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Capítulo 9 La casa de Jasmine

Quizá el efecto del alcohol apenas me estaba llegando, quizá solamente había perdido la cordura en el momento en que vi a Kenneth con otra mujer, tal vez simplemente ya no lo soportaba, pero allí estábamos, ambos, parados en medio de una conversación que quién sabe a donde nos llevaría.

Él tenía un gesto de fastidio, como si todo lo que estuviera saliendo por mi boca solamente lo hiciera molestar más, pero en mi mente estoy segura de que él también piensa lo mismo, que lo está ocultando por las circunstancias.

La furia se apoderó de mí en el momento que Kenneth comenzó a presionarme, esa es la manera en que puede detonarme como si fuera una bomba, de un momento a otro estaba confesando cosas que no deberían de haber salido por mi boca.

—El problema es que nunca me sentí de este modo, es que me confundes todo el tiempo, a veces eres irritante de más y te quiero lejos de mí, pero de repente te aproximas borrando todas mis ideas —me quejo hecha furia.

De repente en un movimiento rápido me apoyó contra el coche, me sobresalté, lo hizo con cierta fuerza, pero no la suficiente como para hacerme algún tipo de daño, sin embargo, me enfadó aún más de lo que estaba.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le reclamé molesta.

—Te diré lo que estoy haciendo Lennon, voy a cumplir cada cosa que has imaginado —respondió antes de estampar sus labios contra los míos.

De repente se me olvidó hasta como se respiraba, como si mi cerebro se hubiera reiniciado ante su acción, tardé unos segundos en procesar lo que acontecía y entonces no pude evitar que mi cuerpo se contrajera.

Quise alejarlo de mí, lo hice por el impulso, pero sus brazos firmes me sostuvieron contra su cuerpo, me tomaron con firmeza, me apoyó contra el coche y mordió levemente mi labio inferior.

—Ken —murmuré sobre sus labios que aún se movían sobre los míos.

Era adictivo, incluso aunque solamente lo hubiera probado una maldita vez, había sido suficiente para que ya no quisiera detenerme nunca, podría volver a besarlo una y otra vez, nunca me cansaría.

—No sé a donde va a llevarme esta locura —susurró rozando mis labios— Pero no me apetece detenerme Lennon, tampoco sé qué me está sucediendo, solamente sé que desde que te vi la primera vez me siento como un idiota que cada vez que estoy cerca no puedo razonar.

—Sabes que estás arriesgándote a perder el trabajo, si mi padre sospecha... —mis palabras se ven interrumpidas por su pulgar que acaricia mi mentón mientras niega.

—Sé que estoy corriendo un riesgo, tengo todas las de perder, hay muchas cosas en riesgo, pero ahora mismo —cierra los ojos un segundo y respira profundo— Solamente puedo pensar en ti.

Nunca nadie me había dicho algo así, no estoy comprendiendo si se volvió completamente loco, si acaso está jugando conmigo, pero ahora mismo me apetece él.

Sus labios volvieron a besar los míos, pasé mis manos alrededor de su cuello, me levantó en sus brazos, me apoyó encima del capó del automóvil y el beso se volvió más profundo, más intenso.

—Lennon —escuché la voz proviniendo detrás de Kenneth.

Nuestros labios se separaron, Kenneth emitió un gruñido de queja, se apartó un momento dándome una visión completa de la persona al otro lado, Jacob, maldito chico, tenía que llegar justo en aquel momento.

—Lamento interrumpir el momento —depositó una sonrisa de lado sobre sus labios y se aproximó un poco más— Me envió Jasmine, quiere saber si van a volver, en realidad, vamos a ir a su casa a seguir la fiesta allí, ella cree que es un sitio seguro para ti, que vas a estar más relajada.

—Dile a Jasmine, que será para la próxima, ya es madrugada, tenemos que regresar, será lo mejor —relamo mis labios nerviosa.

—No pienso que esté dispuesta a aceptar un no por respuesta, además las chicas están alcoholizadas, ella es la única que va a aguantar un poco más —se empezó a reír.

Me pude dar cuenta que se había excedido en la bebida, todos estaban más alcoholizados que yo, me cuestioné si sería buena idea que fuéramos a la casa de Jasmine, aunque seguramente sus padres no estarían, cuando todos están alcoholizados me genera una profunda inquietud el ambiente.

