Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14: Triple mutación lunar

Una repentina explosión se escucha cerca de la escuela de nuestros protagonistas, alarmando a alumnos y maestros que observan preocupados desde los ventanales, alarmándose cuando un segundo estallido crea fuertes vibraciones en la ciudad. Asustados por lo que pueda estar sucediendo, los adultos les piden a los menores evacuar con calma hacia las afueras para resguardarse de un posible derrumbe.

Alfredo y Gerardo se observan decididos, comprenden la situación y saben que deben escabullirse de la multitud para encontrarse con los demás, convertirse e ir a derrotar a su enemigo antes que aparezcan más víctimas.

—¿Qué están haciendo? —pero una mano detiene sus movimientos, encontrándose con la inquisitiva mirada de Karin y Vanessa—. Es peligroso que regresen a la escuela, debemos seguir al resto —sin escuchar sus objeciones, son llevados a rastras con el grupo.

Sorpresivamente, en el tumulto de personas también se encuentran los otros chicos con diferentes expresiones de fastidio; pues en esta oportunidad, no han podido liberarse de la preocupación de sus compañeros, encontrándose reunidos en la entrada principal de la institución.

Una tercera vibración de mayor intensidad genera que pocos puedan mantenerse en pie, escandalizándose por un posible terremoto que ha sido anunciado en los diferentes noticieros hace unos días, provocando una exagerada reacción en un intento de escapar, dejando algunos lastimados.

Como sabemos, cuando suceden "situaciones inexplicables", los cotilleos que escuchamos son los primeros que aparecen, activando nuestros miedos para hacernos en muchas ocasiones, actuar irracionalmente.

Pero nuestros muchachos entienden que la realidad está fuera de la lógica de muchas personas, existiendo una forma de detener todo ese desastre. Por eso, deben buscar el momento exacto para alejarse y hacer brillar sus cristales, porque solo de esa manera los demás estarán realmente seguros.

Sin embargo, su atención se ve interrumpida con unos zas, cuando unos bumeranes atraviesan con violencia unos árboles hasta perforarlos, para luego impactar contra un edificio de primaria que termina derrumbándose. Apareciendo también una burlesca risa que retumba en los alrededores, causando pánico entre el grupo.

—¡Vaya!, ¡vaya!, por aquí tenemos muchos posibles candidatos que pueden tener escondido un cristal de la vida —en los cielos flota una hermosa joven de larga melena dorada, atemorizando a los estudiantes con una penetrante mirada ámbar—. Mi querida marioneta masa elástica, búscame alguien digno de donar su energía para nuestro señor —expresa con una aterradora sonrisa, mientras juega con un mecho de su cabello.

—¡A la orden mi señora! —frente al inmenso grupo, aparece una delgada criatura muy similar a un humano; aunque se diferencia por unas ridículas vestimentas y un tono rosáceo de piel—. Quiero..., quiero..., quiero un lindo jovencito que se convierta en mi atracción principal —menciona moviendo rápidamente los pies, observando intimidante al grupo.

Los seis guardianes no entienden qué está sucediendo, se muestran contrariados porque no reconocen a ese extraño ente que está amenazándolos, nunca antes han visto una criatura similar.

«¿Será una nueva especie de transformación de los kirai?, ¿o tendremos que enfrentar un nuevo enemigo?, ¿qué está sucediendo?», son tantas preguntas que los intrigan, cuando sus acompañantes felinos les responden que también desconocen a su nuevo oponente.

—Ustedes dos dejaran de estorbar —pero los gritos de sus maestros los hacen reaccionar, encontrándose con los elásticos brazos de la bestia alrededor del cuerpo de los adultos, manteniéndolos elevados en el alto.

Con una risa macabra y en un rápido movimiento, arroja a las víctimas hacia más alto, escuchándose sus evidentes gritos de terror, mientras los estudiantes observan asustados lo sucedido.

—No dejaré que interfieran en mis planes —lanzando unos bumeranes que se desprenden de sus brazos y que giran alrededor de las dos rehenes para atraparlos en una esfera de energía, la cual a un solo truene de dedos, se contrae hasta explotar; dejándolos heridos e inconscientes sobre los escombros de un edificio.

