Capítulo final
"Las preguntas por fin son respondidas"
—¿Cómo te imaginaste en el futuro Edd? —
—Bueno, siempre me imaginé a mí mismo en una casa arriba de una pequeña colina junto con mi familia y siendo un gran pintor...—suspiró—. Ese sueño aún sigue estando muy presente en mi cabeza, y será difícil cumplirla, pero estoy seguro que podré lograrlo. —
Tord sonrió de lado mientras miraba su reacción mediante el reflejo del vidrio.
El resto del viaje se volvió sumamente tranquilo.
Ya no hubo ninguna otra estación desde hace casi dos horas atrás y todo ese tiempo libre tuvo como resultado que todas las criaturas desconocidas; humanos, animales antropomórficos, vegetales humanoides y varias especies pensantes convivieran entre sí y se dieran cuenta que no había nada que temer.
Nadie tenía la intención de dañar a alguien.
Incluso la pareja de zorros convivió un poco con los dos castaños charlando y contándoles cómo era el lugar de donde venían.
Fue, agradable. Incluso Tord se llevó muy bien con el zorro con pelaje suave color rojo naranja.
¿Fue por su color o por su especie exótica?
Bueno, fuera lo que fuera, agradeció mucho que en esos instantes no tuviera su bufanda puesta.
—¿Suena muy cursi no? —
—Para nada —negó con la cabeza mientras volteaba a verlo —. Mis abuelos cumplieron un sueño parecido al tuyo. —
—¿Vivían en una colina? —
—Es más una montaña que colina, pero lo demás fue casi igual a excepción de que mi abuelo solamente fue un carpintero y mi abuela una gran enfermera con medicina tradicional. —
—Oh —sonrió —. Ya me siento más tranquilo de que alguien no se ría de mi sueño.—
—Nadie tiene el derecho de reírse Edd, cada quién decide como vivir su vida. Ninguno está obligado a hacer algo que no quiere—pausó —. A no ser que en verdad te obliguen cómo en un matrimonio arreglado o que te obligue tu propia familia a trabajar en hacer algo que no quieres.
—Agradezco profundamente que mis padres no sean así. —
—Los míos igualmente me apoyaban en todo. —
—Sé que mi pregunta podría molestarte o ser muy desconsiderado de mi parte Tord, pero... ¿Crees que en verdad tú padre fue arrestado y ejecutado? —
El de ojos dorados no dijo ni hizo nada ante la pregunta.
Es más, ni siquiera tuvo alguna reacción en su rostro o sintió alguna emoción.
Nada.
Fue como si los sentimientos de esa pregunta que hace tiempo atrás que lo carcomía se hubiese desaparecido o como si nunca hubiera existido.
—No lo sé —negó nuevamente con la cabeza mientras se encogía de hombros—. Yo igualmente me pregunté si esos rumores eran falsos o verdaderos. —
—¿Pero nunca pensaste que fue falso y que seguía con vida? —
—Si. —
—¿Y qué piensas ahora? —
—Pues... —agachó el rostro —. Dudo mucho que lo pueda ver si es que sigue con vida. No puedo volver al lugar que tú llamas hogar. —
—¿No puedo convencerte de volver verdad? —
El castaño con curioso peinado se mordió el labio inferior intentando no verlo en el rostro. No tenía la fuerza de voluntad de contarle todo lo que hizo.
Quemó su hogar, quemó toda una casa entera con una familia agonizando de dolor adentro.
Sus gritos, oh sus gritos seguían estado presente en su cabeza y, le encantaba.
—Lo siento Edd —susurró al verlo —. Incluso si me ofrecieras vivir en tú hogar, yo no puedo volver. —
—¿Pero por qué? —
Tomando por sorpresa a Tord, Edward se levantó de su asiento para sentarse a su lado y tomar sus hombros mientras una mirada triste estaba pegada en su rostro.
Tord sintió ganas de llorar.
Su único amigo le estaba pidiendo algo imposible y esos ojos tristes simplemente le revolvía el estómago.
Le hacía sentirse mal, le hacía sentirse miserable y de que se arrepintiera de lo que había hecho.
—Edd —dijo al tomar sus muñecas —. En verdad apreció tú preocupación y del cómo quieres ayudarme. Pero no, no puedo volver. —
Cada palabra fue rompiéndose más y más y cómo si hubiese visto una película triste, sus primeras lagrimas se acumularon en el borde de sus ojos.
—No puedo, simplemente no puedo —sollozó, agachando la cabeza para que no le viera el rostro —. Eres la mejor persona que he conocido y no sabes cuánto te agradezco que me acompañaras en este largo y extraño viaje, pero ya te dije que no puedo, ni pienso volver a ese lugar. —
—¿Por qué estás tan aferrado? —comentó con voz rota —. ¿Tienes miedo de que te molesten? ¿Qué te impide volver? —
Un fuerte temblor sacudió todo el tren.
Las luces fallaron repentinamente como un parpadeo y la electricidad se pudo escuchar claramente en un corto circuito.
"Muy pronto llegaremos a nuestro destino".
"Por favor, vayan preparando su equipaje para que al llegar no se les olvide nada".
La voz de Tom sonó con neutralidad pero con mucha tranquilidad, fue como si toda la ira y el mal genio se hubiera ido de su sistema.
—Lo siento Edd —suspiró mientras se levantaba —, Yo necesito algo de aire fresco. —
Tord no esperó alguna respuesta del castaño. En su lugar, este caminó hasta la puerta para salir y dirigirse hacia su derecha, específicamente, a los vagones que estaban más a fondo de donde se encontraba.
Edd suspiró al escuchar la puerta cerrarse atrás de él.
En esos instantes se sintió cómo si Tord y él fueran una pareja que acabase de tener su primera discusión en una relación.
De hecho, fue la primera vez que discutió con un amigo.
Tal vez debía rendirse y disfrutar de los últimos minutos con la compañía de Tord antes de volver a casa y tal vez no volverlo a ver.
Sonaba feo eso y le entristecía mucho eso, ¿pero que más podía hacer?
Incluso pensó tomar un respiro y disfrutar de la amada soledad que todos necesitamos de vez en cuando para aclarar nuestros pensamientos de todo.
Eso fue una buena idea, de no ser que alguien tocó la puerta.
Edd por un instante creyó que era Tord, pero esa idea en su cabeza fue rápidamente desmentida al ver de qué se trataba del zorro antropomórfico con hermoso pelaje y con bufanda verde oscura.
Curiosamente, ese zorro tenía un peinado muy parecido al de Tord, la única diferencia era que sus pequeños mechones de cabello apuntaban hacia abajo y sus ojos dorados eran más oscuros que brillantes.
—Esto... —dijo al abrir la puerta —, ¿Mal momento? —
—Eh... n-no —negó con ambas manos —. ¿Qué sucede? —
El zorro con algo de dificultad (por ser algo alto), entro al pequeño cuarto para sentarse justamente frente a él con una sonrisa de lado.
—No lo presiones. —
—¿Uh? —
—Sé que una relación nunca puede ser perfecta pero...—
—Wow, wow, wow, wow —interrumpió frenéticamente —. Tord y yo no somos pareja ni en algo parecido —dijo con disgusto mientras temblaba —. Eso es asqueroso y sumamente raro. —
—Oh vaya —arqueó la ceja —, No creí que fueras homofóbico. —
—¿Homo qué? —
—Homofóbico —frunció el ceño —, Ya sabes, cuando alguien odia a las personas que andan con personas del mismo sexo. —
—Ehh... yo nunca había escuchado o visto a una persona que salga con alguien del mismo sexo. ¿Eso es siquiera posible? —
—Bueno de donde yo vengo si lo es —comentó con ojos cerrados mientras se rascaba la superficie de su nariz negra —. Estamos en la edad moderna. La gente empezó a aceptar eso desde el año dos mil diez. —
—¿D-dos mil diez? —parpadeó perplejo.
—Ya decía yo que sus ropas no era consecuencia de que vinieran de un lugar reservado...—dijo de forma burlona.
—Vienes del futuro. —
—Si, y no —se encogió de hombros —. Oye, hay que admitir que este viaje fue sumamente extraño para todos. —
Edd suspiró ante sus palabras.
Con un pequeño asentimiento de cabeza, Edd optó por no decir nada y dar por concluido esa extraña e incómoda platica.
—Dale tiempo a tú amigo —dijo de repente mientras se rascaba el cuello —. No todos aceptamos la realidad a la primera. Mi pareja aún sigue sin aceptarlo. —
El castaño frunció levemente el rostro por lo que escuchó.
Realmente no entendía de lo que estaba hablando.
—Pero descuida, tarde o temprano lo aceptará. Sé que no todos somos unas personas santas, pero oye—exclamó con una sonrisa —, Tenemos la fortuna de estar aquí y sobre todo de contar con este bonito y brillante boleto dorado. —
Con un suave pero elegante movimiento, el zorro antropomórfico sacó de sus bolsillos un boleto dorado como Tord y él tienen.
