Capítulo 20
Pasaban los meses y sin saberlo, en las noches se quedaban en la cama pensando en el otro deseando estar juntos.
5 meses después...
La clínica en la que residía Óscar era tranquila y austera; los pacientes padecían varias dolencias pero la más frecuente eran aquellas con inmovilidad cervical con probabilidad de recuperación. Después de operar, en lugar de tratarlos con medicinas y mantenerlos encerrados, como la mayoría de médicos prescribían, el doctor Harrison los sometía a un programa de ejercicio, baños fríos y una dieta moderada. Los pacientes comenzaban todos los días con un corto paseo matutino fuera del recinto, seguido por una hora de actividades en el gimnasio, como subir y bajar los escalones y empezar a fortalecer los músculos. Hasta ese momento, Óscar apenas podía hacer unos pocos ejercicios sin jadear pero creía haber detectado una pequeña mejora en sus habilidades.
- Que tal lo llevas hoy, papá? - preguntó Becca entrando en el gimnasio.
- Demasiado lento - respondió agarrándose de las barras y forzando a sus piernas a dar pasos.
- Ya dijo el doctor que tenías que tener paciencia y lo estás haciendo cada vez mejor! - contestó queriendo animarle.
Becca estaba muy orgullosa de los progresos que su padre estaba logrando.
- Hija , e estado pensando y ya es hora de que regreses a casa! - dijo interrumpiendo los pensamientos de Becca.
- A qué te refieres? - preguntó intrigada.
- No puedes perder más clases por estar aquí conmigo pero quiero que vuelvas a casa y al instituto mientras yo estoy aquí recuperándome!
Becca intentó por activa y por pasiva convencerle de lo contrario pero la decisión estaba tomada y no había vuelta atrás; a la mañana siguiente volvería a su casa, lo único de todo eso es que volvería a ver a Jackson. Después de pasar todo el día con su padre, Becca se marchó al apartamento que compartía con Douglas.
Douglas era un chico que conoció en la clínica, ya que su padre también estaba ingresado allí; se fueron haciendo amigos día a día y decidieron compartir piso para no dormir en la clínica.
Abrió la puerta del apartamento y dejó las llaves en la mesita de la entrada después de cerrar la puerta.
- Douglas??
- En la cocina!! - le oyó gritar.
Becca caminó hasta allá viéndole preparar comida china.
- Como sigue tu padre?
- Más cabezota que nunca! - dijo refunfuñando.
- Porqué dices eso? - preguntó curioso.
- Sin consultarme a comprado un billete para mañana y llegar a casa para recuperar las clases - soltó molesta - pero no quiero dejarle solo!
- Míralo por el lado bueno - la miró divertido - después de tantos meses podrás ver a tu amorcito y dejarás de darme la lata!
- Callate - dijo dándole en el hombro avergonzada.
Le había llegado a contar su extraña relación con Jackson hasta la promesa de que siempre sería suya. A Douglas le pareció lo más sexy que hubiera escuchado decir a alguien y eso que su novio le decía cosas mucho pero mucho más sexys.
Cuando estaban los dos juntos parecían sacados de una revista de modelos y los adoraba. Se habían hecho tan íntimos que Becca les había hablado de sus amigos Lincoln y Skyler y el trío que formaban Sophie, Annie y Christopher.
- No hablo tanto de él! - dijo ella y al ver su mirada escéptica cambió de tema - además me echarías de menos! - sonrió.
- Que crees que hará cuando te vea? Me dijiste que no pudiste despedirte de él! - siguió Douglas pensativo.
- No lo sé - dijo mordiéndose el labio inferior nerviosa.
Se imaginaba que cuando la viera, se sorprendería primero; luego puede que estuviera enfadado por desaparecer sin decir nada pero al explicarle el por qué de su ausencia comprendería y se alegraría de tenerla de nuevo a su lado.
Claro que, de la imaginación a la realidad puede que hubiera cierto abismo y no la perdonara tan fácilmente - pensó haciendo una mueca.
- Seguro que se alegra - dijo Douglas rodeando el hombro de Becca con su brazo y apretarla contra sí - piensa que te dijo que no olvidaras nunca que eras suya! - alzó las cejas una y otra vez - y entenderá el motivo por el cuál te fuiste!
Becca suspiró pensando que tal vez tuviera razón; además no llegaría a ninguna conclusión acertada hasta que estuviera delante de él, así que alejó esos pensamientos al fondo de su mente y pasó esas últimas horas con su amigo. En la noche después de recoger sus cosas y ponerlas en la maleta, se tumbó en la cama y de lo cansada que estaba se quedó profundamente dormida.
Las estrellas estaban en movimiento al igual que el mar, que había pasado a
ser algo parecido a espuma. Los pinos invadían con su suave fragancia
mientras la brisa alzaba las hojas cayendo al suelo; la luz de la luna robaba
el color de aquello que iluminaba. Becca cogió una flor y con la luz de la luna
llena, la flor tenía un brillo encendido e incluso proyectaba una sombra;
aunque el rojo no se veía ya que había sido sustituido por matices de color
gris. Al caminar, sentía la hierba fresca bajo sus pies descalzos; de pronto
una luz la cegó obligándola a taparse la vista hasta que una voz llegó a ella.
- Bienvenida!
Al bajar la mano y abrir los ojos, observó a una mujer parada enfrente suya.
Tenía una belleza celestial, etérea, una sonrisa que transmitía amabilidad y
una mirada bondadosa. Su pelo largo parecía bailar con el movimiento de la
brisa sin llegar a tocar su cara, sus ojos de un hermoso color violeta, como
cuando el ocaso y el cielo nocturno se juntaban y un halo plateado parecía
protegerla rodeándola como un manto estelar.
- Quien... quien es usted?
- Eso ahora no importa querida, solo tienes que saber que él siempre estará
contigo - sonrió.
- Que quiere decir?
La mujer miró a su izquierda y Becca siguió su mirada viendo la figura de
Jackson acercarse. Después de hacer una reverencia a la mujer, se paró
enfrente de ella y la cogió de las manos entrelazándolas.
- El hombre que tienes delante esconde un secreto que te involucra y es hora
de que lo sepas!
Becca los miró a los dos sin entender.
- Amor - dijo atrayendo su atención - antes que nada, quiero que sepas que
siempre seré tuyo y por nada del mundo quiero que me tengas miedo!
Becca seguía sin comprender pero al ver la firmeza y disolución con la que
habló, no quiso interrumpir.
- Soy algo más de lo que tus ojos ven - dijo apartándose lentamente de ella
pero sin dejar de mirarla.
- No temas - le susurró la mujer ofreciendo serenidad mientras veían como
Jackson se transformaba - es un hombre lobo y nunca te haría daño puesto
que eres su vida.
Ella lo vio desaparecer y en su lugar había un lobo; un lobo que ciertamente reconocería en cualquier parte.
- Lo has reconocido, verdad? - dijo la mujer sonriendo al ver su expresión.
- Es el lobo que aparecía cerca de mi casa - susurró asombrada.
- Exacto - respondió con una cálida sonrisa - Bastian puedes acercarte, no se alejará de ti.
Lo vio ir en su dirección hasta que su cara lobuna estuvo a centímetros de la
suya.
- Por fin sé como te llamas, Bastian - dijo ella con voz aterciopelada - me
alegra volver a verte!
Bastian bajó la cabeza y ella lo acarició.
- Él también se alegra de verte - dijo la mujer con cariño.
Volvió a apartarse y apareció Jackson.
- Soy un hombre lobo - dijo entrelazando otra vez sus manos; al principio
con cautela y después con seguridad - los que son como yo, tenemos una
persona como compañer@ de vida y en este caso tú eres la mía!
- Como lo sabes? - preguntó más curiosa que asustada.
- Por mí - dijo la mujer - antaño, mis hijos vagaban solos por la tierra y eso
me hacía sentir triste; queriendo que fueran felices, los uní con un o una compañer@ para que sintieran el verdadero amor que yo quería para ellos.
Que madre no querría ver felices a sus hijos? Una verdadera unión para toda
la eternidad.
- Becca, eres toda mi existencia y deseo que me aceptes como soy de verdad -
dijo mirándola con adoración.
- Aceptarías la unión de vuestras almas? - preguntó la Diosa Luna.
Becca miró a Jackson y su mirada tenía un atisbo de preocupación; supuso
que pensaba que la había asustado con toda esa información y lo rechazaría
pero en lugar de eso, miró a la Diosa y asintió. Cuando lo volvió a mirar, sintió
su alivio y su mirada estaba llena de una ternura infinita dirigida solo a ella.
La Diosa Luna se dispuso a proceder con la ceremonia mientras les colocaba unos anillos en el dedo anular de ambos.
- YO, COMO DIOSA LUNA OS UNO A TI JACKSON/BASTIAN Y A TI BECCA EN
ESTA VIDA Y EN LAS VENIDERAS! VUESTRAS ALMAS SERÁN UNA Y PARA
SIEMPRE! PERO TENGO QUE ADVERTIDOS QUE VENDRÁN TIEMPOS
DIFÍCILES Y ENEMIGOS PONDRAN A PRUEBA ESTA UNION!
- Diosa luna... - comenzó Jackson preocupado.
- Tranquilo - siguió serena - confiad en la fortaleza de vuestro amor y creer que
a pesar de los obstáculos estaréis juntos; tengo plena fe en que lo superaréis
todo! Prometéis estar juntos?
- Lo prometemos! - dijeron a la vez.
La Diosa Luna asintió feliz y en el momento que pasó sus dedos por la muñeca
interior de Becca la dejó una marca.
- Estáis unidos - dijo mirándola con una profundidad que pareció tocar su
alma - pero con ella - señaló la marca - tendrás un vínculo en el que a veces
podrás percibir sus emociones.
Al ver su confusión se apresuró a seguir.
- Sé que ahora no lo entiendes pero lo harás! - sonrió confiada - Jackson - le
miró - ya puedes besar a la novia!
Becca le miró sintiéndose la mujer más feliz del universo y acariciando su cuello lo besó.
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