—Creo que ahora podré encontrar una potencial víctima —menciona señalando al grupo, centrando su interés en Karin y César—. Creo que ese par de allá me servirá, ¡estoy segura! —afirma colocándose en posición de ataque, desatando alocados gritos de pánico en los alumnos que empiezan a correr despavoridos.

Nuestros chicos se encuentran indecisos, no hallan el momento idóneo para liberar sus energías y convertirse en los guardianes protectores. «¿Qué sucederá si nos transformamos delante de todos?», esa pregunta está fastidiándolos, comprendiendo que no es una solución viable porque se pondrían en evidencia; pudiendo también generarles, fastidiosos sentimientos que se convertirían en su calvario.

Esta situación les genera frustración, porque los felinos tampoco comparten la idea de revelar su identidad. Sin embargo, si no detienen a su enemigo, ¿qué sucederá?

Pero el más confundido sigue siendo Alfredo, entiende que muchos les temen, por ver en ellos a los principales responsables de los destrozos que azotan y están destruyendo la ciudad; exponerse causaría el mismo rechazo que mostraron esos muchachos en la mañana, o el odio que otras personas han demostrado.

«¿Qué debo hacer?, quedarse observando no es una opción», intenta alentarse para buscar valor y tomar una decisión pronto. Aprieta los puños con furia cuando se percata que no existe otra posible solución; «no hay nada que podamos hacer, es ahora o permitir más daños», tomando la determinación de convertirse, sin importarle las consecuencias que pueda traerle.

—¿Estás seguro que vas a exponerte por esos humanos? —pero la voz de Exitium detiene sus pasos—. ¿No recuerdas las palabras de esta mañana?, ¿todo ese odio que sienten por quienes llaman asesinos?, ¿piensas sacrificarte por esa clase de personas? —provocando que en sus pensamientos, retumben los comentarios que ha escuchado en los últimos días.

—Los humanos no conocen la fidelidad ni el agradecimiento. Acaso crees que por ser tú..., ¿te aceptarán? —haciendo que su determinación comience a tambalearse—. Hasta ahora, te han juzgado sin conocerte o sin saber el dolor que has atravesado, te critican por quien no elegiste convertirte y se mantienen lejos como si te temieran. ¿Por qué piensas que tus amigos actuarán diferente?, ¿merece la pena tanto sacrificio? —escuchando su sonara risa, junto a ese insufrible tintinear de cascabel.

Los demás guardianes se encuentran en una situación similar, no comprenden porqué en estos momentos, algunos desagradables recuerdos que pensaron y preferirían olvidar, están reviviéndose en su consciente; provocándoles muchas dudas que no les permiten decidirse.

—¡Es ahora!, consígueme la mayor cantidad de energía para despertar a nuestro amo —la voz de la muchacha de larga cabellera dorada que observa entretenida desde lo alto, los hace sentir como los peores cobardes.

Ante la orden, la criatura golpea sus manos para crear una onda de energía que arroja contra los atemorizados jóvenes, incrementando la impotencia de nuestros chicos; porque sus miedos y dudas, están provocando que sus cristales no respondan a sus llamados.

—Ataque en cadena de la luna oscura...

—Estallido múltiple de la luna blanca...

Sin embargo, unas voces no les permiten reaccionar a tiempo, encontrándose con un estallido de luces que los ciega, cuando unas energías detienen el ataque del humanoide, oyéndose una maldición por parte de la muchacha de profundos ojos ámbar.

—¡Son unos estorbos!, ¿no se aburren de interferir en mis planes? —desaparecido el peligro, notan como la muchacha se muestra molesta, observando hacia un punto detrás—. ¡Marioneta masa elástica!, acaba con esos tres chiquillos y consígueme la energía que necesito —para desaparecer detrás de un agujero negro.

Tres sombras han aparecido ocultas en la inmensidad de la oscuridad, captando la curiosidad de nuestros seis protagonistas y el miedo de sus compañeros por creer que son nuevos enemigos.