—Es sumamente bonito este boleto. —
—S-Si...—
Edd realmente no sabía que decir.
Ni siquiera él sabía como fue que consiguió su boleto para estar ahí. Además, tampoco sabía que hacer o decir ante las palabras del zorro. Lo único que pudo hacer fue estudiarlo nuevamente con la mirada.
Era interesante ver a un animal con forma humanoide frente a él y con una actitud amistosa.
Sin embargo, notó algo que no vio desde un principio desde el poco tiempo en que lo conoció.
El zorro tenía una mancha en la frente de la cabeza, una mancha circular como si se hubiese manchado con puré de tomate y solamente el color se hubiera quedado ahí pegado en su pelaje rojizo.
Fue extraño, pero lo más probable era que fuera una marca de nacimiento o alguna coloración diferente en su pelaje, algo que no era imposible o improbable porque su gato Ringo tenía la silueta de un corazón en una de sus patas.
—¿Y cómo fue que llegaste aquí? —preguntó de repente mientras terminaba de rascarse.
—Por accidente me subí en el tren al querer hablar con Tord. —
—¿Por accidente? —frunció el ceño —, Nunca esperé que alguien se subiera aquí por accidente. —
—Bueno pues yo fui uno de ellos —suspiró —. Solo ando esperando que este viaje termine para poder regresarme a casa. Mis padres deben estar preocupados por mi después de varias horas sin verme —pausó —. Con o sin Tord, tendré que regresar.—
El zorro abrió la boca para decir algo, pero este nuevamente la cerro pues al parecer no se veía del todo convencido de hablar.
—¿Tú también verdad? —suspiró.
—¿Eh? —
—Nada, nada —musitó —. Estás en tu derecho. —
Edward volvió a fruncir el ceño.
¿Por qué todos actuaban tan raros?
—Bueno creo que ya te estuve fastidiando mucho —risilla —. Además, el viaje está a punto de acabar y necesito preparar mis cosas. Te sugiero que tú hagas lo mismo con tu amigo. —
El castaño no respondió ante esas palabras. Aunque al final ni fue necesario ya que el zorro con pelaje rojo ni se esperó para escuchar alguna respuesta y solamente se salió del pequeño cuarto.
Al estar totalmente solo, el adolescente suspiró con cansancio.
Tantas emociones en tan poco tiempo fue algo agotador, ahora entendía del porqué los adultos se estresaban mucho en el trabajo.
Sin embargo, no era tiempo de lamentarse o ponerse en los zapatos de algún adulto, oh no, claro que no, lo mejor sería seguir las palabras del zorro e ir por su amigo.
El cual podría estar en el jardín que estaba a tres vagones atrás del suyo.
Con algo de nerviosismo de salir del pequeño cuarto en donde se sentía muy seguro, Edd comenzó su pequeño viaje en el gran pasillo del tren.
Podía sentir las miradas de algunas criaturas y fue sumamente incomodo tras creer que lo estaban asechando para poder casarlo en el momento oportuno.
Tras un viaje sumamente incomodo, el castaño con ojos color chocolate llegó hasta el enorme jardín.
El jardín era sumamente enorme, podría decir que tenía el tamaño del patio de su escuela.
Evidentemente, la pregunta del porqué ese lugar se encontraba dentro de un vagón de tren no estuvo para nada cerca de las cosas importantes de su cabeza tras todo lo que vio.
Varias parejas se encontraban sentados en los distintos bancos del lugar, en especial las parejas mayores, los cuales algunos simplemente estaban disfrutando de la tranquilidad y otros en parte estaban distrayéndose un poco al alimentar a los patos del mini lago o viendo las flores.
Pero, el que más destacaba (para los que entraran al jardín) no era ni más ni menos que Tord, el cual se encontraba justamente sentado frente al pequeño lago mientras abrazaba sus piernas.
El adolescente se veía sumamente concentrado, cómo si estuviese pensando en varias cosas a la vez.
Tan concentrado estaba que ni se dio cuenta del sonido de los pasos dirigirse hacia él, y si es que se dio cuenta, posiblemente lo ignoró o posiblemente ya lo estuviese esperando.
—Soy tú amigo Tord —dijo mientras se sentaba con él —. Pero tampoco te podré obligar a que vayas a un lugar que no quieras ir. —
El de ojos dorados no respondió, en su lugar, este se quedó mirando el lago.
—Sé que sufriste mucho en ese lugar y creo que fue muy egoísta de mi parte pedirte que regresaras después de todo lo que sufriste ahí. —
—Lo siento...—formuló, con voz claramente rota y tan bajo que fue casi un susurro.
—¿Eh? —
—Lo siento—repitió mientras se volteaba —, Incluso si yo quisiera regresar, simplemente sería imposible.—
Edd fue el que ahora no respondió.
Todo pareciese que se repetía y eso era lo que quiso evitar a toda costa.
—Lo entiendo...—
—Realmente me gustaría decírtelo, pero no quiero correr el riesgo de que me odies. —
—Tord yo no podría...—
Una fuerte sacudida agitó al tren, las luces nuevamente fallaron, algunas personas dieron un respingo de la sorpresa y algunas tazas y maletas se cayeron al suelo. Los patos se alteraron, las ardillas de los arboles junto con los conejos del jardín rápidamente se ocultaron en sus hogares como si algo o alguien los estuviese espantando.
"Eh... si, ya casi llegamos".
La voz de Thomas sonó claramente confundida, cómo si ni él supiera lo que estaba sucediendo.
Claro, todos dejaron pasar eso por creer que fue algo normal tras haber sido la segunda vez que sucedía eso, pero al llegar la tercera (y muchísimo más fuerte), todos pudieron descifrar que algo no estaba bien.
Antes de que siquiera alguien comenzara a preguntarse que era lo que estaba sucediendo, una fuerte sacudida empujó todos los vagones.
La gente gritó, la fuerza de tal sacudida fue tanta que pareció que el tren había chocado con algo, pero no, el tren no había chocado con nada ni con nadie, de hecho, el tren estaba intentando avanzar pero algo se lo impedía.
Las ruedas rechinaban, las sacudías eran muchísimo más frecuentes a cada segundo y el temblor que estas provocaban eran lo suficientemente fuerte como para mantener a la gente en el suelo e incapaces de poder levantarse.
Los niños gritaban, la gente pedía ayuda y solamente el sonido lastimero junto con el sonido de cosas caerse provocó una orquesta sumamente aterradora.
El corazón del dúo de adolescentes estaban totalmente agitados y cuando Edd volteó para ver a su amigo, este abrió los ojos como platos al darse cuenta que Tord estaba totalmente empapado como si hubiese caído al lago, pero esa suposición no lo pudo pensar con mayor claridad tras ser jalado nuevamente por alguna extraña manifestación.
Edd gritó del terror al creer que nuevamente las manos negras lo querían llevar a la parte de la maquinaria del tren, sin embargo, las manos negras no estaban y, esta vez no iba hacia la parte delantera del tren, sino que esta vez estaba siendo jalado hacia la parte trasera del tren.
Sus gritos nuevamente se hicieron sumamente fuertes, su punto de vista cambió y fue cómo si el tren se hubiera puesto en una inclinación vertical.
Fue como si el tren se estuviese dirigiendo al cielo y él se estuviese cayendo.
—¡Edd! —gritó Tord totalmente sorprendido mientras corría hacía él.
Mientras más y más bajaba Edward, el tren pareció comenzar a moverse como si su restricción se fuera retirando.
Edd era el que impedía que el tren avanzara.
El castaño comenzó a llorar nuevamente mientras veía con sus propios ojos cómo su amigo empapado corría hacia él con la mano estirada para intentar tomarlo.
Pero era inútil, Tord no parecía acercarse para nada y eso se debía que estaba corriendo a dirección contraria del tren.
Y las personas y cosas tiradas no ayudaban.
Entre todas las lagrimas que opacaban su vista, Edd pudo presenciar en la lejanía del como Tom se le quedó viendo con sorpresa, pero esa sorpresa rápidamente se convirtió en ira.
Flamas color purpura salieron de sus cuencas vacías y dejando totalmente asustado al castaño, Thomas se transformó en una criatura indescriptible para ser el segundo en comenzar a perseguirlo.
Sin embargo, este por su gran tamaño y por posiblemente sus nuevas características en esa forma bestial se le permitió correr más rápido que un ser humano normal.
Era obvió que alcanzaría a ambos en cualquier momento.
—¡Edd! —volvió a gritar Tord, con suma claridad de que se encontraba llorando.
El de ojos dorados nunca dejó de correr, incluso si sus piernas le dolían por la extrema velocidad del que nunca había estado acostumbrado a correr.
