo, con el rostro en blanco.

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