—Con la inocencia de un doncel en la fase de apertura del conocimiento, brillo en todas las noches de oscuridad, porque soy el Guerrero de la Luna Creciente...

—Con la resplandeciente luz de la madurez que me enseña el camino para brillar todas las noches de oscuridad, soy el Guerrero de la Luna Llena...

—Con la verdadera intuición de la experiencia, brillo en todas las noches de oscuridad, porque soy el Guerrero de la Luna Menguante...

Se escuchan las voces de tres chicos que finalizan su discurso, presentándose como los Guerreros de la Triple Luna que entraran en acción; dejando con confusas expresiones a los estudiantes y con una furia descontrolada en la extraña criatura.

—Creo que la presentación fue demasiado larga, parecen que no entendieron nada de lo que dijimos —el tercer muchacho observa expectante ante el silencio que se ha generado, escuchándose solo el cri-cri de algunos animalitos.

—Para mí que los hemos dejado fascinado y no saben cómo reaccionar, deben estar pensando en aplaudirnos o gritar de emoción —el segundo susurra tan alto que todos pueden oírlo, muestra una extensa sonrisa cuando el claro de luna llena se posa sobre ellos, evidenciando a tres adolescentes.

—¡Esto es demasiado vergonzoso!, les dije que solo haríamos el ridículo —el primero parece estar riñendo a los otros dos que se muestran desinteresados en sus palabras, descuidándose de su oponente que ha aprovechado esa distracción para estirar sus brazos, atrapándolo de los pies para agitarlo con violencia.

Los otros dos muchachos, reaccionan para notar como su compañero es arremetido contra todo objeto que se encuentra en su camino, para finalmente ser arrojado contra el tercero, enterrándolo bajo los escombros de una pared.

Esa situación ha generado el descontrol de los estudiantes, valiéndose del descuido de la bestia y correr buscando una forma de alejarse de la escuela para protegerse. Los únicos que se mantienen expectantes a la batalla, son los seis guardianes junto a sus acompañantes felinos que muestran diferentes reacciones.

—Fulgor resplandeciente de la luna —el segundo arroja desde las puntas de sus dedos, un poderoso rayo que ha golpeado a su contrincante; pero no lo suficiente, como para ser tomado del cuello, elevándolo por los aires y de un solo movimiento, impactarlo con rudeza contra el pavimento, comenzando a arrastrarlo.

—Eres la marioneta más fastidiosa que he conocido —el primero corre hasta el humanoide para propinarle una fuerte patada en el vientre, no esperando que también su cuerpo sea tan elástico como para hundirse.

—¡Niños debiluchos!, ustedes solo son unos idiotas comparados conmigo —menciona la criatura tomando a los dos muchachos para estrellarlos uno con otro, rostro contra rostro, generando evidentes quejidos de dolor.

El combate parece encontrarse en desventaja, con una bestia riéndose divertida y burlándose de dos chicos quejosos que están sobándose el rostro por el fuerte impacto.

—Ataque en cadena de la luna oscura —pero unas repentinas cadenas que se incrustan en las profundidades, atrapan sorpresivamente al villano, apretándolo con tanta fuerza que no le permiten moverse.

—Estallido múltiple de la luna blanca —recibiendo un segundo ataque por parte del tercero que parece haberse recuperado rápido—. Debes acabarlo antes que se libere —le ordena a su segundo acompañante que asiente decidido.

El muchacho se levanta, estirando sus brazos y creando un símbolo de triple luna a los pies del humanoide que le impide moverse a libertad.

—Debes regresar a tu humilde forma —grita con determinación, liberando una resplandeciente luz para rodear a la marioneta que suelta unos quejidos, intentando escapar—. ¡Triple mutación lunar! —en cuestión de segundos, en su lugar aparece una inconsciente muchacha que recibe una gema blanca, desapareciendo dentro de su cuerpo.

—¡Lo conseguimos! —el extraño trío celebra con alegría, mostrándose satisfechos por haber terminado el enfrentamiento.

