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43: Saeta de esperanza

En ocasiones, podemos notar como las situaciones, van complicándose con cada decisión que tomamos; a veces parece que, nuestros ideales por más honestos que se muestren, no están ayudándonos como esperábamos. No obstante, ¿podemos decir que eso es suficiente para renunciar?

Realmente no, porque si tus acciones brindan esperanza a otras personas y creen en que puedes lograr un cambio, solo necesitas confiar más en ti mismo; entonces, ¿qué estás esperando para levantarte y volver a empezar?

¡Recuerda!, un nuevo cambio o iniciar desde el principio, nunca es una pérdida de tiempo, mientras mantengas tu esencia; solo laméntate, cuando hayas perdido el sentido de tu existencia.

Y puedo asegurar que Alfredo, ahora comprende las palabras de sus amigos, quedarse atrás no le brindará un mañana mejor; debe tomar la situación en sus propias manos, puede mostrarse catastrófico, pero siempre existirá una luz que resplandezca al final.

—Es triste haber sido traicionado por una persona, lastimado por quien amas; pero eso no justifica, querer destruir la vida —sonríe con ternura, tratando de demostrarle a oscuridad que, conseguirá recuperar su verdadera esencia; aunque eso solo consigue molestarlo.

—Es mejor agradecer, porque conociste la verdadera naturaleza de quien decía quererte y sabes no era alguien adecuado para ti; eso va a permitirte, buscar a otra persona que haga resplandecer tu luz.

Palabras y muchas más palabras, todas esas idioteces sin sentido como suele calificarlo, no puede seguir soportándolas. Por eso, Rei explota en sonoras carcajadas, logrando enfurecerse mucho más y sorprendiendo desde abajo al otro; con unas grandes manos que lo toman de la pierna, para en un fuerte impacto, estrellarlo de rostro contra la arena.

—No me hagas perder tiempo con esas estupideces, solamente son basura; es hora que despiertes el verdadero poder del guardián de la luna —Alfredo no piensa temerle más a esa mirada lleno de resentimiento, se ha prometido resultar el ganador en este combate.

—¡Vaya!, si te reúsas a pelear, no me dejas otro doloroso camino —su oponente muestra una hipócrita expresión de tristeza—. Tendré que seguir motivándote, de la única forma que reaccionas mejor —suelta con mofa.

Luna se asusta cuando repentinamente, unas dimensiones rodean a un debilitado Spero; saliendo rápidamente unos hilos y aferrándose a ese pequeño cuerpo, con tanta rudeza que, de un solo bum, lo hacen desaparecer en luces plateadas que se elevan hacia el oscuro cielo.

«Tengo las esperanzas puestas en ti, debes despertar tu verdadera esperanza», esas palabras golpean sus pensamientos. «En ocasiones, no puedes cambiar la maldad de un corazón herido, pero sí podrías darles una nueva oportunidad», provocando que un sentimiento de dolor se albergue en su pecho; aunque ahora resulta diferente, porque una agradable sensación también está acompañándolo.

Esa acción retumba una y otra vez en su corazón, esos diminutos destellos van desapareciendo, como sucedió con las esencias de sus amigos. No obstante, en esta ocasión no piensa volver a llorar, tampoco rendirse o retroceder; porque ahora también tiene en mente otro objetivo, devolver el anhelo que muchos elegidos, han perdido a través de generaciones.

Es cierto, el pasado no puede cambiarse ni revertirse, porque entonces el presente perdería sentido y tus esfuerzos serían inútiles, una pérdida de tiempo. Pero está seguro y mantiene esa voluntad, puede liberar las esencias sacrificadas y brindarles una nueva oportunidad.

¡Sí!, ese es un deseo ambicioso, con riesgos demasiado altos que conoce y está dispuesto a pagar; porque simplemente, si preguntaran cuál es el deseo de su corazón, respondería con sinceridad, «tener el coraje suficiente, para hacer felices a las personas que se han sacrificado protegiendo sus ideales».

«Evita decir no puedo, sin siquiera haberlo intentado, eso es patético y me fastidia demasiado», esas palabras de Jerson, aparecen en sus recuerdos para motivarle y haciéndolo comprender que retroceder, no es más una opción.

—Quería proteger a mis amigos y también buscar una manera de salvarte, para que recuperaras tu esencia; no quería perder a ninguno —Alfredo extiende su mano—. Pero en ocasiones, como para ti, es mejor volver a iniciar.

El dije que contiene su cristal, se agita desesperadamente hasta liberar un potente resplandor que envuelve su cuerpo y cambia su apariencia; provocando al mismo tiempo que, los siete cristales tomados con la muerte, también expulsen una radiante luz que se une a la suya.

En un destello, aparece una nueva arma que toma en su posesión, iniciando de ese modo, un nuevo comienzo que quiere brindar, permitir un mañana que resplandezca en los sueños de todos.

—¡Es hora de volver a empezar!

Una poderosa luminosidad, es liberada para brillar con potencia, atravesando las oscuras nubes y permitiéndole a un hermoso claro de luna llena, irradiar con toda energía sobre su representante.

Una calidez se almacena en el corazón de Alfredo, disparándose por todo su cuerpo; una extraña fuerza se apodera de su raciocino, brindándole esa confianza y esperanza que estuvo por perder. «Porque sí, planeo convertirme en el guerrero supremo, obtendré la victoria que estoy buscando», decidiéndose a terminar con esa maldición que ha perseguido a generaciones.

—¡Se acabó el juego!, te devolveré el anhelo que te han arrebatado y tendrás solo una nueva oportunidad —su mirada y sus expresiones, muestran esa determinación que oscuridad intentó desaparecer; y que ahora, rebalsa contra él.

Sin darle tiempo a protestar, se abalanza contra Rei, propinándole un potente golpe en el rostro y reaccionando rápido, para dejar otro sobre su diafragma; movimientos que han desequilibrado a su oponente, robándole el oxígeno que necesita para continuar.

—Destello fulminante de la luna llena —avienta su poderosa técnica, encima de quien tiene al frente; enterrándolo entre los escombros de una duna.

Valiéndose de esa cortina de polvo generada, salta para sorprenderlo desde arriba; asombrándolo cuando utiliza su nueva arma, una impresionante guadaña con hoz en forma de media luna y colgantes de estrellas a su alrededor.

Pum-pum, recibe dos golpes cuando trataba de levantarse, uno en el hombro y otro certero en la rodilla; frustrándose cuando en una ágil voltereta, Alfredo utiliza el mango de su arma para atinarle otro en el vientre, empujándolo a pocos quilómetros.

—¡Estamos por acabar! —expresando esas palabras, luna envía esa imponente guadaña que se multiplica en unas veinte, rodeando al otro por todos lados, quien solo ríe divertido.

—Reversión de esperanza.

Repentinamente, otras veinte armas se disparan hacia el cielo, multiplicándose una detrás de otra, mientras van cayendo como veloces cuchillas contra su desprotegido objetivo. Rei se encuentra en aprietos, porque puede tener un inmenso poder, gracias a la combinación de las ocho gemas; pero su cuerpo está recibiendo las consecuencias y no tiene oportunidad para recuperarse, debilitándose con cada cortada que recibe, perforando su piel en profundas heridas.

Además, esa técnica es demasiado similar a la suya, una fuente de energía que absorbe el poder de quien está atacando; robándole su esencia protectora hasta debilitarlo y dejarlo vulnerable.

—Crees... ¿qué con esas débiles técnicas lograras derrotarme? —oscuridad suelta una risa burlesca, cuando la técnica contraria a cesado—. No seas demasiado idiota y reacciona, no tienes las energías suficientes para vencerme —expresa intentando levantarse, para invocar alguna de sus habilidades.

Sin embargo, Alfredo no le presta atención alguna, concentrándose en recuperar su guadaña, para correr en dirección a él; tratando de golpearlo nuevamente en el rostro, aunque en esta ocasión ha sido bloqueado.

—Nada mal para un novato —el representante de la destrucción, arroja una esfera de energía negra que el otro esquiva con facilidad.

Esto le ha valido un descuido, porque ahora luna corre a su alrededor, formando un círculo en donde logra encerrarlo; pues una energía lo mantiene inmovilizado y atrapado.

—Bum-bum de las esencias guardianas —menciona convocando diversas esferas de colores, representando a cada elegido del oráculo.

Como pequeñas bombas, cada una golpea el cuerpo de su objetivo, provocando una poderosa detonación detrás de otra, con severas secuelas que ni su pulsera de objetos mágicos, puede protegerlo. Para finalmente, las últimas dieciséis juntarse en una sola esfera, ocasionando una explosión de mayor tamaño que le ha ocasionado, una rápida pérdida de energía.

—Parca representación de la oscuridad.

Rei invoca a su defensor, quien toma su arma como propia para protegerlo y alejarlo de las habilidades, de ese oponente que está ocasionándole problemas. Ayudándole a esquivar con tiempo, un ataque de esa filosa hoz y consiguiendo solo un simple rasguño en el antebrazo izquierdo.

—Combinación de esencias de los guardianes —con unos murmullos, el elegido de la esperanza, demuestra que no piensa rendirse y hace brillar su poderosa gema.

Es extraño para oscuridad, pero su cuerpo se encuentra desgastado y mucho más debilitado; como si toda su energía hubiese sido drenada o como haber perdido su esencia mágica protectora. Aunque su asombro es mayor, cuando nota al otro ser rodeado por siete luces de diferentes colores; entendiendo hacia donde iba dirigido el ataque de esa guadaña.

Pues no solo tiene un corte, sino que, su pulsera ha sido dañada para liberar los cristales robados; molestándose porque sus planes no están sucediendo como esperaba.

—Los cristales de los elegidos, tienen un indiscutible dueño y sin ellos, pierden su vitalidad; pero en el caso, de aquellos que forman el cristal del deseo, pueden también responder a otros guardianes —Alfredo lo observa sin vacilaciones, repitiendo las palabras que, en su momento Spero utilizó, para explicarle cómo podría recuperar las esencias de sus amigos.

—¡Es correcto!, deben tomarse a la fuerza para crear un poder inagotable; sin embargo, también responden a la pureza de un corazón. ¿Cómo lograrlo?, depende de la conexión entre los guerreros de esa generación —y sonriendo porque recién ahora, entiende su verdadero significado.

—¡Estúpido gato! —menciona el contrario, mostrando su evidente frustración al no conseguir liberarse.

Juntando las ocho gemas, en una sola pulsera que resplandecen a su llamado, libera un nuevo poder que le permite invocar a los defensores que se preparan para la última batalla. Aunque destrucción, se reúsa a retroceder y a aceptar esas palabras, pues solo tiene un objetivo en mente y sin importarle cuanta sangre deba derramar, está dispuesto a cumplirlo; por eso, le ordena a su protector iniciar el combate.

—El fuego representa la valentía, esa pasión por defender lo correcto.

Sorpresivamente, el primero en contraatacar es Nemea, quien esquiva con agilidad el arma de su oponente; abalanzándose sobre él para tomarlo de la cabeza, zarandeándolo y arrancándosela hasta hacerlo desaparecer. Mientras encierra en un círculo de fuego, al guardián enemigo.

—El viento personifica la libertad, esa actitud de ser uno mismo y no permitir que roben esa esencia que te caracteriza —el siguiente ataque, lo lidera el poderoso Grafo, convirtiéndose en un remolino gigante y cayendo sobre su víctima; combinándose perfectamente, con el fuego de su compañero para aumentar su temperatura.

—¿Sigues insistiendo?, nunca conseguirás derrotar a una presencia que ha obtenido el odio de muchas generaciones; la maldad nunca será desterrada de este mundo —Rei se muestra confiado en sus palabras, expulsando una magnífica energía que consigue liberarlo de su prisión.