—Iremos —dice de la nada Kenneth, a lo que lo veo con cierta confusión.

—Estupendo, voy a avisarle —se apresuró a decir entre risas.

Con su cuerpo tambaleante se alejó de nosotros, me quedé unos segundos en silencio, el tiempo suficiente para que este se marchara y no escuchara nuestra conversación.

—¿Acaso enloqueciste? Ir a la casa de Jasmine, están todos demasiado ebrios —me quejé presionando mi entrecejo.

—Si lo piensas puede que esto sea lo mejor, ellos no pueden conducir hasta la casa, además Lennon, es una buena oportunidad —se aproximó por la espalda, me apartó el cabello del cuello y sus labios rozaron mi piel— Podremos terminar lo que hemos empezado.

Me estremecí al sentirlo, me giré lentamente sobre mis pies, a estas alturas poco me importaba si estaba mal, solamente me invadía la mente, una cosa, Kenneth, sus labios, su mirada y todo lo que me provocaba.

Al cabo de unos minutos todos salieron, Jasmine estaba abrazada con Mary y a Joe, mientras cantaba una canción imposible de descifrar, no pude evitar sonreír, ella cada vez que está ebria es cómica.

Nos fuimos todos en mi coche, sí, nos fuimos apilados, probablemente si nos hubiéramos topado con un oficial de tránsito nos hubiera puesto una multa, pero a estas alturas poco interesaba, solamente había un Kenneth sobrio dispuesto a llevarnos a todos a casa.

En cuanto llegamos, Robert se bajó a duras penas, dejó caer a Linda que venía sentada sobre sus piernas, pero fue por una buena causa, si no hubiera quedado cubierta por su vómito, ensució toda la entrada principal de la casa de Jasmine, aunque tampoco era la gran cosa.

—Yo digo que vayamos todos a la piscina —levantó su mano Jasmine mientras caminaba chueca hacia adentro.

Los demás no hablaron, solamente la siguieron, yo crucé miradas con Kenneth, que no tardó en sonreír.

La seguimos hasta donde se encuentra la piscina climatizada, entramos en la sala, de repente vi que las chicas se quitaron los vestidos, quedaron en ropa interior, se metieron a la piscina y los chicos al quedar en bóxer hicieron lo mismo.

Empezaron a reírse mientras jugaban en el agua y nosotros lo contemplamos todo, entonces Jasmine se voltea a mirarnos.

—Oh, no me digan que van a arruinar la fiesta y no se van a meter —se quejó en aquel tono ebrio.

—Cielo, no traigo nada por debajo del vestido —digo un poco apenada a lo que Ken alza una ceja como si no se hubiera esperado aquella respuesta.

—Maldita sea —se queja Jacob negando con una sonrisa— No podré vivir con esa imagen mental tan majestuosa.

—Podría borrártela de un golpe si quieres —murmuró de forma apenas audible Kenneth.

—Puedes ir a mi habitación, sabes donde se encuentra todo, toma el bikini que quieras, te lo pones y regresas —me apuntó con el dedo— No te dejaré poner ni una excusa más, señorita Lennon.

—De acuerdo, en seguida volvemos —le guiñé un ojo.

Salimos de la sala y Kenneth se apresuró a seguirme el paso, no hacía falta preguntarle por qué me veía de ese modo, le estaba matando la curiosidad de saber si de verdad no tenía nada debajo.

—¿De verdad no traes nada por debajo? —se atrevió a preguntar.

Justo llegamos a la puerta de la habitación de Jasmine, me detuve, lo miré de arriba a abajo y sonreí con picardía.

—Anda, que te mueres por saberlo, no te aguantas la curiosidad —sonreí ampliamente

Tomé el borde del vestido, su mirada estaba fija en la mía, lentamente comencé a subir el vestido, Kenneth separó los labios mientras bajaba la mirada, entonces simplemente me reí, tomé el pomo y lo giré entrando dentro de la habitación.

Al pasar a la habitación Kenneth me tomó de la muñeca, yo me di la vuelta, lo miré algunos segundos, él me apoyó contra la pared, una sonrisa se asomó sobre mis labios y lo rodeé por el cuello.

—¿Qué piensas que haces? ¿Vas a provocarme y dejarme con las ganas, señorita Lennon? —preguntó con la voz ronca.

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