Sin embargo, fuertes temblores provocan que los nueve jóvenes pierdan el equilibrio y caigan sobre su peso, alertándose cuando unas deformaciones se alzan cerca de ellos; como si algo caminara bajo sus pies, escondiéndose en las profundidades.

Tin, tin.

Ese peculiar sonido que parece estar acompañando a nuestros seis protagonistas, desata la furia de un grupo de kirai que como hileras, son liberados desde las profundidades; atrapando a la desmayada muchacha e ingresando con violencia en su cuerpo, creando una tenebrosa y feroz criatura de tres metros de altura aproximadamente, con dos cañones como brazos que utiliza para atacar a los tres distraídos guerreros, siendo sorprendidos con una explosión que los entierra bajo escombros.

—Espiral de la luna creciente —pero rendirse no está en los códigos de ese trío, pues el primero decide continuar con el combate, desplegando los escombros que estaban aplastándolos.

—Corte de la luna menguante —el tercero también entra en acción, enviando unos bumeranes en forma de media luna que rodean a la inmensa monstruosidad, generándole cortes a través del cuerpo. Una táctica muy arriesgada, sobre todo cuando eleva su enojo.

Unos nuevos ataques de cañones son disparados, aunque ahora van dirigidos hacia nuestro grupo de guardianes que no han salido de su asombro y no han tomado la iniciativa de intervenir. Una explosión se genera creando un fuerte impacto, mostrando al segundo guerrero como su protector, evitando que salgan lastimados.

—Es mejor se marchen, es peligroso que se mantengan cerca —comenta el muchacho regalándoles un guiño—. ¡No se preocupen!, déjennos esto a nosotros —sonríe al notar sus desencajadas expresiones, uniéndose a sus acompañantes que deciden enfrentar a su nuevo y desconocido oponente.

Los tres misteriosos guerreros, buscan enfrentarse a la grotesca criatura que está poniéndolos en desventaja y agotando sus energías, parece ser la primera vez que se enfrentan a semejante adversidad.

Es cierto que cuentan con buenas técnicas y una tenacidad imparable; sin embargo, no son suficientes cuando su contrincante enfurece, para de un solo garrazo enterrarlos bajo los derrumbes de las edificaciones cercanas, destruyendo casi la mitad de la escuela.

—¿Acaso piensan continuar admirando la batalla? —la voz de Spero provoca que Alfredo despierte de su ensoñación, sintiéndose terrible cuando se percata que algunas dudas siguen revoloteando en sus pensamientos.

—No es momento de vacilaciones, recuerden que son guardianes y deben cumplir con la misión que se les ha asignado. No importa las circunstancias o los malos momentos, titubear no está permitido —son sus certeras palabras para despejar esos pensamientos que les impedían actuar, obteniendo el suficiente valor para hacer resplandecer sus cristales y gritar, ¡CAMBIO!

Con una luz tan poderosa capaz de detener el combate, nuestros seis protagonistas sorprenden a sus nuevos compañeros, obteniendo sus poderes y mostrando su verdadera identidad; aquella de la que nunca deben renegar, porque les permite proteger lo más importante, la vida.

—Gerardo y Jerson deben combinar sus estrategias para detenerlo por un lado, mientras que Fernando con Nicolás se unirán en el otro extremo —Jordán le indica a Alfredo que debe esperar el momento propicio, pues sus amigos se arrojan al combate utilizando sus técnicas a la mayor potencia.

El chico de tierra utiliza hábilmente su guadaña, creando inestabilidad a los pies de su oponente que empieza a tambalearse; momento clave para que agua y viento creen hileras con sus técnicas, apresándolo de los brazos como si se tratasen de fuertes cadenas. Terminando con un estallido, cuando trueno ha lanzado poderosos rayos que les han devuelto la ventaja de la batalla.

—León representación del fuego —moviendo un mechón de su cabello—. Mi amado Nemea, aparece y utiliza tu furia contra esa bestia, debilítalo para acabarlo —fuego le ordena a su imponente defensor, desatar su furia contra la criatura que está causando problemas.

