capítulo 11
Ya es de noche. Llevaré a Jungkook al club donde cantará Tae.
Me duche y me puse mis jeans con una camiseta blanca y mi chaqueta de cuero. Dentro de ella escondida mi arma. Me hice una cola con el cabello, no tenía ganas de arreglarlo.
Cuando baje quedé impresionado al verlo. Por primera vez vestido informalmente.
¡Y rayos se veía aún más atractivo!
Tenía unos jeans rotos en las rodillas y peligrosamente ajustados. Una sudadera y chaqueta de cuero. El pelo le caía desordenadamente sobre el rostro.
No podía quitarle los ojos.
Ví que el también me estaba viendo.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, ambos la apartamos rápidamente. Tomé las llaves del automóvil y salimos.
El club era bullicioso y lleno de luces de neón. Las chicas hermosas abundaban. Recreé la vista en algunas. Vi cómo algunas nos miraban coquetas a Jungkook y a mí.
Tae nos vio y nos hizo una señal con la mano para que nos acercáramos.
Nos sentamos en una mesa que daba al escenario. Las luces se apagaron y se iluminó el escenario. Al parecer Tae era conocido en el lugar, y entre silbidos y aplausos comenzó su show.
Por primera vez vi, a Jungkook, relajado tarareando las canciones de su amigo. Cuando el show terminó, Tae se sentó con nosotros.
—¿Qué les pareció?
—Tú voz es hermosa, no seas vanidoso —y lo miró con cariño.
—De verdad me impresionaste, cantas muy bien. —le dije.
Tae sonrió halagado.
—¡Bueno, bueno! Brindemos por el éxito —Tae levantó su cerveza.
—Yo paso, estoy trabajando.
—¡Aguafiestas! —dijo Tae divertido.
Tae y Jungkook comenzaron a beber y la charla
entre los tres transcurrió bastante amena, con un Jungkook realmente relajado. Eso hacía que no pudiera evitar mirarlo.
De pronto una voz que me era familiar me abordó.
—¡Park Jimin!
Me di vuelta para encontrarme con una hermosa chica con la que había tenido un pequeño romance hacía un par de años.
—¡ Jean! ¡Pero que sorpresa! Guapa como siempre —le cerré un ojo sonriendo.
Ella rió coqueta.
—Tú no te quedas atrás, estás aún más guapo de como te recuerdo.
Me reí un poco avergonzado de que los chicos escucharan.
Jean miró a Jungkook y Tae.
—Chicos ¿Les importa si se los robó un rato?
La expresión de Jungkook había cambiado. Ahora estaba muy serio.
—Claro, linda, puedes llevarlo, pero lo devuelves.
Jean se largó a reír.
—Vuelvo en seguida.
Jean me jaló del brazo rodeando cariñosamente mis hombros.
—Te quiero presentar a alguien, cachorro.
Jean estaba comprometida y me presentó al novio, un chico agradable y simpático, fácil de tratar igual que ella.
Conversé con ellos sin dejar de mirar la mesa donde se encontraba Jungkook. Él estaba bebiendo demasiado.
Rápidamente me despedí para ir a su encuentro.
—No sé que le pasa, de un minuto a otro está que se lo llevan los demonios. Mejor te lo llevas, porque sino no podrá caminar de borracho.
—¡Hey Kookie, es hora de irte!—. Le gritó su amigo para que lo escuchará a través del ruido.
—¿Tan temprano? Quiero otra copa. —dijo tartamudeando.
—¡Suficiente! Nos vamos.
—¿Quién te crees?¿Me vas a obligar? —me retó.
No le respondí. Lo tomé y lo puse sobre mis hombros.
—¡Bájame!
Pasé con él colgando por medio de los presentes sin importarme lo que pensarán.
—¡Bajame te dije! —grito enfadado.
—Porsupuesto, cuando lleguemos al auto.
Y seguí caminando con la mirada curiosa de la concurrencia.
Durante el trayecto, Jungkook se quedó dormido. Cuando llegamos lo cargué en brazos y lo trasladé a su habitación.
El ruido de la puerta al abrirse lo despertó. Me miró mientras lo depositaba en la cama.
—¡Te odio, Park Jimin!¡Te odio!
Sin previo aviso colocó sus manos en mi cuello y me atrajo hacia él.
Sus labios se pegaron a los míos. Podía sentir el sabor a licor en los suyos. Jungkook, después de esto, cayó sobre las almohadas dormido.
Le saqué los zapatos y la chaqueta para taparlo con una manta. Lo miré por última vez antes de salir, sin poder sacarme de la cabeza el contacto tibio de su boca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro