Itachi sabía que pronto debía volver, debía eliminar a Pain y a Tobi de alguna manera- Uchiha, ¿para qué demonios nos ocupa el líder?- el azabache negó -no lo sé, estamos cerca de la lluvia, tal vez nos quiere cerca, tal vez dude de nosotros -sonrió arrogante bajo la capa, Kisame sonrió con burla -hace bien en temer, no sabe cuándo los traicionaré, si ya traicioné a mi aldea y familia, ¿quién les dice que no lo haga con ustedes? -el de Kiri vió con burla al Uchiha haciendo una amenaza de su frase. Itachi giró su rostro con curiosidad y seriedad, su mirada era oscura -la gente espera amenazar y que el karma no llegue a ellos, eso es idiota- Kisame apretó el ceño -¿amenazar es idiota?- Itachi lo vió con seriedad, un escalofrío recorrió al de Kiri -¿para qué amenazar, si simplemente podemos actuar?- Kisame se enderezó, ese sujeto no lo admitiría, pero a veces le daba algo de terror, lo vió para, ambos lo hicieron, ya era tarde, -descansemos- kisame lo observó recargarse en un árbol y cerrar sus ojos dispuesto a dormir, hizo exactamente lo mismo.

Itachi invocó un clon con el que se intercambió, el clon se quedó frente a Kisame dormido, el original con los sellos espías corrió a gran velocidad alejándose del campamento preparándose mentalmente, era hora de comenzar a eliminar a Akatsuki. Mientras corría hacia la aldea analizaba sus probabilidades y lo que debía hacer, después de un tiempo corriendo observó la gran pared que dividía a Amegakure del exterior, sonrió con maldad, no tendría otra oportunidad como esa, siempre lo mandaban a misiones lejos de este lugar, temían a su poder, eso era evidente, hacían bien esos idiotas, corrió entre los Shinobis de la entrada, podía sentir un jutsu en la lluvia , ¿alguna clase de rastreo acaso?, tal vez era así, eso no importaba, sus sellos lo protegían.

El Uchiha observó la enorme ciudad, los rascacielos cubrían el lugar haciéndola ver una jungla de cemento, Itachi se paró sobre uno de los edificios observando el lugar gris y húmedo, analizó con cuidado, si fuera Pain, ¿dónde se escondería?, pensaba con calma, observó el edificio más alto con la enorme estatua del juubi en el lugar, ¿más estúpido podía ser?, su ego era demasiado grande para sentirse un dios, su arrogancia lo destruiría, sonrió con burla, corrió una vez más a gran velocidad entre los enormes rascacielos, era una sombra que se movía con agilidad y sigilo, brincó entre el edificio principal en vertical usando chakra para anclarse al cemento, subió hasta llegar al último piso donde culminaba la estatua, en cuanto entró a la terraza sobre la estatua, observó a un sujeto pelirrojo sobre un enorme aparato, tubos conectados a su espalda, su apariencia demacrada, ahí estaba Nagato Uzumaki, un dios, sonrió con maldad, caminó lentamente rodeando al Uzumaki observando sus anillados ojos morados, era muy distinto al rinnesharingan de su hermano en ese futuro, agradecía a su rubio, los sellos que le había regalado estaban a otro nivel, ni siquiera ese doujutsu tan poderoso podía ubicarlo, recordaba a los otsutsuki, ni siquiera ellos fueron rivales para su amor, suspiró con dolor al recordarlo, pronto podría estar a su lado, los años de espera por fin terminaban, lo extrañaba como un loco, pero esto debía pasar.

-Nagato, debo ir a alertar a los guardias en la barrera, Kisame e Itachi ya deben estar cerca a pocos kilómetros, será mejor avisar o querrán atacarlos, es mejor simplemente mantenerlos vigilados- el Uzumaki asintió en silencio lentamente -Yahiko hoy cumple años de haberse ido de nuestro lado- Konan asintió con tristeza viendo al pelirrojo observar a la nada con nostalgia -tal vez está decepcionado de ambos- Nagato apretó el ceño con molestia -él debe entender, que todo lo hago por ese sueño de paz que quería alcanzar, sólo quiero cumplir su voluntad -konan negó con tristeza -decidas lo que decidas, estaré a tu lado Nagato, no importa si nos condenamos en el infierno, eres todo lo que tengo en este mundo -el Uzumaki levantó su mirada con seriedad -¿aún lo extrañas?- Konan sonrió ligero con fastidio -a diario, debo irme-

Nagato la vió salir por el gran hueco en el edificio donde estaba la enorme estatua del biju, la observó volar con sus alas de papel alejándose de su lado, abrió su boca escurriendo sangre, su garganta había sido degollada con kusanagi en un movimiento limpió sin necesidad de chakra, sus ojos ya no estaban en la cuenca de su rostro, su pecho sangraba señal de haber sido perforado, dejó caer su cabeza hacia el frente en señal de haber perdido la vida.

Itachi se aseguró de arrancar los ojos antes de asesinarlo, si lo revivían por edo tensei, su poder ya no estaba, lo observó, por un momento sintió lástima por el sujeto, era un idiota al que manipularon en este juego de destrucción, una marioneta más del destino, negó con fastidio, desapareció del lugar corriendo a una velocidad increíble, mientras corría de regreso analizaba observando los ojos en su mano, trataba de decidir, podía entregar el poder o podía quedárselo, ese poder era de su clan y él era su heredero, pensó con cuidado algunos minutos, sonrió ligero, tomaría un poco de su herencia prematuramente, sonrió con burla, al salir de la ciudad y de la barrera, la mano del Susanoo se extendió saliendo de su cuerpo, estiró su mano entregando los ojos a su chakra rojo, la mano del gigante de chakra se perdió, pudo sentir la fuerte expulsión de chakra en su cuerpo al absorber los ojos, suspiró hondo tratando de adaptarse al enorme poder, gracias a kami tenía el sello de chakra aún puesto, parpadeó sintiendo el poder en su sangre, estiró sus manos abriendo y cerrando sus dedos, sus ojos brillaban en morado, no dejaría que su rubio sufriera una vez más en manos de esos malditos seres, por otro lado, ahora que le había robado su poder a su adorado tío, podía regresar a Konoha sin problema alguno, parpadeó ocultando entre sus ónix semejante poder.

Al llegar al campamento pudo ver cómo Kisame veía a su clon, sabía que no confiaba en él, hacía bien el idiota, se paró frente al sujeto con descaro, bajó en cuclillas poniéndose a su altura, su mangekyo sharingan brilló en rojo perdiendo el sello de transparencia, Kisame abrió sus ojos bastante entrando en un pequeño transe, usaría el mismo genjutsu que Tobi había usado en el Mizukage, su mangekyo sharingan giró lentamente logrando su cometido, podía ver a Samaheda inquieta olfateando a su amo por algunos segundos, observó cómo pasó chakra atraves suyo para liberar a Kisame del genjutsu, pero esa acción no iba a funcionar, estuvo a punto de eliminar a Samaheda cuando la espada se calmó por fin, al parecer dejó de sospechar, sonrió arrogante, estaba listo, le había pedido al sannin de los sapos en su última reunión un sello como seguro, creó con calma un clon, derramó sangre sobre él y sacó el sello que Jiraiya le dió, lo colocó en su clon, este brilló absorbiendo la sangre del Uchiha, un clon de sangre creó, sonrió con maldad, colocó su anillo en el clon y la capa, sacudió su ropa con calma, se dió la vuelta con el Jutsu de transparencia activo, se largó del lugar, su clon de sangre y Kisame esperarían a Tobi y sus órdenes, si desaparecía de inmediato sería el blanco del bastardo, debía actuar con inteligencia.