Alfredo conoce los riesgos de utilizar todas esas técnicas en un solo momento, pero de igual manera, no piensa detenerse; porque con la misma determinación que mostraron sus amigos, es más fuerte su valentía de brindar protección. Decidiendo continuar hasta el final, confiando en esas voces que retumban dentro de sus pensamientos; aquellas que están ayudándolo a desarrollar sus poderes.

—El agua es la fluidez de los sentimientos, no existe uno mejor que otro; todos son parte indiscutible de nuestra existencia y nos hace humanos —responde ordenándole a Amaru, enredarse alrededor de su enemigo, apretando con tanta fuerza que provoca una explosión.

—El espacio simboliza las oportunidades que tenemos, para mejorar o volver a iniciar; basta sola una, para determinar tu destino —de un truene de dedos, invoca unas dimensiones que rodean a su lastimado oponente, dejándolo aturdido por el impacto de las fuertes palmadas de Goliat; aunque aún se mantiene en pie, queriendo dar batalla.

—El trueno es la potencia, esa energía necesaria para tus deseos. Muchas veces puede parecer que no se harán realidad, pero rendirse es simplemente patético; debes seguir adelante, confiando en ti y en quienes amas.

Ahora aparece Odei tocando una suave melodía en su flauta, valiéndose de las aberturas, para descargar potentes relámpagos y teniendo en medio a oscuridad; golpeándolo por todos lados hasta inmovilizarlo, al mismo tiempo que, lo hace rebotar como pelota.

—El tiempo representa las decisiones, una sola es suficiente, para construir o destruir tu propia vida —en un rápido movimiento de manos, envía una esfera para rodearlo, liberando un resplandor que hace colisionar todo a su alrededor.

—Por último y no menos importante, se encuentra la tierra, la vida de dónde todo empieza. Una pérdida, es un nuevo comenzar.

Finalmente, aparecen unas gigantescas manos entre la nube de polvo; tomando desprevenido para aplastar y aturdir al desprotegido muchacho, para luego de un manotazo, arrojarlo contra los escombros de un edificio.

—¡Triple mutación lunar!

Menciona esas palabras con valentía, impidiendo que el contrario escape y paralizándolo donde se encuentra; mientras una resplandeciente luz, lo rodea bloqueando las habilidades que su gema oscura le proporciona.

—¡Vaya!, ¡es sorprendente!, pensé me estaba equivocando; pero has aprendido demasiado rápido —Rei sonríe con sarcasmo, tratando de ocultar su furia, por no haberse percatado de esa táctica—. Has aprendido la técnica del Guerrero de la Esperanza, nada mal para un principiante.

Alfredo susurra unas palabras al viento, conectándose con las esencias de los ocho defensores que forman una esfera de luz sobre él; una que va aumentando de tamaño, con cada energía que recibe.

—Saeta de esperanza de los guardianes.

Esas palabras resuenan con sinceridad, obligando a los ocho cristales a liberarse en todo su esplendor, rodeando y formando sobre su brazo izquierdo, un impresionante arco que utiliza para disparar una flecha hacia el cielo; una de considerable tamaño que atraviesa un símbolo mágico, para caer a velocidad e impactar directamente contra el corazón de Rei, recibiendo el daño directamente y provocando un quiebre en su cristal.

—Acaso piensas... ¿qué con esto lograras vencerme? —oscuridad intenta moverse; aunque sonríe victorioso, cuando su cristal ha dejado de responderle—. ¡Eres demasiado iluso!, no por desaparecerme creas que la maldad se esfumará; esto solo es el principio, de este maldito destino con el que hemos nacido —sueltas unas sonoras carcajadas, mientras su cuerpo, muestra unos quiebres como si de un cristal se tratase.

—Debes entender, necesitas empezar desde el inicio; sé que te niegas a arrepentirte, pero la esperanza recae sobre todos —Alfredo muestra esa típica sonrisa amistosa—. Volverás a comenzar y espero nos encontremos nuevamente, recuerda que debes hacer las cosas bien, porque no volverás a tener otra oportunidad.

Son sus palabras finales, para de un movimiento de mano, provocar que la saeta resplandezca con vigorosidad; generando un destello y levantando un halo de luz hacia el cielo, acompañada de pequeñas esencias negras que despejan esa oscuridad, de la que parecía una perpetúa noche.

Finalmente, ese maldito combate ha terminado, con resultados no esperados, ni siquiera deseados; sin embargo, sin más muertes para lamentar. O al menos, ese pensamiento genera una esperanza que permitirá, reconstruir el presente y convertirlo en un hermoso mañana.

Nueve luces aparecen danzando alrededor del guardián vencedor, nueve colores vuelven a unirse para brillar con hermosura; juntándose en uno solo y formando un espléndido cristal plateado, con forma de una flor anemona que carga sobre ella, dos medias lunas entrecruzadas; mostrando con intensidad su energía.

—¿Cuál es tu deseo?

Escucha una desconocida voz, resonar en lo profundo de sus pensamientos, cuando toma en sus manos el mítico cristal de los deseos; aferrándolo a su pecho, mientras susurra unas palabras, para liberar una calidez que rodea su cuerpo.

—¡Fiu-fiu!, veo has sido el guerrero victorioso de este combate; eso en realidad, no me lo esperaba —Exitium realiza su aparición después de un largo tiempo de ausencia, posicionándose frente al nuevo Guardián de los Deseos, mostrando ese mismo semblante de inexpresión que lo caracteriza.

—Siempre tuve mi fe puesta en ti, sabía que tu esencia resplandecería ante tanta oscuridad que los rodeaba —Spero también se muestra ante su elegido, sorprendiéndolo hasta las lágrimas—. Imagino no creíste que morí con ese ataque, ¿verdad?

—¡Recuerda!, nosotros somos materia etérea y no podemos desaparecer, simplemente nos transformamos —el gato púrpura aclara las dudas que está mostrando el muchacho—. No obstante, todavía necesitamos de una fuente de energía pura para continuar; aunque no creo estés dispuesto a ayudarnos, después de todo el sufrimiento que te hemos causado, ¿o me equivoco?

Con una tranquila sonrisa, Alfredo niega varias veces, aproximándose para regalarles unas suaves caricias que ambos felinos disfrutan; pues se siente feliz, al saber que ambos se encuentran bien. Puede que haya sido muy apegado con Spero, pero no negará que también, tiene un aprecio por ese convenido Exitium.

—Mejor dejemos el pasado atrás, si seguimos pensando en aquello que pudo o no suceder; terminaremos perdiendo el camino, como ocurrió con Rei.

El representante de la esperanza, observa fascinado la claridad del cielo, notando como empiezan a asomarse los primeros rayos, del que promete ser un intenso sol.

—¿Qué ha sucedido con oscuridad?

—Ahora tendrá otra oportunidad para iniciar, solo espero que esta ocasión, pueda cumplir con sus ideales y encuentre la felicidad que le arrebataron —responde con una sonrisa, a las intrigas del felino púrpura.

—Nos complace volver a observar el cristal del deseo completo, en su totalidad, como debería mantenerse por siempre —un impaciente Spero mira, como la mítica gema resplandece—. ¿Has pensado en tu deseo?

—Digamos que... ¡ya ha sido cumplido! —responde Alfredo, viendo como unas pequeñas esferas aparecen frente a los sorprendidos gatos, tantas que no pueden contarse—. Cuando destrucción volvió a renacer, también se cumplió el deseo que mantenía mi esperanza.

—Y nosotros... ¿podríamos saber cuál es ese valioso anhelo? —Exitium se muestra intrigado, con esa mirada que puede no ser su intención; pero sigue tratando de intimidarle.

Luna deja escapar un suspiro mostrando su calma, mirando a ambos con evidente emoción; comentándoles que su deseo siempre ha sido el mismo, proteger a las personas que ama y brindar esperanza a quienes creen haberla perdido.

Con sus palabras, también les hace comprender la maldad de haber escogido por generaciones, a nueve jóvenes con la única misión de lastimarse entre ellos, solo para formar un poderoso artilugio mágico.

