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Capítulo 16 Volvió

Nunca había visto tan triste a Lennon, sé que las personas suelen tener malos momentos y que es normal que se rompan, pero aun así verla de este modo me hizo sentir triste.

Me senté a su lado y la rodeé entre mis brazos, tengo en claro que un simple abrazo no puede reparar lo que esa mujer acaba de romper con sus palabras, pero al menos ahora sabe que su padre tiene cosas escondidas, cosas que ni siquiera ella imaginaba.

No sé si esté en lo cierto, pero algo dentro de mi corazón me dice que él sabe quién está queriendo acabar con la vida de Lennon, lo tiene que saber y es por eso que me contrató. De lo contrario, habría dejado que la policía se encargue de ello, pone como excusa que no quiere poner la vida de su hija en manos de otras personas, sin embargo, lo veo como algo totalmente insólito.

No creo que realmente la policía tenga conocimiento de lo que está aconteciendo, o quizá tenga conocimiento de algún suceso, pero no de todo lo que hay detrás, no me parece que su padre haya comentado lo del cementerio, lo del parque u otros sucesos.

...

Me quedé esperando a que Lennon pudiera calmarse por completo, quería que cuando volviéramos a la mansión si decidía enfrentarlo fuera con calma, para que pudiera hablar con la razón, a veces las personas, cuando solemos hablar con rabia decimos cosas que verdaderamente no pensamos.

Ella al fin se puso de pie, aunque su mirada estaba perdida en un punto, pero al menos había dado ese primer paso, entonces mi celular empezó a sonar y la mirada de Lennon cayó sobre mí.

—Si es mi padre no se te ocurra tomar la llamada —me ordenó de repente prácticamente en un estado de pánico.

—Lennon, si fuera tu padre debería de responder, es preferible que lo haga a que piense que algo malo te sucedió —respondo aclarando mi voz.

—No, Kenneth, no quiero tener que dirigirle la palabra, no voy a volver a esa mansión y al pensarlo con más calma, creo que tienes razón, que es probable que la culpa de todo lo que me esté sucediendo sea suya —respondió al borde de ponerse a llorar de nuevo.

Yo saqué el móvil de mi bolsillo, entonces miré la pantalla por dos segundos, me encontré con el nombre de mi hermana y un gran suspiro salió de mis labios.

Adira normalmente no suele llamarme, me manda algún mensaje durante el día para contarme como le está yendo en la universidad, me mantiene al tanto si necesita de alguna cosa, pero no, no suele llamar a menos que sea un caso de emergencia.

—Lo lamento Lennon, pero debo de responder a esta llamada y no puede esperar.

Ella estaba a punto de separar sus labios, tal vez para protestar porque estoy en mi horario de trabajo, pero no le di tiempo a decir nada, tomé la llamada y coloqué el celular en mi oreja.

—¿Qué pasa Adira? —me apresuré a preguntar.

—Sé que no debería de llamar —escuché su voz rota, estaba llorando— Pero quiero volver al apartamento, ya no quiero quedarme aquí, Ken, hoy estuvo aquí, vino a verme de nuevo y los directores de la universidad le permitieron el paso.

—¿Por qué lo dejaron pasar? —pregunté con mi voz ronca por la rabia— Adira yo pago tus estudios, pago esa mugrosa universidad para que te sientas segura estando allí, ellos no tienen ningún derecho de permitirle el paso, ni a él ni a nadie que no sea yo.

—No quiero que les digas nada, no quiero ocasionar problemas Ken, quiero graduarme, quiero terminar con todo esto de una vez y si ocasiono problemas sabes que no podré —solloza.

Me siento furioso, camino de un lado al otro, con la rabia alojada en mi cuerpo que no deja de mantenerme inquieto, ¿Por qué él siempre termina por conseguir todo lo que quiere? ¿Por qué lo tenemos que dejar que maneje nuestras vidas a su antojo?

—No Adira, no me importa lo que digas, me importa una mierda si debes de volver a cambiar de universidad, te pondré en una diez veces mejor, pero no va a volver a pisar el mismo sitio que tú, no va a respirar el mismo aire que respiras, porque si vuelve a suceder lo voy a matar con mis propias manos —sentencié.

—Kenneth, deja de decir estupideces de una jodida vez, no vas a matarle, no te vas a ensuciar las manos con alguien que no vale la pena —continuaba diciendo en ese tono ahogado que conocía bien, estaba hundida en la tristeza— Por favor ven.

—Quisiera hacerlo ahora mismo, quisiera ir a estar contigo, darte un abrazo, pero estoy en el trabajo, sabes que no puedo ir —me quebré y presioné mis ojos para que las lágrimas no salieran.

Entonces sentí la presencia de Lennon, que puso su mano sobre mi hombro pocos segundos después, la miré de reojo, era una mirada de que esperaba que se lo explicara al cortar la llamada.

—Dile que irás —susurró en mi oído.

Esas palabras me bastaron, sabía que tendría que ir con ella hasta donde estaba mi hermana, que tendría que contarle un poco de mi vida, pero en un momento en que estoy escuchando a mi hermana menor estar así de triste, no podría ser de otra manera, tendría que ir con ella.

—Iré para ahí Adira, enciérrate en tu habitación y no salgas hasta que llegue —le pedí antes de cortar a la llamada.

—Me debes una explicación de esto —dijo Lennon con la mirada puesta en el suelo— Aun así tenemos mi coche, estaremos pronto a donde sea que tengas que ir.

—Te lo contaré de camino.

Ella asintió, nos fuimos hacia su coche en silencio, pero sentía la tensión entre ambos. Cuando ella comenzó a conducir hacia la dirección de la universidad que le marqué en el GPS, me dispuse a contarle un poco sobre mi vida.

—Adira es mi hermana menor, hoy apareció mi padre en su universidad, ese hombre tiene prohibido entrar o estar cerca de ella, se lo dejé en claro a los directores de la universidad cuando la inscribí allí —le comenté a lo que ella presionó el volante con un poco de fuerza.

—¿Por qué no quieres a tu padre cerca de tu hermana? —se atrevió a preguntar.

—Mi padre se fue de la casa cuando éramos pequeños, sin embargo, jamás dejó en paz a mi madre, siempre volvía a la casa solamente para atormentar su vida, para que no pudiera rehacer su vida, que eso hubiera sido lo más justo —le comento mirando por la ventanilla.

—¿Entonces es un mal padre? —su voz titubeó ante la pregunta.

—Siempre lo fue, nos dejó a nuestra suerte, pero no es solamente eso, es un hombre peligroso Lennon, él acabó con la vida de mi madre cuando éramos solamente unos adolescentes, yo fui el que me hice cargo de mis hermanos en un principio —recordé como fue que sucedieron las cosas y un escalofrío se apoderó de mi cuerpo— Pero mi hermano, el que sigue después de mí, siempre tuvo un carácter difícil, se terminó por ir con mi padre.

—¿Se fue con tu padre a pesar de saber que él acabó con la vida de tu madre? —preguntó un poco impactada por mis palabras.

—Sí, se fue con mi padre porque aprovechó un día en el que yo no estaba en casa, que fui a buscar un trabajo, para meterle ideas en la cabeza a mi hermano, no sé exactamente que le dijo, pero logró llevarlo —comento volviendo mis manos puños por la rabia— No hemos vuelto a tener contacto con él desde entonces.

—Debe ser difícil, no tengo hermanos, pero siempre quise tener una hermana, siempre quise saber que se sentía —sonrío débilmente.

—Adira no es hija de mi mismo padre, él lo sabe, yo también lo sé y Adira lo descubrió no hace tanto tiempo —bajo nuevamente mi mirada— Desde entonces se empeñó a buscar a su verdadero padre, lo supo por una carta de mi madre, aunque nunca dejó que la leyera.

—¿Lo pudo encontrar? —interrogó con especial interés.

—No lo sé, jamás quiere tocar el tema, su padre es un tema prohibido incluso para mí —me encojo de hombros.

Entonces nos detuvimos en la entrada de la universidad, nos apresuramos a bajar, subimos por el ascensor al área de los dormitorios y toqué en forma de clave la puerta del dormitorio de Adira.

Pensé por momentos que ya no estaba allí, porque se tardó varios minutos en abrir, pero entonces lo hizo, me rodeó en un cálido abrazo, estaba con tanto miedo, lo sentí a través de los temblores de su cuerpo.

Luego de quedarse así un buen rato se separó, se quedó paralizada, estaba mirando a Lennon, pero la miraba con un brillo especial en la mirada, era un brillo que tenía mezcla de emociones.

—¿Por qué estás con esta chica Ken? —preguntó sin quitarle la mirada de encima.

—Ella es Lennon, es la chica que cuido —le comento a lo que ella presiona sus puños con fuerza.

—¿Has estado pagando mi universidad con el dinero de estar cuidando a esta chica? —pregunta con un desprecio especial en sus palabras.

—No lo entiendo Adira, ¿qué tiene eso de malo? —pregunto confundido.

—Pones en riesgo la vida de mi hermano para cuidar la tuya, ¿qué se siente jugar de ese modo con la vida de otras personas solamente porque tienes dinero? —alza las cejas de brazos cruzados.

—No juego con la vida de nadie —le responde Lennon con especial sorpresa— Hablas como si me conocieras de verdad, pero no sabes nada de mi vida, no puedes simplemente sacar conjeturas, lo único que sabes de mí es que tengo dinero.

—Es suficiente, con saber que eres una caprichosa niña rica me basta —dirige su mirada de nuevo a mí— Quiero que la saques de mi vista, vuelve cuando ya no estés con ella.

—Eso no será posible Adira, tengo que cuidar a esta chica de que nada le suceda todo el tiempo y creo que ella tiene razón, no la conoces...

Su gesto fue un golpe al corazón, me miró como si no estuviera siendo justo con mis palabras.

—Te llevaré al apartamento si quieres esta noche, pero mañana, cuando amanezca, voy a volver para hablar con la dirección y voy a solucionar todo esto —le termino por decir.

—No quiero quedarme sola, Kenneth —colocó un gesto de súplica en el rostro.

—Entonces nos quedaremos los tres juntos en el apartamento —dice Lennon con una media sonrisa.

—No hay espacio suficiente para tres —sentencia mi hermana.

—No tendré problema de dormir con Kenneth, no será la primera vez —alza ambas cejas con una sonrisita burlona.

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