Pese a la extrema velocidad de lo que estaba ocurriendo todo, Edward pudo presenciar todo a cámara lenta.
Sus lagrimas al salir de sus ojos, estas eran inmediatamente dirigidas hacia donde Tord se encontraba.
Fue como si alguien le estuviese lanzando pequeñas piedritas inofensivas.
Entre toda esa "cámara lenta", Edd vio entre los vidrios de cada cuarto abierto (ignorando por completo los rostros asustados de la gente) una profunda oscuridad.
No había ningún ambiente o vista, todo era negro como la más profunda oscuridad.
Y claro, eso se pudo confirmar en cuanto quedó afuera del último vagón del tren.
Todo era oscuridad en su máximo esplendor de la palabra.
Se acabó, fuera lo que fuera que lo sacó del tren, lo consiguió y no había nada que se pudiera hacer, o eso creyó hasta que una mano lo tomó fuertemente de su muñeca.
Edd reaccionó al instante y sumamente asustado.
Al mirar hacia arriba, inmediatamente fue recibido por una vista sumamente increíble.
Tord estaba ahí, viéndolo asustado y preocupado mientras sus lágrimas rodeaban sus mejillas.
Sin embargo, lo que más le sorprendió fue ver como este se encontraba sujetando con todas sus fuerzas el barandal de la parte trasera del tren a la vez que lo sujetaba.
El tren rechinaba por no poder avanzar y todo se debía al ultimo vagón en donde los dos causantes del todo el alboroto estaban.
Fue como si Edd fuera un yunque e impedía que avanzaran.
La gente totalmente sorprendida miraban todo estando en el suelo o con su cabeza asomada de sus pequeños cuartos en donde se la pasaron todo el viaje.
Aunque algunos al final no pudieron ver nada gracias a la enorme criatura peluda color azul con negro que les pasó por encima como un fantasma.
—¡¿T-Tord?! —jadeó al darse cuenta lo que sucedía —, ¡¿Q-Qué sucede?! —
El de ojos dorados tragó duro sin despegarle la mirada.
—Siempre creí que negabas tu destino Edd —dijo con la voz rota —. Pero desde que me comentaste que fue lo ultimo que hiciste antes de subirte al tren, supuse que no fue mera coincidencia de que nos encontráramos aquí. —
El de ropas verdes abrió la boca para intentar preguntarle de qué estaba hablando, pero este se quedó sin habla al ver como una reja dorada se puso atrás en la puerta que estaba atrás de Tord para impedir que las garras de Thomas lo tomaran.
Y valla que fue el momento oportuno porque las garras estaban a centímetros del de ojos dorados.
—Edd —llamó su atención después de que él mismo viera la mano amenazante de Tom—, Sé qué todo este viaje fue raro, pero no sabes lo agradecido que estoy de que me acompañaras y... —sollozó —, De que fueras mi amigo, mi único amigo en toda mi vida. —
—¿T-Tord? —
—Muchas gracias Edd, por todo. Pero temo decirte que esta será la ultima vez que nos veremos en persona. —
La mano con la cual Tord se encontraba sujetando a Edd comenzó a quemar y ambos gimieron del dolor.
Esa mano algo quemada e hinchada comenzó a radiar un fuerte calor como si alguien la hubiese encendido en llamas.
—E-Edd...—gimió por el dolor —, Gracias por todo y, lo siento. —
El castaño ignoró el dolor para verlo con los ojos abiertos al sentir menos fuerza en la mano que lo sujetaba.
—Lo siento mucho, por todas las decisiones malas que tomé para que llegáramos a esto.—
—¡Suéltalo! —gritó Thomas con su voz bestial y con ojos en llamas moradas —, ¡Si no lo sueltas harás que algo malo ocurra! —rugió intentando alcanzarlo —, ¡Sabía que él no debería estar aquí desde un principio ahora suéltalo! —
Edd dirigió nuevamente su mirada hacia Tord con total miedo.
Sabía la decisión que este iba a tomar.
—Edward Gould —dijo mientras sus lágrimas caían al vacío—. Edd, gracias por hacer este viaje la mejor experiencia de mi vida. Me duele mucho tener que despedirme de ti de esta manera, pero quiero que sepas, que si por alguna extraña coincidencia nos volvemos a ver en otra vida, espero que podamos ser los mejores amigos y que nada ni nadie pueda cambiar eso.—
—Tord...—
—Adiós Edd, te extrañaré mucho, querido amigo mío. —
Con una extrema cámara lenta, Edd presenció con ojos abiertos del cómo Tord lo soltó para que cayera al vacío totalmente oscuro.