—Los cristales se forman de las esencias de los guardianes, estas nunca desaparecen, solo se mantienen fortaleciéndolo; por eso, me encargué de darles a todos ellos, una nueva oportunidad —parecer estar pensando en sus próximos comentarios.

—Es lo único que puedo brindarles, porque la felicidad deben encontrarla por sí mismos —recalca que, en un inicio, ambos gatos estaban equivocados.

—Sí podemos cambiar el destino, si es que nos proponemos a hacerlo —avergonzándose, porque él también estaba errado—. No obstante, no podemos entregarle alegría a quien no desea conservarla, todo va a depender de cada uno.

Sin embargo, tanto Exitium como Spero, muestran desencajadas expresiones; recalcando no haber comprendido esas palabras.

—Los humanos siempre utilizan complejidades para expresar algo sencillo, ¿no pueden simplemente ser más directos?

Alfredo sonríe, porque sabe que, a esa pareja de mininos, siempre se les complicará las frases que contengan sentimientos; cualidades humanas que hasta ahora no comprenden. Por eso, decide terminar su explicación y frotar ligeramente sus cabezas, llamándolos tiernos.

—También me he encargado de crear una fuente inagotable de energía, demasiado poderosa que podrán estar despreocupados —resalta con un semblante que puede parecer burlesco.

—¿Qué estás insinuando con aquello?

Exitium al igual que su compañero gatuno, se muestran confundidos por esa acotación; aunque sospechan de las intenciones del elegido final. Y al menos, el felino plateado no comparte esta idea.

—Ustedes siempre han pensado que necesitan las almas de los guardianes, generación tras generación, para obtener una energía limitada que mantenga su existencia; cuando hasta cierto punto, es correcto.

Alfredo explica calmadamente, como ha obtenido los sentimientos de cada elegido sacrificado; desde que inició esta maldición, hasta esta última que acaba con él. Logrando de esta manera, formar una poderosa esencia que siempre resplandecerá como la luz de luna llena.

Y eso no es todo, también ha utilizado toda su esencia para liberar las almas de cada muchacho.

—Quiere decir, ellos tendrán una nueva oportunidad —afirma Spero completando la frase de su guerrero—. Pero... ¿qué sucederá contigo?

—He tenido que pagar un precio, mi cuerpo desaparecerá de esta existencia; pero mi esencia se fundirá con el cristal de los deseos —responde con una sonrisa que refleja su determinación—. Nos volveremos uno solo y nadie volverá a utilizar sus poderes.

—Serás eternamente el Guardián de los Deseos —exclama Exitium con incredulidad—. Pero entiendes que eso también tendrá otro precio, ¿cierto?

—¡Por supuesto! —contesta con una extensa sonrisa—. También he pensado en eso y estoy dispuesto a cumplir con todos los requisitos —suelta en broma.

—¡Vaya!, sigo diciendo que tu elegido es demasiado extraño; pero debo admitir, no me cae mal —suelta el gato púrpura, resaltando que esperaba más diversión del verdadero guardián vencedor—. Qué se va a hacer, cada uno tiene sus propios ideales.

Spero intenta contradecirlo para hacerlo retractarse, no obstante, Alfredo niega efusivamente, haciéndole saber que no debe ir en contra de su propia decisión.

—Ya está decidido y no puede cambiarse.

Junta sus manos para crear una esfera de luz que se divide en dos, entrando por las sortijas que ambos acompañantes tienen aferradas a sus colas; llenándolos de una calidez que renueva sus poderes, sintiendo por primera ocasión, una energía llena de esperanza.

—Estoy seguro que nos volveremos a encontrar —son sus últimas palabras, envolviéndolos en un destello que los hace desaparecer; junto a las pequeñas esferas brillantes que lo rodeaban, dispersándose por el extenso universo—. Ayúdenlos a encontrar el tiempo de su nuevo despertar, ¡por favor!

Con esa característica sonrisa llena de confianza, el Guardián de los Deseos ha cumplido su más preciado anhelo; empezando ahora a desvanecerse, en diminutas luces plateadas que, en un resplandor desaparecen en el claro cielo, mostrando un nuevo amanecer.

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