La oportuna intervención de nuestros guardianes, ha sorprendido al trío de muchachos que se mantienen expectantes a sus movimientos; resultando de igual manera, para quienes están observando desde una distancia prudente, sonriendo satisfechos.

Nunca creí que ese chiquillo fuese tan excepcional, con ese liderazgo quizá resulte el elegido final que estamos buscando —una voz que solo muestra una brillante mirada marrón, susurra desde las penumbras que lo mantienen alejado del peligroso combate.

—Recuerda que el elegido solo es uno y no creo que ninguno de esos mocosos sea el indicado —refuta otro muchacho de una penetrante mirada azul, sonriendo cuando nuestros cinco chicos parecen tener ventaja de la pelea.

—Lo importante es madurar esos cristales y parece que el encuentro de hoy, ha dado los resultados esperados —una tercera voz que delata unos profundos ojos violetas, hace tintinear un cascabel que resuena a la lejanía—. Por el momento es todo —son sus últimas palabras para desaparecer del lugar.

Con el molesto sonido, la monstruosidad enfurece poniendo en aprietos a los nueve guerreros, pues en esta ocasión la triple mutación lunar no ha funcionado.

—¡Alfredo!, debes derrotarlo antes que se complique —grita Jordán para obtener un asentir como respuesta.

—Luz de purificación — haciendo brillar su pulsera y conectándose con lo más profundo de sus sentimientos, invoca a su defensor que crea un resplandor sobre las palmas de sus manos—. Saeta del ángel de la luna —menciona para crear una flecha que se dispara a velocidad contra su contrincante, partiéndose en más de veinte que impactan directamente, extrayendo a cada kirai para desaparecerlo en polvo que vuela de regreso hasta su pulsera, mostrando una zona completamente destruida por el duro combate.

No es el final que esperaban, porque Alfredo deseaba que los daños fuesen mínimos y sin heridos, solo cumpliéndose lo segundo; porque en esta ocasión, su indecisión ha generado más complicaciones. Sus amigos no tienen palabras para consolarlo, pues tienen el mismo sentimiento de impotencia y arrepentimiento que ahora es innecesario; los daños están hechos y nada puede remediarlo.

—No es momento para arrepentimientos —escucha una desconocida voz llamarle, sintiendo una cálida mano sobre su hombro, cuando deja escapar un suspiro—. Quizá no hayamos podido evitar los destrozos, pero debemos estar satisfechos porque salvamos una vida y evitamos que otros salgan lastimados —encontrándose con una hermosa y brillante mirada plateada—. Mi nombre es Hernán, es un gusto conocerte —sonriendo cuando la mano ajena profana sus azabaches cabellos, revolviéndolos.

—Debes sonreír porque has cumplido con tu objetivo —observa como un segundo muchacho tiene en brazos a la inconsciente víctima—. Nosotros no tenemos tiempo para arrepentirnos, eso no nos permitiría obtener el valor para continuar —agrega presentándose como Luis.

—A veces, debemos tomar decisiones precipitadas y es mejor aceptarlas, hacerte responsable de sus consecuencias; de lo contrario, nunca harás resplandecer tus sentimientos, pues tu determinación se habría esfumado —se acerca el último chico de nombre Erick, sonriendo coquetamente.

La tensión del ambiente desaparece, cambiándose por una calidez que anima al corazón, cuando el hermoso claro de luna llena se posa sobre los nueve, mostrando sus identidades como guardianes.

—¿Por qué no nos dijeron que también son guerreros?, nos hubiesen ahorrado demasiado trabajo con la primera marioneta —pregunta un confundido Luis, notando como los seis chicos empiezan a tensarse.

—Sucede que estos seis chicos, estaban dudando por culpa de los humanos a quienes protegen; piensan que sus esfuerzos son inútiles, porque odian en quienes se han convertido —una curiosa y amigable voz sorprende al trío buscando al dueño, encontrándose con la imagen de Spero.

—¡Vaya cosita!, utilizas la telepatía para comunicarte —expresa Erick colocándose a su altura y acariciándole la cabeza; respondiendo que no le sorprende verlo, porque ellos cuentan con alguien similar.

