Capítulo 10: Castillo
Las cosas poco a poco subían de tensión, el momento por el que habíamos llegado estaba a punto de suceder, las cosas estaban listas y tendríamos que entrar en acción.
Le hice una seña a Kya para que ubicara en donde estaba Niklaus, y cuando así fue, le avisó a los demás, y poco a poco nos acercamos al perseguido. Este entró en una de las puertas de donde estaba recargado.
Kya activó la alarma contra incendios, por lo que las personas estaban saliendo del lugar. Todos entramos por la misma puerta que el rubio y encontramos una habitación naranja claro, pinturas de animales en las paredes, un gran candelabro que colgaba del techo, sin ventanas, y a Niklaus viéndonos con una ligera sonrisa, agarrando fuertemente el maletín.
—Se tardaron en venir por mí —dijo arrogante.
Empezamos mal, odiaba siempre esas voces, y sabía que no iba a ser fácil la situación. Yo me puse al frente, Kya a mi izquierda, Jolie a mi derecha y los demás se esparcieron por toda la habitación.
—Perdona, hubo un ligero inconveniente —respondí con el mismo tono.
—Sí saben que los voy a matar, ¿verdad? —dijo el rubio sonriente.
—¿Por qué traicionar a lo que juraste? —preguntó Kya seria.
—La organización nos ve como títeres, si yo no veo por mis intereses, ¿quién lo hará?
—¿Cárcel o muerte?, tú decides —dijo Jolie ligera.
—Muerte, eso siempre es un descanso —respondió sin interés.
—Bueno —encogió los hombros la rubia—, podemos hacer algo al respecto.
En ese momento Jolie sacó un arma de su funda, le apuntó y en menos de un segundo disparó tres veces, una tras otra bala iba saliendo de la pistola. Por un segundo creí que esto acabaría fácil, pero estaba muy equivocado.
Niklaus con su mano libre creó tres pequeñas esferas que impactaron contra los proyectiles, se destruyeron y posteriormente creó otra esfera, más grande que la anterior, apuntándonos a los 3, Jolie hizo lo mismo y las esferas se lanzaron al mismo tiempo, chocando en el aire, creando una explosión que nos aturdió a todos. Ahí supe que el rubio era un Phos.
Yaciendo en el suelo producto de la onda de choque, vi que Kya ayudaba a levantar a Atenea y Nancy del piso, Jolie hizo lo mismo conmigo y el par de tortolos se apoyaban el uno al otro, eso era un poco extraño. La puerta del otro lado de la habitación cerró de repente, Niklaus había escapado. Rápidamente me compuse y caminé inmediatamente hacia la puerta, me encontré con una pequeña plaza, el piso de piedra en forma de tablas y un pozo en medio. Había varias puertas, incluyendo también el piso de arriba, por lo que cuando todos llegaron fue mejor crear una estrategia.
Nos dividimos en equipos. Kya, Félix, Yukiko y Nancy investigarían en la planta baja, mientras que Atenea, Jolie y yo en el piso de arriba.
Puerta a puerta íbamos investigando, cada puerta daba a una habitación diferente, con el mismo decorado, pero con diferentes recuadros, no sabíamos cuánto tardaríamos en encontrarlo, solo sabíamos que no debía de haber salido, ya que para eso debía de pasar por donde nosotros habíamos transitado, por lo que eso era imposible.
Saliendo de revisar una habitación, vi que Jolie y el perseguido peleaban, cada uno tenía esferas de energía en sus manos, se atacaban mutuamente, esquivando cada disparo del otro, hasta que Niklaus rompió el barandal del que Jolie se cubría, por lo que cuando eso ocurrió, se acercó a ella y de una patada la lanzó cayendo por la plaza.
Cuando creí que impactaría contra el suelo, Nancy la atrapó en el aire para ponerla a salvo en el piso, eso me alivió bastante, y antes de que pudiera hacer algo, Kya le estaba disparando desde abajo. Niklaus se cubrió un poco y le lanzó una esfera, algo que la pelirroja no pudo esquivar, impactando en su costado, arrojándola directamente hacia el pozo, Atenea se teletransportó para tomarla antes de que cayera, para después teletransportarse con ella hasta un lugar seguro.
—Nancy, cúrale las heridas a Kya —dijo Jolie preocupada.
Miré a Niklaus con rabia e inmediatamente comencé a dispararle, este se cubrió y me contratacó con sus esferas, logré esquivarlas y cubrirme detrás de columna, noté una sonrisa maliciosa de su parte, lo cual me irritó aún más.
El perseguido creó una esfera brillante, iluminando todo el lugar, lo cual casi me deja ciego, pero Jolie la disipó un par de segundos después, miré de nuevo al lugar de donde se encontraba, pero ya no estaba allí.
Bajé para revisar el estado de Jolie y Kya. Nancy la estaba curando exactamente como en las pruebas de Mane Rosh.
—Joshua, tú ven conmigo. Atenea, tú cerciórate de que nadie más esté dentro del castillo —dijo Jolie irritada.
Atenea asintió, por lo que usando sus poderes se teletransportó. Jolie empezó a caminar rumbo a las escaleras, cuando se escuchó una explosión en una de las habitaciones de arriba, seguido de otra más pequeña, y de nuevo otra grande.
—Joshua, tenemos a Niklaus —dijo Félix por medio del auricular.
Kya nos dio un comunicador, por si llegaba el caso de que nos separemos demasiado. Nos dio la dirección de donde estaban y mi mentora y yo fuimos casi corriendo.
Cuando llegamos, el pelirrojo y su enamorada estaban peleando, había visto el lugar con un par de manchas negras en la pared, como si de quemaduras se trataran, y a parte de ellos dos no vi a nuestro perseguido.
—¿En dónde está Niklaus? —pregunté confundido.
—Ahí —dijo Yukiko señalando un punto en una pared.
En ese punto señalado no había nadie, solo un ligero rastro de quemaduras, además de que arriba había una ventana abierta. En ese momento exploté, la furia, decepción y frustración me invadieron rápidamente.
—¿Cómo pudieron ser tan idiotas como para dejarlo escapar? —dije enojado.
Ambos se echaron la culpa de lo que había sucedido, como era una vieja costumbre en ellos, lo cual me hizo enojar aún más.
—Iré a revisar si aún está en el perímetro del castillo.
Dijo Atenea apareciendo en mi lado y desapareciendo de nuevo, eso me asustó ligeramente, pero mi furia estaba en su máximo esplendor, quería matarlos.
—¿Qué fue lo que les dije? —pregunté con ira.
—Que no lo arruináramos —dijo Félix con una voz apenas perceptible.
—Cálmate, Joshua —interrumpió Jolie—. Ustedes vengan conmigo —le dijo al par.
El par salieron de la habitación pasando a un lado mío, yo solo me limité a respirar fuerte y profundamente para calmar mis nervios.
—Joshua, Niklaus salió a toda velocidad en un auto —dijo Atenea desganada por el auricular.
Agradecí a su información y corté comunicación con ella. Inmediatamente arrojé un jarrón que estaba a mi alcance y maldecí en voz baja. Odiaba con toda mi alma un fracaso en una misión, eso me alteraba bastante.
Salí de la habitación para encontrarme con el grupo en la plaza, en donde Kya estaba de pie, como si nada le hubiese pasado, pero Nancy estaba en el suelo, se veía bastante cansada, parecía que dormitaba, y eso solo pasaba cuando la herida de sanación era de muerte.
—Ahora Niklaus se encontrará con su comprador —dijo Kya preocupada.
—No, eso no será así —respondió Jolie.
—¿Eso cómo lo sabes? —pregunté confundido.
—Intervine su teléfono, cambiaron los planes, se verán mañana en una fiesta en Moscú.
Eso de alguna forma me tranquilizaba, ya que sabíamos en dónde estaría, eso sería tener un paso delante de él, y al menos evitar que el par lo arruinasen de nuevo.
Tomé a Nancy entre mis brazos porque se había quedado dormida y salimos del castillo con discreción por la parte trasera, ya que se escuchaban sirenas que se acercaban.
Entramos en el auto reposando a Nancy en el asiento del copiloto y, sin más, conduje de nuevo hasta el hotel, en donde estaban nuestras cosas. El tiempo del camino era tenso, aún seguía molesto por la peli azul y su pareja.
—Joshua... —dijo tímidamente Yukiko.
—Cállate —respondí irritado.
Conduje hasta el hotel y cuando llegamos, me llevé a Nancy hasta una habitación para que descansara, mientras que los demás estaban en la otra. Espero que esta vez los problemas de los tortolos se arreglaran, ya que no toleraría otra falla más. Deposité al ángel en una cama y esperé unos minutos a que despertara.
—¿Ganamos? —preguntó somnolienta.
—No, pero casi, solo que lo arruinaron —dije frio.
Me acerqué a ella, me senté a su lado y ella se repuso sentándose también, la miré fijamente a los ojos, esos hermosos ojos esmeraldas y un dolor me empezó a invadir, el maldito tema de sus padres me recordaba y eso poco a poco me mataba.
—¿Estás bien? —preguntó curiosa.
—Sí, solo que un poco cansado —le resté importancia.
Me levanté de la cama tocando ligeramente su cabellera y me dispuse a retirarme de la habitación, caminé unos pasos hasta que estuve a unos centímetros de la manija de la puerta.
—Joshua, espera.
—Dime —me volteé para mirarla.
—¿Crees que hay una salida?
—¿Para esto?, tal vez —dije serio.
—No me gusta que personas mueran.
Noté en su voz cierta tristeza, eso me contagiaba, y para bien o para mal, le tenía empatía, podía sentir lo que ella sentía, y eso llegaba a ser malo.
—A mí tampoco —respondí.
—Si no te gusta, ¿por qué lo haces? —preguntó confundida.
—Gajes del oficio. Alguien tiene que hacerlo.
—¿Lo cambiarías? —entrecerró los ojos.
—¿Por una vida tranquila? Por supuesto —dije seguro.
—Entonces hazlo.
—Nancy, las cosas son complejas, personas mueren sin que uno lo quiera, pero si no fuese así, el mundo no estaría como está ahora. No es el mejor, pero podría estar peor, y entre algo o nada, prefiero rescatar un poco la esperanza.
Negué en un movimiento cotidiano y salí de la habitación sin decir más. La conversación, aunque estimulante, no me agradaba, a decir verdad, yo sí quería que las cosas fueran diferentes, pero uno de mis mayores problemas han sido mi personalidad y sentimientos, la culpa no es algo que maneje con facilidad, y mucho menos si se trataba de alguien que no lo merecía.
Pasaron un par de horas y llegó la hora de la cena, pasamos por un restaurante cercano, en donde dos deleitaron con la comida típica de aquí, y aunque no era gran fan de esos platillos, no me incomodaría comerlos otra vez en un futuro.
En momentos llegaba un tiempo incomodo, ya que las cosas no estaban del todo bien, y aún estaba molesto por lo sucedido.
Regresamos de nuevo al hotel, en donde las habitaciones se separaron de acuerdo a su sexo, hombres en una y mujeres en otra, y también porque Félix y Yukiko aun no podía estar juntos.
Cuando ya todos estaban por acostarse y yo estaba regresando de la recepción, me topé a Jolie, que me estaba esperando en el pasillo.
—¿Por qué le evitas la mirada a Nancy? —dijo cuestionando.
—¿De qué me hablas? —respondí confundido.
—Te conozco, y me he dado cuenta que le evitas la mirada, ¿qué sucede?
Me limité a permanecer callado, Jolie era buena interrogando, y no pararía hasta saber la verdad, y aunque le tenía mucha confianza, aun no era tiempo para contárselo.
—¿Te involucraste con ella? —preguntó seria.
—No, solo estoy pensando. Te lo cuento en Moscú —finalicé.
Empecé mi andar hasta la habitación en donde dormiría. Pasé a su lado y entré en el cuarto. Félix ya estaba dormido por lo que solo me acosté en mi cama asignada.
Pensé por un tiempo considerable el tema de Nancy, aun no sabía cómo o cuando decírselo, solo sabía que lo tenía planeado regresando a Mane Rosh. Al menos así, si ocurriese algo malo, la pudiéramos controlar. Me dormí.
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