Las lagrimas de ambos quedaron sus pendidos en el aire por la gran velocidad en la que ambos fueron jalados hacia el lado contrario.
Mientras Tord junto con el tren se dirigían hacia toda marcha a un extraño portal azul, Edd fue cayendo más y más en la profunda oscuridad.
Un bajo y lento pero entendible "Adiós Edd" fue lo último que escuchó el mencionado antes de que la oscuridad nublara por completo su vista.
Y quedara sumido en la completa y temible oscuridad.
[☾★ ]
Edd abrió los ojos totalmente agitado.
Su corazón dolía completamente por lo acelerado que este estaba y su cuerpo dolía demasiado por el frio de la noche.
—¿Edward? —
El mencionado movió con suma lentitud su cabeza hacia arriba al escuchar la voz profunda, confundida y preocupada del granjero que suele venderle la leche.
—¿Qué haces aquí?
El castaño continuó sin responder.
Sus ojos se encontraban totalmente abiertos mientras miraba alrededor.
La iris de ambos ojos no dejaba de moverse como canicas y el señor al ver eso colocó su mano en el brazo tieso del chico.
El contacto físico tuvo como resultado un respingo y gemido asustado.
—Chico, no sé porqué estás aquí sentado pero...—dijo al mirar hacia su izquierda —, Creo que es mejor que vayas a casa. Algo acaba de suceder en el pueblo. —
Edd nuevamente no respondió y con muchísima dificultad por su cuerpo congelado se fue levantando con la ayuda del granjero.
Al estar completamente de pie, este comenzó a caminar con lentitud hacia las pequeñas escaleras rechinantes de la pequeña estación dañada y abandonada del tren.
—¿En verdad estás bien? —
Edd dejó de moverse.
Sus ojos se dirigieron hacia las vías, como si estuviese esperando ver algo ahí, pero, nada.
No había nada en ellas, de hecho, estas estaban totalmente vacías, dañadas y hasta rotas.
—¿Chico? —volvió a preguntar.
—Estoy bien...—musitó finalmente con voz dolorosa.
Sin esperar o voltear a ver al granjero, Edward comenzó a caminar hacia la dirección del pueblo.
Sus ojos continuaron abiertos como platos y su cabeza totalmente hecho un lio le jugó una mala pasada al ponerle en el ambiente las personas transparentes que vio cuando se había encontrado al tren.
Incluso logró verse a si mismo y a Tord pasar, sin embargo, Edd ignoró eso y continuó su camino.
Cada vez que se acercaba más al pueblo, podía escuchar claramente que había un gran alboroto.
La curiosidad no estaba para nada presente y lo único que podía hacer era seguir su rumbo hacia su hogar.
Sin embargo, eso fue intencionalmente interrumpido en cuanto dos voces adultas sumamente preocupadas le llamaron.
Sus pies se detuvieron, su cabeza se volteó ligeramente y sus ojos inmediatamente reconocieron a la distancia a sus dos padres, los cuales se veían sumamente preocupados.
—¡¿Edward?! —dijo su madre, totalmente molesta y preocupada —, ¡¿Dónde demonios habías estado?! —
Estaba molesta, vaya problema. Su madre no solía molestarse con él y cuando lo hacía siempre resulto porque había hecho algo sumamente malo o grave.
—¡Estas totalmente frio! —
La mujer sumamente preocupada y molesta por ver a su hijo sumamente azul no dudó ni un segundo en quitarse la bufanda para colocársela.
—¿Dónde habías estado hijo? —preguntó su padre mientras le colocaba su abrigo, incluso si este le quedaba grande —. Tenemos que irnos a casa, ahora no es seguro estar aquí.—
—Familia Gould. —
La voz del granero llamó la atención de los padres preocupados y al momento de que estos voltearan verlo, ambos se dieron cuenta que el sujeto tenía consigo su caja de rejillas junto con dos botellas de leche totalmente selladas.
—Su hijo olvido esto. —
—O-Oh —dijo la mujer al tomar la caja de rejillas —, ¿Usted sabe dónde estaba mi hijo señor? —
—Claro que si —asintió —, Lo encontré durmiendo en la estación vieja y abandonada que estaba al bajar la colina. —
El granjero se veía sumamente confundido y preocupado.
—La verdad no sé del porqué su hijo estaba ahí sentado, pero fuera lo que fuera que haya soñado, él no ha dejado de estar con esa expresión en el rostro. —
Los padres del menor agacharon su mirada para ver del cómo su hijo se encontraba, pero al hacerlo, lo único que se encontraron fue un rostro sumamente pálido, ojos totalmente abiertos y temblorosos mientras su boca se encontró ligeramente entre abierta.
—¿Edward? —su madre, totalmente preocupada se colocó en cuclillas para tomar su rostro con ambas manos —, ¿Qué sucede amor? —
Edd continuó sin decir nada.
Su mente estaba totalmente ocupada pensando en todo lo que sufrió, pero lo que más le encontraba dando vueltas era ¿Dónde estaba Tord? ¿Por qué soñó ese viaje? ¿Por qué la gente se veía sumamente alterada cómo sus padres?
Aahh, al final entendió esa ultima pregunta suya al ver como en la lejanía, en una colina, se encontraba una casa totalmente en llamas.
Los bomberos se encontraban en los alrededores, intentando apagar ese fuego que llamaba por completo la atención de la gente.
—¡Lo encontraron! —
La nueva voz fue completamente reconocible para Edd.
—¿Dónde habías estado Edd? —preguntó su amigo al quedar frente a él —, Tus padres llevaban rato buscándote. —
Mientras Matt terminaba de hablar, los padres de este llegaron justamente atrás de él con ropas cálidas.
La suave y fría nieve comenzó a caer del cielo, dejando a la vista una hermosa escena.
El cielo se encontraba totalmente opacada por las nubes y la gente que se encontraba en los alrededores se movían de un lado a otro para disfrutar del festival de la luna.
—Venga hijo —dijo su padre al acomodarle su bonita gorra —, Creo que es mejor disfrutar la feria mañana. —
El profundo silencio del castaño continuó estando presente.
Su amigo pecoso cabeceó confundido por su mirada y sus padres al ver que no respondía a nada, supusieron que algo muy malo sucedió y temían lo peor.
Pese a que el pequeño grupo estaba en medio del camino, ninguna persona de los alrededores enfocó su mirada hacia ellos ya que todos estaban en sus propios asuntos.
Las lámparas con protecciones de papel maché brillaban en todo su esplendor mientras la suave brisa los movía de un lado a otro, las risas de los niños junto con las voces de los mercaderes fue lo que más destacó del festival.
Los padres con hijos se movían de un lado a otro con golosinas o con premios en manos, las parejas sin hijos se encontraban con las manos juntas y con dedos entrelazados, los de tercera edad no se quedaban atrás y disfrutaban sin duda alguna de la compañía de su amada pareja que les hizo compañía en toda su vida.
Era una vista hermosa, como si fuese la plena navidad en persona.
Pero siempre tiene que suceder algo para romper por completo ese bonito ambiente.
Los gritos de los niños retumbaron fuertemente en los oídos de todos.
Los niños que anterior mente gritaron se fueron corriendo hacia sus padres con lagrimas en los ojos y cuando la primera madre de los niños se enteró de lo que hijo vio, sus gritos desgarradores salieron de lo más profundo de su garganta al confirmar lo que vio.
Las personas al ver su reacción inmediatamente si dirigieron hacia lo que había visto y al hacerlo, gritos y exclamaciones sorprendidas continuaron como si cada uno estuviese intentando superar al anterior.
La gente comenzó a juntarse y la atención de los juegos o cualquier otra actividad del lugar fue completamente opacada por lo que había pasado ahí.
Los padres del pecoso al igual que los padres de Edd fruncieron el ceño por el escandalo y mientras ellos junto con el chico de ojos completamente abiertos se acercaban más y más al lago semi congelado que estaba debajo del puente, las personas más valientes se metieron al lago, importándoles muy poco que se enfermaran de tener más de medio cuerpo sumergido.
Cada vez que se acercaban, el pequeño grupo curioso pudo darse cuenta de que esos dos valientes sujetos comenzaron a sacar algo del lago.
Al principio pareció que era un bulto de ropa mojada, pero mientras más y más se acercaban, las exclamaciones de sorpresa de la gente se hicieron más notoria, en especial las del pequeño grupo que esquivaba a la multitud para ver con mejor ojos lo que estaba sucediendo.
La madre de Matt abrió la boca de sorpresa y sus manos inmediatamente se dirigieron a su propia boca para evitar verse en shock.
El adolescente con pecas al ver lo que estaba en frente, supo de inmediato de lo que se trataba al igual que todas las personas que hace unos instantes atrás estaban con preguntas.
Eso no era un montón de basura o ropa desecha, oh no, eso era una persona, una persona totalmente azul y mojada por haber pasado varias horas bajo el agua.
Los ojos de Edd comenzaron a temblar nuevamente, creyendo que los efectos seguían estando presente y le estaban jugando una mala broma.
—Oh por dios, ¿ese no es? —
—Si, si es...—
—Dios santo. —
—¿Alguien por fin se atrevió a hacerlo? —
Las distintas voces solamente hicieron la escena más tensa.
Algunos estaban nerviosos por lo que veían, otros simplemente no podían de dejar de sentir pena y uno que otro infeliz no pudo evitar sentir alegría pura por lo que sus ojos veían.
Se trataba de Tord.
Tord fue la persona que sacaron los dos sujetos del lago y era obvio que no estaba respirando.
—Está muerto —dijo uno de los sujetos al checar su pulso —. Este chico pudo haber pasado (...) o más horas debajo del agua. —
Edward no escuchó con claridad la cantidad de tiempo que el sujeto supuso, pero no fue necesario, él más que nadie sabía que fue exactamente la misma cantidad de tiempo que compartió con él en el tren.
—Tord...—
La voz baja y quebrada del castaño llamó la atención de sus padres.
Y estos al bajar la mirada presenciaron claramente como varias lagrimas saladas comenzaron a rodear sus mejillas pálidas.
Antes de que siquiera intentaran hacer algo, su hijo automáticamente salió disparado hacia donde se encontraba aquel cuerpo totalmente frio y mojado.
La gente reaccionó sumamente sorprendida al ver como Edward se tiró prácticamente el suelo para poder tomar con sus propias manos la ropa del chico del que todos conocían por su mala fama.
Los gritos del adolescente pidiéndole que se levantara fue algo sumamente doloroso para los que no eran malos con el de ojos dorados.
Las suplicas del chico eran completamente inútiles, era obvio que no conseguiría nada. Pero él tenía las mínimas esperanzas que su amigo despertara, como en aquellas historias de los libros.
Pero nada.
Lo único que conseguía era mojarse por el contacto físico.
Sus padres ignorando por completo las miradas de las personas intentaron alejarlo del cuerpo azul y húmedo, pero el castaño estaba tan aferrado a estar junto con el cuerpo inmóvil que fue muy difícil lograr separarlo.
Mientras el padre del castaño lo alejaba de esa escena, Edward miró con visión borrosa como su amigo se encontró siendo cubierto con una manta. Lo único que vio a la lejanía antes de que sus padres lo alejaran de ahí fue del como una mano quemada e hincada con color rojizo se quedó expuesta de la manta.
●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●
Habían pasado casi una hora desde que llegaron a su hogar.
El pueblo se encontraba en un caos total por encontrar un cadáver bajo el puente en donde los padres junto con sus hijos continuaban la tradición y Edd lo único que podía hacer era estar sentado en una silla de su cocina mientras Ringo intentaba animarlo al estar en su regazo.
No podía creer lo que pasó.
Realmente no lo podía creer.
Tord estaba muerto.
Edward podía escuchar del cómo sus padres discutían en la sala por el pequeño acto que acababa de hacer frente a varias personas.
Al sentir sus manos frías, inmediatamente metió el par de manos a sus bolsillos para intentar tomar algo de calor, pero al hacerlo, logró encontrarse al instante con las pequeñas bolsas de los bocadillos que la familia de Matt le dio.
Más y más lagrimas comenzaron a salir de sus ojos.
Aquellos dulces que había compartido con su amigo seguían estado con él cómo si ese viaje nunca hubiera existido.
Triste pero con algo de hambre, el castaño sacó de una bolsa un mini waffle cubierto con chocolate para comérselo entero con tan solo un mordisco.
Pero al hacerlo, sus ojos se abrieron al instante mientras escupía su bocado al suelo.
El waffle tenía un terrible sabor, cómo si el pequeño bocadillo estuviera echado a perder.
Sorprendido, Edd sacó otros bocadillos que había compartido con Tord y al probarlos, el mismo sabor rancio y asqueroso estuvo presente en cada uno.
Al final no fue un sueño, y eso lo confirmo al darle un trago a la botella de leche sabor a chocolate, ya que esa botella supo como la cosa más asquerosa que pudo haber probado en su vida.
—Tord...—sollozó—, Tord...—
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