—Aunque si hablara menos y fuese más compresivo, creo que nuestros días serían más tranquilos —Hernán ríe divertido de su propio comentario, cuando escuchan un sonoro grito bajar del cielo.

—¿Qué ha dicho mocoso malcriado? —un pequeño conejito blanco se posa sobre los hombros del anterior, halando de su mejilla hasta conseguir las palabras mágicas, lo siento.

Los seis Guardianes del Deseo observan entretenidos la escena, aunque aún se mantienen confundidos por la aparición de más chicos como ellos, quienes también parecen cargar con una importante misión. «Acaso... ¿existen más guerreros que están enfrentándose a ese tipo de adversidades?», se pregunta un curioso Alfredo, centrando su mirada en el felino plateado.

—Si se están preguntando porque no les habíamos comentado sobre ellos —Spero señala al trío de la Triple Luna—. Nosotros tampoco sabíamos que habían despertado en este tiempo —se acicala la cola, provocando que las miradas pasen hacia Exitium.

—Existen diversos chicos mágicos esparcidos por el universo, cada uno con un poder diferente y una importante misión; aunque el sentimiento es compartido —el gato púrpura señala al diminuto conejo—. Cada grupo tienen un mentor para orientarlos, pero no todos están destinados a conocerse o encontrarse, va a depender de las circunstancias.

—¡Es cierto!, puede que su encuentro esté relacionado con la fuente de creación de sus cristales o con alguna circunstancia mayor —como Natdru se presenta la nueva mascota—. Aunque eso no es importante ahora, solo interesa que mantengan esa valentía con la que aceptaron sus cristales; no se arrepientan del destino que les ha tocado —se muestra incrédulo cuando su elegido apoya sus palabras y decide jalarle el moflete, pues parece que ese guerrero en su momento, presentó los mismos problemas.

—¡Eso duele! —se queja sobándose adolorido—. Puede que otras personas no entiendan la importancia de nuestro designio; sin embargo, nosotros no aceptamos para ser reconocidos o recibir agradecimientos, ¿o sí? —sus palabras sorprenden, cuando menciona que su determinación, depende del verdadero deseo que mantienen en su corazón.

Ese desconocido muchacho de ojos plateados, resalta que lo importante en cada elegido, es mantener esa esencia que los caracteriza y que nadie debería cambiar, ni los más crueles comentarios o acciones.

—Lo importante, es seguir el deseo de tu corazón, pelear por aquellos que prometimos proteger —se conecta con la mirada de Alfredo, intentando transmitirle confianza—. No tengan dudas, porque eso no les permitirá ser verdaderos guardianes, ni desarrollar sus poderes; solo sigan sus sentimientos.

Resaltando que nunca cambien esa determinación que los llevó a aceptar su misión, porque solo ella los hará entender quiénes son y en quiénes se han convertido. Y con una sonrisa que transmite la misma calidez que Alfredo, observa a los demás muchachos.

—Creo que los chicos de la luna, se caracterizan por ser demasiado ingenuos, si no es llamarlos tontos optimistas —suelta Jordán en un soplido, causando una fuerte carcajada.

—Solo espero que el chico del fuego de nuestro grupo, no sea un renegón amargado como tú —Hernán lo señala, fingiendo un escalofrío—. Sería demasiado tedioso y aburrido —provocando que la vergüenza invada el rostro del mencionado, cuando sus amigos lo traicionan uniéndose a esa afirmación.

Los nueve guerreros se observan divertidos, disfrutando de ese casual encuentro que podría convertirse en el primero y último; aunque al menos ahora, en cada uno brilla una esperanza, despejando dudas que les muestra esa valentía para continuar hacia el futuro, hacia su destino.

Sin embargo, no se percatan que tres miradas están puestas sobre ellos en la distancia, soltando unas carcajadas que se combinan con el tintinear de un cascabel. Porque quizá, este sea el inicio de la verdadera aventura de nuestros seis protagonistas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro